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viernes, 22 de septiembre de 2017

Dedicación de la basílica de Monte Senario: himnos litúrgicos




La Orden de los Siervos de María celebra cada 22 de septiembre la "memoria obligatoria" de la Dedicación de la Basílica de Monte Senario, y en la Liturgia de las Horas canta en su honor los siguientes himnos:


Oficio de lectura

¡Jerusalén, ciudad dichosa!
¡Jerusalén, visión de paz!
Sobre los cielos te levantas,
alta ciudad de piedras vivas,
y ángeles puros te coronan
como una joven desposada.

¡Monte Senario, cima sacra!
De los Siervos hogar y cuna:
en tus penas, en el sonoro
bosque de abetos perfumado
de los siete primeros Padres
la voz y el rostro se adivinan.

Allí en el azul vibrante,
en la luz blanca, encendida,
grabada queda, tenaz, fuerte,
de los Siete la huella santa:
de amor fraterno, de entrega
total a la Virgen gloriosa.

Gloria y honor al Dios Altísimo,
al Padre, al Hijo y al Paráclito.
Suyo el poder y la alabanza;
suyo el reinado por los siglos. Amén.


Laudes

Piedra angular y fundamento eres Tú, Cristo,
del templo espiritual que al Padre alaba,
en comunión de amor con el Espíritu
viviente, en lo más íntimo del alma.

Piedras vivas son todos los cristianos,
ciudad, reino de Dios edificándose
entre sonoros cánticos de júbilo indecible
al Rey del universo, templo santo.

El cosmos de alegría se estremece
al latido vital de nueva savia,
pregustando el gozo y la alegría
de un cielo y una tierra renovados.

Cantad, hijos de Dios, adelantados
del Cristo total, humanidad salvada,
en la que Dios en todos 
será todo para siempre,
comunión de vida en plenitud colmada. 

Entonad, siervos de santa María,
himnos de acción de gracias y alabanza:
sois racimos de la vid del Senario,
sois descendencia de los siete Santos.

Demos gracias al Padre, que nos llama
a ser hijos en el Hijo bienamado,
abramos nuestro espíritu al Espíritu, 
adoremos a Dios que a todos salva. Amén.


Vísperas

Nueva Jerusalén y ciudad santa,
nuevo Israel, nueva morada
de la comunidad de Dios en Cristo edificada,
Iglesia santa.

Esposa engalanada, con Cristo desposada
por obra del Espíritu en sólida alianza,
divino hogar, fuego de Dios que al mundo inflama,
Iglesia santa.

Edén de Dios y nuevo paraíso,
donde el nuevo Adán recrea a sus hermanos,
donde el «no» del pecador, por pura gracia,
el «sí» eterno de amar de Dios alcanza,
Iglesia santa.

Campo de Dios, alta cima, erguida
en el azul toscano es el Senario,
donde inflamados viven los siete Padres,
Familia santa.

Adoremos a Dios omnipotente y a su Espíritu,
que en el Hijo Jesús, Señor constituido,
del hombre que ha caído, raza de Dios levanta,
Iglesia santa. Amén.


22 de septiembre de 2017, para los Servitas, memoria litúrgica de la Dedicación de la Basílica de Monte Senario. Entrada dedicada a los siete santos fundadores de la Orden.

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