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domingo, 22 de septiembre de 2013

Romance del Padre Brochero


                      


“Sea en el nombre de Dios…”
así mi romance empieza;
para Él las flores primeras
que el alba alumbra en mi huerto.

Quisquisacate, te evoco;
quebradas y ásperos cerros,
agüitas anaranjadas
del riente Mina Clavero,
aves y flores silvestres,
mi corazón os entrego
para que en él me enseñéis
un canto al Padre Brochero.

Oh, antiquísima comarca
con tu macizo roqueño,
torvo, imponente, azotado
por los puazos del hielo
cuando los pájaros mueren
y se entroniza el invierno,
¡cuántas veces pasar visteis
como una sombra en silencio
entre quiebras y breñales,
bordeando despeñaderos,
guapeando ante la inclemencia
al Santo Padre Brochero!

¡Qué llama lo consumía
en su andar a todo viento!
¡Qué ansias secretas cuajaban
como una flor en sus rezos!
Sin llevar más compañía
que el crucifijo en su pecho,
arrollada la sotana,
echado atrás el sombrero
da a “Malacara” espolazos
porque en su andar sin sosiego
va temiendo llegar tarde
el Santo Padre Brochero.

¡Ay, que el amor le da prisa
y le quema con sus fuegos!
¡Ay, que está solo el aprisco
y extraviados los corderos!

La culpa de otros le clava
dientes agudos al pecho.
Para las almas en nieblas
de sus pobres lugareños
les lleva el Maná Divino,
la miel de los Evangelios,
por eso va dele lonja
el Santo Padre Brochero!

Sus ojos no tienen noche
consumidos por desvelos.
En su andar que sube y baja
los más fragosos senderos,
va levantando capillas
y son de Fe los cimientos;
en caravanas alegres
van y vienen sus romeros
en “pachaquil” las mujeres
bajan la cal de los cerros
y los hombres a la cincha
vigas labradas y leños
todos dándole una mano
al Santo Padre Brochero.

Decid ya, “Quisquisacate”
como después del lucero,
otro cristal luminoso
tiene en sus albas el cielo.
Contad que alegran tus valles
trinadores tintineos
de campanitas sonoras
brincando en aires sedeños 
y un aletear de almas limpias
que van volando en los rezos
conforme les va enseñando
el Santo Padre Brochero!

De la “Casa de Ejercicios”
decid, y como alza el templo
“chagüando” la magra alforja
de su grey de lugareños.

Con qué picardía logra
más donativos y diezmos 
y el más rico don que trae
como amarrado a los tientos:
almas rudas que cosecha
de su hambre de sufrimientos,
que duerme por los pajares
y cual otro Nazareno,
va levantando al caído
dando al triste su consuelo,
todo entero el corazón
el Santo Padre Brochero.

Decid, ya, “Quisquisacate”
enhebrado en Padrenuestro,
un salmo para quien dio
su vida junto a tus cerros.
¡Romped, pájaros, en trinos,
fragante “Mina Clavero”,
florecillas que soñáis
al borde de los senderos,
dadme vuestra donosura 
y vuestro divino aliento
para que pueda mi voz
ser digna de entrar al cielo
llevándole este romance
al Santo Padre Brochero!


           Polo Godoy Rojo
          (Escritor puntano).
 
(Segundo premio otorgado por el Instituto Brocheriano 
de Capital Federal en el año 1959).

 
 
13 de septiembre de 2013, memoria litúrgica de san Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia.

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