La siguiente es la versión en castellano del original en latín de los himnos de la Liturgia de las Horas para el "Común de Vírgenes":
I y II Vísperas: Iesu Corona virginum
Oh, Jesús, Corona de las Vírgenes,
Oh, Jesús, Corona de las Vírgenes,
acoge benignamente nuestras preces,
Tú que fuiste concebido por aquella Madre,
que te engendró, sin menoscabo de su Virginidad.
Como Esposo deslumbrante de gloria,
Como Esposo deslumbrante de gloria,
avanzas entre lirios, rodeado del Coro de las Vírgenes,
para entregarles las palmas de su victoria.
Allí donde vas, ellas te siguen,
Allí donde vas, ellas te siguen,
corriendo en pos de Ti y, entre júbilos y alborozos,
entonan la dulce melodía de tu alabanza.
Y Tú, Señor, no permitas -te lo pedimos, suplicantes-,
Y Tú, Señor, no permitas -te lo pedimos, suplicantes-,
que las heridas del pecado desvirtúen
y corrompan nuestras almas.
Gloria a Ti, Jesús, que has nacido de la Virgen,
Gloria a Ti, Jesús, que has nacido de la Virgen,
y también al Padre y al Espíritu Santo,
por los siglos sin término. Amén.
Oficio de lectura: Pro una virgine: Dulci depromat carmine
Mientras esta Virgen resplandece de gloria
en lo más alto del Cielo, los fieles entonan con devoción
la suave melodía de su fiesta.
La doncella que consumió vigorosamente
su vida entera en la alabanza del Señor,
la prosigue ahora, felizmente agregada
a la muchedumbre de los Bienaventurados.
Venció, con su pureza, la flaqueza de la carne enferma
y despreció los halagos del mundo,
a cambio de pisar sobre las huellas de Cristo.
Guíanos, Señor, por medio de tu santa
y defiéndenos de toda adversidad,
de modo que, enriquecidos con las virtudes,
evitemos caer en el pecado.
Gloria a Ti, Jesús, que has nacido de la Virgen
y también al Padre y al Espíritu Santo,
por los siglos sin témino. Amén.
Pro pluribus virginibus: Gaudentes festum colimus
Celebremos, llenos de júbilo,
la fiesta de las santas Vírgenes de Cristo, que,
con corazón puro, siguieron al Señor, entre cánticos de alabanza.
Oh, Cristo, Lirio de castidad, Rey santísimo de las Vírgenes,
Tú que eres Custodio de la pureza,
aleja los engaños del Demonio.
Y ya que tu misericordia se siente atraída
por un corazón limpio,
purifica nuestras manchas y perdona nuestros pecados.
Y a la vez que nos sentimos agradecidos,
te pedimos, Señor, Padre de clemencia,
que nos tiendas la mano, rescatándonos de nuestros extravíos.
Gloria a Ti, Jesús, que has nacido de la Virgen,
y también al Padre y al Espíritu Santo,
por los siglos sin término. Amén.
Laudes
Pro una virgine: Aptata, virgo, lampade
Oh, Virgen que, una vez, aderezada tu lámpara,
acudes a las bodas del Rey de la gloria eterna,
aclamada por las turbas de los Cielos.
Partícipe de la suerte de los Bienaventurados,
engalanada por los méritos de tu pureza,
te allegaste al Esposo glorioso, en castísimo abrazo nupcial.
Enséñanos con el ejemplo de tu vida
y confórtanos con tu intercesión,
de modo que podamos resistir a la astucia de nuestro Enemigo.
Oh, María, Modelo de vida para las vírgenes,
presenta tus ruegos a Jesús, a fin de que sintamos
tu asistencia en el plazo de nuestro destierro.
Glorifiquemos a Dios por la victoria de esta Virgen
de la que se goza la Corte del Cielo por todas las edades. Amén.
Pro pluribus virginibus: Iesu, Corona virginum (ut supra)
25 de noviembre de 2020, memoria litúrgica de santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir.
Entrada dedicada a ella, a quien en la imagen de arriba, contemplamos junto a la Virgen y al Niño.
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