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La verdadera Iglesia de Dios...

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Nos iluminaste con la Luz de Cristo...

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martes, 17 de enero de 2017

Guion: Domingo III del Tiempo Ordinario


La vocación de los apóstoles (Ghirlandaio)


Formulario de Misa: aquí.


Ciclo A

Introducción

El misterio de Cristo, Palabra encarnada y proclamada, Cordero inmolado y ofrecido, nos reúne nuevamente en este día, el más santo de la semana, porque pertenece de modo especial al Señor.
Que el Espíritu del Señor Resucitado abra nuestro entendimiento a la importancia de la santificación del domingo en orden a la eterna salvación de nuestras almas y a la construcción del Reino de Dios, un Reino que ya está entre nosotros en la Persona de Jesús, y del que participaremos plenamente en la eternidad.

Por tanto, demos gracias al Señor porque hemos podido acudir al templo en este domingo III del Tiempo Ordinario, que el Papa Francisco ha querido dedicar a la Palabra de Dios a perpetuidad. (Cf. Carta Apóstólica en forma de Motu proprio Aperuit illis, n. 3, 30/09/19).

 
Indicaciones para este domingo (Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos): ver aquí.


Acto penitencial

"La Palabra de Dios reúne a toda la humanidad como fuerza que crea, bálsamo que consuela y óleo que restablece y confirma la fe en el Resucitado.
Acogiendo esta Palabra de salvación, hagámosla vida en nosotros y confesemos al Padre nuestra sordera y resistencia a la hora de acoger y poner en práctica sus enseñanzas". (Cf. Misa papal, Domingo de la Palabra de Dios, Basílica Vaticana, 22 de enero de 2023)".

Señor, plenitud de la verdad y de la gracia, Kyrie eleison.
Cristo, hecho pobre para enriquecernos, Christe eleison.
Señor, venido para reunir a tu pueblo santo, Kyrie eleison.



En este "Domingo de la Palabra de Dios", respondamos con alegre predisposición a la iniciativa del Señor, que sale a nuestro encuentro en las Sagradas Escrituras propuestas por la santa liturgia:


Tener en cuenta las recomendaciones del Papa Francisco para este domingo peculiar:

"Las comunidades encontrarán el modo de vivir este Domingo como un día solemne. En cualquier caso, será importante que en la celebración eucarística se entronice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios. En este domingo, de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor. (...) los obispos podrán celebrar el rito del Lectorado o confiar un ministerio similar para recordar la importancia de la proclamación de la Palabra de Dios en la liturgia. (...) Asimismo, los párrocos podrán encontrar el modo de entregar la Biblia, o uno de sus libros, a toda la asamblea, para resaltar la importancia de seguir en la vida diaria la lectura, la profundización y la oración con la Sagrada Escritura, con una particular consideración a la lectio divina". (Cf. ibídem supra).

Primera lectura: Is. 8, 23b_9, 3

El Mesías de Dios es la "gran Luz" divisada por el pueblo de la antigua alianza, "que caminaba en tinieblas".

Segunda lectura: I Cor. 1, 10-14. 16-17

El apóstol Pablo hace un llamamiento a la unidad y a la concordia de los corintios. La perenne actualidad de la Palabra de Dios nos hace hoy destinatarios de esa exhortación.

Evangelio: Mt. 4, 12-23

Jesucristo deja su vida privada y oculta "para entregarse al compromiso total de una vida gastada por todos hasta el supremo Sacrificio de Sí". (San Juan Pablo II, homilía, 25/01/81).

O bien:

Como los discípulos, dejémonos fascinar por la Luz secreta que emana del Salvador Jesucristo (ídem), y respondamos con generosidad a su invitación a seguirlo.

O bien:

"El evangelista san Mateo, que nos acompañará durante todo este año litúrgico, presenta el inicio de la misión pública de Cristo. Consiste esencialmente en el anuncio del Reino de Dios y en la curación de los enfermos, para demostrar que este Reino ya está cerca; más aún, ya ha venido a nosotros". (S.S. Benedicto XVI, Ángelus, 27/01/08).

O bien:

Jesucristo nos revela "el Rostro del verdadero Dios, el Dios cercano, lleno de misericordia hacia todo ser humano; el Dios que nos da la vida en abundancia, su misma vida" (ídem).


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la santa Misa en el Jubileo de los encarcelados, presidida pr el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, en el marco del Año Santo de la Misericordia, el 6 de noviembre de 2016:

El Señor es fiel y nos custodia del Maligno. Con confianza elevémosle nuestras súplicas:

R. Te rogamos que nos oigas.

-Da, Padre, a la Iglesia, el Espíritu de verdad: que anuncie a todos con franqueza a Jesús vivo y resucitado. R.

-Dirige, Padre, los proyectos de los políticos: que el Espíritu de caridad los oriente para servir a la dignidad de toda persona. R.

-Consuela, Padre, a los cristianos perseguidos: el Espíritu de la fortaleza los sostenga en la paciencia de Cristo. R.

-Reafirma, Padre, el mutuo amor de los esposos cristianos: el Espíritu de fidelidad los custodie en la verdad de la alianza nupcial. R.

-Cura, Padre, las heridas de los encarcelados: el Espíritu Creador genere en ellos una vida nueva y llena de esperanza. R.

Oración conclusiva

"Escucha, Padre, la oración de tu Iglesia, y líbranos de las cadenas que aprisionan nuestro corazón y  nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

O bien:

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la santa Misa en ocasión de la I Jornada de la Palabra de Dios, presidida pr el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, el 26 de enero de 2020: 


A Dios Padre, que en Jesucristo, su Hijo, se ha manifestado definitivamente al mundo, confiadamente elevemos nuestra oración:

R.
Te rogamos, óyenos

-Señor, infunde tu Espíritu Santo en la Iglesia: que escuchen piadosamente, custodien santamente y expongan fielmente, el depósito de la fe divinamente revelado y a nosotros transmitido por la Sagrada Escritura y la Tradición. R.

-Señor, ilumina con tu sabiduría a los gobernantes y a las asambleas legislativas: que promuevan el bien de todos los pueblos y reconozcan la dignidad de toda persona. R.

-Señor, convierte con tu Palabra todos los corazones endurecidos por el pecado, el odio y la indiferencia: que te acojan como el único Bien necesario. R.

-Señor, suscita, por tu amor, numerosos operarios del Evangelio: que todos puedan conocer la Verdad liberadora y consolarse en la contemplación de la belleza de tu Rostro. R.

-Señor, transforma con tu gracia el corazón de los cristianos: que vivan con alegría y coraje la adhesión radical a la fe recibida como don en el bautismo. R.


Oración conclusiva


"Padre Bueno, acoge nuestra humilde plegaria; que la escucha atenta y obediente de tu Palabra nos haga crecer en la perfecta semejanza con Jesús, tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".



O bien:

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la santa Misa en ocasión de la Jornada de la Palabra de Dios, presidida por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, el 22 de enero de 2023: 

Todos somos llamados a convertirnos a la Palabra de Verdad y a seguir al Maestro. Recemos para que el Señor reciba de nosotros una respuesta pronta y generosa:

R. Te rogamos, óyenos

-Padre, que a todos llamas, extiende sobre la Iglesia la red de tu Palabra. Que cada bautizado se reconozca corresponsable en la edificación de tu Reino. R.

-Padre Bueno, suscita en tu Iglesia ministros santos y generosos. Iluminados por la Palabra y nutridos por el Pan de Vida. Que sean signos de esperanza para aquellos que quieren pasar de las tinieblas a la luz. R.

-Padre de misericordia, toca el corazón y la mente de los gobernantes. Que sean constructores de la paz no solo con las palabras sino también iniciativas  concretas y valientes. R.

-Padre del Verbo, inspira a los catequistas palabras y actos que redirijan a Ti a todos los hombres. Que sean unánimes en la prédica y en el servicio y que quien los escuche se sienta atraído por su testimonio evangélico. R.

-Padre de todos los hombres, abre los labios y los ojos de aquellos que proclaman tu Palabra. Que instruidos y fortalecidos por la Verdad, sepan ver las heridas de los demás y sanarlos con ternura y caridad. R.

Oración conclusiva

"Acoge, Padre, la oración de tu Iglesia y acompaña con el don del Espíritu a los que se dedican a hacer conocer tu nombre, manifestado en el don de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos".


A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Dios, que has fundado tu Iglesia sobre la fe de los apóstoles, haz que nuestra comunidad, iluminada por tu Palabra y unida por el vículo del amor, llegue a ser símbolo de salvación y esperanza para todos aquellos que desean pasar de las tinieblas a la luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".



Ofertorio

¡Cuántas veces habremos observado la presentación del pan y del vino en la Misa! Pero quizás no siempre fuimos conscientes de que con este rito la Iglesia nos enseña a hacer de cada instante de nuestra vida una ofrenda, y de unirla al Sacrificio de Jesús. Con tales sentimientos, participemos espiritualmente del ofertorio de esta Misa.

 
Comunión

Jesús Eucaristía está ante nosotros. "Él se abaja a todo, admite todo, se expone a todo —a sacrilegios, a blasfemias, a la frialdad de la indiferencia de tantos—, con tal de ofrecer, aunque sea a un hombre solo, la posibilidad de descubrir los latidos de un Corazón que late en su Pecho llagado". (San Josemaría Escrivá de Balaguer, "Homilía: Sacerdote para la eternidad", 13-04-1973).

La Iglesia nos entrega a Dios como Alimento. Que nuestra alma sea un santuario agradable al Señor.
 

Despedida


Somos privilegiados. Ya no caminamos en tinieblas. La Luz verdadera, que es Cristo, ilumina nuestro peregrinar hacia la vida en plenitud que solo Él puede darnos porque es Él mismo.

O bien:


"El día dedicado a la Biblia (que estamos celebrando) no ha de ser “una vez al año”, sino una vez para todo el año, porque nos urge la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en la comunidad de los creyentes". (Cf. S.S. Francisco, Carta Apóstólica en forma de Motu proprio Aperuit illis, n. 8).


17 de enero de 2017, memoria litúrgica de San Antonio, abad.
Entrada dedicada a él.
(Última actualización de la entrada: 20/1/23).

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