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La verdadera Iglesia de Dios...

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Nos iluminaste con la Luz de Cristo...

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martes, 29 de septiembre de 2015

Guion: Domingo XXVII del Tiempo Ordinario


                              


Formulario de Misa: aquí.


Ciclo B

Introducción

"La Eucaristía es la Cena de la Familia de Jesús, que a lo largo y ancho de la Tierra se reúne para escuchar su Palabra y compartir su Cuerpo". (Papa Francisco. Encuentro con las Familias de Cuba. Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Santiago de Cuba, 22/09/15).

La Última Cena de Jesús, sería la primera Cena eucarística de la humanidad peregrina por los caminos del mundo rumbo a la eternidad. Participemos con gozo de este Banquete sacrificial en el que Jesús se hace tangiblemente Contemporáneo de cada generación. Cada Altar en el que se hace presente y desde el cual se distribuye el Cordero de Dios, es para los hombres, manantial perenne de gracias.
Que el "día del Señor", que hemos venido a santificar, sea una nueva oportunidad para encontrarnos con Aquel que nos ama para siempre.

Liturgia de la Palabra

Primera lectura: Gén. 2, 18-24

La creación de la mujer como la mejor compañía para el hombre, iguala aquella a este en dignidad y en vocación.

Segunda lectura: Heb. 2, 9-11

La justificación de los hombres realizada por Cristo, nos eleva a la categoría de "hermanos del Señor", y por lo tanto, herederos de su gloria.

Evangelio: Mc. 10, 2-13

La unión entre el hombre y la mujer ha sido elevada por Jesucristo a la dignidad de sacramento, y por su sabia e inescrutable voluntad, tiene carácter indisoluble de manera irrevocable.


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas del Misal del Viaje Apostólico de Su Santidad Francisco a los Países Bálticos, del 22 al 25 de septiembre de 2018, en la Santa Misa presidida el 24 de septiembre del mismo año, en el santuario de la Madre de Dios en Letonia:

Hermanos, agradecidos por las maravillas de Dios y bajo la mirada de su Madre, la Virgen María, elevemos humildemente a Él nuestras súplicas:

R. Escúchanos, Señor y Dios nuestro.

-Por el Santo Padre y por todos los obispos, para que por intercesión de Nuestra Señora (se puede especificar la advocación propia del lugar), tengan siempre fortaleza y luz en el anuncio del Evangelio y guíen al Pueblo de Dios por los caminos de la santidad. R.

-Por los gobernantes y por todos los que habitan esta patria, para que la edifiquen sobre los pilares de la justicia y del bienestar material y espiritual. R.

-Por los que sufren la marginación, la enfermedad o la soledad, para que nunca aparten la mirada de Cristo, verdadera y única esperanza. R.

-Por los jóvenes, para que acojan el don de la juventud y lo ofrezcan generosamente al servicio del Señor y de la Iglesia, teniendo el coraje de vivir la radicalidad del Evangelio. R.

-Por nuestros hermanos difuntos; en especial por los que han dado la vida por esta tierra, para que puedan ser acogidos en la Patria eterna del Cielo. R.

Oración conclusiva

"Dios, Padre de misericordia, escucha nuestra plegaria y envía a nosotros tu Espíritu Santo, para que renueve la faz de esta tierra. Por Jesucristo, nuestro, Señor. Amén".
 
O bien:

R. Dios generoso, sácianos con tus bienes. 

O bien: 

R. Haznos servidores de tu Reino, Señor.

-Para que la Iglesia tenga la audacia de ser la pionera en la defensa y la promoción del Evangelio de la familia. R.

-Para que por intercesión de María, Reina de las familias, vuelvan a reinar el amor y la concordia en los hogares divididos. R.

-Para que los esposos vivan en fidelidad y experimenten el auxilio celestial cada vez que tambalee el misterio de su comunión de vida. R.

-Para que, como sociedad, trabajemos con ahínco por ofrecer a los niños y a los jóvenes una educación rica en valores cristianos e incontaminada de cualquier ideología. R.

-Para que los hermanos divorciados que están en nueva unión, aunque no puedan participar de la Comunión eucarística, sientan la cálida acogida de la comunidad cristiana, y alimenten su fe con la escucha de la Palabra y la práctica ejemplar de la caridad. R.

-Para que trabajemos por la unidad de los cristianos, no sacrificando la verdad revelada sino iluminados e impulsados por su mismo esplendor. R.

A continuación, se propone como oración conclusiva de las preces una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Dios, Tú has creado al hombre y a la mujer para que ambos sean una única vida, principio de la armonía libre y necesaria que se realiza en el amor; por obra de tu Espíritu, haz volver a los hijos de Adán a la inocencia de los orígenes, y dales un corazón fiel para que ningún poder humano ose dividir lo que Tú mismo has unido. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


Ofertorio

Pan y vino. Dones selectos, los frutos de nuestro trabajo, tomados de entre otros para que, ofreciéndolos, nos ofrezcamos. En la ofrenda de este Sacrificio se funda la unidad de los que ceemos en Cristo.


Comunión

Así como en el pan material, como reza el salmo de hoy, "comemos del fruto de nuestro trabajo", en este Pan del Cielo recibimos el máximo Don de Dios, que es la misma Persona de su Hijo.


Despedida

Comprometidos a defender el don de la familia, cuyos vínculos se robustecen más en cada Eucaristía, concluimos esta celebración.


29 de septiembre de 2015, fiesta de los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Entrada dedicada a ellos.

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