La Orden de Predicadores celebra la "solemnidad" de su santo padre fundador, Domingo de Guzmán, cada 8 de agosto (el mismo día en que el Calendario universal lo inscribe como "memoria obligatoria"). Estos son los himnos propios de la Liturgia de las Horas dominica:
I Vísperas
A ti, Domingo, como Padre honramos,
a quien Dios consagró para Sí mismo,
dándote con su propio e insigne Nombre,
prenda de su amor.
Sabio caudillo de ejército santo,
a vivir de la fe tú nos animas,
y a tener como grey de redimidos,
virtud sin mancha.
Predicas a tiempo y a destiempo insistes;
mandas al mundo frailes animosos
que a Cristo prediquen cual Luz y Premio
de vida eterna.
Tú, leal a Dios y a la santa Iglesia,
pobre, inocente y nítido espejo,
el ideal de todas las virtudes
tú nos renuevas.
A la Trinidad, gloria de alababza,
y pues ya tal honor te ha concedido,
siguiéndote, a nosotros nos conceda
un gozo eterno. Amén.
Oficio de lectura: Novus athleta Domini (de la versión latina de la LH)
Alabemos a Domingo, nuevo soldado de
Cristo; su vida al nombre responde,
hombre como el Evangelio.
Conservando sin mancilla
el lirio de la pureza,
como antorcha ardió su vida,
buscando a los descarriados.
Sobreponiéndose al mundo,
su corazón preparaba
para vencer al Maligno,
solo y la gracia de Cristo.
Luchó con palabra ardiente
y realizando milagros;
mandó sus frailes al mundo
y oró con frecuente llanto.
A Dios Uno y Trino sean
honor, gloria y alabanza;
por la oración de Domingo
nos lleve al gozo del Cielo. Amén.
Laudes
Tú que por tu nombre y vida ya mostrabas
ser todo del Señor y que amas al hombre,
vuelve del Cielo a renovar el mundo,
con palabras de salvación.
Predica el premio de la fe sincera
que tú con amor solícito serviste;
la buscaste en tus fatigas y plegarias,
y la has conseguido en el Cielo.
Tú que fuiste pobre, predica a los hombres,
que las riquezas de Cristo, más que nada,
al corazón preparan gozos de verdad,
para que miren al Cielo.
La nívea pureza de tu corazón
predique al hombre no amar bajos placeres,
y que manteniendo puro el propio cuerpo,
con los ángeles se unan.
Gloria perpetua sea a la Trinidad;
danos la gracia de disfrutar el premio
de poder cantar contigo para siempre
el himno nuevo en el Cielo. Amén.
II Vísperas
De salvación fue un heraldo
el que ya en su propio nombre,
anuncio alegre del Cielo,
consagración auguraba.
En tu corazón tan grande,
más anchuroso que el orbe,
Dios y su fe encontraron
un defensor decidido.
Prudente, benigno y cándido,
ardoroso en tu celo,
luchaste como un atleta
siendo íntegra tu verdad.
Como un viento impetuoso
las nubes del error barres,
para que con pie seguro
caminemos en la Iglesia.
Haz que en tus hijos aliente
ese ardor tan generoso,
y con fe viva afiancemos
nuestra esperanza en el cielo.
Haznos fuertes frente al mundo,
superando su aspereza,
para que junto a los santos
la gloria de Dios cantemos.
7 de agosto de 2017, para los dominicos, I visperas de la solemnidad de santo Domingo de Guzmán, presbítero. Entrada dedicada a él.
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