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miércoles, 22 de enero de 2020

Guion: Santa Misa con el rito de Ordenación diaconal


San Vicente, diácono y mártir
 
 


El siguiente guion puede adaptarse para ser empleado en la ordenación de un solo diácono.


Introducción

"Sacrificio y Banquete".

Con estas dos palabras podemos definir a la Santa Misa. Es "Banquete" en sentido metafórico, pues en ella, la Madre Iglesia nutre a sus hijos con los Manjares celestiales de la Palabra y de la Eucaristía.
Pero la Misa es, sobre todo, y no metafóricamente, "Sacrificio". Lo es en el sentido pleno del término: Hay altar, hay ministro de Dios y hay Víctima. La única diferencia es que esta Víctima, que es Jesús, aunque sigue ofreciéndose, sufrió de una sola vez y para siempre. Se trata entonces, de un único Sacrificio, que se renueva a lo largo de las generaciones.
En todo banquete se necesitan "servidores", y en todo sacrificio, hay ministros que asisten al que ofrece la víctima en nombre de la comunidad. 

Esta realidad, la de los servidores o ministros colaboradores, ha sido la razón de que hoy nos reuniésemos en torno al sucesor de los apóstoles, monseñor N, (arz)obispo (de esta diócesis/arquidiócesis) de N, quien, rodeado de algunos presbíteros, presidirá el Sacrificio y Banquete de la Nueva Alianza, y ordenará como diáconos a algunos hermanos nuestros.

Nos dice el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica:

"Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los Divinos Misterios sobre todo de la Eucaristía y en su distribución, asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamar el Evangelio y predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad". (Cf. n. 1570). 

Roguemos por la perseverancia en la fidelidad de los ordenandos y demos gracias a Dios por los frutos de santidad que, en todos los tiempos, el diaconado ha ofrecido a la Madre Iglesia.


Se celebra la Misa ritual "en la que se confieren las Sagradas Órdenes", *salvo en las solemnidades, Domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua, y en los días de la Octava pascual, en que debe decirse la Misa propia de tales días.

Se organiza la procesión de entrada, de acuerdo con las normas litúrgicas. Los ordenandos preceden inmediatamente al diácono que porta el Evangeliario, al que seguirán otros diáconos, si los hubiere. (Cf. Ritual de Órdenes -en adelante, "Ritual"-, 193, 221; Ceremonial de los Obispos, -en adelante, CE-, 497).

Puede cantarse el Kyrie.
El Gloria se canta si así lo estipula la liturgia del día.


Liturgia de la Palabra


Se proclaman las lecturas de la Misa ritual, o bien, las propias del día, si se trata de las celebraciones arriba mencionadas*.

Monición general para todas las lecturas: (para cualquier formulario)

En este sagrado Banquete, la Madre Iglesia nos ofrece ahora el Manjar de la Palabra de Dios, que ilumina nuestro entendimiento y orienta nuestra voluntad, para que aprendamos a ser auténticos servidores del Señor y de nuestros hermanos.

Escuchemos atenta y piadosamente. 

Una vez proclamado el Evangelio, el diácono acerca el Evangeliario al Obispo para que, si lo desea, bendiga al pueblo con aquel. Después, el mismo diácono vuelve a colocar dicho Libro santo sobre el Altar, como al comienzo de la Misa. (Ritual, 195, CE. 498).

Elección de los candidatos: 

Llamado de cada uno por su nombre (Ritual, 197; CE, 500) e interrogación al presbítero sobre la idoneidad de los candidatos (Ritual, 186, 198; CE, 501):

A continuación, el presbítero N, (se especifica el servicio que desempeña), pide al Obispo la ordenación diaconal de los candidatos y es interrogado acerca de la idoneidad de ellos.

Tiene lugar la homilía (Ritual, 199; CE, 502).

Después de la homilía:


Liturgia del sacramento de la Ordenación diaconal

Promesa de los elegidos (Ritual, 200, 201; CE, 502-506):

Los candidatos, de pie ante el Obispo y los fieles, manifiestan la voluntad de desempeñar su ministerio según los deseos de Cristo y la Iglesia, en colaboración con los sacerdotes y bajo la paterna autoridad de su Obispo.

Súplica litánica (Ritual, 186, 202, 203; CE, 507):

Invoquemos a los moradores de la Jerusalén celeste y pidámosle que con su ejemplo e intercesión, los candidatos sean fieles a su ministerio, sirviendo a Cristo y a la Iglesia, para gloria de Dios y salvación de las almas.

Se cantan las Letanías de los santos. (De rodillas, salvo en un domingo o durante el Tiempo de Pascua). Dichas Letanías hacen las veces de la Oración universal en esta Misa.

Imposición de las manos y Plegaria de Ordenación (Ritual, 187, 205, 207; CE, 509, 510):
Mediante la imposición de las manos, de origen apostólico, y la Plegaria de la Iglesia para tal fin, el Obispo confiere la Ordenación diaconal a los candidatos, con lo cual ingresan formalmente en el estado clerical.

Vestición (Ritual, 188, 208; CE, 511):

Los recién ordenados son revestidos (por sus padrinos) con los ornamentos propios de su estado: sobre el alba, la estola que cae de uno de los hombros y se sujeta en la cintura del lado opuesto; y encima de todo, la dalmática.

Entrega del Evangeliario (Ritual, 188, 210, 238; CE, 512):

Es propio del diácono "leer las Sagradas Escrituras a los fieles" (Ritual, 174), y lo es de un modo particular en el contexto de las celebraciones litúrgicas. Puntualmente la proclamación del Evangelio en la Santa Misa, es tarea exclusiva del diácono, cuando este se halle presente.

Queriendo recordar todo esto, el Obispo entrega el Libro de los Evangelios a los neodiáconos, quienes desde ahora serán en todas partes verdaderos heraldos de la Buena Nueva de la salvación.

Saludo del Colegio Episcopal (Ritual, 211, 212, 239; CE, 513):

El Obispo ofrece el saludo de paz a los ordenados, y luego, los diáconos eventualmente presentes hacen lo mismo, acogiendo con gozo a sus nuevos hermanos en el Orden diaconal.

Con ese saludo termina el rito sacramental.

El Credo se canta o recita si así lo establecen las normas en la liturgia del día. Se omite la Oración de los fieles, pues ha sido suplida por las Letanías de los santos. (Cf. Ritual, 185, 213, 241; CE, 592).


Liturgia de la Eucaristía

Ofertorio

Ahora serán presentados los dones eucarísticos de pan y vino, y a partir de este momento, los nuevos diáconos ejercerán por primera vez el ministerio de servicio litúrgico que hoy les ha confiado la Santa Madre Iglesia.

Si se celebra la Misa Ritual, se emplea el Prefacio de Ordenaciones II: "Cristo, origen de todo ministerio eclesial". 

En las solemnidades, Domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua y días de la Octava pascual, se usa el Prefacio que corresponde a esos días en cada caso.
 
Cada una de las cuatro principales Plegarias Eucarísticas del Misal tiene alusiones propias a los diáconos recién ordenados. (Cf. Ritual 214; CE, 516).


Comunión

Ha llegado el momento de recibir el Pan de los Ángeles, el mismo ante el que se postraron y del que se alimentaron los justos de todos los tiempos.

Pidamos particularmente a los santos diáconos de todas las generaciones, Esteban (26/12), Lorenzo (10/8), Vicente (22/1), Efrén (9/6), Francisco (4/10) y tantos otros, que iluminen el corazón de los recién ordenados, para que siempre la Eucaristía sea el centro de sus vidas.

Los santos antes mencionados son los únicos diáconos inscriptos en el Calendario Romano General.


Despedida

“Portando el tesoro de la unión con Cristo en vasos de barro, tenemos una necesidad continua de regresar al santo Altar, hasta que, en el Paraíso, gocemos plenamente de la santidad del Banquete de Bodas del Cordero”. (S.S. Francisco, "Catequesis sobre la Santa Misa", 4/4/18).

Con la alegría expresada en el canto, concluimos esta celebración.


22 de enero de 2020, memoria litúrgica de san Vicente, diácono y mártir.
Entrada dedicada a él y a todos los santos y beatos diáconos.

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