Los siguientes "Gozos" en honor de la virgen y mártir santa Águeda, se han extraído de un Novenario impreso en España, en 1860 (pp. 32-35)
Se cantaban desde antiguo en la Capilla sita en la Plaza del Rey, en Barcelona. Allí, Carlos V, fiel devoto, aprobó la Cofradía de tan esclarecida hija de la Iglesia. Ese lugar se ha preciado durante mucho tiempo de albergar la reliquia de la piedra donde se colocaron los senos que, cruelmente, amputaron a la santa.
GOZOS
Pues con laurel virginal lucís,
mártir coronada, sednos,
Águeda, abogada,
en esta vida mortal.
(Se repite la estrofa anterior luego de cada una de las siguientes)
De familia esclarecida,
sol de Sicilia naciste
y a Jesucristo serviste
como su esclava rendida.
Éste es blasón celestial
que más te ilustra y agrada.
De vuestra extraña belleza,
enamorado Quinciano,
intentó rendir tirano
vuestra virginal pureza:
llevaste triunfo cabal
por treinta días tentada.
Tus superiores talentos
confundieron al pretor,
y él, ciego, apeló al rigor
de ecúleos y otros tormentos;
en todos te ven igual:
firme, alegre y agraciada.
Sufrís todos sus despechos,
hasta el furor inhumano
de cortar infame mano
vuestros virginales pechos:
esa víctima especial
dejáis a Dios consagrada.
"¿No te avergüenzas, _dijiste_,
cruel a más no poder,
de cortar a una mujer,
lo que en tu madre bebiste?
A los del alma inmortal
no llega tu fiera espada."
Tus pechos y heridas sana
san Pedro con fiel desvelo
y tú das gracias al Cielo
por merced tan soberana;
quedas toda angelical,
tan noblemente curada.
Carbones de fuego aplica
a tu cuerpo el vil pretor
mas el fuego de tu amor
incendio mayor explica.
Sales del tormento
tal más lúcida que abrasada.
En la cárcel recogida,
a vuestro esposo anheláis,
y ferviente le rogáis
que os suba a la eterna Vida.
Él, amante y liberal, al Cielo
luego os traslada.
Con una bella inscripción
que en tu sepulcro gravaron,
los ángeles celebran tu mérito
y protección. De tus tiranos,
fatal fue la muerte y desgraciada.
A los demonios vencéis,
de terremotos libráis,
flujos de sangre curáis,
los incendios detenéis.
Vale contra todo mal
vuestra intercesión sagrada.
Las mujeres que os imploran
en los males de sus pechos,
viéndolos por vos deshechos,
por su médica os veneran.
Dadles socorro puntual,
de sus penas, apiadada.
Carlos Quinto, Emperador,
con quien fuiste siempre pía,
aprobó la Cofradía erigida
a vuestro honor en su Capilla real,
de muchas gracias dotada.
La piedra que recibió tus pechos,
cuando cortados,
veneramos humillados
por la dicha que logró;
de gracias, da gran caudal,
con viva fe venerada.
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San Pedro cura a santa Águeda |
5 de febrero de 2024, memoria litúrgica de santa Águeda, virgen y mártir.
Entrada dedicada a ella.
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