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viernes, 28 de junio de 2019

Sagrado Corazón: himnos litúrgicos



 
 
La que sigue es la traducción al español de la versión en latín de los himnos de la Liturgia de las Horas para la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús:

 
I y II Vísperas: Auctor beate

Oh, feliz Cristo, Autor del Universo y Redentor del mundo, 
Resplandor de la Luz del Padre, Dios verdadero.

Suavemente movido por tu amor a tomar un Cuerpo mortal, 
para devolvernos, como nuevo Adán, 
lo que nos había sustraído el primero.

Este mismo Amor, por el que creaste la Tierra, el mar y las estrellas, 
fue el que, compadeciéndose del pecado de nuestros primeros padres, 
quebró las cadenas de nuestra prisión.

Ojalá nunca se aparte de tu Corazón, 
ese brío inefable de tu amor; que de él 
todos los pueblos extraigan la gracia del perdón.

Pues, si tu Corazón quiso sufrir la herida 
causada por la lanza que lo traspasó, 
fue para limpiar nuestras manchas 
con la Sangre y el Agua, que de él manaron.

Para Ti, Señor, que desde tu Corazón 
dispensas la gracia, en unión con el Padre y el Espíritu Santo, 
toda la gloria por los siglos sin término. Amén.

 
Oficio de lectura: Cor arca legem

Oh, Sagrado Corazón, Arca que guarda la Ley, 
no la de la antigua esclavitud, 
sino la de la gracia, del perdón y de la misericordia.

Oh, Corazón sacratísimo, Santuario inmaculado de la nueva Alianza, 
Templo más santo que aquel antiguo, 
Velo más útil que aquel otro que fue rasgado.

Tu Caridad te quiso herido con una lanzada abierta, 
a fin de que nosotros adorásemos 
las Llagas de tu Amor invisible.

Cristo Sacerdote, padeciendo suplicios cruentos y místicos, 
ha ofrecido uno y otro sacrificios, bajo este símbolo de Amor.

¿Quién no devolverá amor al que así nos ama?, 
¿Quién no amará a Cristo sin descanso y, 
por medio de la Caridad, no buscará allegarse continuamente a Él?

Para Ti, Señor, que desde tu Corazón dispensas la gracia, 
en unión con el Padre y el Espíritu Santo, 
toda la gloria por los siglos sin término. Amén.

 
Laudes: Iesu, Auctor clementiae
 
Oh, Jesús, de Quien procede toda clemencia, 
esperanza de nuestro gozo completo, 
Fuente de dulzura y de gracia, 
delicia verdadera del corazón:

Oh, Jesús, esperanza de los penitentes, 
¡qué benigno resultas para los que te invocan!, 
¡qué bueno para los que te buscan!, 
pero, ¡qué serás para los que te encuentran!

Oh, Jesús, tu Amor es suave bálsamo para nuestra alma, 
que, sin saciar, la llena, mientras ella, con el deseo, te anhela.

Oh, amadísimo Jesús, Esperanza del alma que por Ti suspira, 
te buscan las lágrimas piadosas, 
te busca el grito profundo de la mente.

Quédate, Señor, con nosotros, quédate con un nuevo resplandor, 
disipa las tinieblas de la noche, y llena el mundo de dulzura.

Tú, Jesús, generosidad infinita, alegría inefable de nuestro corazón, 
bondad sin límites, apriétanos con los lazos de tu amor.

Oh, Jesús, Flor de una Madre Virgen, dulzura de nuestro amor, 
para Ti la alabanza sin fin en el Reino de la gloria. Amén.
 
 
28 de junio de 2019, solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús.
Entrada dedicada a Él.
 

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