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La verdadera Iglesia de Dios...

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Nos iluminaste con la Luz de Cristo...

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lunes, 21 de septiembre de 2015

Guion: Domingo XXVI del Tiempo Ordinario





Formulario de Misa: aquí.


Ciclo B

Introducción

"La Iglesia ha recibido la Eucaristía (de parte) de Cristo, su Señor, no solo como un don entre otros muchos, aunque sea muy valioso, sino como el "Don por excelencia", porque es Don de Sí mismo, de su Persona en su santa Humanidad, y además, de su obra de salvación". (San Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia, 11).

Nunca nuestro encuentro con el Señor será más profundo y más personal que en la Santa Misa, y jamás será más evidente nuestra identidad católica, que en la Misa dominical.

Para que nuestra participación sea realmente fructuosa, pidamos al Señor la gracia de ser conscientes de la grandeza de lo que celebramos.


Primera lectura: Núm. 11, 16-17a. 24-29

Desde los primeros tiempos de la humanidad Dios Padre ha infundido el Espíritu Santo en sus elegidos, en vistas a la formación, al cuidado y a la salvación de sus hijos. (En la plenitud de los tiempos, Dios Hijo ha elevado esa elección a la dignidad del sacramento del Orden).

Segunda lectura: Sant. 5, 1-6

La Epístola de Santiago previene la suerte de los que han hecho de los bienes del mundo, su máximo tesoro.

Evangelio: Mc. 9, 38-43.45. 47-48

El Divino Maestro nos exhorta a tratar nuestro cuerpo como un instrumento de salvación y no de perdición. Por otra parte, promete la recompensa para los que auxilien a quienes "pertenecen a Él".


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas del Misal del Viaje Apostólico del Papa Francisco a los Países Bálticos, del 22 al 25 de septiembre de 2018, en el Encuentro con sacerdotes, religiosos, consagrados y seminaristas lituanos:

 
Hermanos, demos gracias a Dios por todos los beneficios, y roguémosle, por intercesión de la Virgen María, Auxilio de la Iglesia y del mundo:

R. Señor, ten piedad de nosotros.

-Por el Santo Padre y por todos los pastores de la Iglesia.

+Señor, fortalécelos con tu gracia para que sepan responder con sabiduría a los desafíos de nuestro tiempo. R.

-Por los sacerdotes y diáconos.

+Señor, bendice a los llamados al ministerio sacerdotal y diaconal, para que la Palabra de Vida por ellos anunciada, encienda los corazones y produzca muchos frutos espirituales. R.

-Por los consagrados.

+Señor, ayúdalos a vivir auténticamente su vocación y a testimoniar la alegría de la comunión con Cristo, en un mundo en que priman la soledad y la división. R.

-Por los seminaristas y novicias.

+Señor, dales maestros sabios, para que sepan ayudar a conocer la belleza de la vida en Cristo y a responder con generosidad a tu llamado. R.

-Por los que sufren.

+Señor, líbranos de la tentación de ser indiferentes ante los que se encuentran marginados por la pobreza o la enfermedad y danos la gracia de reconocerte presente en ellos. R.

-Por los jóvenes.

+Señor, abre sus corazones a las inspiraciones del Espíritu Santo y ayúdalos a descubrir en Cristo el verdadero sentido de la vida y la fuente de la santidad. R.

O bien:

R. Purifícanos de nuestras faltas, Señor.

-Para que nuestra participación en la Iglesia sea más activa y efectiva, te rogamos...R.

-Para que, con espíritu constructivo y solidario, contribuyamos a la edificación de una sociedad más cristiana, que rechace el materialismo, la hipocresía y el relativismo, te rogamos...R.

-Para que aquellos que se declaran no creyentes se sientan atraídos a la fe, más que por las palabras, por nuestra vida de coherencia y fidelidad a las enseñanzas del Evangelio, te rogamos...R.

-Para que el cumplimiento de las normas litúrgicas no sea considerado por los hijos de la Iglesia como una actitud farisaica, sino como la manifestación de la suma reverencia que debemos a los Misterios que hemos recibido, y por los cuales se acrecienta nuestro amor a Dios y al prójimo, te rogamos...R.

-Para que la soberbia no nos impida pedir perdón a quienes hayamos ofendido, y ofrecerlo a quienes nos hayan hecho daño, te rogamos...R.

A continuación, se propone como oración conclusiva de las preces una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Dios, jamás privaste a tu pueblo de la voz de los profetas; infunde tu Espíritu sobre el nuevo Israel, para que cada hombre se enriquezca con ese Don, y a todos los pueblos de la Tierra les sean anunciadas las maravillas de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén."


Ofertorio

"Al entregar su Sacrificio a la Iglesia, Cristo ha querido además, hacer suyo el sacrificio espiritual de la Iglesia, llamada a ofrecerse también a sí misma, unida al Sacrificio de Cristo". (Op. cit, 13).

Con estos sentimientos, participemos a continuación, de los ritos del Ofertorio.


Comunión

Afirma San Juan Pablo II:

 "El Don de Cristo y de su Espíritu, que recibimos en la comunión eucarística, colma con sobrada plenitud los anhelos de unidad fraterna que alberga el corazón humano..." (Op. cit, 24).

Al acercarnos a la Mesa santa de la Eucaristía, pidamos a Jesús, Pan vivo, que reafirme en nosotros el vínculo de la unidad y reavive el espíritu de caridad.


Despedida

Hemos sido agasajados como invitados en el Banquete de la Eucaristía. 
Anunciemos a nuestros hermanos que también hay un lugar para ellos en esta Mesa del nuevo Reino.


21 de septiembre de 2015, fiesta de San Mateo, apóstol y evangelista. Entrada dedicada a él.
Viaje Apostólico del Papa Francisco a Cuba. Visita a la ciudad de Holguín.

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