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domingo, 1 de abril de 2012

Guión: Misa "In Cena Domini"




 
Recomiendo leer la Carta circular "Liturgia y Fiestas pascuales", de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que recopila la normativa de la Iglesia para la celebración de estos días santos.


Formulario de Misa: aquí.


Hoy el Altar puede adornarse con flores, pero teniendo en cuenta la moderación que es propia de este día. El órgano y los instrumentos musicales pueden usarse solamente para acompañar el canto (Cf. Missale Romanum, rúbrica Ad Missam vespertinam "In Cena Domini", 5).


Introducción

Se organiza una procesión de entrada de acuerdo con las normas litúrgicas. Pueden llevarse en ella los Santos Óleos bendecidos por el obispo en la Misa Crismal.

¡Oh, tú, lugar bendito, estrecho Aposento en el que cupo el mundo! Lo que tú contuviste, no obstante estar cercado por límites estrechos, llegó a colmar el universo. ¡Bendito sea el mísero lugar en que con mano santa el Pan fue roto! ¡Dentro de ti, las Uvas que maduraron en la viña de María, fueron exprimidas en el Cáliz de la salvación!

Con estas palabras, con las que san Efrén, diácono y doctor de la Iglesia, se dirige poéticamente al sagrado Cenáculo de Jerusalén, en que tuvo lugar la Primera Misa de la historia, meditemos sobre los grandes Misterios que celebramos hoy.
 
En comunión con toda la Iglesia, en esta santa Tarde, damos comienzo al Triduo Pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, "corazón" del Año litúrgico.
 
Celebramos la santísima Cena en la que nuestro Señor Jesucristo, en un inefable acto de amor a la humanidad, instituye el Sacramento precioso de su Cuerpo y su Sangre, y el del Sacerdocio de la Nueva Alianza, a la vez que promulga el mandamiento de la caridad fraterna, síntesis de toda la Ley.

Noble Altar, regia Víctima, excelso Pontífice: Un solo Sacrificio del único Redentor.
 
Con el corazón agradecido por el Don del mismo Dios hecho Pan, comencemos esta solemne celebración.

El coro canta la Antífona de entrada Nos autem gloriare oportet (Cf. Gál. 6, 14) u otro cántico adecuado (Op. cit. 6).

Se canta el himno Gloria in excelsis mientras tañen las campanas (pulsantur campanae), las cuales callan hasta la Vigilia Pascual (Op. cit. 7).

La Oración Colecta Sacratissimam, Deus, frequentantibus Cenam puede introducirse con las siguientes palabras:

En esta Conmemoración anual de la Institución de la Sagrada Eucaristía, pidamos a Dios la plenitud de gracia prometida a quienes creemos en este admirable Sacramento y nos alimentamos de Él.


Liturgia de la Palabra

Primera lectura: Éx. 12, 1-8. 11-14

La Pascua judía, que recuerda la liberación de los israelitas de su esclavitud en Egipto, anticipa la Pascua cristiana, Memorial de la redención de la humanidad por el Salvador Jesucristo.

Segunda lectura: I Cor. 11, 23-26

En el mismo día, y a la hora en que aconteció, escuchemos el relato de la Institución de la Santísima Eucaristía, Testamento supremo del Amor irrevocable de Dios  hacia la humanidad.

Evangelio: Jn. 13, 1-15

Amor sin límites, sin condiciones. Hasta el extremo. Es la gran ofrenda de Aquel que no vino a ser servido sino a servir, y que nos llama a seguir sus pasos.

En la homilía, un ministro sagrado (preferentemente quien preside, o también otro sacerdote, o un diácono -que por cierto, de estar presente, debió haber proclamado el Evangelio-, explica los grandes misterios que se celebran en este día sagrado (Cf. Supra, Introducción).


Lavatorio de los pies (Lotio pedum)

Para el Lavatorio de los pies el sacerdote -de ser necesario- se quita la casulla (Op. cit. 10), y puede colocarse el gremial.

Por decisión del Sumo Pontífice Francisco, en el Decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, fechado el 6 de enero de 2016, se permite que los más diversos miembros del Pueblo de Dios, incluidas las mujeres, puedan ser elegidos para este Rito, a diferencia de como se procedía hasta esta modificación, pues solo se admitían hombres.

Monición explicativa del rito

Lo hemos escuchado en el Evangelio: la actitud humilde de Jesús que lava los pies de los discípulos, expresa concretamente la caridad fraterna que Él nos mandó practicar.
La liturgia de la Iglesia ha convertido este gesto del Señor en un rito, queriendo significar con ello que el amor y el servicio al prójimo constituyen la cumbre de toda ley.

No se dice el Credo (Op. cit. 13).


Oración de los fieles (Ídem)

A cada intención respondemos: 

R. Padre, mira al Cordero inmolado, y escúchanos.

-Por la Santa Iglesia de Dios, que vive de la Eucaristía y en Ella ofrece Vida, para que mediante el fiel anuncio del Evangelio, lleve la salvación a todos los pueblos. R.

-Por nuestro Papa Francisco, para que con su palabra y su ejemplo, congregue a todas las ovejas en un único rebaño, el de Cristo, Pastor y Cordero. R.

-Por todos los sacerdotes; por los que permanecen fieles y también por los que se han alejado de la Iglesia, para que redescubran el gran Don que hoy se les ha conferido, de hacer presente a Cristo entre nosotros. R.

-Por los hermanos que sufren en el cuerpo o en el alma, para que reconfortados por los sacramentos de la Iglesia, en especial por la Eucaristía, instituida en este día, y socorridos por la caridad de los cristianos, experimenten el consuelo poderoso de Dios, que nunca abandona a sus hijos. R.

-Por los niños que se preparan para hacer la Primera Comunión en este año, para que ella sea, de verdad, el primero de muchos encuentros personales con Jesús Eucaristía. R.

O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa In Cena Domini, presidida en la Basílica de San Juan de Letrán por Su Santidad Benedicto XVI, el 21 de abril de 2011, Jueves Santo:

Queridos hermanos, en el Señor Jesús tenemos al Gran Sumo Sacerdote que da la vida a todos aquellos que se dirigen a Él. En el nombre de Cristo, pues, acudamos al Padre, sabiendo que ha puesto todo en sus manos:

R. Te rogamus, audi nos.

-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.

+Dios, Padre de clemencia, mantén a la Iglesia en el mandamiento nuevo del amor: que contemplando los gestos que Cristo ha hecho por los discípulos, crezca en la perfecta semejanza a su Esposo y Señor. R.

-Oremos por nuestro Sumo Pontífice N.

+Dios, Padre de toda santidad, lo sostenga en su servicio para que confirme a todos los presbíteros en su ministerio sacerdotal, y los aliente a vivirlo con incansable amor y entrega generosa. R.

-Oremos por las necesidades de la vida humana.

+Dios, Padre de ternura, visite con su gracia a aquellos que sufren en el cuerpo o en el espíritu: que la dulce fuerza de su amor los sostenga y los colme de paz. R.

-Oremos por todo el mundo.

+Dios, Padre de Misericordia, vuelva benigno su mirada sobre nuestro mundo: que todo hombre se abra al encuentro con Jesús, que es el verdadero tesoro y la única esperanza de la humanidad. R.

-Oremos por la familia de Dios, hoy congregada aquí.

-Dios, Padre de infinita bondad, santifique a los que celebramos el Sacrificio de Jesús: que podamos ser testigos del Evangelio con una vida alegremente entregada a su amor. R. 

Oración conclusiva

"Padre Santo, que en Cristo, tu Hijo, Sacerdote Eterno, Siervo obediente y Pastor de pastores, has puesto la fuente de la verdadera vida, concede a tus fieles edificar juntos la Iglesia, Comunidad de la Nueva Alianza y Templo de tu alabanza. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa In Cena Domini, presidida el 9 de abril de 2020, Jueves Santo, por Su Santidad Francisco en la Basílica de San Pedro y a puertas cerradas, con motivo de la pandemia del COVID-19:

Hermanos queridos, unamos nuestra vida a la Ofrenda de amor de Cristo al Padre e invoquemos para nosotros los frutos de su salvación:

R. Te rogamus audi nos

-Señor, nutre siempre a la Iglesia, tu Esposa, con tu Cuerpo y tu Sangre. Que resplandezca con tu belleza y santidad y anuncie a todos los hombres que solo en Ti está la salvación. R.

-Señor, sostén el sufrimiento de los pueblos con el poder de tu Agonía. Que los gobernantes busquen el verdadero bien y las personas encuentren esperanza y paz. R.

-Señor, santifica la vida de los ministros del Altar con la gracia de la Eucaristía. Que sean un reflejo vivo del Sacrificio que celebran y sirvan a los hermanos con generosa dedicación. R.

-Señor, toca el corazón de los jóvenes con la fascinación de tu obediencia al Padre. Que te sigan por el camino de la Cruz y descubran que sólo en Ti hay libertad, alegría y vida en plenitud. R.

-Señor, consuela a la humanidad afligida con la certeza de tu victoria sobre el mal. Sana a los enfermos, conforta a los pobres, y líbranos a todos de la epidemia, de la violencia y del egoísmo. R.

Oración conclusiva

"Señor Jesús, que cada día renuevas el Don de Ti mismo, acrecienta en nosotros el hambre de tu Cuerpo y tu Sangre, única fuente de Vida eterna. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén".


Liturgia de la Eucaristía

Ofertorio

Bendito sea el Altar de la Nueva Alianza, símbolo de Cristo. A él llevamos los dones de pan y vino, en este Memorial perenne del primer Jueves Santo de la historia.

El sacerdote debe usar el Prefacio de la Eucaristía I, De sacrificio et de sacramento Christi (Op. cit. 16; Ordo Missae, 60), y es aconsejable que use el Canon Romano o Plegaria Eucarística I, con sus partes propias para hoy (Cf. Op cit. 17, 18).


Comunión

Ecce Panis angelorum! 

"Éste es el Pan de los ángeles", nos dice la liturgia de la Iglesia. 
 
En efecto, el Manjar cuya sola presencia deleita a los ángeles, es ahora Alimento de los hombres. 
En esta Tarde de la Última Cena del Señor, unámonos a la multitud de cristianos de todos los tiempos y lugares, que han encontrado en la Eucaristía, fortaleza, consuelo y esperanza. Con todos ellos, por la comunión del mismo Pan bajado del Cielo, somos una sola familia.


Comunión espiritual

Quienes por diversas razones no están en condiciones de comulgar sacramentalmente, pueden hacerlo de manera espiritual, por medio de la siguiente oración:

Creo y confieso, Señor Jesús, que estás de verdad presente en la Eucaristía que hoy has instituido. No puedo recibirte en este Santísimo Sacramento; ven, pues, espiritualmente a mi alma.
Oh, Dios que por mí te has entregado, yo confío en Ti. Amén.



Traslación del Santísimo Sacramento (Translatio Sanctissimi Sacramenti)

Luego de la Oración después de la Comunión, habiendo depositado el copón con el Santísimo Sacramento sobre el altar, de pie (stans), el sacerdote coloca incienso en el turíbulo, lo bendice, se arrodilla, e inciensa a Jesús Sacramentado con tres ductus. Después, se coloca el velo humeral de color blanco y toma el copón, sosteniéndolo con sus manos, envueltas en las extremidades de dicho velo. Inmediatamente, se organiza la solemne traslación del Santísimo durante la cual el coro canta el himno Pange lingua, salvo las dos estrofas finales, u otro cántico eucarístico. Precede el cruciferario entre dos ceroferarios; le siguen otros ministros con antorchas, el turiferario con el turíbulo humeante, y el sacerdote con el Santísimo en el copón. Cuando llega al lugar de la reserva, el sacerdote, o el diácono, deposita el copón con el Santísimo en el tabernáculo preparado, coloca incienso en el turíbulo, se arrodilla, y lo inciensa como antes. El coro canta Tantum ergo Sacramentum u otro cántico eucarístico. Después, se cierra el tabernáculo. Luego de unos momentos de adoración en silencio, el sacerdote y los ministros, hecha la genuflexión, sin decir nada, vuelven a la sacristía. No se ejecuta ningún cántico en este lapso. (Cf. Op. cit. 37, 38, 39, 40). Quienes se unan espiritualmente al coro con el canto del Tantum ergo, pueden obtener una indulgencia plenaria, con las condiciones acostumbradas. (Enchiridion indulgentiarum, concessio 7. 1, 2).



Despedida

Con el corazón, acompañemos al Señor Sacramentado, Vida y Esperanza de la humanidad.
Él será colocado en el Trono, en donde permanecerá para que lo adoremos hasta la medianoche.




1° de abril de 2012, Domingo de Ramos o de la Pasión del Señor.
(Última actualización de la entrada: 09/04/22).

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