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lunes, 18 de enero de 2016

Guión: Domingo III del Tiempo Ordinario





Formulario de Misa: aquí.


Ciclo  C

Introducción

El Tiempo Ordinario cuya tercera semana estamos comenzando, sin detenerse en ningún aspecto particular de la Vida del Señor, nos invita a contemplar el misterio del Reino de Dios que a la vez viene a nosotros y está entre nosotros. Este Reino no es un lugar particular ni una entidad abstracta. Es la misma Persona de Jesucristo, la Palabra de Dios que ha asumido nuestra humana naturaleza, ha vivido entre nosotros como uno más, y, por ser Dios, reina resucitado a la derecha de su Padre a la vez que cumple la promesa de permanecer con nosotros para siempre.

Estas realidades nos las recuerdan las Sagradas Escrituras, especialmente en este domingo III del Tiempo Ordinario, que el Papa Francisco, a perpetuidad, ha querido dedicar a la Palabra de Dios. (Cf. Carta Apóstólica en forma de Motu proprio Aperuit illis, n. 3, 30/09/19).


Indicaciones para este domingo (Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos): ver aquí.
 
 

En este "Domingo de la Palabra de Dios", respondamos con alegre predisposición a la iniciativa del Señor, que sale a nuestro encuentro en las Sagradas Escrituras propuestas por la santa liturgia:

Tener en cuenta las recomendaciones del Papa Francisco para este domingo peculiar:

"Las comunidades encontrarán el modo de vivir este Domingo como un día solemne. En cualquier caso, será importante que en la celebración eucarística se entronice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios. En este domingo, de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor. (...) los obispos podrán celebrar el rito del Lectorado o confiar un ministerio similar para recordar la importancia de la proclamación de la Palabra de Dios en la liturgia. (...) Asimismo, los párrocos podrán encontrar el modo de entregar la Biblia, o uno de sus libros, a toda la asamblea, para resaltar la importancia de seguir en la vida diaria la lectura, la profundización y la oración con la Sagrada Escritura, con una particular consideración a la lectio divina". (Cf. ibídem supra).

Primera lectura: Neh. 8, 2-4a. 5-6. 8-10

"Hoy es un día consagrado al Señor", escucharemos en esta primera lectura. Palabras que se cumplen también aquí y ahora, en esta asamblea santa en la que, como las generaciones de creyentes que nos precedieron, también nosotros acogemos con veneración la Palabra de Dios.

Segunda lectura: I Cor. 12, 12-30

Mediante la analogía con el cuerpo humano, San Pablo nos explica el misterio de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo del que nosotros somos miembros vivos.

Evangelio: Lc. 1, 1-4; 4, 14-21

En Jesucristo, el Mesías que viene a rescatar de todo tipo de opresión a los más débiles, se cumplen todas las Escrituras.

O bien:

Monición general para todas las lecturas:

"La dulzura de la Palabra de Dios nos impulsa a compartirla con quienes encontramos en nuestra vida para manifestar la certeza de la esperanza que contiene (Cf. 1 Ped. 3,15-16)". Con estos sentiemientos, la acogemos en nuestro corazón. (Cf. S.S. Francisco, Carta Apóstólica en forma de Motu proprio Aperuit illis, n. 12).


Oración de los fieles

Las siguientes preces, traducidas del italiano y con los necesarios añadidos y adaptaciones, corresponden al formulario usado en la Misa y Apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Juan de Letrán, presidida por el Papa Francisco el 13 de diciembre de 2015, Domingo Gaudete, tercero de Adviento, en ocasión del inicio del Jubileo de la Misericordia en las iglesias particulares:

Hermanos queridos: presentemos a Dios nuestras peticiones con la oración, la súplica y el agradecimiento. Respondan a cada intención:

R. Por Cristo, nuestra esperanza, escúchanos, Señor.

-Colma a la Iglesia de tu presencia, oh, Señor, y rejuvenécela, para que sea fuente de novedad y alegría. R.

-Custodia la suerte de los pueblos en tu paz, oh, Señor, y que todo hombre encuentre en Ti serenidad y esperanza, pues Tú has sido enviado a evangelizar a los pobres, a rescatar a los cautivos, a liberar a los oprimidos y a dar vista a los ciegos. R.

-Guía las decisiones de los gobernantes en la justicia, oh, Señor, y que se extienda tu Reino de verdad y de amor. R.

-Llega a todos los pecadores con el Evangelio de la Misericordia, oh, Señor, y que cada uno experimente la fuerza liberadora de tu perdón. R.

-Socorre a todos los pobres en la caridad fraterna, oh, Señor, y que ninguno padezca soledad y abandono. R.
 

Oración conclusiva



"Sé Tú nuestra salvación, oh, Señor. En Ti confiamos. Escucha benigno nuestras súplicas y derrama sobre nosotros la abundancia de tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén". 

O bien:

A continuación, se propone ad libitum, otra oración conclusiva de las preces; se trata de una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:
 
II

"Oh, Padre, Tú que has mandado a Cristo, Rey y Profeta, para anunciar a los pobres el alegre mensaje de tu Reino, haz que su Palabra, que hoy resuena en la Iglesia, nos edifique en un solo cuerpo, y haga de nosotros instrumento de liberación y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

O bien:

Las siguientes preces están tomadas de la Santa Misa de Envío de la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud, presidida por el Papa Francisco en Panamá, el 27 de enero de 2019, con la participación de jóvenes de todo el Planeta:


Queridos hermanos e hijos, con la mirada puesta en Jesús, unamos nuestra voz a la suya e imploremos del Padre el don de la salvación.

R. Señor, escúchanos.

-Padre todopoderoso y fiel, sostén con la fuerza de tu Espíritu la obra misionera de la Iglesia, y haz que a todos llegue el Evangelio de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. R.

-Padre Santo y fuente de toda santidad, mira al Papa N y a todos los obispos, concédeles auténtica fe, valiente esperanza y heroica caridad. R.

-Padre providente y Señor de la historia, guía las intenciones y acciones de los gobernantes en busca del verdadero bien de los pueblos a ellos confiados y en la promoción de la genuina dignidad de cada persona humana. R.

-Padre Bueno y Señor de la mies, convoca a todos tus hijos a la perfecta comunión Contigo y llama hoy a muchos jóvenes a dar su vida en el sacerdocio y en la vida consagrada para la santificación de los hermanos. R.

-Padre misericordioso y amante de la vida consuela, con tu suave presencia, a los que sufren, a los pobres y a los que viven en soledad, y enséñanos a hacernos prójimos de los hermanos que encontramos. R.

Oración conclusiva

"Dios, mira con misericordia a tu Iglesia, escucha sus oraciones, y haz que con fidelidad anuncie tu Palabra que es espíritu y vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

O bien:

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa en el "Domingo de la Palabra de Dios", presidida en la Basílica de San Pedro por el Papa Francisco en Panamá, el 23 de enero de 2022:

Hermanos queridos, a Dios Padre, que en Jesucristo, su Hijo, se ha manifestado definitivamente al mundo, elevemos confiados nuestra plegaria:

R. Te rogamos, óyenos

-Señor, infunde tu Espíritu Santo en la Iglesia. Que ella escuche, custodie y exponga el depósito de la fe divinamente revelado y transmitido a nosotros por la Sagrada Escritura y la Tradición. R.

-Señor, ilumina con tu sabiduría a los gobernantes y a las asambleas legislativas. Que promuevan el bienestar de todos los pueblos y la dignidad de cada persona. R.

-Señor, suscita con tu amor numerosos operarios para tu mies. Que todo hombre pueda conocer tu verdad liberadora y experimentar la belleza consoladora de tu Rostro. R.

-Señor, toca el corazón de quienes en nuestras asambleas proclaman las lecturas Que por medio de su ministerio, la Palabra de Dios sea sembrada con generosidad, brote y fructifique en el corazón de los hombres, y se difunda por doquier. R.

-Señor, vuelve tu mirada amorosa hacia los catequistas. Que con audacia apostólica lleven a todos los hombres el alegre anuncio del Evangelio. R.

Oración conclusiva

"Padre bueno, acoge nuestra humilde oración. Que la escucha atenta y obediente de tu Palabra nos haga crecer en la perfecta semejanza con Jesús, tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".


Ofertorio

Los simples dones del pan y el vino son suficientes para ofrecer el Sacrificio por el que la Iglesia vive, crece y se renueva, permaneciendo siempre joven, como el único Cuerpo de Cristo, hasta el final de los tiempos.


Comunión

Jesucristo es el Pan del Cielo con el que nos alimentamos quienes peregrinamos en la Tierra. Es el Antídoto contra toda división. Comulguemos al Señor y permanezcamos así unidos a Él y entre nosotros.


Despedida

Con la alegría del perenne "Año de Gracia", proclamado por el Señor, en el que los tesoros de su amor y su perdón brotan sobreabundantemente para nosotros, nos retiramos del lugar santo con el deseo de santificar nuestros propios ambientes.

O bien:


"Que el domingo dedicado a la Palabra de Dios haga crecer en nosotros la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura". (Cf. S.S. Francisco, Carta Apóstólica en forma de Motu proprio Aperuit illis, n. 15).

 
18 de enero de 2016, inicio de la "Semana de Oración por la unidad de los cristianos".
(Última actualización de la entrada: 23/01/22).
 

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