Páginas

martes, 22 de mayo de 2012

Guión: Solemnidad de Pentecostés





Formulario de Misa: aquí.


Celebración extensa de la Vigilia: aquí.


Ritos iniciales


Teniendo en cuenta la importancia de Pentecostés dentro del Año litúrgico (solo superada por Pascua y Navidad), es conveniente celebrar la Misa con la mayor solemnidad posible. Conviene realizar la procesión de entrada, acompañada por un cántico de invocación al Espíritu del Señor, que puede ser el Veni Creator, hoy enriquecido con indulgencia plenaria, bajo las condiciones acostumbradas (Cf. Enchiridion indulgentiarum, concessio  26. 1). O bien, evocando el Cenáculo de Jerusalén en el que la Santísima Virgen y los Apóstoles recibieron la efusión del Espíritu Paráclito, puede realizarse el siguiente cántico litánico que acompañe la procesión de entrada. Se trata de unas letanías "apostólicas", pues mencionan, luego de la Madre de Dios, a todos los apóstoles del Señor. No se trata de un texto distinto de los aprobados por la Santa Sede sino de tres invocaciones marianas tradicionales en la Iglesia, seguidas de la simplificación del esquema largo de letanías, o del formulario establecido para la Ordenación episcopal. Ambos están vigentes en la liturgia actual:

Kyrie eleison
Christe eleison
Kyrie eleison


(De ahora en más, cada invocación se responde, según el caso, cantando: "ruega/rueguen por nosotros")


Santa María,
Esposa del Espíritu Santo,
Reina de los Apóstoles,

San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,

Santiago el Mayor,
San Juan,
Santiago el Menor,

Santo Tomás,
San Felipe,
San Mateo,

San Bartolomé,
San Simón (de Zelotes),
San Judas Tadeo,

San Matías,
San Bernabé,

Santa María Magdalena (es considerada "apóstol de apóstoles"),
Santos Discípulos del Señor,
  
(Se puede realizar la conclusión tradicional de toda letanía, que establece la invocación a Cristo, Cordero de Dios).


Introducción

"Veni Sancte Spiritus!"

Con esta invocación al Espíritu del Señor Resucitado, la liturgia de la Iglesia nos invita a pedir constantemente al Hijo que dé cumplimiento a su promesa de no dejarnos huérfanos, de enviar al Celestial Abogado.

El Espíritu todopoderoso de Dios, presente desde los orígenes de la creación, es el que iluminó a los Patriarcas para que creyeran en la promesa del Mesías que había de venir; es el que inspiró a los Profetas para que no permitieran que el pueblo de la primera alianza se apartara del camino de la verdad; es Quien descendió sobre el Hijo de Dios cuando Este era bautizado por Juan en el Jordán; es el mismo que resucitó al Señor Jesús de entre los muertos, y que en el primer Pentecostés cristiano, colmó de sus dones a la Madre del Mesías y al Colegio Apostólico, dando origen a la única y verdadera Iglesia de Dios.

Es el mismo Espíritu, Dios verdadero como el Padre y el Hijo, que a lo largo de la historia ha llevado a cabo, por medio de la Iglesia, la obra de santificación de los hombres.

Él está presente aquí y ahora, vivo como el Padre y como el Hijo, de Quienes procede.

Como porción del rebaño del Señor, invoquémoslo, con María, la Madre de Jesús, y pidámosle que haga nuevas todas las cosas.

El sacerdote pronuncia el saludo litúrgico propio.

Kyrie

Tu Espíritu nos instruye, Kyrie, eleison.
Tu Espíritu nos sana, Christe eleison.
Tu Espíritu nos santifica, Kyrie eleison.

O bien, puede realizarse el rito de la bendición y aspersión con el agua:


"Hermanos queridos:
En este día de Pentecostés, en el que el Padre ha infundido en los Apóstoles los dones del Paráclito, invoquemos sobre esta agua la presencia del Espíritu Creador, para que se reavive en nosotros la gracia de los sacramentos pascuales que hemos recibido como don". (Cf. Misa papal 2022):

El celebrante principal bendice el agua empleando el formulario correspondiente tomado del Misal. Luego rocía con ella a la asamblea mientras se canta la antífona pascual Vidi aquam u otra adecuada.



Himno Gloria in excelsis

Puede introducirse con estas palabras u otras semejantes:

Con la efusión del Espíritu de la Verdad hoy ha nacido la Única Iglesia de Dios, Católica e indivisa. Glorifiquemos al Padre Eterno, a su Hijo Unigénito, y al mismo Espíritu Santo que de Ellos procede.


Liturgia de la Palabra 

Lecturas para los tres ciclos:

En el Ciclo A: Hech. 2, 1-11; Sal. 103, 1ab. 24ac. 29b-31.34; I Cor. 12, 3b-7. 12-13 (o bien, Gál. 5, 16-25); Jn. 20, 19-23 (o bien, Jn. 15, 26-27; 16, 12-15).

En el Ciclo B: Hech. 2, 1-11; Sal. 103, 1ab. 24ac. 29b-31.34; I Cor. 12, 3b-7. 12-13 (o bien, Gál. 5, 16-25); Jn. 20, 19-23 (o bien, Jn. 15, 26-27; 16, 12-15).

En el Ciclo C:
Hech. 2, 1-11; Sal. 103, 1ab. 24ac. 29b-31.34; I Cor. 12, 3b-7. 12-13; (o bien. Rom. 8, 8-17); Jn. 14, 15-16. 23b-26; (o bien, Jn. 20, 19-23).


Monición general: (puede usarse también para las lecturas de la Misa vespertina de la Vigilia).

Ven, Espíritu Santo, abre nuestro entendimiento y nuestro corazón, para que escuchemos atentamente el mensaje de las Escrituras que inspiraste, lo acojamos humildemente, y lo vivamos verdaderamente. 


Secuencia (en la Misa del día)


Luego de la segunda lectura, se canta o recita la Secuencia de Pentecostés: Veni, Sancte Spiritus. Puede introducirse con las siguientes u otras palabras semejantes; durante el canto o la recitación, todos permanecen sentados, según las normas litúrgicas vigentes (V. Misas papales).

Procurando que las palabras concuerden con el corazón, nos sumamos a la súplica unánime de la Iglesia Esposa, que invoca al Espíritu del amor y de la unidad.


Alleluia.


Mientras se canta el Alleluia puede realizarse una procesión con el Evangeliario, de acuerdo con las normas litúrgicas.

Después de la proclamación del Evangelio y de la homilía, se canta o reza el Credo.


Oración de los fieles

Para la Vigilia, se puede emplear el siguiente formulario, que es una adaptación del usado en la misma Misa papal de la Vigilia de Pentecostés, el 8 de junio de 2019 y también en la Misa del Domingo de Pentecostés, el 31 de mayo de 2020,  ambas presididas por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro y en la Basílica Vaticana, respectivamente:

Queridísimos hermanos, dóciles al Espíritu, que ruega en nosotros con gemidos inefables, elevemos al Señor nuestra plegaria común:

R. Señor, escucha el clamor de tu pueblo.

-El Espíritu Santo conserve en la unidad a la Iglesia Universal, haga resplandecer en ella la luz del Resucitado y la vuelva cada vez más atenta a las necesidades de los más pobres. R.

-El Espíritu Santo reavive en la Iglesia de N (se menciona la Iglesia particular), la frescura del anuncio, la alegría de servir a los pequeños, y la perseverancia en una vida evangélica, audaz y libre. R.

-El Espíritu Santo abra el corazón de los gobernantes y ciudadanos a la búsqueda del verdadero bien, de la justicia y la paz, venza el miedo y la indiferencia, y haga de todo encuentro una ocasión propicia de salvación. R.

-El Espíritu Santo colme de sus sagrados dones (a los que se preparan para recibir la Confirmación) o bien (a los consagrados), los conduzca tras las huellas de Cristo pobre, dulce y obediente, y los abra a la caridad fraterna. R.

-El Espíritu Santo, fuente y vínculo de comunión, haga de nosotros aquí reunidos, ofrenda agradable a Dios y acreciente en cada uno la fragancia de Cristo. R.
 
Oración conclusiva

"Acoge, Padre, la plegaria unánime de tus hijos, y renueva en nosotros los prodigios de aquel Pentecostés que colmó de gracia a la Iglesia naciente. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".
 
O bien:


En esta hora crucial de la historia, pidamos a Dios la gracia de un renovado Pentecostés para la Iglesia y el mundo:

R. Veni Sancte Spiritus o R. Padre, danos tu Espíritu

-Para que la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica, y que tiene su Sede en Roma, crezca en al amor, y pueda llevar el Don del Espíritu hasta los puntos más remotos del Planeta. Oremos.

-Para que el Papa N, Vicario de Cristo, elegido y sostenido por voluntad del Espíritu Santo, se vea libre de las asenchanzas del padre de la mentira, y pueda ejercer plenamente su misión como garante de la verdad y de la unidad. Oremos.

-Para que los gobernantes de las naciones, con humildad, abran su corazón a las inspiraciones del Espíritu Santo de amor y de paz. Oremos.

-Para que los que sufren en el cuerpo o el alma, experimenten el consuelo celestial del Espíritu que sana toda herida y mantiene encendida en los hombre la llama de la esperanza. Oremos.

-Para que los que se preparan para recibir el sacramento de la Confirmación cuenten con el apoyo de la comunidad a la que pertenecen y con el ejemplo genuinamente cristiano de sus formadores, padres y padrinos. Oremos.

Oración conclusiva

"Oh, Padre, que siempre escuchas el clamor de tus hijos, y te les manifiestas como a Moisés en la zarza, haz arder nuestro corazón en tu amor y renueva en la Iglesia la efusión del Espíritu Santo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".
 

Para la Misa del día puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Santa Misa de Pentecostés presidida por el Papa Francisco el 15 de mayo de 2016 en la Basílica Vaticana:

Hermanos e hijos queridos:

El Espíritu Santo, infundido en nuestros corazones, nos haga capaces de orar. Impulsados por Él, depositamos nuestra confianza en el Padre y oramos así:

R. Veni, Sancte Spiritus

-Oremos por la santa Iglesia de Dios.

+La riqueza de los dones del Espíritu Santo le dé fortaleza en el anuncio de la verdad y la haga resplandecer con la Buena Nueva de la Pascua de Jesús. R.

-Oremos por los legisladores y gobernantes.

+La sabiduría que desciende de lo alto los libre de las prisiones de la mundanidad y los guíe en la búsqueda del verdadero bien de toda persona. R.

-Oremos por las vocaciones al sacerdocio.

+El Espíritu Santo, que escruta los secretos de Dios y que conoce el corazón del hombre, muestre a los jóvenes su vocación y los haga generosos en el don de sí. R.

-Oremos por los cristianos que atraviesan diversas dificultades.

+La fortaleza del Espíritu Santo los haga intrépidos ante la prueba y la persecución, y que su generoso sacrificio reavive la fe de los vacilantes. R.

-Oremos por los pobres y por los sufrientes.

+El Espíritu Consolador los mantenga en comunión, los abra a la esperanza, y suscite en sus hermanos el compromiso de una ardiente caridad. R.

O bien:

Puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Santa Misa de Pentecostés presidida por el Papa Francisco el 4 de junio de 2017 en la Basílica Vaticana:

Hermanos, animados por el Espíritu del Señor Resucitado, dirijamos confiados nuestras súplicas a Dios Padre, Fuente de todo don:

R. Te rogamos, óyenos.

-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.

+Nútrela, Padre, con tu Espíritu Santo, y congrégala en la comunión de la única fe y del único amor. R.

-Oremos por los gobernantes.

+Cólmalos, Padre, con tu Santo Espíritu, y guíalos en la búsqueda de la auténtica justicia y de la verdadera paz. R.

-Oremos por los cristianos perseguidos.

+Confórtalos, Padre, con tu Espíritu Santo, y haz que sus persecutores reconozcan que Jesús es el Señor.R.

-Oremos por las vocaciones al sacerdocio.

+Infunde, Padre, tu Santo Espíritu, en el corazón de los jóvenes, y concede a la Iglesia numerosos y santos ministros del Altar. R.

-Oremos por todos los bautizados.

+Habita en nosotros, Padre, con tu Espíritu Santo, y enséñanos a orar y a vivir en la obediencia radical al Evangelio. R.
  
Oración conclusiva

"Escucha, oh, Padre, la oración de la Iglesia, Esposa de tu amado Hijo Jesús, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".

O bien:

"Acoge, Padre, nuestra alabanza y nuestra oración; que tu Espíritu Santo actúe en nosotros y nos haga verdaderos imitadores de Cristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".

O bien:

También puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Santa Misa de Pentecostés presidida por el Papa Francisco el 20 de mayo de 2018 en la Basílica Vaticana:

Hermanos e hijos queridos:
Unidos a María y a los apóstoles, elevemos nuestra oración al Padre para que derrame sobre nosotros la abundancia del Espíritu Santo, primer Don de Jesús Resucitado:

R. Veni Sancte Spiritus

-Por la Santa Iglesia de Dios.

+Dios, nuestro Padre, la colme de los dones del Espíritu Santo, y la custodie en la verdad, la santidad y la belleza, como Esposa del Señor Resucitado. R.

-Oremos por la reconciliación y la paz.

+Dios, nuestro Padre, done a los gobernantes y a los pueblos el Espíritu de la sabiduría y la reconciliación y haga que toda la humanidad goce pronto de una paz duradera. R.

-Oremos por la evangelización de los pueblos.

+Dios, nuestro Padre, con el Fuego del Espíritu Santo, reavive en todos los bautizados el ímpetu misionero y que todo hombre reciba el alegre anuncio de la Pascua del Señor Jesús. R.

-Oremos por los cristianos perseguidos.

+Dios, nuestro Padre, derrame en ellos el Espíritu de fortaleza, que los custodie en la fidelidad a Cristo, Señor, y haga fructuoso el sacrificio de ellos por la salvación del mundo. R.

-Oremos por los que sufren y por los que están solos.

+Dios, nuestro Padre, los colme del Espíritu de consuelo, y que ninguna lágrima sea inútilmente derramada ni ningún dolor alcance la desesperación. R.

Oración conclusiva

"Escucha, Padre Bueno, nuestra humilde oración, y reaviva en nosotros la fuerza del Espíritu Santo. Por Cristo, nuestro Señor. Amén".


O bien:

Puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Santa Misa de Pentecostés presidida por el Papa Francisco el 9 de junio de 2019 en la Basílica Vaticana:

Hermanos e hijos queridos, animados por el Espíritu de fe, en el Nombre de Jesús, invoquemos del Padre la plenitud de sus dones:

R. Te rogamus, audi nos

-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.

+Padre, infúndele tu Espíritu: que la haga perfectamente semejante a Jesús, su Esposo, en la obediencia a Ti y en la caridad hacia los hermanos. R.

-Oremos por todos los pueblos de la Tierra y sus gobernantes.

+Padre, envía tu Espíritu y renueva la Tierra: que todos los pueblos vivan en la justicia y en la paz y que los hermanos no sufran la humillación y el abandono. R.

-Oremos por los cristianos perseguidos a causa de su fe.

+Padre, consuélalos con tu Espíritu: que unidos a la Pasión de Jesús, experimenten la alegría de la victoria sobre el odio y alcancen la plena comunión Contigo. R.

-Oremos por las vocaciones sacerdotales.

+Padre, ilumina con tu Espíritu el corazón de los jóvenes: que saboreando la intimidad con Jesús, no tengan miedo de donarse totalmente a la vida sacerdotal. R.

-Oremos por los pobres y sufrientes.

+Padre, reconfórtalos con el bálsamo de tu Espíritu: que, curadas sus heridas, encuentren esperanza en la Pascua de Jesús. R.



Oración conclusiva

"Acoge, Padre, la oración unánime de tus hijos y renueva en nosotros los prodigios de aquel Pentecostés que colmó de gracia a la Iglesia naciente. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


O bien:

Puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Santa Misa de Pentecostés presidida por el Papa Francisco, el 5 de junio de 2022 en la Basílica Vaticana:

Elevemos al Padre nuestra plegaria común para que el Espíritu Santo nos conforme cada vez más a Cristo para morar en la ciudad de los hombres con la sabiduría del Evangelio:

R. Te rogamus, audi nos

-Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, unida por el vínculo de la caridad. 

+Iluminada por el Espíritu de sabiduría, pueda anunciar la Palabra de salvación y cumplir con alegría su misión de dar testimonio del Resucitado. R.

-Acuérdate, Señor, del Papa N, de los obispos, presbíteros, diáconos y de todos los ministros del Evangelio.

+Inflamados por el Espíritu de amor, puedan guiar en la caridad al rebaño a ellos confiado, conduciéndolo hasta las fuentes de Agua viva. R.

-Acuérdate, Señor, de todos los pueblos y sus gobernantes.

+Sostenidos por el Espíritu Dador de Vida, abran el corazón a la justicia y a la paz, y venzan los conflictos y la discordia con la fuerza sanadora del perdón. R.

-Acuérdate, Señor, de los pobres, de los prófugos, de los enfermos y de todos los atribulados.

+Animados por el Espíritu de fortaleza, puedan experimentar la cercanía y la generosidad de los hermanos, a través de gestos y palabras de auténtica caridad.

-Acuérdate, Señor, de todos nosotros, reunidos en esta Acción de gracias.

+Guiados en la alabanza por el Espíritu de piedad, podamos vivir con gozo nuestra filiación divina al servicio de tu Reino que viene. R.

Oración conclusiva

"Escucha, Padre, nuestra plegaria confiada y acrecienta en nosotros los dones de tu Santo Espíritu, para que en todas partes testimoniemos la Victoria pascual de Cristo Crucificado y Resucitado, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".

O bien:

Puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Santa Misa de Pentecostés presidida por el Papa Francisco el 28 de mayo de 2023 en la Basílica Vaticana:

Queridos hermanos, al concluir las Fiestas pascuales, pidamos a Dios Padre el Don del Espíritu Santo para la Iglesia y para el mundo entero: 

R. Te rogamus, audi nos

-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.

+Concédele el Espíritu de unidad y de paz. En un mundo herido por laceraciones, conflictos y guerras, la Iglesia resplandezca como sacramento de unidad y comunión, y todos los pueblos alcancen tu Reino de justicia, amor y paz. R.

-Oremos por el Sumo Pontífice, por los obispos y por los demás pregoneros del Evangelio.

+Sostén al Papa y a todos los pastores. La gracia que brota de la celebración de los sacramentos, encienda en ellos el fuego del Espíritu que hoy, en Pentecostés, has infundido de modo admirable en los apóstoles. R.

-Oremos por los confirmandos.

+Infunde tu Espíritu de fortaleza en quienes reciban el sacramento de la Confirmación. Configurados siempre más a Cristo, acojan con alegría el servicio en la Iglesia, dando testimonio del Evangelio, especialmente en los pobres y marginados de la sociedad. R.

-Oremos por las asociaciones de fieles y por los movimientos eclesiales.

+Inflama sus corazones. Que hagan fructificar los carismas que el Espíritu Santo suscita en beneficio de la Iglesia y del mundo. R.

-Oremos por los que no creen en Dios.

+Ilumina con tu Espíritu a aquellos que no creen en Ti. Que sepan ver en su historia los signos de tu bondad, y que, estimulados por nuestro testimonio, puedan reconocerte como el único Dios y Padre de todos los hombres. R.

Oración conclusiva

"Padre, renueva en tu Iglesia el prodigio de Pentecostés, haz que los pueblos dispersos puedan congregarse para proclamar y testimoniar ante el mundo tu inefable amor. Por Jesucristo, nuestro Señor".

 
Puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Santa Misa de Pentecostés presidida por el Papa Francisco el 19 de mayo de 2024 en la Basílica Vaticana:

Queridos hermanos, animados por el Espíritu de Pentecostés, que inspira nuestra plegaria, supliquemos confiadamente al Padre, para que nos custodie en el amor de Cristo, el Señor:

R. Te rogamus, audi nos 

-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.

+El Padre de la luz, que santifica a la Iglesia con los sacramentos pascuales, le conceda hacer resplandecer en el mundo la gracia de la comunión fraterna. R.

-Oremos por el Papa y por todos los pastores de la Iglesia.

+El Padre Celestial, que consagra a los misioneros del Evangelio, conceda al Papa N y a todos los pastores de la Iglesia, anunciar en todo el mundo la Pascua de Cristo. R.

-Oremos por los moderadores de la cosa pública.

+Que el Padre de la vida, que suscita pensamientos de paz en la humanidad entera, conceda a los gobernantes de las naciones buscar siempre el diálogo y la concordia entre los pueblos. R.

-Oremos por los que padecen en el cuerpo o en el espíritu.

+El Padre de toda consolación, que no se desentiende de la obra de sus manos, conceda a todos los que sufren, sentir la cercanía de la comunidad cristiana. R.

-Oremos por todas las familias.

+El Padre del amor, que dispensa con generosidad los dones de su Espíritu, conceda a las familias crecer en la alegría, en la benevolencia y en la caridad evangélica. R.

Oración conclusiva 

"Escucha, Padre, la oración de tu Iglesia, en este día consagrado al Don del Paráclito, y concédenos crucificar la carne con sus pasiones para caminar según el Espíritu de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos".


A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

 
"Oh, Dios, que hoy llevas a su pleno cumplimiento el Misterio pascual de tu Hijo, infunde el Espíritu Santo en la Iglesia para que toda ella sea un Pentecostés viviente en cada punto de la Tierra, y todos los pueblos lleguen a creer, amar y esperar. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén". 



Ofertorio

El Espíritu Santo Creador hizo posible la existencia de los sencillos dones de pan y vino que llevaremos al Altar. Ese mismo Espíritu, Dios verdadero, hará de tales ofrendas la Víctima viva de Jesucristo, el Redentor que, ahora de modo incruento, se entrega por nuestra salvación.

Conviene usar la Plegaria Eucarística I o Canon Romano con sus partes propias para esta solemnidad. Esta Plegaria menciona íntegro el elenco de los Apóstoles.

Se emplea el Prefacio propio: De mysterio Pentecostes.


Comunión

¡Bendito sea el Santísimo Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor glorificado!
¡Bendito sea el Espíritu que ha hecho posible tal Milagro!
¡Bendito el Padre que tanto ama al mundo, que sigue ofreciéndonos a su Hijo muy querido y al Espíritu amoroso!
Con fervor y gratitud, nos acercamos a comulgar.


Ritos finales

Luego de la oración después de la Comunión es oportuno cantar o recitar por última vez la antífona mariana del Tiempo pascual que concluye hoy. Puede ser introducida con estas u otras palabras:



Durante este Tiempo litúrgico de Pascua, que concluye hoy, la Iglesia nos ha invitado a saludar a María con la venerable antífona pascual Regina Caeli, que reemplaza al Ángelus.

Cantémosla (recémosla) por última vez en este año, y recordemos que María, (a la que mañana honraremos con el título de "Madre de la Iglesia"), permanece con nosotros en el día a día de nuestra existencia.


Apagado del Cirio Pascual

Aunque no forme parte de la liturgia de este día, el "apagar" la llama del Cirio Pascual ante la asamblea, es un signo muy elocuente que expresa la conclusión del Tiempo de Pascua. Antiguamente, este apagado se realizaba en la solemnidad de la Ascensión, luego de la proclamación del Evangelio.
Las siguientes palabras pueden ayudar a comprender el significado del "rito":

Queridos hermanos:
En este día santo de Pentecostés se concluye el Tiempo litúrgico de la Pascua. Signo de ello es el apagado del Cirio que vamos a realizar a continuación. Que la luz de Cristo Resucitado que simbólicamente se apagará en este Cirio, permanezca siempre encendida en nuestros corazones.


Bendición solemne

Es oportuno impartir la Bendición solemne del Espíritu Santo. El diácono, otro ministro o el mismo sacerdote predisponen a la asamblea para recibir la Bendición con las siguientes palabras:

Inclinemos la cabeza para recibir la Bendición solemne del Espíritu Santo.

El diácono o, en su defecto, el sacerdote, despide al pueblo con estas palabras:

Pueden irse en paz. Aleluya. Aleluya.

La asamblea responde:

Demos gracias a Dios. Aleluya. Aleluya.


Despedida

Alimentados con el Manjar celestial del Cuerpo y la Sangre del Señor, y llenos de su Espíritu Santo, volvamos al mundo como testigos del Amor de Dios.


22 de mayo de 2012, memoria litúrgica de santa Rita de Casia, religiosa.
Entrada dedicada a ella.
(Última actualización de la entrada: 18/5/24).

2 comentarios:

  1. Hola, arriba, en letras rojas se lee: "durante el canto o recitación de la secuencia todos permanecen sentados" ¿se aplica también para México? se pide a todos ponerse de pie para escuchar la secuencia, ¿o es que acaso no estamos actualizados? :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Santa Cuaresma para ti!

      En la mayoría de las parroquias de mi país también se invita a los fieles a ponerse de pie para la Secuencia.

      Esto se debe al "peso ritual" de la vieja usanza, que solemnizaba mucho este momento. El ponerse de pie ya no rige para esta ni para ninguna de las otras tres Secuencias previstas por el Misal Romano en vigencia: la de Pascua, (obligatoria como la de Pentecostés); y las del "Corpus Christi" y la Virgen Dolorosa (optativas).

      En Pentecostés se había difundido la costumbre de exaltar el momento ritual del canto de la Secuencia "Veni Sancte Spiritus" como "epifanía" de la infusión del Espíritu en el "hoy litúrgico" de la asamblea reunida. Estando todos de pie, se cantaba solemnemente mientras en muchos lugares caían pétalos de rosa sobre los fieles, evocando las lenguas de fuego que descendieron sobre María y el Colegio Apostólico en el primer Pentecostés cristiano. Solían incluso hacer tañir las campanas durante la ejecución de dicha Secuencia.

      La liturgia actual considera a toda Secuencia dentro de la categoría de "cántico interleccional", es decir, composición que comúnmente se canta entre las lecturas proclamadas (otros cánticos son el salmo y el versículo que precede al Evangelio, con el Aleluya o sin él). Como todas las lecturas (a excepción de la del Evangelio), y los cánticos, se escuchan estando todos sentados, por eso las Secuencias se cantan también así.

      Puede buscarse en You Tube alguna de las Misas papales a modo ilustrativo.

      Que en este primer viernes cuaresmal recibas la bendición de Aquel que siempre nos llama a renovar el corazón, sobre todo en este tiempo de gracia.

      Eliminar