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La verdadera Iglesia de Dios...

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martes, 4 de agosto de 2015

Guion: Transfiguración del Señor





Formulario de Misa: aquí.



Cuando cualquiera de las fiestas del Señor ocurre en sábado o domingo, consultar aquí.

Cómo proceder en la Misa y en la Liturgia de las Horas cuando la fiesta de la Transfiguración del Señor ocurre en sábado:

En la Liturgia de las Horas, durante todo el día se rezan los elementos propios de la fiesta de la Transfiguración del Señor.

Con respecto a la Misa, hasta la Hora de Nona, se celebra la propia de dicha fiesta. Luego, a la tarde del mismo sábado 6, corresponde celebrar la Misa del domingo XIX del Tiempo Ordinario.

Fundamentación

En la "Tabla de los días litúrgicos dispuesta según el orden de precedencias" las fiestas del Señor (1) tienen prioridad frente a los domingos del Tiempo Ordinario. De allí que en el caso que nos ocupa, el sábado 6 deban rezarse las II Vísperas de la Transfiguración y no las I Vísperas del domingo.

Sin embargo, cuando de la Misa se trata, se da prioridad a la celebración dominical, que es la de precepto (2). 

Si ambas fueran de precepto, ese sábado primaría en todo la fiesta de la Transfiguración del Señor, de acuerdo con la mencionada "Tabla".

Existe también la posibilidad de trasladar al domingo dicha fiesta. (3).

En lo que a piedad se refiere, es oportuno, además, rezar el Rosario meditando los mysteria lucis (misterios de luz), por celebrarse litúrgicamente el cuarto de ellos. (4).


Referencias

1. 

2.

3. 

4.



Introducción
 
"Cuando te transfiguraste antes de tu Crucifixión, oh, Señor, la montaña apareció como cielo y la nube se extendió formando un tabernáculo. Y desde el Seno del Padre se dio un testimonio de Ti. 

Estaban presentes Pedro, Santiago y Juan, los que habrían de estar Contigo también en el momento en que serías traicionado; para que habiendo contemplado tus maravillas, no temieran por tu Pasión; ante la cual, haznos dignos de prosternarnos en paz, por tu Gran Misericordia".

La precedente aclamación, tomada de la liturgia ortodoxa, nos introduce en esta entrañable fiesta de la Transfiguración del Señor, que la liturgia romana hizo suya allá por el siglo XV.

En 2023 se añade;

"Hoy, la gloria radiante de Jesús transfigurado y ya resucitado resplandece de modo admirable en XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud que ha congregado a jóvenes de todo el mundo en Lisboa, junto al Santo Padre Francisco. Nos unimos espiritualmente a la gran Misa de Envío, presidida hoy por el Papa".

Que la Luz resplandeciente de Cristo, transfigurado en el monte santo, disipe las tinieblas de nuestro corazón, ilumine el camino de las jóvenes  generaciones y nos permita participar en plenitud de esta Eucaristía.
 
Se puede realizar una procesión de entrada, de acuerdo con las normas litúrgicas.

Se canta o recita el himno Gloria in excelsis.


Liturgia de la Palabra

Primera lectura: Dan. 7, 9-10. 13-14

La profecía de Daniel anuncia el final de los tiempos y el Reinado definitivo del Hijo del hombre, a cuyo imperio se somete todo el universo.

La segunda lectura es obligatoria cuando esta fiesta cae en domingo y alternativa con la primera en los demás casos.

Segunda lectura: II Ped. 1, 16-19

Pedro, testigo ocular de la Transfiguración, anuncia la glorificación del Hijo Eterno de Dios, en Quien el Padre se complace.

Evangelio: Mt. 17, 1-9 (ciclo A); Mc. 9. 2-10 (ciclo B); Lc. 9, 28-36 (ciclo C)

«Tú te transfiguraste en la montaña, y tus discípulos, en la medida en que eran capaces, contemplaron tu Gloria, oh, Cristo Dios, a fin de que, cuando te vieran crucificado, comprendieran que tu Pasión era voluntaria, y anunciaran al mundo que Tú eres verdaderamente la irradiación del Padre».

Estas palabras de la liturgia bizantina iluminan nuestro entendimiento y predisponen nuestro corazón para escuchar el solemne relato de la Transfiguración del Señor.

Cuando la fiesta cae en domingo, se canta o recita el Credo.


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, se emplearon en la Santa Misa en ocasión de la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud, presidida por Su Santidad Francisco en Lisboa (Portugal), el 6 de agosto de 2023, fiesta de la Transfiguración del Señor:

Hermanos y hermanas en Cristo, invoquemos a Dios, nuestro Padre, que nos reveló la Divinidad de su Hijo muy amado y nos mandó a escucharlo.
Digamos con alegría:

R. Señor, cólmanos con tu luz

-Por la Iglesia, Pueblo santo de Dios, para que a ejemplo de María, primera discípula y misionera del Evangelio, sea para la humanidad testimonio de fe luminosa y transparente, y germen fecundo de unidad y esperanza. R.

-Por el Papa N y por todos los ministros del Evangelio, para que, iluminados por la belleza transformadora de Jesús transfigurado, puedan compartir con valor el don del Amor del Señor con aquellos que no lo conocen. R.

-Por los hombres y mujeres que gobiernan nuestra sociedad, para que dejándose transfigurar por Jesús, puedan contribuir con su vida a construir una sociedad más fraterna en la que prevalezcan la justicia, la verdad y la paz. R.

-Por los enfermos, desocupados, marginados o en dificultad, para que el Espíritu Santo, que consuela y transforma los corazones, los ayude a crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad, y así encuentren consuelo en la bondad amorosa de los hermanos. R.

-Por los pueblos martirizados por la violencia y la guerra, para que el mundo acoja la paz de Dios y escoja siempre el camino del diálogo y del perdón, rechazando el conflicto y el odio. R.

-Por los jóvenes que participan en la Jornada Mundial de la Juventud, para que, en la escucha del Evangelio y fascinados por la belleza del Señor Jesús, se dediquen a la construcción de su futuro, llevando esperanza y alegría a la Iglesia y al mundo. R.

-Por nosotros, aquí reunidos para celebrar la Eucaristía, para que acogiendo con determinación la Palabra de Dios y fortificados por el Pan de Vida, seamos fermento de luz y esperanza en medio de los hermanos. R.

Oración conclusiva

"Acoge, Padre, nuestra oración, e irradia sobre nosotros la luz de la Montaña santa, para que viendo el esplendor de tu Rostro y escuchando la voz de tu Hijo, seamos plenamente configurados a Él, que vive y reina por los siglos de los siglos".

O bien:

R. Cristo, Día sin ocaso, ilumina nuestras tinieblas.

-Por la ejemplar unidad, la plena libertad y el audaz testimonio de la Iglesia, roguemos a Cristo, Luz indeficiente...R.

-Por la salud de los enfermos, la liberación de los injustamente detenidos, y la promoción de los socialmente marginados, roquemos a Cristo, Astro resplandeciente del Padre...R.

-Por el reconocimiento y la defensa de todos los derechos humanos y la neutralización de cualquier tipo de ideología, roguemos a Cristo, Esplendor del Tabor...R.

-Por la iluminación de los que no reconocen como tales los pecados que los esclavizan, roguemos a Cristo, Sol radiante de la Pascua eterna...R.

Por la pureza de los jóvenes, la fidelidad a su vocación y la valentía en el anuncio de Cristo, el Hijo amado del Padre de las luces. R.

-Por la glorificación de las Almas del Purgatorio, roguemos a Cristo, Antorcha viviente de esperanza...R.


Ofertorio

Invoquemos a Pedro, Santiago y Juan en este momento del ofertorio en que vamos a presentar el pan y el vino. Que estos santos apóstoles, testigos de la gloria del Señor Jesucristo en el monte Tabor y jueces de los pueblos en el Reino celestial, instruyan nuestro entendimiento para valorar como es debido los Santos Misterios que estamos celebrando.


Se emplea el Prefacio propio: De Mysterio Transfigurationis.



Comunión

Cristo, Luz de Luz, en el monte Tabor fortaleciste la fe de tus amigos. Ahora que te has hecho presente en el Altar, y vienes a nuestro corazón, no permitas que las nubes de nuestros pecados te oculten de nosotros. Antes bien, Dios nuestro, sé para nosotros el Alimento que nos asegure un lugar en las Mansiones de la eternidad.


Se puede impartir alguna de las Bendiciones Solemnes del Tiempo Ordinario.


Despedida

"¡Qué bien estamos aquí, Señor"!, decimos como san Pedro en el día de la Transfiguración.
Pero el Señor, que nos ha alimentado de Sí, nos envía al mundo, para que llevemos su luz a los que "viven en tinieblas y en sombras de muerte". Que los santos profetas Moisés y Elías, testigos celestiales de la gloria del Mesías, nos protejan en tan delicada empresa.


4 de agosto de 2015, memoria litúrgica de san Juan María Vianney, presbítero, patrono de los párrocos. Entrada dedicada a él.
(Última actualización de la entrada: 30/7/23).


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