La versión digitalizada del Misal Romano de la Conferencia Episcopal Argentina, en el n. 34 b, ha publicado el siguiente Prefacio, precedido de su correspondiente rúbrica:
"María, la Nueva Eva"
Este Prefacio se dice el cuarto domingo de Adviento y en las Misas del tiempo, desde el día 17 hasta el día 24 de diciembre, así como en las restantes Misas que se celebran durante este mismo tiempo y no tienen Prefacio propio.
PREFACIO
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
alabarte, bendecirte y glorificarte,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por el misterio de la Virgen Madre.
Del antiguo adversario nos vino la ruina,
pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida
aquel que nos nutre con el Pan de los ángeles,
y surgieron para todo el género humano
la salvación y la paz.
La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María;
su maternidad redimida del pecado y de la muerte,
se abre al don de una vida nueva.
para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia,
por Cristo, nuestro Salvador.
Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo,
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
es nuestro deber y salvación
alabarte, bendecirte y glorificarte,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por el misterio de la Virgen Madre.
Del antiguo adversario nos vino la ruina,
pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida
aquel que nos nutre con el Pan de los ángeles,
y surgieron para todo el género humano
la salvación y la paz.
La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María;
su maternidad redimida del pecado y de la muerte,
se abre al don de una vida nueva.
para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia,
por Cristo, nuestro Salvador.
Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo,
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
18 de diciembre de 2022, Domingo IV de Adviento.
Entrada dedicada a Jesús, Adonai et Dux Domus Isräel.
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