"Praenotanda"
Texto oficial: negro.
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El Ordo Rituum Conclavis es el documento disciplinar que especifica todo lo concerniente a los actos canónicos que tienen por objeto la elección del Obispo de Roma. Comparto con los lectores la introducción a este importante texto, elaborado por el exmaestro de Celebraciones litúrgicas del Sumo Pontífice, monseñor Piero Marini, y aprobado por el hoy san Juan Pablo II. Data del 25 de marzo de 1998, solemnidad de la Anunciación del Señor, Año dedicado al Espíritu Santo en el marco de la preparación al Gran Jubileo del Año 2000:
Importancia del Cónclave para la elección del Romano Pontífice.
1. La celebración del Cónclave para la elección del Romano Pontífice que, como Sucesor de San Pedro en la Sede de la ciudad de Roma, es la cabeza visible de toda la Iglesia y Siervo de los Siervos de Dios, es de suma importancia en la vida del pueblo de Dios peregrino sobre la Tierra.
2. Mientras se celebra la elección del Sucesor de Pedro, la Iglesia está particularmente unida con los sagrados Pastores y sobre todo con los Cardenales electores, y pide a Dios un nuevo Pontífice, como don de su bondad y providencia. Es necesario que toda la Iglesia, como la primera comunidad de cristianos, de la cual se habla en los Hechos de los Apóstoles (cf. 1, 14), en unión con María, Madre de Jesús, persevere en la oración para obtener del Señor un digno Pastor.
Lo más importante es la oración conjunta de todo el pueblo de Dios; de lo contrario, este acto de suprema relevancia no diferiría de cualquier elección de tipo político, o de un mero plebiscito que requiriera recabar simples opiniones sobre determinada cuestión.
3. La elección de Romano Pontífice se prepara y se desarrolla con celebraciones litúrgicas propias, según la tradición de la Iglesia de Roma, y con dos meditaciones. La Congregación de Cardenales designará dos eclesiásticos a los que confiará el deber de predicar las dos meditaciones; establecerá también el día y la hora de la primera meditación según la norma de la Constitución Apostólica del Papa Juan Pablo II Universi Dominici Gregis.
Rituales del Cónclave
4. El Ritual del Cónclave (Ordo Rituum Conclavis) contiene las celebraciones propias del Cónclave, debidamente revisadas y redactadas según la norma de la antes dicha Constitución Apostólica, que da también otras indicaciones sobre la elección del Sumo Pontífice.
5. El primer capítulo trata sobre la Misa para la elección del Romano Pontífice. Es de gran importancia la concelebración eucarística de los Cardenales electores antes del ingreso en el Cónclave. A esa celebración son vivamente invitados también los otros Cardenales, los Obispos, los presbíteros y los diáconos, los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica y todos los fieles presentes en Roma.
Adviértase que, más allá de que la elección propiamente dicha del Romano Pontífice competa exclusivamente a los cardenales electores, por la importancia del acto, se trata de una cuestión de interés para todos los miembros de la Iglesia, quienes, de acuerdo con sus funciones en el Cuerpo Místico, son invitados a participar de varios modos.
6. El segundo capítulo (De ingressu in Conclave et de iure iurando) ilustra el Rito de ingreso en el Cónclave y del juramento. Para el ingreso en el Cónclave, en el tiempo establecido los Cardenales electores entran procesionalmente en la Capilla Sixtina mientras, según la costumbre, se cantan las letanías de los Santos. (Se trata del "formulario largo" de letanías, al que me he referido en otra entrada de este blog).
Cuando la profesión ha llegado a la Capilla Sixtina, se hace la solemne invocación del Espíritu Santo. (Es el canto del venerable himno Veni Creator Spiritus). Después los Cardenales electores pronuncian el juramento individual en primera persona del singular (introducido por una monición del celebrante principal -el Decano del Colegio cardenalicio, o, si él no fuera elector, el vicedecano, o en su defecto, el primero de los cardenales obispos-, recitada en primera persona del plural). Después de que el maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias ha pronunciado el Extra omnes, (que es una exhortación para que abandonen la Capilla Sixtina todos los que no sean cardenales electores, a excepción del predicador), el segundo eclesiástico encargado pronuncia la segunda meditación en presencia de los Cardenales electores, sobre la gran importancia de la elección de Romano Pontífice.
7. El tercer capítulo indica los actos que deben ser cumplidos en las sesiones para la elección del Romano Pontífice según la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis. Las sesiones comienzan y terminan con oraciones, según las fórmulas propuestas en el Apéndice. Entre otras, se destaca la más antigua invocación mariana: Sub tuum praesidium.
8. El cuarto capítulo trata sobre la Aceptación y Proclamación de Romano Pontífice. El solemne acto deaceptación, la elección del nombre y la proclamación del Romano Pontífice se desarrollan según las normas de la ya dicha Constitución Apostólica y son acompañadas de la lectura de la Palabra de Dios y de oraciones; a continuación tiene lugar el acto de obediencia y de obsequio de los Cardenales. (Todos manifiestan obediencia y adhesión filial al neopontífice). Todo se concluye con el solemne canto de acción de gracias Te, Deum, laudamus.
9. Si el elegido está privado del carácter episcopal, es necesario que cuanto antes sea ordenado Obispo.
El Decano del Colegio de Cardenales, si está ausente o legítimamente impedido, el Vicedecano o el
Cardenal mayor en edad, después de haberse aconsejado con los otros Cardenales, decide cómo proceder; el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias se encargará de que el elegido será ordenado inmediatamente con rito solemne, según cuanto está prescrito en el Pontifical Romano para la elección del Obispo. De modo que la importancia de la elección no menoscabe la dignidad de la celebración del rito de ordenación episcopal.
10. En esta ordenación hará de Obispo consagrante el Decano del Colegio de Cardenales, o si está ausente, el Vicedecano o, si también está impedido, el primero entre los Cardenales Obispos. Si el elegido reside fuera de la Ciudad del Vaticano, se darán las normas oportunas para que sea conducido cuanto antes al Cónclave.
11. En el quinto capítulo se trata del Solemne anuncio de la elección del Romano Pontífice y de su primera Bendición Urbi et Orbi. Según la tradición, en primer lugar se hace al pueblo de Dios el Solemne Anuncio de la elección del Romano Pontífice; después el Romano Pontífice, desde la Logia externa de las Bendiciones de la Basílica Vaticana imparte la primera Bendición Urbi et Orbi. Desde allí -si se exceptúa esta- imparte solamente dos veces al año la misma Bendición Urbi et orbi: el 25 de diciembre, en la Natividad del Señor, y el Domingo de Pascua de Resurrección.
Otras celebraciones se desarrollan durante el Cónclave.
12. Durante el Cónclave, los Cardenales electores cada día celebran o concelebran la Eucaristía y recitan comunitariamente alguna parte de la Liturgia de las Horas bajo la guía del Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, según el tiempo litúrgico y las normas generales del Misal Romano y de la Liturgia de las Horas. Como puede advertirse, estas circunstancias excepcionales no eximen del respeto de las normas litúrgicas.
13. Aquí (en el cuerpo del Ordo Rituum Conclavis) se proponen algunos formularios de Misa, que parecen particularmente adecuados al tiempo del Cónclave.
14. Estas celebraciones pueden tener lugar, según la oportunidad, tanto en la Capilla de la Casa de Santa Marta, como en la Capilla Sixtina, como en algún otro lugar adecuado.
15. Para que todo se desarrolle de un modo adecuado y conveniente, el Maestro de las Celebraciones
Litúrgicas Pontificias, en el cumplimiento de su deber, será ayudado por dos Ceremonieros y por dos
religiosos que cuidan la Capilla Pontificia, elegidos por él mismo, y por el cardenal Camarlengo y por tres Asistentes expertos, según las prescripciones de la ya dicha Constitución Apostólica.
16. El Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias dispondrá también de estén disponibles algunos religiosos de varias lenguas para escuchar las confesiones.
Adaptaciones
El Ordo Rituum Conclavis es el documento disciplinar que especifica todo lo concerniente a los actos canónicos que tienen por objeto la elección del Obispo de Roma. Comparto con los lectores la introducción a este importante texto, elaborado por el exmaestro de Celebraciones litúrgicas del Sumo Pontífice, monseñor Piero Marini, y aprobado por el hoy san Juan Pablo II. Data del 25 de marzo de 1998, solemnidad de la Anunciación del Señor, Año dedicado al Espíritu Santo en el marco de la preparación al Gran Jubileo del Año 2000:
Importancia del Cónclave para la elección del Romano Pontífice.
1. La celebración del Cónclave para la elección del Romano Pontífice que, como Sucesor de San Pedro en la Sede de la ciudad de Roma, es la cabeza visible de toda la Iglesia y Siervo de los Siervos de Dios, es de suma importancia en la vida del pueblo de Dios peregrino sobre la Tierra.
2. Mientras se celebra la elección del Sucesor de Pedro, la Iglesia está particularmente unida con los sagrados Pastores y sobre todo con los Cardenales electores, y pide a Dios un nuevo Pontífice, como don de su bondad y providencia. Es necesario que toda la Iglesia, como la primera comunidad de cristianos, de la cual se habla en los Hechos de los Apóstoles (cf. 1, 14), en unión con María, Madre de Jesús, persevere en la oración para obtener del Señor un digno Pastor.
Lo más importante es la oración conjunta de todo el pueblo de Dios; de lo contrario, este acto de suprema relevancia no diferiría de cualquier elección de tipo político, o de un mero plebiscito que requiriera recabar simples opiniones sobre determinada cuestión.
3. La elección de Romano Pontífice se prepara y se desarrolla con celebraciones litúrgicas propias, según la tradición de la Iglesia de Roma, y con dos meditaciones. La Congregación de Cardenales designará dos eclesiásticos a los que confiará el deber de predicar las dos meditaciones; establecerá también el día y la hora de la primera meditación según la norma de la Constitución Apostólica del Papa Juan Pablo II Universi Dominici Gregis.
Rituales del Cónclave
4. El Ritual del Cónclave (Ordo Rituum Conclavis) contiene las celebraciones propias del Cónclave, debidamente revisadas y redactadas según la norma de la antes dicha Constitución Apostólica, que da también otras indicaciones sobre la elección del Sumo Pontífice.
5. El primer capítulo trata sobre la Misa para la elección del Romano Pontífice. Es de gran importancia la concelebración eucarística de los Cardenales electores antes del ingreso en el Cónclave. A esa celebración son vivamente invitados también los otros Cardenales, los Obispos, los presbíteros y los diáconos, los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica y todos los fieles presentes en Roma.
Adviértase que, más allá de que la elección propiamente dicha del Romano Pontífice competa exclusivamente a los cardenales electores, por la importancia del acto, se trata de una cuestión de interés para todos los miembros de la Iglesia, quienes, de acuerdo con sus funciones en el Cuerpo Místico, son invitados a participar de varios modos.
6. El segundo capítulo (De ingressu in Conclave et de iure iurando) ilustra el Rito de ingreso en el Cónclave y del juramento. Para el ingreso en el Cónclave, en el tiempo establecido los Cardenales electores entran procesionalmente en la Capilla Sixtina mientras, según la costumbre, se cantan las letanías de los Santos. (Se trata del "formulario largo" de letanías, al que me he referido en otra entrada de este blog).
Cuando la profesión ha llegado a la Capilla Sixtina, se hace la solemne invocación del Espíritu Santo. (Es el canto del venerable himno Veni Creator Spiritus). Después los Cardenales electores pronuncian el juramento individual en primera persona del singular (introducido por una monición del celebrante principal -el Decano del Colegio cardenalicio, o, si él no fuera elector, el vicedecano, o en su defecto, el primero de los cardenales obispos-, recitada en primera persona del plural). Después de que el maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias ha pronunciado el Extra omnes, (que es una exhortación para que abandonen la Capilla Sixtina todos los que no sean cardenales electores, a excepción del predicador), el segundo eclesiástico encargado pronuncia la segunda meditación en presencia de los Cardenales electores, sobre la gran importancia de la elección de Romano Pontífice.
7. El tercer capítulo indica los actos que deben ser cumplidos en las sesiones para la elección del Romano Pontífice según la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis. Las sesiones comienzan y terminan con oraciones, según las fórmulas propuestas en el Apéndice. Entre otras, se destaca la más antigua invocación mariana: Sub tuum praesidium.
8. El cuarto capítulo trata sobre la Aceptación y Proclamación de Romano Pontífice. El solemne acto deaceptación, la elección del nombre y la proclamación del Romano Pontífice se desarrollan según las normas de la ya dicha Constitución Apostólica y son acompañadas de la lectura de la Palabra de Dios y de oraciones; a continuación tiene lugar el acto de obediencia y de obsequio de los Cardenales. (Todos manifiestan obediencia y adhesión filial al neopontífice). Todo se concluye con el solemne canto de acción de gracias Te, Deum, laudamus.
9. Si el elegido está privado del carácter episcopal, es necesario que cuanto antes sea ordenado Obispo.
El Decano del Colegio de Cardenales, si está ausente o legítimamente impedido, el Vicedecano o el
Cardenal mayor en edad, después de haberse aconsejado con los otros Cardenales, decide cómo proceder; el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias se encargará de que el elegido será ordenado inmediatamente con rito solemne, según cuanto está prescrito en el Pontifical Romano para la elección del Obispo. De modo que la importancia de la elección no menoscabe la dignidad de la celebración del rito de ordenación episcopal.
10. En esta ordenación hará de Obispo consagrante el Decano del Colegio de Cardenales, o si está ausente, el Vicedecano o, si también está impedido, el primero entre los Cardenales Obispos. Si el elegido reside fuera de la Ciudad del Vaticano, se darán las normas oportunas para que sea conducido cuanto antes al Cónclave.
11. En el quinto capítulo se trata del Solemne anuncio de la elección del Romano Pontífice y de su primera Bendición Urbi et Orbi. Según la tradición, en primer lugar se hace al pueblo de Dios el Solemne Anuncio de la elección del Romano Pontífice; después el Romano Pontífice, desde la Logia externa de las Bendiciones de la Basílica Vaticana imparte la primera Bendición Urbi et Orbi. Desde allí -si se exceptúa esta- imparte solamente dos veces al año la misma Bendición Urbi et orbi: el 25 de diciembre, en la Natividad del Señor, y el Domingo de Pascua de Resurrección.
Otras celebraciones se desarrollan durante el Cónclave.
12. Durante el Cónclave, los Cardenales electores cada día celebran o concelebran la Eucaristía y recitan comunitariamente alguna parte de la Liturgia de las Horas bajo la guía del Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, según el tiempo litúrgico y las normas generales del Misal Romano y de la Liturgia de las Horas. Como puede advertirse, estas circunstancias excepcionales no eximen del respeto de las normas litúrgicas.
13. Aquí (en el cuerpo del Ordo Rituum Conclavis) se proponen algunos formularios de Misa, que parecen particularmente adecuados al tiempo del Cónclave.
14. Estas celebraciones pueden tener lugar, según la oportunidad, tanto en la Capilla de la Casa de Santa Marta, como en la Capilla Sixtina, como en algún otro lugar adecuado.
15. Para que todo se desarrolle de un modo adecuado y conveniente, el Maestro de las Celebraciones
Litúrgicas Pontificias, en el cumplimiento de su deber, será ayudado por dos Ceremonieros y por dos
religiosos que cuidan la Capilla Pontificia, elegidos por él mismo, y por el cardenal Camarlengo y por tres Asistentes expertos, según las prescripciones de la ya dicha Constitución Apostólica.
16. El Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias dispondrá también de estén disponibles algunos religiosos de varias lenguas para escuchar las confesiones.
Adaptaciones
17. Corresponde al Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias cuidar del desarrollo de los Ritos del Cónclave. Él, en cumplimiento de las normas de la ya dicha Constitución Apostólica, con la ayuda de los Ceremonieros Pontificios, preparará cuanto sea necesario, y con las oportunas ayudas adaptará el Ritual a las circunstancias.
28 de febrero de 2017, martes de la semana VIII del Tiempo Ordinario.
Conmemoración de la Santa Faz del Señor.
En el IV aniversario de la culminación del Pontificado de Su Santidad Benedicto XVI a la Sede de Pedro, habiendo hecho pública su renuncia el 11 de febrero de 2013. Entrada dedicada al gran Papa alemán.
Conmemoración de la Santa Faz del Señor.
En el IV aniversario de la culminación del Pontificado de Su Santidad Benedicto XVI a la Sede de Pedro, habiendo hecho pública su renuncia el 11 de febrero de 2013. Entrada dedicada al gran Papa alemán.
Última Bendición del gran Pontífice como Papa |
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