En el cuarto domingo de julio, por decisión del Sumo Pontífice Francisco, desde 2021 se celebra a perpetuidad la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores. Es una fecha cercana o coincidente con la memoria litúrgica de los santos Joaquín y Ana, padres de la Santísima Virgen y Abuelos del Señor (imagen). En la Misa, se ha de tener una particular intención por las personas de la tercera edad.
Introducción
Hermanos, nos dice el Nuevo Catecismo de la Iglesia (n. 1356):
"Si los cristianos celebran la Eucaristía desde los orígenes, y de forma que, en su sustancia no ha cambiado a través de la gran variedad de épocas y de liturgias, sucede porque sabemos que estamos sujetos al mandato del Señor, dado la víspera de su Pasión: 'Haced esto en memoria mía´ (I Cor. 11, 24-25).
Sumémonos entonces, a la muchedumbre de cristianos que nos precedieron y cumplamos con gozo el mandato del Señor, seguros de que Él no nos hará faltar jamás su compañía y su auxilio.
Primera lectura: Gén. 18, 20-21. 23-32
"Aprender a rezar quiere decir aprender quién es el Padre y adquirir una confianza absoluta en Aquel que nos ofrece este don cada vez más grande", el de la oración. (San Juan Pablo II, Homilía en Castengaldolfo, 27/07/80).
Segunda lectura: Col. 2, 12-14
Por el Misterio de su Cruz, el Señor nos purifica de nuestros pecados. Que Él mismo nos ilumine para no cerrar el corazón a su gracia salvadora.
Evangelio: Lc. 11, 1-13
El Padrenuestro es llamado "oración dominical", es decir, la plegaria que del Señor. En efecto, brota del mismo Corazón de Jesús, que se dirige a su Padre haciendo suyas nuestras propias voces.
Oración de los fieles
Las siguientes preces, adaptadas, corresponden al Misal del Viaje Apostólico del Papa Francisco a Armenia, que tuvo lugar entre el 24 y el 26 de junio de 2016. Se trata del formulario empleado en la Santa Misa votiva "de la Miseridordia de Dios", que el Pontífice presidió el 25 de junio en Gyumri:
Queridos hermanos, animados por el Espíritu Santo, fuente de verdad, amor y unidad, dirijamos al Señor nuestras invocaciones:
R. Escucha, Señor, y ten piedad.
-Guarda a la Iglesia, tu Esposa, Señor: confírmala en la verdadera fe, custódiala en la caridad, e ilumina su misión con la esperanza. R.
-Bendice, Señor, al Santo Padre N, a los cardenales y patriarcas, a los obispos y sacerdotes: dales tu paz y haz que todos sean uno. R.
-Ilumina la mente de los gobernantes y de cuantos se dedican al servicio del bien común: que nuestros pueblos tengan justicia, serenidad y paz. R.
-Convierte los corazones de los pecadores, de los incrédulos y de los sembradores de odio: cólmalos de tu Misericordia y de tu amistad. R.
-Suscita numerosas vocaciones al sacerdocio: que por todas partes tu Evangelio sea anunciado, el Sacrificio del Amor celebrado y tu perdón dispensado. R.
-Inclínate una vez más con ternura hacia los pobres, los enfermos y las personas que viven en soledad: que todos experimenten tu presencia consoladora. R.
-Muestra tu Rostro a todos los bautizados: que nada los distraiga de tu voluntad y que se acreciente su deseo de la santidad. R.
-Consuela y fortalece, Padre, a los ancianos: que la intercesión de los santos Joaquín y Ana, padres de María Virgen, abuelos de Jesús y patronos de la tercera edad, los haga sabios en el testimonio y generosos en la ofrenda de sus debilidades por la salvación del mundo. R.
Oración conclusiva
"Acoge, Señor, nuestra plegaria, y haz descender con abundancia sobre nosotros tu Misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor".
O bien:
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, corresponden al formulario empleado por el Papa Francisco, en la "fiesta" de los santos Joaquín y Ana, padres de la Santísima Virgen, el 26 de julio de 2022, en Edmonton, en el marco de su Viaje Apostólico a Canadá:
Con la confianza puesta en el Señor, que nos libra de todo peligro, presentémosle nuestras peticiones:
R. Señor, escucha nuestra plegaria
-Por la Santa Iglesia de Dios, para que viva fielmente su misión de ir y hacer discípulos a todos los pueblos, anunciando el Evangelio de Cristo. Roguemos al Señor. R.
-Por los gobernantes de las naciones, para que sirvan al bien común, buscando el auténtico progreso de todos los hombres y mujeres. Roguemos al Señor. R.
-Por todos los ancianos y abuelos, para que sean apreciados y tratados con especial cuidado, y ofrezcan a los niños, su compañía; a los jóvenes, el consejo; y a los adultos, la sabiduría de los años. Roguemos al Señor. R.
-Por la reconciliación de los que están enemistados y por los que estamos aquí presentes, para que, en torno a la Mesa de la Eucaristía, nos reconozcamos como hijos de un único Padre y hermanos entre nosotros. Roguemos al Señor. R.
Oración conclusiva
"Recibe nuestras oraciones, Señor, y concédenos lo que necesitamos, pues te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, que es nuestro Señor, por los siglos de los siglos. Amén".
A continuación, se propone como otra
oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este
domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al
castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda
colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:
"Revélanos, Padre, el misterio de la oración filial de Cristo, nuestro Hermano y Salvador, y danos tu Espíritu, para que invocándote confiadamente y con perseverancia, como Él nos ha enseñado, crezcamos en la experiencia de tu amor. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén".
Ofertorio
"Desde la Encarnación en el seno de la Virgen hasta el último aliento sobre la Cruz, la Vida de Jesús es un holocausto incesante, una entrega perseverante a los designios del Padre"(Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Año de la Eucaristía: Sugerencias y propuestas, n. 24. 15/10/2004).
Aprendamos del Señor a vivir en actitud de ofrenda al Padre. Con estos sentimientos, presentemos los dones eucarísticos de esta Misa.
Comunión
Así como no podemos subsistir sin el pan del sustento diario, los cristianos también necesitamos de este Pan espiritual que es el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. No dejemos de pedir al Padre que nos dé el "pan de cada día", tanto el material como el celestial.
Despedida
Al concluir la celebración, reflexionemos con las palabras de san Juan Pablo II:
"La despedida, al finalizar la Misa, (...) impulsa al cristiano a comprometerse en la propagación del Evangelio y en la animación cristiana de la sociedad" (Mane nobiscum, Domine, 24).
18 de julio de 2016, lunes de la semana XVI del Tiempo Ordinario.
Entrada dedicada al Padre Eterno.
(Última actualización de la entrada: 21/07/22).
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