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jueves, 27 de septiembre de 2018

San Vicente de Paúl, presbítero: himnos litúrgicos


 


Cada 27 de septiembre, la Iglesia Universal celebra la "memoria obligatoria" de san Vicente de Paúl, presbítero, fundador de la Congregación de la Misión que, a su vez, en este mismo día, lo honra con el grado litúrgico máximo: "solemnidad". Estos son los himnos propios de la Liturgia de las Horas de dicha Congregación:


I Vísperas

¿Qué nuevo triunfo cantan, hoy, los cielos?
¿Qué nuevo aplauso los santos tributan?
¡La luz del clero, el padre de los pobres,
brilla en la Gloria!

Obras ingentes loan tus proezas
y el Amor ciñe de laurel tu frente:
cuanto le diste al pobre con  largueza,
te devuelve el Cielo.

Los sacerdotes, siendo tú su guía,
llevan al pobre la verdad de Cristo:
la Madre Iglesia viva y canoniza
tu Magisterio.

Pero te honran de manera insigne
vírgenes castas que, a la vez, son madres:
los pobres gozan, bajo tu mirada,
de su ternura.

Como aliviaste el dolor del mísero,
oye hoy, benigno, el clamor del pueblo:
todos los pobres, juntos te proclaman
padre y amigo.

Demos, hoy, todos, gloria al Padre Eterno
y al Hijo, Ungido Salvador del hombre,
y al Amor mismo, Llama de Dios vivo
que arde en Vicente. ¡Amén!


Laudes

Vengan, pobres, que fueron los amores
de Vicente, cantemos su bondad.
Él las llagas curó de los dolores
con besos de ternura y caridad.

Cantemos al apóstol de los campos,
que es imagen de Cristo Redentor.
Gloria al santo que huyó de la humana gloria;
amor al padre que vivió de amor.

Oh, padre de los tristes, oh, cáliz de consuelo.
En ti está el Dios del cielo,
que Dios es todo amor.

¿Quién como tú amó al pobre,
su dulce padre y guía?
Reíste en su alegría,
lloraste en su dolor.

Ser en la tierra Cristo, tu vida fue y tu gloria;
el lema de tu historia,
pasar haciendo el bien.
El campo de miserias regaron tus sudores;
la dicha abrió sus flores,
trocándolo en Edén.

Aún vive en tus apóstoles el alma de tu celo,
tus hijas en el suelo
han del triste piedad.
Tu vida  será eterna, eterna cual tu gloria;
lo eterno es la victoria
de tu alta caridad.

El pobre en su miseria, y el triste en su quebranto,
y el huérfano en su llanto,
quien sufre viene aquí.
Y a ti elevan sus ojos llorando sus dolores,
a ti, fuente de amores,
que está el consuelo en ti.


II Vísperas

Enséñanos a amar, Vicente de Paúl,
al pobre, nuestro hermano,
como lo amaste tú. (bis)


No sabemos sufrir con los que sufren,
rehusamos llorar con los que lloran,
ignoramos la voz que nos suplica
y la mano que hambrienta nos implora.

Acallamos a veces entre rezos,
el clamor de los pobres que nos gritan,
con palabras de Cristo y su Evangelio
que sólo es el amor lo que da vida.

Vicente de Paúl, que descubriste
a Cristo desvalido entre los pobres,
que a la luz de tu vida descubramos,
que ellos son nuestros amos y señores.

 
27 de septiembre de 2018, memoria litúrgica (para los vicentinos, solemnidad) de san Vicente de Paúl, presbítero.
Entrada dedicada a él.

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