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miércoles, 17 de febrero de 2021

Misas votivas pasionistas I: "Jesús es flagelado"


 

 

 

La Congregación de la Pasión posee el tesoro espiritual de un conjunto de Misas votivas sobre el Misterio del que recibe su nombre. Transcribo a continuación, el formulario completo de la Misa votiva I: "Jesús es flagelado", precedido por una nota histórica general sobre las Misas votivas y otra particular sobre el recién mencionado formulario, tal y como se halla en el Misal propio de los padres pasionistas:

 


INTRODUCCIÓN A LAS MISAS VOTIVAS

 

La celebración de las Misas y Oficios votivos de la Pasión se inició en vida de nuestro Fundador, como resultado de un Rescripto de la Santa Sede, con fecha 15 de enero de 1773, por medio del cual se acoge la petición presentada por san Pablo de la Cruz: “Beatísimo Padre, Pablo de la Cruz, Prepósito General de la Congregación de la Santísima Cruz y Pasión de nuestro Señor Jesucristo, su humilde servidor, después de besar sus pies y con sumo respeto, suplica a Su Santidad conceda a toda nuestra Congregación y a las Monjas de la Pasión la facultad y el privilegio de poder celebrar y recitar los Oficios y Misas siguientes, concernientes a la Pasión de Jesucristo, con el mismo rito prescrito en el Breviario y Misal Romano Pro aliquibus locis: "Las cinco llagas", "La corona de espinas", "La preciosísima Sangre", "La lanza y los clavos", "Los siete dolores de la Virgen María", "La Sábana santa" y "La santísima Cruz” (Boletín de la Congregación, 1928, p. 170). El nombre y número de los misterios celebrados ha ido sufriendo modificaciones a lo largo de los años en la medida en que se iban perfeccionando estas celebraciones. Hay que notar que, mientras anteriormente los nombres de los Oficios se referían a los instrumentos de la Pasión, como camino para llegar al misterio mismo de la Pasión, actualmente, con más precisión teológica, se presenta la persona de Jesucristo, que vive el misterio de la Pasión y se ofrece a nosotros como Memoria Passionis. Carecemos de datos precisos sobre la historia de la composición de los textos de cada una de las Misas votivas de la Pasión. Su origen se debe, en la mayoría de los casos, a las iglesias locales, que celebraban fiestas en honor de los instrumentos o reliquias de la Pasión que poseían. En nuestra Congregación, el ordenamiento actual de las Misas votivas de la Pasión se inicia con la primera edición del “Misal Propio de la Congregación de la Pasión de Jesucristo”, aprobado por la Sagrada Congregación para el Culto Divino el 18 de febrero de 1975 y publicado por nuestra Curia General el 15 de mayo de 1975 (edición italiana). Aún teniendo presentes las recomendaciones de las normas litúrgicas para que la multiplicación de los Oficios y Misas votivas no interrumpa en exceso el ritmo de los ciclos litúrgicos, es deseable, que la elección no se limite exclusivamente a los Oficios y Misas votivos de la Pasión (los siete primeros), sino que se elija también entre las demás fiestas y memorias de la Pasión inscritas en nuestro calendario propio. De esta manera la liturgia de nuestra Congregación ofrece a cada comunidad y a cada religioso un medio eficaz para que la Memoria Passionis, celebrada y vivida a lo largo del año, realice nuestra vocación particular de “ser imagen de su Hijo” (Rm 8, 29).

 

 

 

Santa Misa: "Jesús es flagelado"

 

Las primeras celebraciones litúrgicas del misterio de la Flagelación de Jesús se inician en la Edad Media con ocasión del traslado de la Columna de la Flagelación de Oriente a Roma, en el año 1223. El Oficio de la Flagelación se introduce en nuestra Congregación el 13 de septiembre de 1898, por rescripto de la Santa Sede. Escribe santo Tomás: “Del misterio de la Pasión se deriva para los hombres una exigencia mayor para conservarse inmunes del pecado, según la exhortación paulina: "Os han comprado pagando; glorificad a Dios con vuestro cuerpo" (I Co 6, 20)”. (Sum. Th., III, q. 46, a. 3).

 

 

Antífona de entrada Is 53,5

 

Traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron.

 

 

 

Oración colecta 

 

Señor Jesucristo, que por nuestra salvación te sometiste al tormento de los azotes, en la debilidad de tu humana naturaleza: purifícanos con tu sangre salvadora a quienes piadosamente recordamos tus tormentos. Tú que vives y reinas...

 

 

Liturgia de la Palabra: Is. 63, 1-9; Sal 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24. (R. La Pasión de Cristo esté siempre grabada en nuestro corazón); Aleluya: (Cf. Ap. 1, 5ab: Jesucristo, tú eres el Testigo fiel, el Primogénito de entre los muertos; tú nos amaste y nos has librado de nuestros pecados por tu Sangre); Jn. 18, 38_19, 1.

 

 

Oración de los fieles

 

Oremos, hermanos, al Señor, que con la sangre preciosa de Jesucristo ha sanado las heridas de los hombres, y pidámosle que extienda su mano salvadora a todos los que han sido redimidos por la cruz gloriosa de su Hijo:

 

1. Para que Dios conceda a la Iglesia un conocimiento cada día más profundo del misterio de la muerte del Señor y ayude a los fieles a manifestarlo en sus propias vidas, roguemos al Señor.

 

2. Para que en todo el mundo sea respetada la libertad de conciencia de los hombres, redimidos con la sangre preciosa de Cristo, roguemos al Señor.

 

3. Para que, por el misterio de la muerte del Señor, los pecadores obtengan el perdón, los débiles se sientan fortalecidos, los tristes, consolados,y los agonizantes encuentren la fuerza que necesitan en su tránsito, roguemos al Señor.

 

4. Para que el Redentor del mundo, que oró con lágrimas en la cruz, interceda ante el Padre por todos los hombres,roguemos al Señor.


5. Para que a nosotros, sus siervos, que recordamos con veneración su cruz, nos reanime con la fuerza de su resurrección,roguemos al Señor.


Señor, Dios y Padre nuestro,que por la pasión de tu Hijo nos has dado la vida, escucha nuestras oraciones y haz que la sangre de Cristo nos purifique de todo pecado. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

 

Oración sobre las ofrendas

 

Por este sagrado intercambio de dones, inflámanos, Dios omnipotente, en aquel ardiente amor que llevó a tu único Hijo a ser azotado por nuestra salvación. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos...

 

 

PREFACIO

 

Cristo, Varón de Dolores, por voluntad del Padre

 
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
alabarte y darte gracias siempre por tus beneficios,
por Jesucristo, tu Hijo amado,
al que nos enviaste como Salvador y Redentor.

Él, en cumplimiento de tu voluntad,
padeció libremente azotes, espinas y ultrajes
y tormentos indecibles hasta la muerte de Cruz,
convirtiéndose así en Varón de Dolores;
con el misterio inefable de su Pasión,
satisfizo enteramente a tu justicia por nosotros,
ofreciéndose a ti cual víctima de expiación,
y nos dio una vida nueva y la bienaventuranza eterna.

Por él se alegran los Ángeles
y eternamente adoran la gloria de tu rostro. 


Concédenos, Señor, unir nuestras humildes voces a su canto...

Santo, Santo, Santo...


 

Antífona de comunión Rm. 5, 10

 

Fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo: ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida!

 

 

Oración después de la comunión

 

La divina Eucaristía, Señor, que hemos ofrecido y recibido, recordando devotamente la Flagelación de tu Hijo, sea para nosotros principio de nueva vida, de modo que, unidos a ti en el amor, produzcamos frutos que perduren por siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 


17 de febrero de 2021, Miércoles de Ceniza.
Entrada dedicada a Jesucristo en el misterio de su santo Ayuno de cuarenta días y cuarenta noches.

 

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