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domingo, 10 de agosto de 2014

"Rito de la bendición de una criatura en el vientre materno"






El siguiente documento litúrgico ha sido aprobado por la Santa Sede, en principio, exclusivamente para los EEUU, como especificó en su momento la carta del entonces cardenal prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

He querido incluirlo aquí porque posee textos bíblicos y bellas oraciones, todo lo cual puede ser usado por los laicos de otros lugares, aunque en privado, mientras no se cuente con la aprobación de la Santa Sede para sus respectivos países.
El texto original está en inglés y también en español, debido a la gran cantidad de hispanohablantes que hay en EEUU.
Ofrezco la versión en español con comentarios en azul, como es corriente en este blog. A los interesados en la versión bilingüe, les facilito el siguiente link:



Prot. n. 125/12/L

A la petición de Su Eminencia el Cardenal Timothy Michael Dolan, Arzobispo de Nueva York y Presidente de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos de América, en una carta fechada el 12 de enero de 2012, y en virtud de la facultad concedida a esta Congregación por el Sumo Pontífice
Benedicto XVI, estaremos encantados de aprobar y confirmar el texto en español del Rito de bendición de una criatura en el vientre materno, como se encuentra en la copia adjunta.
En las ediciones impresas, se hace mención de la aprobación y confirmación concedida por la Sede Apostólica.
Además, dos copias del texto impreso deberán enviarse a esta Congregación.
Sin que obste nada en contrario.

Desde la sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos, el 1º de marzo de 2012.

Antonio Card. Cañizares Llovera
Prefecto

Joseph Augustine Di Noia, OP
Arzobispo-Secretario

Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos


Decreto de publicación

Según las normas establecidas por el decreto de la Sagrada Congregación de Ritos, la declaración Nostra ætate (del 27 de enero de 1966) y la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, con el documento Liturgiam authenticam (del 28 de marzo de 2001), esta edición del Rite for the Blessing of a Child in the Womb/Rito de bendición de una criatura en el vientre materno es declarado como parte del Book of Blessings y Bendicional para el uso en las diócesis de los Estados Unidos de América, y se publica con la autoridad de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.
El Rite for the Blessing of a Child in the Womb/Rito de bendición de una criatura en el vientre materno fue canónicamente aprobado por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos el 11 de noviembre de 2008, y confirmado luego en inglés por la Sede Apostólica por el decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del 8 de diciembre de 2011 (Prot. n.1422/08/L), y en español por el decreto de la misma Congregación del 1º de marzo de 2012 (Prot. n. 125/12/L).
Desde esta fecha, el Rite for the Blessing of a Child in the Womb/Rito de bendición de una criatura en el vientre materno puede ser utilizado en las celebraciones litúrgicas en las diócesis de los Estados Unidos de América.
Dado en el Secretariado General de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, Washington, DC, el 26 de marzo de 2012, la Solemnidad de la Anunciación del Señor (trasladada).

Timothy Cardenal Dolan
Arzobispo de Nueva York
Presidente, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos

Reverendo Monseñor Ronny E. Jenkins
Secretario General


Rito de la bendición de una criatura en el vientre materno 


 


Introducción

1. La Iglesia recibe con alegría y delicadeza a las madres que, al reconocer que toda vida es don de Dios, llegan al templo en búsqueda de una bendición para la criatura que llevan en su vientre. Esta bendición, que imparte gracia y consuelo, ayuda a los padres y a la comunidad parroquial a unirse en oración por las criaturas que aún están en el vientre y, a la vez, fomenta dentro de la sociedad el respeto por la vida humana. Esto demuestra que, para la comunidad cristiana, la concepción, gestación y nacimiento de un niño es motivo de alegría que trasciende el ámbito de la familia terrena pues es una bendición para la gran familia de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo.

La bendición puede impartirse durante la Misa, por el sacerdote celebrante, usando los ritos que se encuentran en los números 3-9; o fuera de la Misa, por el sacerdote o, en su ausencia, por el diácono, según los ritos indicados en los números 10-22.

2. Se puede usar este rito para la bendición de la madre, o de la madre junto con el padre, o en ocasión de una reunión de padres que esperan un hijo. 

A. Rito de bendición de una criatura en el vientre materno dentro de la Misa

3. Las lecturas para la Liturgia de la Palabra se deben tomar del Leccionario de la Misa aprobado para los Estados Unidos de América. Dependiendo de las indicaciones de las rúbricas del día, se pueden usar las lecturas asignadas a ese día por el Leccionario de la Misa o tomarlas del Leccionario de las Misas por diversas necesidades. "Dependiendo de las indicaciones de las rúbricas del día" quiere decir, si las normas litúrgicas lo permiten. Y no lo hacen, cuando se trata de una fiesta, solemnidad o de una Misa de domingo, pues poseen lecturas propias que no deben ser reemplazadas por otras, salvo que el Ordinario del lugar lo autorice, por justa causa.
4. La homilía sigue a la proclamación del Evangelio. En ella, basándose en los textos sagrados, el sacerdote o diácono puede ofrecer una explicación apropiada del don y el misterio de la vida humana.

Oración Universal 

5. Después, sigue la Oración Universal, ya sea en la forma utilizada en la Misa o como se ofrece aquí.  Se pueden usar las siguientes intercesiones o componer otras intenciones, adecuadas a las circunstancias particulares. Se entiende por "circunstancias particulares" la realidad concreta de la comunidad y de los padres que han solicitado la bendición de su hijo (lugar geográfico, tiempo litúrgico, tipo de unión de los padres, miembros de la familia y de la comunidad presentes, y demás).

Sacerdote: 

Encomendemos nuestras necesidades y preocupaciones al Padre celestial, en nombre de Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor, diciendo:

R/. Señor, escucha nuestra oración.

Diácono/Lector:

Como Iglesia, gran familia de todos los pueblos, oramos por la jerarquía:

Por nuestro Santo Padre, el Papa N, por nuestro obispo N, y por todos aquellos que han dedicado su vida al servicio del pueblo de Dios, para que puedan perseverar fielmente en la vocación que han recibido, roguemos al Señor:

 R/. Señor, escucha nuestra oración

La súplica por los gobernantes hace hincapié en la necesidad de defender toda vida humana, desde la concepción, en un mundo en el que hay quienes preteden justificar el crimen execrable del aborto:

Por nuestros gobernantes, para que puedan ejercer sus responsabilidades con justicia y compasión, respetando el don de la vida humana, roguemos al Señor:

R/. Señor, escucha nuestra oración.

La siguiente prez tiene en cuenta a la vez la salud integral de la madre y del hijo, tan íntimamente unidos por el vínculo del amor:

Por todas las madres que están esperando un hijo, para que tengan un parto feliz y sus niños nazcan
saludables, roguemos al Señor:

R/. Señor, escucha nuestra oración.


La súplica que sigue pide por la familia, "cuna sagrada" de toda vida:

Por todas las familias, para que continúen creciendo en la fe, fortaleciéndose en el amor mutuo y en su compromiso con Cristo, roguemos al Señor:

R/. Señor, escucha nuestra oración.

La siguiente  petición, tan audaz cuanto oportuna, aborda dos temáticas muy ríspidas en EEUU y en otras partes del mundo: el aborto y el abuso sexual:

Por los niños que no son deseados ni amados, por los que son abandonados o víctimas de abusos, para que el Señor inspire a su pueblo la forma de protegerlos, roguemos al Señor:

R/. Señor, escucha nuestra oración.

Es el momento de cumplir con nuestra obligación de rezar por los hermanos que nos han pedido oración:

Por quienes se encomiendan a nuestras oraciones, para que puedan recibir la gracia que necesitan, roguemos al Señor:

R/. Señor, escucha nuestra oración.

Puesto que la caridad no se limita a nuestra vida terrena sino que permanece para siempre, un modo de cumplir con el mandamiento del amor fraterno es orar por  los difuntos:

Por nuestros hermanos difuntos, para que gocen en el cielo de la visión de Dios, prometida a todos sus hijos, roguemos al Señor:

R/. Señor, escucha nuestra oración

Oración de Bendición

6. Si parece oportuno, se invita a la madre a pasar adelante, junto con el padre y otros miembros de la familia. Con las manos extendidas sobre la madre, el sacerdote concluye las intercesiones con la bendición de la criatura en el vientre materno y de todos los presentes, con las siguientes palabras: 

(Nótese que el nasciturus y su madre son bendecidos con una mismo núcleo de esta oración; les siguen el padre, y después la familia -los paréntesis indican que pueden no estar el padre y demás miembros de la famila- y los presentes. Todo concluye con un único "Amén").

Dios, autor de toda vida, 
te pedimos que bendigas
 a este niño aún por nacer;
dale una constante protección
y un saludable nacimiento,
como signo de nuestro renacimiento, un día,
al gozo de la vida eterna en el cielo.
Señor, que has concedido a esta mujer
el gran gozo de la maternidad,
concédele serenidad en sus preocupaciones
y dale decisión para guiar a su hijo
por los caminos de la salvación.


(Bendición del padre:

Señor de todos los tiempos,
que has escogido a este hombre
para experimentar el don y el honor de
la paternidad,
dale fortaleza en esta nueva responsabilidad
para que sea ejemplo 
de justicia y verdad para su hijo).


[Bendición de la familia:
Señor, derrama sobre esta familia un amor sincero
y constante,
para que se preparen a recibir a este niño
entre ellos.]

Señor, que has puesto en el corazón de todos los
hombres y mujeres de buena voluntad
un gran respeto y admiración por el regalo de una
nueva vida,
haz que esta comunidad
(parroquia),
fiel a las enseñanzas del Evangelio,
participe en la educación espiritual de este niño,
en Cristo, nuestro Salvador.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

La oración de bendición en plural se encuentra en el apéndice de este ritual, para las ocasiones en que estén presentes varias madres en cinta.

7. Si se considera apropiado, el sacerdote, en silencio, puede asperjar con agua bendita a los padres de la criatura y a otros miembros de la familia. (Rito facultativo aunque aconsejable por lo significativo. En efecto, es como un preanuncio del bautismo que recibirá la criatura).

8. En la Liturgia de la Eucaristía se sigue el Ordinario de la Misa, según el Misal. Si se considera oportuno, algunos de los fieles llevan el pan y el vino para la celebración de la Eucaristía y, según las circunstancias, otros dones para socorrer a familias necesitadas.  

(Salvando aquí la razón de ser de la ofrenda, nunca simbólica, siempre concreta).

9. Al final de la Misa, el sacerdote bendice a los presentes en la forma acostumbrada, o con la fórmula de bendición solemne, tomada del Misal, o la que a continuación se pone.

El diácono, o en su ausencia, el sacerdote mismo, dice la invitación:

Inclínense para recibir la bendición.

Entonces el sacerdote, con las manos extendidas sobre el pueblo, dice:

Dios, fuente de toda vida,
en su bondad, los proteja.
R/. Amén.

Los afiance en la fe,
los fortalezca en la esperanza
y constantemente aumente en ustedes el don de
su amor.
R/.Amén.

Mantenga a todos los niños
fuertes en cuerpo y alma.
R/.Amén.

A todos ustedes, que están aquí presentes,
les bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo.
R/.Amén

B. Rito de bendición de una criatura en el vientre materno fuera de la Misa

10. El presente rito está reservado al sacerdote o, en su ausencia, al diácono.

Ritos Iniciales

11. Cuando la comunidad se ha reunido (se sigue enfatizando la importancia de la comunidad, toda ella beneficiaria de la bendición que significa el niño por nacer, y también responsable de su custodia, juntamente con los padres), puede entonarse un canto apropiado. Después, el celebrante y los fieles, de pie, se santiguan con la señal de la Cruz, mientras el celebrante dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Los fieles responden:

Amén.

12. El celebrante saluda a los presentes con estas u otras palabras semejantes:

Que Cristo, Hijo de Dios, que se encarnó en el vientre de la Virgen María, esté con todos ustedes.

Saludo que evoca el misterio de la Encarnación, a la luz del cual se comprende la sacralidad incontestable de todo nasciturus.

Los fieles responden:

Y con tu espíritu.

13. El celebrante prepara a los presentes para la bendición con estas u otras palabras semejantes:


Para un matrimonio:

Nuestro Padre celestial se ha dignado responder a las plegarias de N y N con el don de este niño.
Hoy nos unimos a ellos en su acción de gracias a Dios todopoderoso, por la gozosa e importante responsabilidad hacia este nuevo niño concebido, creado a imagen y semejanza de Dios, y fruto del amor mutuo de estos esposos.

O bien, en otras circunstancias:


Adecuada alternativa la que sigue, y muy ajustada a los tiempos que corren, en los que a menudo los hijos no tienen padres unidos en matrimonio, o lo que es peor, son huérfanos de uno de ellos o de ambos. La comunidad cristiana pide para dichos niños, en estos casos, la gracia de la bendición:

Nuestro Padre celestial se ha dignado bendecir a esta comunidad con el don de esta nueva vida. Hoy nos unimos en acción de gracias a Dios todopoderoso, por este niño (estos niños) concebido(s), creado(s) a imagen y semejanza de Dios.

Lectura de la Palabra de Dios

(Es parte integrante de toda celebración litúrgica, de sacramentos y sacramentales).

14. Se lee uno de los siguientes textos indicados, tomados del Leccionario de la Misa para los Estados Unidos de América. Un lector, o alguno de los presentes, o el mismo celebrante lee el texto de la Sagrada Escritura:

Adviértase que al tratarse de una celebración "fuera de la Misa", la introducción al texto bíblico no es de carácter litúrgico, y es indistinto optar por una lectura del Antiguo Testamento o una del Nuevo; el Salmo responsorial es optativo.

Hermanos y hermanas, escuchen las palabras del
Santo Evangelio según san Lucas 1, 39-45

Saltó la criatura en el vientre

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.

Palabra del Señor.

Todos:

Gloria a ti, Señor Jesús.

O bien:

Génesis 18, 1-15 

El anuncio a Sara de la concepción de Isaac

1 Samuel 1, 9-20 

Ana concibe y da a luz a Samuel

Rut 2, 1-3. 8-11; 4, 13-17 

El nacimiento de Obed, padre de Jesé, padre de David

Lucas 1, 26-38 

La anunciación

15. Si se considera oportuno, se puede cantar o decir el siguiente Salmo responsorial.

R/. Bendigo al Señor en todo momento.

Salmo 33, 10-11. 12-13. 14-15. 17 y 19

Todos sus santos, teman al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.
R/.

Vengan, hijos, escúchenme:
les instruiré en el temor del Señor;
¿hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad?
R/.

Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella.
R/.

Pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
R/.

16. Si es apropiado, el celebrante puede hacer una explicación breve de los textos bíblicos, para que puedan entender, a través de la fe, el sentido de la celebración. (Aquí no se habla de "homilía", propia de la Misa).

Oración Universal

17. Después, sigue la Oración Universal, ya sea en la forma utilizada en la Misa o como se ofrece aquí. Se pueden usar las siguientes intercesiones o componer otras intenciones, adecuadas a las circunstancias particulares.

Sacerdote:

Encomendemos nuestras necesidades y preocupaciones al Padre celestial, en nombre de Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor, diciendo:

R/. Señor, escucha nuestra oración.

(Y se recitan las preces como arriba, en A).

18. El celebrante entonces invita a todos los presentes a cantar o a decir el Padrenuestro. (No porque sí se fija así el orden de estos verbos. Es preferible que la Oración dominical -que es omnipresente en el ritual de sacramentos y sacramentales- se cante, de ser posible, a que se recite, debido al carácter festivo de la celebración).

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Todos:

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Oración de Bendición

19. Si parece oportuno, se invita a la madre a pasar adelante, junto con el padre y otros miembros de la familia. Con las manos extendidas sobre la madre, el sacerdote concluye las intercesiones con la bendición de la criatura en el vientre materno y de todos los presentes, con las siguientes palabras:

(Son las mismas oraciones transcriptas más arriba). 

Dios, autor de toda vida,
te pedimos que bendigas a este niño aún por nacer;
dale una constante protección
y un saludable nacimiento,
como signo de nuestro renacimiento, un día,
al gozo de la vida eterna en el cielo.
Señor, que has concedido a esta mujer
el gran gozo de la maternidad,
concédele serenidad en sus preocupaciones
y dale decisión para guiar a su hijo
por los caminos de la salvación.

(Bendición del padre:
Señor de todos los tiempos,
que has escogido a este hombre
para experimentar el don y el honor de la
paternidad,
dale fortaleza en esta nueva responsabilidad
para que sea ejemplo de justicia y verdad para
su hijo.)

(Bendición de la familia:

Señor, derrama sobre esta familia un amor sincero
y constante,
para que se preparen a recibir a este niño
entre ellos.)

Señor, que has puesto en el corazón de todos los
hombres y mujeres de buena voluntad
un gran respeto y admiración por el regalo de una
nueva vida,
haz que esta comunidad
(parroquia),
fiel a las enseñanzas del Evangelio,
participe en la educación espiritual de este niño,
en Cristo, nuestro Salvador.
Qué vive y reina por los siglos de los siglos.

R/. Amén.

La oración de bendición en plural se encuentra en el apéndice de este ritual, para las ocasiones en que estén presentes varias madres en cinta.

20. Si se considera apropiado, el sacerdote, en silencio, puede asperjar con agua bendita a los padres de la criatura y a otros miembros de la familia.

Rito de Conclusión

21. Entonces, el sacerdote, de cara al pueblo y extendiendo las manos, dice:

El Señor esté con ustedes.

Los fieles responden:

Y con tu espíritu.

Entonces el celebrante bendice al pueblo diciendo:

A todos ustedes, que están aquí presentes, les bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo.

R/. Amén.

22. Después de la bendición, el sacerdote invita a todos los presentes a pedir la protección de la Santísima Virgen María. Si es apropiado, esto puede hacerse ante el altar o imagen de la Santísima Virgen María.

Dios te salve, Maria, llena eres de gracia, 
el Señor es contigo. 
Bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

O bien:

Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A ti llamamos, los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle
de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh, clementísima, oh, piadosa, oh, dulce Virgen María!

O bien:

Madre del Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y quiere levantarse.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu Santo Creador,
y permaneces siempre Virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.

O todos pueden entonar un himno, que exprese apropiadamente la gratitud y la alegría.

Apéndice

Oración de bendición cuando estén presentes varias madres encinta

23. Si es apropiado, se invita a las madres, junto con los padres y otros miembros de la familia, a pasar adelante. Con las manos extendidas sobre las madres, el sacerdote concluye las intercesiones bendiciendo a las criaturas en el vientre de sus madres y a todos los presentes, con las siguientes palabras:

Dios, autor de toda vida,
te pedimos que bendigas a estos niños aún
por nacer;
dales una constante protección
y un saludable nacimiento,
como signo de nuestro renacimiento, un día, al
gozo de la vida eterna en el cielo.
Señor, que has concedido a estas mujeres
el gran gozo de la maternidad,
concédeles serenidad en sus preocupaciones
y dales decisión para guiar a sus hijos
por los caminos de la salvación.

(Bendición del padre:
Señor de todos los tiempos,
que has escogido a estos hombres
para experimentar el don y el honor de
la paternidad, dales fortaleza 
en esta nueva responsabilidad
para que sean ejemplo de justicia y 
verdad para sus hijos.)

(Bendición de la familia:

Señor, derrama sobre estas familias un amor
sincero y constante,
para que se preparen a recibir a estos niños
entre ellos.)
Señor, que has puesto en el corazón de todos los
hombres y mujeres de buena voluntad
un gran respeto y admiración por el regalo de una
nueva vida,
haz que esta comunidad (parroquia),
fiel a las enseñanzas del Evangelio,
participe en la educación espiritual de estos niños,
en Cristo, nuestro Salvador.
Qué vive y reina por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

10 de agosto de 2014, domingo XIX "durante el año"
(Última actualización de la entrada: 17/06/18).).


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