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domingo, 13 de enero de 2019

Bautismo del Señor: himnos litúrgicos




El primer domingo posterior a la Epifanía, (o, si esta ha sido trasladada a él, el lunes inmediatamente siguiente), la Iglesia universal celebra la "fiesta" del Bautismo del Señor. A continuación, se publican los himnos propios de la versión en latín de la Liturgia de las Horas, traducidos al español (A). Le siguen otros aprobados por la Santa Sede para algunas Conferencias Episcopales hispanohablantes (B):


A)

I Vísperas: A Patre Unigenite

Oh, Cristo Unigénito del Padre, 
que has, venido a nosotros a través de la Virgen: 
por Ti los hombres renacen a la vida de la fe, 
cuando los consagras mediante el agua del Bautismo.

Saliendo glorioso del Cielo, 
has asumido nuestra misma carne, 
para redimir con tu Muerte a los que habías creado, 
haciéndoles, de este modo, profundamente dichosos.

Te pedimos, Señor Redentor nuestro, 
que te dignes penetrar en nuestros corazones 
y les infundas esa divina claridad 
que Tú llevas Contigo.

Quédate, Jesús, con nosotros, 
alejando esta noche oscura, 
concédenos el consuelo de tu piedad, 
y purifica todos nuestros pecados.

Desde el Cielo, el Padre y el Espíritu Santo 
proclaman tu Divinidad; y nosotros, Señor, 
te glorificamos, a Ti, que eres la Verdad y la Vida. Amén.


Oficio de lectura y II Vísperas: Implente munus debitum

A la orilla del Jordán, donde Juan cumple su ministerio, 
el Creador del universo, en este día, 
penetrando en esas aguas, las purifica.

No pretende limpiarse, 
el que había nacido de las entrañas de la Virgen, 
sino borrar, en su Bautismo, los pecados de los hombres.

Mientras el Espíritu Santo, desde el Cielo, 
se manifiesta en forma de Paloma, 
se oye la voz del Padre que dice: «Éste es mi Hijo, el Amado».

En esta gran teofanía, resplandece la salvación para la Iglesia; 
el Dios Uno, por Quien fueron hechas todas las cosas, 
se revela, ahora, Trino en Personas.

Desde el Cielo, el Padre y el Espíritu Santo 
proclaman tu Divinidad: y nosotros, Señor, 
te glorificamos, a Ti, que eres la Verdad y la Vida. Amén.


Laudes: Iesus refulsit

Con un cántico de gloria, 
la muchedumbre de los fieles celebra al Señor, 
que resplandece como Redentor compasivo de todas las naciones.

A los treinta años de haber asumido 
un Cuerpo como el nuestro, Jesús, 
que carece de todo pecado, 
desciende a las aguas del Bautismo.

Juan, aunque gozoso, se estremece 
de tener que bautizar en el río, 
al que puede limpiar con su Sangre 
los pecados del género humano.

Desde el cielo la voz del Padre Omnipotente, 
da testimonio de su Hijo y se derrama la virtud del Espíritu Santo, 
de Quien manan todos los carismas.

Con nuestras voces suplicantes, te pedimos, Señor, 
que nos ampares e infundas tu luz en nuestras almas 
para que, de este modo, 
podamos mantenernos siempre limpios en tu servicio.

Desde el Cielo, el Padre y el Espíritu Santo 
proclaman tu Divinidad; y nosotros, Señor, 
te glorificamos, a Ti, que eres la Verdad y la Vida. Amén.



B)

I y II Vísperas

Mas ¿por qué se ha de lavar
el Autor de la limpieza?
Porque el bautismo hoy empieza
y Él lo quiere inaugurar.

Juan es gracia y tiene tantas,
que confiesa el mundo de él
que hombre no nació mayor
ni delante ni después.

Y, para que hubiera alguno
mayor que él, fue menester
que viniera a hacerse hombre
la Palabra que Dios es.

Esta Palabra hecha carne
que ahora Juan tiene a sus pies
esperando que la lave
sin haber hecho por qué.

Y se rompe todo el cielo
y entre las nubes se ve
una paloma que viene
a posarse sobre Él.

Y se oye la voz del Padre
que grita:”Tratadlo bien:
escuchadle, es el Maestro;
mi Hijo querido es”.

Y así Juan, al mismo tiempo,
vio a Dios en Personas Tres,
voz y paloma en los cielos,
y al Verbo eterno a sus pies. Amén.

O bien:

Porque el bautismo hoy empieza
y Él lo quiere inaugurar,
hoy se ha venido a lavar
el Autor de la limpieza.

Aunque es santo y redentor,
nos da ejemplo singular:
se quiere hoy purificar
como cualquier pecador.

Aunque Él mismo es la Hermosura
y no hay hermosura par,
hoy quiere al agua bajar
y hermosear nuestra basura.

Nadie lo hubiera pensado:
vino el pecado a quitar,
y se hace ahora pasar
por pecador y pecado.

Gracias, Bondad y Belleza,
pues te quisiste humillar
y no te pesó lavar
tu santidad y pureza. Amén.


Oficio de lectura

Una voz se levanta en el llano:
Convertíos y haced penitencias;
el Señor se sumerge en las aguas
para darnos la vida por ellas.

En Caná manifiesta su gloria
con el cambio del agua en el vino,
esperando la hora fijada
en que habrá de explicar este signo.

Escuchando tu voz, Padre amado,
veneramos a tu único Hijo,
sobre el Cual el Espíritu Santo
descendió para ser tu Testigo. Amén.

O bien:

Hoy dos extremos se han visto,
cuales nunca se verán:
Cristo arrodillado ante Juan,
y Juan bautizando a Cristo.

El mar y abismo profundo
de la pureza infinita,
que las inmundicias quita
y los pecados del mundo,
hoy del Bautista se ha visto
ser lavado en el Jordán;
Cristo arrodillado ante Juan,
y Juan bautizando a Cristo.

Bautiza la voz al Verbo,
el criado al Creador;
ved qué humildad de Señor
y qué autoridad de Siervo.
Favor otra vez no visto
entre los hijos de Adán,
Cristo arrodillado ante Juan,
y Juan bautizando a Cristo.

Los cielos se abren, y allí
la Voz del Padre ha entonado:
«Aqueste es mi Hijo amado,
en el Cual me complací.»
Y el Paráclito se ha visto,
testificando que están
Cristo arrodillado ante Juan,
y Juan bautizando a Cristo.

Qué grande misterio encierra
el Jordán; cantad, criaturas:
«Gloria a Dios en las alturas
y paz al hombre en la tierra.» Amén.


Laudes (otra traducción del himno de Oficio de lectura y II Vísperas de A).

A la orilla del Jordán,
descalza el alma y los pies,
bajan buscando pureza
doce tribus de Israel.

Piensan que a la puerta está
el Mesías del Señor
y que, para recibirlo,
gran limpieza es menester.

Bajan hombres y mujeres,
pobres y ricos también,
y Juan, sobre todos ellos,
derrama el agua y la fe.

Mas ¿por qué se ha de lavar
el Autor de la limpieza?
Porque el bautismo hoy empieza
y Él lo quiere inaugurar. Amén.


13 de enero de 2019, fiesta del Bautismo del Señor.
Entrada dedicada a Cristo en este primer misterio luminoso del santo Rosario.



2 comentarios:

  1. El clero está organizado en una jerarquía ascendente, basado en los tres grados del sacramento del orden (el Episcopado, el Presbiterado y el Diaconado), que va desde el diácono, pasando por el presbítero, obispo, arzobispo, primado, patriarca (en casos más especiales) y cardenal, hasta llegar al cargo supremo de Papa página web aquí

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  2. El Bautismo de Jesús se enmarca en el movimiento de Juan el Bautista que llamaba a su pueblo al Jordán (el río por el que el pueblo del Éxodo entró en la Tierra prometida) para comenzar, por la penitencia y el perdón de los pecados y marca ese momento trascendental, de cambio, que determina el futuro de Jesús Más claves

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