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lunes, 20 de julio de 2015

Guion: Domingo XVII del Tiempo Ordinario





Formulario de Misa: aquí.


Ciclo B


Recordar que el cuarto domingo de julio, por decisión del Sumo Pontífice Francisco, desde 2021, se celebra a perpetuidad la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores. Es una fecha cercana o coincidente con la memoria litúrgica de los santos Joaquín y Ana, padres de la Santísima Virgen y Abuelos del Señor. En la Misa, se ha de tener una particular intención por las personas de la tercera edad.

 

 

Introducción


"El hombre, especialmente el de estos tiempos, tiene hambre de muchas cosas: hambre de verdad, de justicia, de amor, de paz, de belleza; pero sobre todo, hambre de Dios. ¡Debemos estar hambrientos de Dios!, exclamaba San Agustín. ¡Es Él, el Padre Celestial, quien nos da el verdadero Pan!". (San Juan Pablo II, homilía en Castengaldolfo, 29/07/79).

Y hoy, una vez más, hemos venido aquí, a buscarlo.


O bien:


Dice San Josemaría Escrivá de Balaguer:

"En la Misa, en esta Misa que ahora celebramos, interviene de modo especial la Trinidad Santísima. Corresponder a tanto amor exige de nosotros una total entrega del cuerpo y del alma. Oímos a Dios, Le hablamos, Lo vemos, Lo gustamos. Y cuando las palabras no son suficientes, cantamos, animando nuestra lengua a que proclame, en presencia de toda la humanidad, las grandezas del Señor. Vivir la Santa Misa es permanecer en oración continua; convencernos de que, para cada uno de nosotros es este un encuentro personal con Dios: adoramos, alabamos, pedimos, damos gracias, reparamos por nuestros pecados, nos purificamos, nos sentimos una sola cosa en Cristo con todos los cristianos". (Es Cristo que pasa, 87-88).

Las palabras del santo fundador del Opus Dei nos iluminen para vivir más intensamente esta Eucaristía dominical.



Primera lectura: II Rey. 4, 42-44

El santo profeta Eliseo nos enseña que el abandono total a la Providencia de Dios hace posibles las cosas imposibles.

Segunda lectura: Ef. 4, 1-6

La exhortación de san Pablo a la unidad es hoy de mayor actualidad que nunca. Es el deseo que el mismo Señor expresó durante la Última Cena, y que nuestros pecados siguen retrasando.

Evangelio: Jn. 6, 1-15

El milagro de la multiplicación de los panes y de los peces es figura y anticipo de otro mucho más grande: el de la Eucaristía, que no dejará de saciar a las generaciones hasta el final de los tiempos.

O bien:

Monición general

"Debemos ponernos continuamente en religiosa escucha de la Palabra de Dios; asumirla como criterio de nuestro modo de pensar y de obrar; conocerla, mediante la asidua lectura y personal meditación. Pero, especialmente, debemos hacerla nuestra, llevarla a la práctica, día tras día, en toda nuestra conducta". (San Juan Pablo II, ídem supra).


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, se han extraído de la Santa Misa presidida el 25 de julio de 2021 en la Basílica de San Pedro por monseñor Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, en ocasión de la I Jornada Mundial de los Abuelos y de las personas mayores: 

Dios, nuestro Padre, está cerca de aquellos que lo buscan con un corazón sincero. Oremos animados por esta confianza:

R. Te rogamos, óyenos.

-Fortalece a nuestro Papa N, a los obispos, presbíteros y diáconos; que la solidaridad de la fe los haga intrépidos anunciadores de la verdad del Evangelio. R.

-Mira a los pueblos de la Tierra heridos por el odio de la violencia; que todo hombre se abra y pueda acoger la Palabra de tu Hijo, fuente de reconciliación y de paz. R.

-Escucha el clamor de muchos de nuestros hermanos, heridos por el sufrimiento en el cuerpo y el espíritu; que tu gracia los conforte, y la caridad de quienes viven cerca de ellos los auxilie. R.

-Ayúdanos a apreciar y servir a nuestros mayores y abuelos; que los niños disfruten de su compañía, que los jóvenes saquen provecho de sus consejos, que los adultos los cuiden en su debilidad. R. 

-Dirige tu mirada misericordiosa sobre los difuntos, en particular, todos los ancianos muertos a causa de la pandemia; que nuestra oración los acompañe para que sean acogidos en la paz eterna. R.

Oración conclusiva

Dios misericordioso, siempre atento a las acciones de nuestra vida, escucha nuestra oración filial y ayúdanos a reconocer con la fe los signos de tu pronta intervención. Por Jesucristo, nuestro Señor...

O bien:

R. Padre Bueno, te necesitamos.

-Porque la engañosa voz de falsos pastores y los oscuros nubarrones de las funestas ideologías se ciernen amenazantes sobre la Barca de Pedro. R.

-Porque sin tu ayuda no es posible la plena unidad de los cristianos, gran anhelo de tu Hijo. R.

-Porque nuestra fe tambalea y a menudo no nos caracterizamos por ser coherentes. R.

-Porque nada del mundo ha podido saciar nuestra hambre de eternidad y solo Tú puedes darnos el alimento del cuerpo y el que es infinitamente mejor aun, el del alma, que es la Carne y la Sangre de tu mismo Hijo. R.

-Porque la soberbia y el amor propio nos inducen a elaborar una religión a nuestra medida. R. 

-Porque nos sentimos esclavos de nuestros propios vicios. R.

-Porque nos hemos olvidado del amor, el respeto y la atención que debemos a tus hijos de la tercera edad y hoy queremos encomendarlos a sus patronos, los santos padres de la Virgen, Joaquín y Ana. R. 

-Porque hay innumerables almas que en el Purgatorio anhelan con santa ansiedad encontrarse Contigo. R.

A continuación, se propone como oración conclusiva de las preces una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Padre, que en la pascua dominical, nos llamas a compartir el Pan Vivo bajado del Cielo, ayúdanos a esperar de la caridad de Cristo también el alimento terrenal, para que sea saciada toda hambre del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


Ofertorio

Ayer, panes y peces, para saciar a una multitud que volvería a tener hambre. Hoy, pan y vino, para la confección del Sacramento de la Eucaristía, que saciará el hambre espiritual de los fieles hasta que el Señor vuelva como Juez.


Comunión

"El camino de nuestra vida, trazado por el amor providencial de Dios, es misterioso, a veces humanamente incomprensible y casi siempre duro y difícil. Pero el Padre nos da el Pan del Cielo (cfr. Jn 6,32), para ser aliviados en nuestra peregrinación por la Tierra".  (San Juan Pablo II, ídem supra).

O bien:

El mismo Jesús que multiplicó los panes y los peces y sació el hambre de la muchedumbre, es el que hoy se distribuye como Alimento bajo las apariencias del pan y el vino, y así sacia nuestra hambre y sed de Dios.


Despedida

Vayamos ahora a invitar a la Mesa eucarística a los hermanos hambrientos, que vagan desconsolados por las calles porque ignoran que en cada Misa Jesús vuelve a hacer un milagro de multiplicación del Pan. La diferencia es que este Pan es Él mismo y sacia definitivamente.


20 de julio de 2015, memoria litúrgica de san Apolinar, obispo y mártir.
En la Orden de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, fiesta de san Elías, profeta. 
Entrada dedicada a ambos santos.
(Última actualización de la entrada: 25/07/21).

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