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domingo, 27 de enero de 2019

Letanías al Señor Jesucristo (Sagradas Esrituras)





Un antiguo libro de oraciones, el Fasciculus Sacrarum Orationum et Litaniarum ad usum quotidianum Christiani hominis, ex sanctis Scripturis et Patribus collectus, de 1612, contiene el siguiente formulario de letanías a Jesucristo (pp. 82-96), tomadas de las Sagradas Escrituras, que he querido transcribir, en un deseo de rescatar del olvido algunas piezas preciosas de la liturgia y de la piedad católicas:


LITANIAE AD CHRISTUM DOMINUM (ex Sacra Scriptura)

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad

Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos

Dios Padre Celestial, ten piedad
Dios Hijo Redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santa Trinidad, un solo Dios, (esta respuesta se repite en las siguientes invocaciones)
 
Jesús, Dios fuerte y Salvador,
Jesús, Luz y Fortaleza nuestra,
Jesús, escudo de los que en Ti esperan,
Jesús, Príncipe de la paz,
Jesús, Rey de la gloria,
Jesús, Doctor de justicia,
Jesús, Padre del siglo futuro,
Jesús, Luz del mundo,
Jesús, Salud, Vida y Resurrección nuestra,
Jesús, Camino, Verdad y Vida,
Jesús, Dador de la gracia y la gloria,
Jesús, Señor de la vida y la muerte,
Jesús, Autor y Fuente de vida,
Jesús, Guía y Maestro de los pueblos,
Jesús, Legislador y Rey nuestro,
Jesús, Torre de fortaleza,
Jesús, Rey de reyes y Señor de los conquistadores,
Jesús, bajo cuyo poder fueron puestas todas las cosas,
Jesús, a Quien fue dada toda potestad en el Cielo y en la Tierra,
Jesús, a Quien todos adoran y reverencian,
Jesús, en Quien y por Quien subsisten todas las cosas,
Jesús, que sostienes todo con tu Palabra de Verdad,
Jesús, Imagen de la bondad de Dios,
Jesús, Candor de la Luz eterna,
Jesús, Esplendor de la gloria del Padre,
Jesús, Espejo sin mancha,
Jesús, el más hermoso entre los hijos de los hombres,
Jesús, Flor de los campos,
Jesús, Lirio de los valles,
Jesús, Vid verdadera que produce un fruto de suave fragancia,
Jesús, Bálsamo inefablemente puro,
Jesús, ungüento precioso,
Jesús, exaltado como el plátano junto a las aguas,
Jesús, encina que extiende ramas de majestad y gracia,
Jesús, conducto de agua que brota del Paraíso,
Jesús, jardín de la rosa de Jericó,
Jesús, palma exaltada en lugar sagrado,
Jesús, mirra selecta de suave aroma,
Jesús, oliva preciosa en los campos,
Jesús, elevado como los cedros del Líbano,
Jesús, ciprés del Monte Sion,
Jesús, cuyas flores y frutos son de honra y majestad,
Jesús, fragante como el canelo y el bálsamo, 
Jesús, Líbano erguido que iluminas el Tabernáculo divino,
Jesús, que atraes hacia Ti a las almas santas,
Jesús, torrente de delicias que beben los santos,
Jesús, que embriagas a los santos con las riquezas de tu Casa,

Senos propicio, perdónanos, Señor
Senos propicio, escúchanos, Señor

De todo mal, líbranos, Señor
De todo pecado, (esta respuesta se repite en las siguientes invocaciones)
De los lazos del Diablo,
De todas nuestras tribulaciones y angustias,
De toda adversidad y error,
Del fuego del infierno,
Por tu Alma amantísima,
Por todas las fuerzas de tu Cuerpo y tu Alma,
Por la santidad de tu Vida,
Por la plenitud de tu Gracia,
Por la ilimitada Caridad con que nos amaste,
Por las entrañas de tu Misericordia,
Por tu Omnipotencia,
Por la gloria de tu Nombre,

Nosotros, que somos pecadores, te rogamos, óyenos (esta respuesta se repite en las siguientes invocaciones)
Para que borres la totalidad de nuestros pecados,
Para que extingas en nosotros todo vicio,
Para que purifiques nuestras conciencias y mores en ellas,
Para que infundas copiosamente tu Espíritu en nosotros,
Para que defiendas nuestras almas en toda tentación,
Para que tomes posesión de nuestros corazones,
Para que protejas de toda adversidad nuestros cuerpos,
Para que alejes de toda vanidad nuestros sentidos, 
Para que ilumines nuestro intelecto con el esplendor de tu Rostro,
Para que hagas arder nuestras almas con el fuego de tu Amor, 
Para que alegres eternamente nuestras almas con tu santa Presencia,
Para que aumentes en nosotros la verdadera fe,
Para que acrecientes en nosotros la esperanza en tus promesas,
Para que infundas en nosotros tu misma caridad,
Para que santifiques nuestras palabras y pensamientos,
Para que dirijas y promuevas nuestros proyectos y acciones según el beneplácito de tu voluntad, 
Para que suplas nuestra imperfección con tu bondad,
Para que nos enseñes la perfecta pobreza de espíritu,
Para que nos concedas castidad de mente y cuerpo,
Para que acrezcas en nosotros el don de la humilde obediencia,
Para que mires con ojos de misericordia nuestras aflicciones, 
Para que reprimas con tu poder los ataques insidiosos de los enemigos,
Para que dirijas nuestras voluntades a Ti rebeldes, 
Para que asistas a nuestros gobernantes y superiores,
Para que retribuyas con dones eternos a nuestros benefactores,
Para que incrementes nuestro espíritu de piedad,
Para que perdones a nuestros enemigos,
Para que nos concedas la perseverancia en tu santo servicio,
Para que jamás permitas que nos apartemos de Ti,
Para que nos concedas una santa muerte y un feliz destino,
Para que nos hagas coherederos de tu Reino,
Para que des tu perdón y la vida eterna a los difuntos,
Para que escuches clementemente nuestras oraciones,

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros

Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos

Padrenuestro.

V. Bendeciré al Señor en todo tiempo.
R. Su alabanza estará siempre en mis labios. 

V. Mi alma alaba al Señor.
R. Que lo oigan los humildes y se alegren.

V. Alaben al Señor.
R. Exaltemos su Nombre.

V. Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor.

Oraciones

Mira propicio a tu familia, Señor, e infunde en nosotros tu sabiduría, para que habiendo saboreado su exquisita dulzura y despreciando los bienes terrenos, podamos adherirnos a los eternos. 

Señor, acoge con bondad nuestras súplicas, y con tu gracia dirige y lleva a buen término nuestras acciones, para que, perseverando en tu servicio, nos concedas alegrarnos con tu celestial protección. 

Señor Jesucristo, Tú dijiste: "Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá"; concédenos, a los que oramos en tu Santísimo Nombre, que nunca cesemos de alabarte de corazón, con las palabras y las obras.

Protector de los que en Ti esperan, sin Quien nada tiene valor y nada es santo, multiplica en nosotros tu misericordia para que, bajo tu guía, dispongamos de tal manera de los bienes temporales, que no perdamos de vista los eternos.

Dios, que creaste al hombre con tu eterna Sabiduría, y una vez caído, lo elevaste misericordiosamente, concédenos amarte con toda nuestra alma, y buscarte incesantemente. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

V. Que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia divina, descansen en paz.
R. Amén.


27 de enero de 2019, domingo III del Tiempo Ordinario.
XXXIV Jornada Mundial de la Juventud. Panamá. Santa Misa de envío presidida por el Papa Francisco.
Entrada dedicada a Jesucristo, Fuente de juventud perenne, a Nuestra Señora de la Antigua, patrona de Panamá, y a san Juan Pablo II, creador y patrono de las Jornadas Mundiales de la Juventud.

 

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