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sábado, 21 de enero de 2017

Santa Inés, virgen y mártir: himnos litúrgicos

 


La Orden de la Santísima Trinidad, por concesión de la Santa Sede, (y haciéndose eco de una antigua tradición que honraba en dos fechas a la santa) celebra a la virgen y mártir Inés como patrona el 28 de enero, con el rango litúrgico de "fiesta". El Calendario universal celebra su memoria obligatoria una semana antes, el día 21.
Los siguientes son los himnos litúrgicos propios de la versión en latín de la Liturgia de las Horas, traducidos al español (A), a los que se añaden los propios de la Orden trinitaria para esta fiesta (B):


A) 

Oficio de lectura: Igne divine

La pureza virginal ha triunfado sobre la sensualidad, 
cuando Inés, ilustre por el fuego de su amor a Dios, 
venció sobre el reclamo de la carne.

El noble ejército de los Cielos acoge en la Mansión eterna, 
el alma blanquísima de la casta esposa 
y la exalta por encima de las estrellas, 
para allegarla a su Esposo.

Compadécete de nuestra suerte, oh, Inés, 
y haz que quienes hoy celebramos tu victoria, 
consigamos la salvación y el perdón de nuestras culpas.

Intercede por nosotros para que el Señor de Cielos y tierra, 
dirija su mirada compasiva sobre el pueblo suplicante, 
y, en su bondad, conceda paz y tranquilidad a nuestros días.

Celebremos con cantos de alabanza al manso Cordero, 
a Quien la casta Inés eligió para sí, como su Esposo, 
que gobierna los astros del cielo y rige los destinos del mundo. Amén.



Laudes y Vísperas: Agnes beatae

Hoy celebramos el día natal de santa Inés,
el día en el que su alma, teñida piadosamente de sangre,
volvió al Cielo que le estaba reservado.

Inmadura todavía para las nupcias, fue hallada madura para el martirio, 

al cual se dirige con rostro radiante de alegría, 
como, si saliera al encuentro de su Esposo.

Obligada a encender una lámpara sobre el altar 

de aquella execrable divinidad, contesta: 
«Las vírgenes de Cristo nunca prenden semejantes antorchas.

Este fuego exige la fe, estas llamas apagan la luz: 

podéis, podéis ya herirme, pero mi sangre, 
al derramarse, sofocará esas ascuas.»

Cubriéndose completamente con el vestido, 

dobló la rodilla en tierra, y, una vez asestado el golpe, 
cayó con toda modestia sobre el suelo, y así, 
se hizo acreedora de tanta celebridad.

Gloria a Ti, Jesús, que has nacido de la Virgen, 

y también al Padre y al Espíritu Santo, por los siglos sin término. Amén.


B)

Oficio de lecturas



Con júbilo ardiente,
al Cielo elevemos la voz,
en la fiesta de la virgen prudente,
que el Señor cual Patrona nos dio.
 
Eres dulce, Inés, y sencilla,
tan sencilla cual límpida flor,
pero fuerte en tu amor al Esposo,
el Esposo divino que te enamoró.
 
Hoy la Orden gozosa te canta,
cobijada por ti, a vivir comenzó.
Dulce Inés, oye el eco de nuestra garganta,
oye el himno del más tierno amor.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos. Amén.
 
II 

Toda encendida en el amor divino
Inés, del cuerpo inclinaciones vence
y la pureza virginales sellos
pone en su carne.
 
Turbas celestes, sobre las esferas,
el alma pura arrebatada ponen,
donde el Esposo con amor le ofrece
nupcias felices.
 
¡Oh, virgen bella! nuestra voz escucha,
canta tu triunfo y te suplica humilde
que de las culpas el perdón implores.
¡Salva nuestra alma!
 
Pide a tu Esposo, de la tierra Dueño,
oiga propicio al suplicante pueblo
que para el mundo, con la paz, implora
vida tranquila.
 
Todos loemos al Cordero santo,
Esposo amable de la casta virgen,
el cual gobierna con divina ciencia
todas las cosas. Amén. 



Laudes


I

 
Del nombre del cordero
tomas el nombre.
Y al Cordero le entregas
tu vida joven.
Inés graciosa:
eres virgen y mártir,
de Cristo esposa.

¿Dónde mayor pureza
de amor se esconde?
¿La luz y la hermosura
mayor, en dónde?
Inés hermosa:
en tu espejo se mira
Dios y se goza.

Hijo de Madre Virgen,
flor de las flores:
Tú hiciste a Inés esposa
de tus amores.
Tú la coronas
y le das el anillo
feliz de bodas.

Gloria al padre, y al Hijo, y al Espíritu
por los siglos de los siglos. Amén.

II

Dulces canciones nuestro gozo entone
al noble triunfo de la frágil niña;
de Inés la mano virginal ostenta
palma de mártir.

¡Oh, día alegre, de feliz memoria!,
en que el Dios Trino concedió, clemente,
que, con su nombre, nuestra santa Orden
hoy se fundara.

Nuestro homenaje con incienso e himnos,
Inés valiente, complacida acepta;
devoto el labio te proclama alegre,
nuestra patrona.

Tus puras manos nuestro ruego ofrezcan
al casto Esposo que exigió tu vida.
Haz que nuestra Orden más y más florezca.
¡Sé nuestra guía!

Gloria, alabanza y reverencia siempre
al Uno y Trino, nuestra lengua cante;
que nos conceda por Inés, su esposa,
gozos eternos. Amén.


Vísperas


 I

Serena ante la muerte;
al duro golpe
hasta el verdugo tiembla,
se sobrecoge.
Inés gloriosa:
ternura y fortaleza
de lirio y roca.

Tu fiesta alegra siempre
los corazones
porque fue el nacimiento
de nuestra Orden.
Santa Patrona:
sé de los Trinitarios
la protectora.

Oye las alabanzas,
los ruegos oye,
y derrama a raudales
tus bendiciones.

Al Padre, gloria,
y al Hijo, y al Espíritu
que de Ellos brota. Amén

II

De Inés la planta con triunfante paso,
del cielo pisa la real morada,
donde el Cordero con amor celebra
místicas nupcias.

Únese al coro del celeste alcázar,
coro que forman virginales almas,
y un himno nuevo de variado acorde
canta al Dios Trino.

Premio tan alto merecido había,
ya que del siglo deleznables pompas,
cosas fugaces, mundanal ventura,
dejó por Cristo.

Duras espinas de aguijón adverso
tratan en vano de tirar por tierra
la fe que había prometido a Cristo,
siendo su esposa.

Gracias cordiales, casta Inés, te damos;
esta Orden nuestra su principio tuvo
siendo tú, virgen de preclaro lustre,
su protectora.

Gloria a ti, Jesús, que nacer quisiste
de Madre Virgen, gloria sea al Padre,
gloria al Espíritu, que procede de Ambos.
¡Gloria por siempre! Amén.


21 de enero de 2017, memoria litúrgica de santa Inés, virgen y mártir.
Entrada dedicada a ella.

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