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domingo, 18 de octubre de 2015

Guion: Domingo XXX del Tiempo Ordinario





Formulario de Misa: aquí.


Ciclo B

Introducción

Hermanos, "el Señor ha estado grande con nosotros". Así oraremos con el Salmo de la liturgia de hoy. Y es verdad. "Ha estado grande" porque desde aquella memorable Última Cena nos ha reunido en una gran "asamblea fraterna" que, siendo única y la misma, perdurará hasta el final de los tiempos, actualizando el Sacrificio de Jesús. Por ello, nadie podrá "evocar" tal Sacrificio como cualquier mero hecho acaecido en un pasado más o menos remoto. Por el contrario, cada generación de creyentes es contemporánea, más aun, partícipe y beneficiaria de él.

Dando gracias por estas sublimes verdades, dispongámonos a participar de la Eucaristía diominical, el más grande distintivo de nuestra fe.


Liturgia de la Palabra

Primera lectura: Jer. 31, 7-9

Dios, Padre bueno y providente, interviene personalmente en favor de sus hijos más necesitados.

Segunda lectura: Heb. 5, 1-6

Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote de la definitiva Alianza, intercede constantemente ante su Padre en favor nuestro.

Evangelio: Mc. 10, 46-52

"Que yo vea". Es el anhelo del corazón del mendigo ciego, en el relato evangélico que se va a proclamar a continuación.

"Que yo vea", digamos también nosotros, con el alma tantas veces "cegada" por los efímeros atractivos del mundo.


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con breves adaptaciones, están tomadas del Misal del Viaje Apostólico de Su Santidad Francisco a Cuba. Corresponden a la Misa votiva de la Virgen de la Caridad del Cobre, presidida por el Papa en el homónimo Santuario, en Santiago de Cuba, el martes 22 de septiembre de 2015:

R. Oh, Señor, escucha y ten piedad.

-Por la Iglesia, para que fiel al mandato de Jesús, anuncie con renovado ardor misionero la Buena Noticia de la Salvación a todos los hombres. Roguemos al Señor.

-Por todos los gobernantes, para que ejerzan su autoridad con justicia, busquen la paz, el progreso y promuevan el bien y la dignidad de la persona humana. Roguemos al Señor.

-Por todos los que sufren, como Bar Timeo, el mendigo ciego, para que se sientan acompañados y sostenidos en su dolor por personas solidarias y generosas. Roguemos al Señor.

-Por los misioneros, para que sean fermento de alegría cristiana y portadores de esperanza y vida en Jesús. Roguemos al Señor.

-Por todos nosotros, que al contemplar a (mencionar a María en la advocación que sea patrona del lugar), Virgen misionera y patrona del pueblo, libres de toda ceguera espiritual, abramos nuestros corazones sin miedo y de par en par a Jesucristo. Roguemos al Señor.

-Por todos nosotros aquí reunidos, para que colaboremos en la construcción de un mundo mejor donde reinen el amor y la misericordia. Roguemos al Señor.

O bien:

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa conclusiva de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo sobre los Jóvenes, presidida por Su Santidad Francisco en la Plaza de San Pedro, el 28 de octubre de 2018:

Hermanos, con la certeza de que el Señor hace grandes cosas por nosotros, dirijámosle nuestra súplica confiada:

R. Te rogamos, óyenos.

-Guarda a tu Iglesia, Señor. Dale fe inquebrantable, esperanza cierta y caridad ardiente. R.

-Acompaña la obra del Papa y de los obispos, Señor. Cólmalos de dulce firmeza, sabio discernimiento y viva paternidad. R.

-Ilumina a los gobernantes y a sus pueblos, Señor. Guíalos en la búsqueda del verdadero bien, de la justicia auténtica y de una paz duradera. R.

-Custodia con tu amor a los jóvenes, Señor. Que crezcan en la verdad liberadora, en la donación gratuita y en la gozosa santidad. R.

-Bendice a los misioneros y catequistas, Señor. Dales franqueza evangélica, pasión apostólica y perseverancia en la prueba. R.

Oración conclusiva


"Oh, Padre, repite hoy tus consoladoras palabras: ´Tú eres mi hijo. Yo te he engendrado´, y ven en nuestra ayuda. Por Cristo, nuestro Señor. Amén".

O bien:

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, corresponden a la Santa Misa conclusiva de la Asamblea General del Sínodo de los Obispos, presidida por el Papa Francisco, el 27 de octubre de 2024:

Hermanos, la oración es la fuente de la que recibimos la fuerza para caminar juntos. Presentemos a Dios nuestras súplicas, confiando en su auxilio paternal:

R. Te rogamos, óyenos

-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.

+Padre Bueno, ilumina a la Iglesia con tu gracia, a fin de que, liberada de las ataduras de lo mundano, sea signo de esperanza para la humanidad. R.

-Oremos por los gestores de la cosa pública.

+Padre todopoderoso, inspira tu sabiduría a los gobernantes, para que busquen siempre el verdadero bien y promuevan la paz entre los pueblos. R.

-Oremos por los sufrientes.

+Padre misericordioso, sostén con tu consuelo a todos los que sufren, para que, ayudados por sus hermanos, descubran en Cristo al Médico que cura toda herida. R.

-Oremos por los trabajadores de la misericordia.

+Padre compasivo, robustece a cuantos se dedican a las obras de caridad, a fin de que, impulsados por tu Espíritu, sean solícitos para con los pobres y débiles. R.

-Oremos por nosotros mismos y por nuestra comunidad.

+Padre de infinito amor, ayúdanos a creer en la comunión, para que, experimentando la belleza de la participación, lleguemos a ser auténticos misioneros del Evangelio. R.

Oración conclusiva

"Padre, acoge las súplicas que con fe te hemos dirigido y enseña a tu pueblo a transitar por el sendero de la unidad. Por Jesucristo, nuestro Señor".

A continuación, se propone como oración conclusiva de las preces una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Dios, luz de los ciegos y gloria de los atribulados, que en tu Hijo Unigénito has dado el Sacerdote justo y compasivo a aquellos que gimen en la opresión y en el llanto; escucha el clamor de nuestra plegaria: haz que todos los hombres reconozcan en el Redentor la ternura de tu amor de Padre y se pongan en camino hacia Ti. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


Ofertorio

El trabajo honesto del hombre, con mucho esfuerzo, y a veces hasta con lágrimas, ha hecho posible que dispongamos de este pan y este vino. Es el momento del obrar de Dios, que los convertirá en Ofrenda de eterna salvación.


Comunión

Por el Santísimo Sacramento de la Eucaristía que vamos a recibir, comienza a realizarse el anhelo de Dios de la reunión de todos los hombres en una sola familia, anhelo que se completará plenamente en la Mansión celestial.
 

Despedida

El Dios providente que nos convocó hoy aquí, es el mismo que ahora nos envía al mundo como testigos y pregoneros de su amor.



18 de octubre de 2015, "domingo XXIX del Tiempo Ordinario". Jornada Misionera Mundial.
Canonización de los beatos Vicente Grossi, María de la Inmaculada Concepción, Luis Martin y María Celia Guérin.
(Última actualización de la entrada: 26/10/24).

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