La siguiente oración, con las adaptaciones señaladas, puede emplearse también en el Día santo de Navidad:
"Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor". (Cf. Lc. 2, 11).
Señor Jesucristo, Salvador nuestro, Mesías prometido por el Padre:
Una vez más, nos has reunido en torno a la mesa en esta Noche (este Día) entrañable de tu Nacimiento.
Mientras te contemplamos pobre y pequeño, reconocemos en Ti al Dios verdadero, y te adoramos con la Virgen María y con san José, con los ángeles y los pastores.
Hoy, más que nunca, recordamos con nostalgia a los que ya no están físicamente entre nosotros. Pero a la vez los sentimos espiritualmente presentes, pues por el Misterio de tu Iglesia, haces de los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares, una sola familia, reunida en tu Nombre.
Por eso, en esta Nochebuena (Navidad), en comunión con los ángeles y santos, y unidos a todos los vivos y difuntos, te pedimos que nos bendigas junto con estos alimentos que vamos a compartir, y que te inclines sobre los que no tienen fe y sobre los que viven en la pobreza, la soledad o la enfermedad. Que nunca nadie, pero menos en esta bendita Noche (este bendito Día), se sienta excluido de tu mirada luminosa, compasiva y sanadora.
Una vez más, nos has reunido en torno a la mesa en esta Noche (este Día) entrañable de tu Nacimiento.
Mientras te contemplamos pobre y pequeño, reconocemos en Ti al Dios verdadero, y te adoramos con la Virgen María y con san José, con los ángeles y los pastores.
Hoy, más que nunca, recordamos con nostalgia a los que ya no están físicamente entre nosotros. Pero a la vez los sentimos espiritualmente presentes, pues por el Misterio de tu Iglesia, haces de los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares, una sola familia, reunida en tu Nombre.
Por eso, en esta Nochebuena (Navidad), en comunión con los ángeles y santos, y unidos a todos los vivos y difuntos, te pedimos que nos bendigas junto con estos alimentos que vamos a compartir, y que te inclines sobre los que no tienen fe y sobre los que viven en la pobreza, la soledad o la enfermedad. Que nunca nadie, pero menos en esta bendita Noche (este bendito Día), se sienta excluido de tu mirada luminosa, compasiva y sanadora.
Colma, Señor, el mundo entero con la luz de tu presencia y regálanos a todos los dones preciosos de la paz celestial y de la unidad fraternal. Tú, que vives y reinas con tu Padre y el Espíritu Santo, por los siglos eternos. Amén.
24 de diciembre de 2019, Santísima Nochebuena, en espera del Salvador que siempre viene a nosotros, sin haber dejado jamás de estar entre nosotros.
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