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martes, 2 de mayo de 2017

Guion: Domingo IV de Pascua




  
Formulario de Misa: aquí.

 
Ciclo A

Introducción

Hermanos, al ingresar al templo, hemos atravesado el umbral de la puerta. Esta afirmación, que parece una mera obviedad, nos remite a un gran misterio bíblico al que se referirá el Evangelio de hoy: Toda "puerta" nos conduce hacia algún lado mientras dejamos otro. Por eso, el Señor Jesucristo nos llama y se presenta a Sí mismo como la "Puerta", por la que nosotros, ovejas de su rebaño, dejando atrás una vida de pecado, ingresamos a la salvación que Él mismo nos obtuvo al precio de su Sangre. (Es lo que la Iglesia expresa en los Jubileos con el exquisito simbolismo de las "Puertas santas").

Para que el llamado del Señor llegue a todas las ovejas, incluso a las más alejadas del redil, Él quiso valerse de ministros que actuaran en su Nombre. Como esas ovejas son tantas y su salvación está en peligro, se hacen necesarios cada vez más pastores que vayan en su búsqueda. Precisamente por eso, la Iglesia celebra en este Domingo IV de Pascua, llamado "del Buen Pastor", la "Jornada Mundial de Oración por las vocaciones".

Que en esta Eucaristía se eleve unánime nuestra súplica para que el Señor envíe más operarios a su mies.  

O bien:

Somos bienvenidos a la Casa de Dios.

"Según una significativa tradición, hoy, cuarto domingo del Tiempo de Pascua, se celebra la "Jornada mundial de oración por las vocaciones". A este domingo se le llama (...) "del buen Pastor" , porque en el Evangelio Jesús se atribuye a Sí mismo este elocuente título bíblico.

Contemplándolo a Él, pidamos por todos los sacerdotes, en especial por los que han sido o serán ordenados durante este año, para que den testimonio del Buen Pastor con la santidad de su vida y de su ministerio. En esta Eucaristía, elevemos, pues, a Dios, una invocación común (...) para que florezcan en el pueblo de Dios numerosas y santas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada". (Cf. San Juan Pablo II, Regina Caeli del 21/04/02).


Liturgia de la Palabra

Primera lectura: Hech. 2, 14a-36-41

El apóstol Pedro exhorta al pueblo de Israel, y también a nosotros, pues todos hemos crucificado a Jesús, a pedir y acoger el perdón de Dios, para participar de la vida nueva de la Pascua.

Segunda lectura: I Ped. 2, 20b-25

Sigue hablándonos el apóstol Pedro. Ahora se refiere al valor de nuestro sufrimiento, unido al de Cristo, el Buen Pastor sacrificado como Cordero.

Evangelio: Jn. 10, 1-10

Jesús es el Supremo Pastor del rebaño de la humanidad y la Puerta viviente hacia la eternidad. Como ovejas, reconozcamos su voz en medio del bullicio del mundo, y sigámoslo fielmente.


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, se leyeron en la Misa presidida por el Papa Francisco en Budapest (Hungría), el 30 de abril de 2023, en el marco de su Viaje Apostólico:

Hermanos, la fiel escucha de la Palabra de Cristo, Buen Pastor y Puerta de las ovejas, se convierte ahora en plegaria que los hijos dirigen al Señor de la mies:

R. Escúchanos, Señor.

-Por el Papa N, obispos y presbíteros, para que velen por la Iglesia con la generosidad de Cristo, Buen Pastor.  R.

-Por la paz en el mundo, para que los gobernantes y cuantos tienen responsabilidad civil busquen el verdadero bien, a fin de que todas las naciones vivan en concordia. R.

-Por este pueblo, para que sea renovado con la alegría de nuestro Salvador resucitado y apueste a un futuro lleno de esperanza. R.

-Por la unidad de los cristianos, para que todos tus hijos sean reconducidos hacia la perfecta comunión Contigo y entre ellos, a fin de que haya un solo rebaño y un solo Pastor. R.

-Por las familias cristianas, para que se fíen de tu fidelidad y amor, y en el corazón de los jóvenes nazca el deseo de dar la vida por los hermanos. R.

-Por los llamados a una vocación de especial consagración, para que reciban de Ti la fuerza para acoger y  custodiar la gracia de tu llamado. R.

-Por nuestros hermanos difuntos, para que sean conducidos hacia la gloria de la Resurrección y alcancen la Vida eterna. R.

Oración  conclusiva

"Señor y Dios nuestro, escucha nuestra oración y haz que siguiendo a tu Hijo, Pastor y Cordero, nos dispongamos a caminar cada día en la sincera adhesión a tu voluntad. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor."

O bien: 

Pongamos nuestra confianza en Aquel que nos creó y vela paternalmente sobre nosotros:

R. Dios de bondad infinita, óyenos.

-Para que los creyentes, que a veces somos ovejas asediadas por lobos, y otras, lobos que asechan a las ovejas, dejando atrás lo que se opone a nuestra dignidad de cristianos, sigamos fielmente al Papa con la certeza de ir tras las huellas del Buen Pastor. R.

-Para que los que sienten el llamado al sacerdocio o a la vida consagrada, desasidos de todo lo mundano, respondan generosamente a la voz del Buen Pastor que los invita a ser pastores según su Corazón. R.

-Para que los sacerdotes que han abandonado su ministerio asaltados por la duda o fatigados por las exigencias del compromiso asumido, experimenten el abrazo misericordioso del Señor, que los pone de pie y vuelve a confiar en ellos. R.

-Para que las Congregaciones de religiosos y religiosas, en el respeto de su propia identidad, vivan y manifiesten ante el mundo el gran misterio de la comunión de la Iglesia, una e indivisa. R.

-Para que nuestros difuntos, especialmente los que han sido fieles pastores del rebaño del Señor, lleguen al gozo prometido de las eternas praderas del Cielo.R.
  
A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Dios, nuestro Padre, que en tu Hijo, nos has reabierto las puertas de la salvación, infunde en nosotros la sabiduría del Espíritu, para que en medio de las insidias del mundo, sepamos reconocer la voz de Cristo, Buen Pastor, que nos da vida en abundancia. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".


Ofertorio

"El pan y el vino se convierten, en cierto sentido, en símbolo de todo lo que lleva la asamblea eucarística, por sí misma, en ofrenda a Dios, y que ofrece en espíritu". (Cf. "El sacerdote en el Ofertorio de la Santa Misa". De la Oficina para las Celebraciones litúrgicas del Sumo Pontífice).


Comunión

Bone Pastor, Panis vere. (Buen Pastor, Pan verdadero).

"Así canta el pueblo cristiano ante el Sacramento del Altar, reconociendo la Presencia Real de Jesús, su Guía y Alimento en el camino hacia el Reino de los Cielos". (Cf. San Juan Pablo II, homilía del 21/04/02).

Adoremos en el corazón a nuestro Buen Pastor Resucitado con un cántico de gratitud y alabanza.


Despedida 

Como ovejas, el Señor nos ha apacentado con pastos de vida eterna. Permanezcamos junto a Él, que es "Deseo de los eternos collados" y podremos atravesar seguros las oscuras quebradas de la vida terrenal. (Cf. Sal. 22; Letanías del Sagrado Corazón de Jesús).


2 de mayo de 2017, memoria litúrgica de san Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia.
Entrada dedicada a él y a María, Magna Domina Hungarorum.
(Última actualización de la entrada: 27/4/23).

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