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viernes, 16 de noviembre de 2018

Todos los Santos de la Orden de los Siervos de María: himnos litúrgicos




 
Cada 16 de noviembre, la Orden de los Siervos de María celebra la "fiesta" de todos sus santos. Estos son los himnos litúrgicos propios:


Oficio de lectura

Por las veredas del Cielo
caminan hermanos nuestros.
Fueron discípulos fieles,
fueron de la Virgen siervos,
fueron de los siete Santos
hijos preclaros y buenos.

Dóciles a la Palabra,
libres son y sin mancha;
pobres, son ricos de gracia;
puros, son de amor llenos.

Viven mirando a la Virgen,
que fue sierva y ahora reina;
como ella la Palabra 
en el corazón conservan.

Humildes y sencillos
como ella creen y esperan;
con ella junto a la pena
del hombre que gime y sufre.

Como los primeros Padres,
siguen de Agustín la Regla:
amar a Dios y al hermano,
ser muchos un alma sola.

Por las veredas del Cielo
caminan hermanos nuestros.
Te alaben, Señor, los Siervos,
canten tus dones de gracia.

¡Qué grande, en medio de su pueblo,
el Dios que nos salva y ama! Amén.


Laudes

La serena luz del alba
anuncia la buena nueva:
de todos los santos Siervos
es hoy la anhelada fiesta.

Fiesta de muchos hermanos,
fieles amigos de Cristo,
entregados al servicio
de su Madre gloriosa.

Fue su regla el Evangelio,
vivir juntos su anhelo,
juntos caminar soñando
nueva tierra y nuevos cielos.

Vida de frailes llevaron:
única la frugal mesa;
único el pan y el vino, 
Cuerpo y Sangre de Cristo.

Resuena el coro de salmos:
oración que sube al Padre
para que del Cielo bajen
luz y paz, perdón y gracia.

En el Cielo baten palmas,
y con los Padres primeros
cruzan devota mirada
de hijos, hoy compañeros.

Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo
cantan los Siervos del Cielo
por los siglos de los siglos. Amén.


Vísperas

Astros lucen en el Cielo:
son de la Virgen los Siervos,
brillan de la luz de Cristo,
reflejan gloria divina.

Lejos quedaron las penas,
lejos el camino estrecho,
la soledad y la duda,
y la cruz de cada día.

Ya el servicio en reinado,
ya en vino de goce eterno
el agua fresca se ha trocado,
en nombre de Cristo dada.

Las largas horas pasadas
junto a la cruz del hombre
son ya siglos infinitos
sin llanto y sin gemido.

Ahora solo de cantar,
solo de amar es tiempo:
en puro gozo contemplar
la pura gloria de Cristo.

Alegre la voz y el rostro,
himnos cantan de alabanza:
¡qué bueno es haber servido
a la santa Madre de Cristo!

Te alaben, Señor, los Siervos,
canten tus dones de gracia.
¡Qué grande en medio de su pueblo,
el Dios que nos salva y ama! Amén.


16 de noviembre de 2018, para los servitas, fiesta de Todos los Santos de la Orden.
Entrada dedicada a ellos.

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