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sábado, 1 de octubre de 2022

Santa Misa: "Nuestra Señora del Rosario del Milagro"

 



Cada primer domingo de octubre, la Arquidiócesis de Córdoba, en Argentina, celebra la solemnidad de su patrona, la Virgen del Rosario del Milagro. Este es el formulario propio para la Misa:



SANTA MISA
 

Antífona de entrada 

¡Feliz de ti, María, por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor! Lc. 1, 44 


Oración colecta 

Dios, Salvador de los hombres, que por medio de la Bienaventurada Virgen María, Arca de la Nueva Alianza, llevaste la salvación y el gozo a tu pueblo, concede a los que celebramos esta solemnidad de la Madre de Dios, ser dóciles a las inspiraciones del Espíritu para poder llevar a Cristo a los hermanos y proclamar tus grandezas con nuestras alabanzas y la santidad de nuestras vidas. Por nuestro Señor Jesucristo... 


Liturgia de la Palabra

Primera lectura 

El Arca de la Alianza, causa de alegría. 

Lectura del Segundo Libro de Samuel 12, 12-15. 17-19 

Cuando informaron a David: "El Señor ha bendecido a la familia de Obededom y todos sus bienes a causa del Arca de Dios", David partió e hizo subir el Arca de Dios desde la casa de Obededom a la Ciudad de David, con gran alegría. Los que transportaban el Arca del Señor avanzaron seis pasos, y él sacrificó un buey y un ternero ceba do. David, que solo llevaba ceñido un efod de lino, iba danzando con todas sus fuerzas delante del Señor. Así, David, y toda la casa de Israel subieron el Arca del Señor en medio de aclamaciones y al sonido de trompetas. Llegados a la Ciudad de David, introdujeron el Arca del Señor y la instalaron en su sitio, en medio de la carpa que David había levantado para ella, y David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión delante del Señor. Cuando David terminó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre del Señor del Universo. Después repartió a todo el pueblo, a toda la multitud de Israel, hombres y mujeres, una hogaza de pan, un pastel de dátiles y uno de pasas de uva por persona. Luego, todo el pueblo se fue, cada uno a su casa.
 
Palabra de Dios.

O bien: 

Yo mismo les daré una señal. 

Lectura del Libro del profeta Isaías 7, 2-4. 10-14; 8, 10 

Cuando se informó a la casa de David: "Aram está acampando en Efraím", se estremeció su corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque. El Señor dijo a Isaías: "Ve al encuentro de Ajaz, tú y tu hijo Sear Iasub, al extremo del canal del estanque superior, sobre la senda del campo del Tintorero. Tú le dirás: Mantente alerta y no pierdas la calma; no temas, y que tu corazón no se intimide ante esos dos cabos de tizones humeantes, ante el furor de Resín de Aram y del hijo de Remalías". 
Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos: "Pide para ti una señal de parte del Señor, en lo profundo del abismo, o arriba, en las alturas". Pero Ajaz respondió: "No lo pediré ni tentaré al Señor". Isaías dijo: "Escucha, entonces, Casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios? Por eso, el Señor mismo les dará un signo. Miren, la virgen está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel", que significa "Dios está con nosotros". 

Palabra de Dios.


Salmo 131,8-9.13-14.15-16 

R. Aquí estarás por siempre, Virgen María, porque así lo has querido.

¡Levántate, Señor, entra en el lugar de tu Reposo, tú y tu Arca poderosa! Que tus sacerdotes se revistan de justicia y tus fieles griten de alegría. R.

Porque el Señor eligió a Sion y la deseó para que fuera su Morada: "Este es mi Reposo para siempre. Aquí habitaré porque lo he deseado". R. 

Yo lo bendeciré con abundantes provisiones y saciaré de pan a sus pobres. Revestiré a los sacerdotes con la salvación y sus fieles gritarán de alegría. R. 


Segunda lectura:

Una gran señal apareció en el Cielo.

Lectura del libro del Apocalipsis 11,9a; 12,1-6a.10ab

Se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el Arca de la Alianza.
Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz. Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema. Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera.
La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta Dios y hasta su trono, y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio.
Y escuché una voz potente que resonó en el cielo: «Ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías».

Palabra de Dios.


Versículo del Evangelio: Jn. 19, 26-27

Jesús dijo al discípulo: "He aquí a tu Madre. Luego dijo a la Mujer: "He aquí a tu hijo".

Evangelio:

+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1,39-47

En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
«¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
María dijo entonces:
«Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador».

Palabra del Señor.

Oración sobre las ofrendas 

Te rogamos, Señor, que nuestras ofrendas las santifique aquel mismo Espíritu que formó a la Virgen María como nueva criatura, para que de ella, inundada del rocío celestial, naciera el fruto de la salvación, Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.



Antífona de Comunión Cf. Lc. 1, 48
 
Me llamarán Bienaventurada todas las generaciones porque Dios miró con bondad la pequeñez de su servidora. 


Oración después de la Comunión 

Tu Iglesia, Señor, nutrida con los sacramentos divinos y llena del Espíritu Santo, a imitación de María, siempre Virgen, vaya gozosa al encuentro de todos los pueblos, para que, al oír las palabras de salvación, se alegren por la redención cumplida y reconozcan a Cristo como su Salvador. Que vive y reina por los siglos de los siglos.



1° de octubre de 2022, en la Arquidiócesis de Córdoba (Argentina), primeras Vísperas de la solemnidad de la patrona, Nuestra Señora del Rosario del Milagro.
Entrada dedicada a ella.


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