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lunes, 18 de marzo de 2013

La liturgia de la Inauguración del Ministerio Petrino del Papa Francisco



 


 El martes 19 de marzo de 2013 tiene lugar la Imposición del palio, la consigna del Anillo del Pescador y la solemne Eucaristía de inauguración del ministertio petrino del Obispo de Roma, Su Santidad Francisco, primer Pontífice de América. Los dos primeros ritos son antepuestos a la Misa, a diferencia de lo que ocurrió en 2005, en que tuvieron lugar dentro de ella. Esto para seguir con las sabias modificaciones de Su Santidad Benedicto XVI, Papa emérito, en las que procuraba que todos los ritos que fueran ajenos a la liturgia de la Misa no se introdujeran en ella, sino que la precedieran.

El hecho de que un acontecimiento tan importante tenga lugar en la solemnidad de San José, patrono universal de la Iglesia, es muy significativo.

A continuación, y por la exquisita riqueza simbólica de una celebración tan singular, deseo realizar un breve comentario explicativo de las diferentes partes del ritual oficial.


Introducción a la celebración

Veneración de San Pedro:
El Santo Padre, mientras la schola canta la célebre aclamación Tu es Petrus (Mt. 16, 18-19), desciende hacia al Sepulcro del Apóstol San Pedro en la Cripta de la Basílica Vaticana. Lo acompañan los Patriarcas de las Iglesias orientales.
Allí se recoge unos momentos en oración, y luego inciensa la el sagrado Trofeo del primer Papa.

Procesión de entrada:
Luego se organiza la procesión de entrada, en la cual van los diáconos que portan el Palio, el Anillo del Pescador y el Evangeliario.

Mientras avanza la solemne procesión, al final de la cual va el Santo Padre, la schola canta las Laudes regiae, tradicional invocación litánica en la que se pide a los santos la intercesión por el nuevo Pontífice, por la Iglesia y por el mundo entero.
La respuesta de la asamblea a las Laudes regiae, se organiza de la siguiente manera:

Cuando se invoca a Jesucristo, María, Miguel, Juan Bautista y José (este último, en su día), el Pueblo canta: Tu illam adiuva ("Socórrela" o "ayúdala", en el sentido de que "intercedan por ella", pues se está pidiendo por la Iglesia, a la que se ha mencionado inmediatamente antes).
Cuando se invoca a los santos Apóstoles, con Pedro a la cabeza,  y a los Pontífices Romanos canonizados, la respuesta es Tu illum adiuva ("Socórrelo" o "ayúdalo", pues se está pidiendo por el Santo Padre, al que se ha mencionado en el canto más arriba).
Las demás invocaciones, dirigidas a los demás santos, tienen como respuesta Tu illos adiuva ("Socórrelos" o "ayúdalos", pues en ellas se pide por los gobernantes y por todo el Pueblo de Dios).
Cada vez que la invocación vaya dirigida a dos santos, para respetar la concordancia, la respuesta es Vos illam/um/os adiuvate ("Socórranlos" o "Ayúdenlos").

Imposición del palio: (Pallii Petri impositio)
El cardenal Protodiácono, el mismo que anunció al mundo el nombre del nuevo Papa, se acerca con el Palio al Santo Padre, luego de pronunciar una oración litúrgica de carácter trinitario, en la que especifica que es Dios mismo Quien entrega el Palio al Vicario de su Hijo, cuyo rebaño, con la fuerza del Espíritu Santo, debe apacentar. El Maestro de Celebraciones Litúrgicas le ayuda a colocar el Palio al flamante Pontífice.
El Palio, confeccionado con lana blanca de ovejas, representa a la oveja perdida que el pastor ha de salir a buscar, "dejando a las otras noventa y nueve". Posee cinco cruces (rojas, el del Papa; negras, los de los arzobispos), representativas de las cinco Llagas del Señor. Los palios, tradicionalmente son bendecidos por el Papa en el día de Santa Inés, virgen y mártir (21/1), e impuestos a los arzobispos metropolitanos del mundo en la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo (29/6). Es signo de la solicitud pastoral de todos los arzobispos, en comunión con el Obispo de Roma, cabeza de ellos.

Oración por el Papa:
El primero de los Cardenales Presbíteros pronuncia una oración en la que pide a Dios que se digne bendecir al nuevo Papa y fortalecerlo con el Espíritu Santo, a fin de que su "alto ministerio corresponda a la grandeza del carisma que se le ha conferido".

Entrega del Anillo del Pescador (Anuli piscatoris traditio)
El Cardenal Decano del Colegio Cardenalicio se dirige al Santo Padre, diciéndole que Cristo mismo le entrega el Anillo de Pedro, el Pescador, que puso su esperanza en el Señor, del cual recibió las llaves del Reino de los Cielos. Le recuerda que es Sucesor del Apóstol Pedro, como Obispo de la Ciudad de Roma, que preside en la caridad de la unidad, según las enseñanzas del Apóstol Pablo. Ruega, además, que el Espíritu Santo le conceda la fortaleza y la dulzura para congregar a los creyentes en la unidad.
Después, el mismo Cardenal consigna el Anillo al Papa.
El Anillo del Pescador representa la dignidad de la Suprema Autoridad conferida a Pedro y a sus Sucesores, es decir, el poder de "atar y desatar".

Acto de obediencia: (Oboedientia)
Una representación del Colegio de los Padres Cardenales se acerca al nuevo Pontífice y le manifiesta su obediencia con un gesto de veneración. Mientras tanto, la schola retoma el cántico de Tu es Petrus. Se trata de dos Cardenales por cada uno de los tres órdenes (diáconos, presbíteros y obispos).



SANTA MISA

Ritos iniciales

Canto:
Los ritos iniciales comienzan con el canto, por parte de la schola y la asamblea, de la antífona Iustus ut palma, tomada de dos versículos (13 y 14) del salmo 91. Luego la schola canta los versículos 2,3,5 y 6 del mismo salmo.
El Papa y todos los presentes hacen la Señal de la Cruz.

Acto penitencial:
Se reza el Confiteor. Se concluye con la absolución general por parte del Papa.

Himno Gloria in excelsis
(De la Misa De angelis).
Se canta este himno de glorificación a la Trinidad.

Colecta:
El Papa reza la Colecta propia de la solemnidad del día: San José.

Liturgia de la Palabra

Se proclaman íntegras las lecturas de la solemnidad de San José. (La primera, en inglés; el salmo, en italiano, pero su antífona en latín; la segunda lectura, en español; el versículo -Sal. 83, 5- y la aclamación del Evangelio, en latín, y el mismo Evangelio, en griego).

El Evangelio es proclamado por un diácono. Al concluir su lectura, el diácono se lo lleva al Papa, quien lo besa y bendice con él al Pueblo

Homilía:
Por lo generaal, las homilías de inicio de Pontificado suelen ser de carácter programático.

Credo nicenoconstantinopolitano

Se canta el Credo elegido como oración propia de este Año de la Fe.

Oración de los fieles:
En latín se menciona la intención por la que se va a pedir: La Iglesia, el nuevo Papa, los gobernantes, los pobres y los que sufren, y también por los presentes. La petición se hace. respectivamente, en los siguientes idiomas: ruso, francés, árabe, swahili, y chino. La invitación a orar, hecha por un cantor, es en latín: Dominum deprecemur (Roguemos al Señor). La respuesta de la asamblea, también: Te rogamus, audi nos.

Liturgia de la Eucaristía

La Liturgia eucarística comienza con el rito de la presentación de las ofrendas, durante el cual se canta Tu es Pastor ovium (Cf. Mt. 16, 19), de Palestrina, especialmente compuesto para la Inauguración del Ministerio Petrino. No se realiza la procesión de las ofrendas, a los efectos de simplificar la celebración.

Oración sobre las ofrendas
Es la propia de la solemnidad de San José.

Prefacio
Es el de San José. (Se llama De missione sancti Ioseph)

Sanctus
(De la Misa De Angelis).

Plegaria Eucarística
Se usa el venerable Canon Romano, primera Plegaria Eucarística. El Sumo Pontífice pide a Dios que se digne conservar su Iglesia en la unidad, con él, "indigno siervo suyo" (...cum me, indigno famulo tuo...).

Rito de Comunión:
Este rito comienza con el canto del Padrenuestro, y sigue con la paz.

Cordero de Dios:
La schola y la asamblea cantan el Agnus Dei de la Misa De angelis.

Comunión:
Mientras se distribuye la Comunión se canta la antífona propia de la solemnidad de San José: Ioseph, fili David, noli timere... alternando con el canto del Salmo 79, 2ab.

Después se canta Ave, verum Corpus
Sigue un silencio para la plegaria personal.

Oración después de la comunión:
Es la de la solemnidad del día.

Ritos finales

Bendición Solemne:
El Papa imparte la bendición final de la Misa.
El diácono invita a retirarse, porque la Misa ha concluido.

La schola canta Salve, Regina, mientras el Santo Padre permanece unos momentos en oración ante la imagen de la Virgen que está en el interior de la basílica.

Te Deum:
Este conocido himno de acción de gracias se canta a continuación. Mientras tanto, el Papa se pasea por la Plaza de San Padro bendiciendo a los presentes.

18 de marzo, primeras vísperas de la solemnidad de San José, Esposo de María, padre adoptivo de Cristo, y Patrono de la Iglesia universal (y de este Blog).
19 de marzo, solemnidad de San José, día de la Inauguración del Ministerio Petrino de Su Santidad, el Papa Francisco.



domingo, 17 de marzo de 2013

Guion: Domingo de Ramos o de la Pasión del Señor

 

 

 


Formulario de Misa: aquí.


Es recomendable leer la Carta circular "Liturgia y Fiestas pascuales", de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que recopila la normativa de la Iglesia para la celebración de estos días santos. 

 

 
Dominica in palmis de Passione Domini

Ciclos A, B y C

Introducción

A. Conmemoración de la Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén (Commemoratio ingressus Domini in Ierusalem)


La siguiente “introducción” puede leerse antes de cualquiera de las tres “formas” de Conmemoración de la Entrada de Jesús en Jerusalén, propuestas por el Misal, a saber: procesión, entrada solemne, entrada simple:


Hoy, Domingo de Ramos, damos comienzo a la Semana más santa del año, durante la cual reviviremos de un modo especial los grandes Misterios de nuestra redención (que la liturgia celebra en cada Eucaristía). 

La solemne liturgia de este día constituye el “pórtico” de la Semana Santa.
 
En la "primera parte" de la celebración, proclamaremos la Realeza de Cristo, Palabra soberana de Dios que entra triunfalmente en la ciudad santa de Jerusalén para aceptar, por amor a nosotros, la muerte más ignominiosa.

La “segunda parte”, más sobria y austera, es la Santa Misa, en la que haremos memoria, más que en ningún otro domingo, de la Pasión salvadora del Señor.

Con el corazón rejuvenecido por la práctica cuaresmal, hagamos nuestros los sentimientos que profirieron un día como hoy los más humildes del pueblo elegido, y glorifiquemos a Cristo con las palabras de la Iglesia, portavoz de los cristianos de todos los tiempos:
 

(“El pueblo que fue cautivo
y que tu mano libera
no encuentra mayor palmera
ni abunda en mejor olivo.
Viene con aire festivo
para enramar tu victoria,
y no Te ha visto en su historia,
Dios de Israel, más cercano,
ni tu poder más a mano
ni más humilde tu gloria.)

¡Gloria, alabanza y honor!
Gritad: `¡Hosanna!´, y haceos
como los niños hebreos
al paso del Redentor.
¡Gloria y honor
       al que viene en el nombre del Señor!” (1).


Bendición de ramos

Con la monición del sacerdote y el rito de bendición de los ramos, iniciamos esta “primera parte” de la liturgia de hoy.
 
La Iglesia nos enseña que los ramos y palmas, que hoy portamos con fervor, representan nuestra confesión de la realeza y de la misericordia de Jesucristo, a Quien queremos aclamar con humildad de corazón.
 
(Levantemos nuestros ramos y palmas para la bendición).

El sacerdote puede escoger cualquiera de las dos oraciones de bendición. Después asperja los ramos con agua bendita, sin decir nada.


Proclamación del Evangelio: Mt. 21, 1-11; Mc. 11, 1-10 o Jn. 12, 12-16; Lc. 19, 28-40. 

Esta monición puede utilizarse para la proclamación del Evangelio de cualquiera de los tres ciclos. En el ciclo B, se puede optar entre el relato de Marcos y el de Juan.

El Mesías de las promesas, Hijo de Dios y Dios Él mismo, al entrar en Jerusalén, comienza a transitar por propia voluntad y con entrañable amor, los pasos que lo llevan a la Cruz redentora, verdadero Árbol de vida, (plantado por el Padre en el mundo, para bien de la humanidad).


Procesión (si se sigue la “primera forma” propuesta por el Misal).
 
Durante la procesión, es oportuno cantar (o en su defecto, recitar, alternando con otros cánticos) las antífonas sugeridas por el Misal (2), y el venerable himno Gloria laus.


B. Santa Misa

Liturgia de la Palabra: Ciclo A, Ciclo B, Ciclo C 

Solamente varía, de ciclo en ciclo, el Evangelio de la Entrada del Señor en Jerusalén, que se proclama al inicio de la primera y segunda formas de celebración.


Monición general

Este es el único Domingo del año en el que todos los textos litúrgicos de la Misa hacen memoria de la Pasión redentora del Señor. Esto lo percibimos de manera eminente en las lecturas bíblicas que vamos a escuchar.

Contemplemos a Jesús, Rey y corona de los mártires, que se hace Él mismo "pecado", para padecer en su Cuerpo y en su Alma, el castigo que todos merecemos por nuestros crímenes.
 
O bien:

Primera lectura: Is. 50, 4-7

En la siguiente página de Isaías, los “ojos de la fe” pueden reconocer, más allá de la humanidad cruelmente maltratada del Varón de Dolores, su imponente Divinidad, y el culmen de un Amor que jamás será igualado.

Salmo 22 (21), 8-9. 17-20. 23-24

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (4).
 
Es el clamor doloroso de la humanidad en peligro, que no tarda en experimentar la intervención compasiva del Señor.

Segunda lectura: Flp. 2, 6-11

Nadie se rebajó más que Jesucristo pues nadie hay más grande que Él. (Verdaderamente, su Nombre está sobre todo nombre) (5).

Pasión: Mt. 26, 3-5. 14-27, 66; Mc. 14, 1_15, 47; Lc. 22, 7. 14_23, 56 

Esta monición puede utilizarse para la proclamación de la Pasión de cualquiera de los tres ciclos.

El Amor infinito de Dios lo impulsa a entregarse por nosotros como humilde Cordero. Su Sangre derramada es un Río de Vida que purifica a la humanidad.

Se dice el Credo.
 


 
 
Oración de los fieles

R.(6) Cristo, oye nuestros ruegos y sálvanos

-A Ti, despojado de las vestiduras, en cuya túnica “sin costura” (7), los Santos vieron prefigurada la unidad de la Iglesia, por ella te suplicamos…

-A Ti, que suscitaste el arrepentimiento y fortaleciste la fe de quien te había negado tres veces (8), constituyéndolo Jefe de la familia de los redimidos, te suplicamos por el Sucesor de Pedro, diciéndote…

-A Ti, triturado por nuestros crímenes, te rogamos también por quienes están lejos de tus enseñanzas, y te decimos…

-A Ti, que tomaste la “condición de servidor” (9), por amor a nosotros, te pedimos fuerzas para perseverar hasta el fin, y te decimos…

O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Santa Misa de la Conmemoración de la Agonía del Señor, en la Basílica del mismo nombre, Getsemaní, Tierra Santa:

En el Huerto de Getsemaní, Jesús sufrió soledad y tristeza. Allí acogió y abrazó en libertad y abandono, la Voluntad del Padre.
Pidamos a Dios la gracia de imitarlo para saber afrontar las pruebas de nuestra vida con auténtico testimonio cristiano:

R. Padre Bueno, que se cumpla en nosotros tu Voluntad.

-Cuando por miedo no sepamos abrazar la causa de quienes son despreciados y rechazados por los hombres, recuérdanos, Padre, el infinito amor que te llevó a mandar a tu Hijo único a salvarnos. R.

-Cuando juzgamos con superficialidad, cuando usamos tu Nombre para justificarnos, cuando ni el dolor de los inocentes nos conmueve y compromete, haz, Dios, que el Misterio de la Pasión y Muerte de tu Hijo suscite en nosotros coherencia de fe y responsabilidad. R.

-Cuando seamos pusilánimes en cumplir tus Mandamientos, recuérdanos, Creador nuestro, el ejemplo supremo de tu Hijo, obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz. R.

-Cuando estemos cansados de orar y velar, cuando no conciliemos el sueño y nuestros ojos pesen ante el dolor, haznos sentir, Señor, junto a nuestra miseria, la infinita generosidad que impulsó a tu Unigénito a aceptar la Pasión y Muerte, con amor y por amor. R.

Oración conclusiva

"Dios, escucha nuestra oración y haznos capaces de ponernos de pie e ir tras las huellas de nuestro Señor Jesucristo, que es Dios y vive y reina por los siglos de los siglos".

O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa papal de S.S. Francisco el 20 de marzo de 2016, Domingo de Ramos del Año Jubilar de la Misericordia:

Hermanos, con la mirada fija en el Crucificado, plena y definitiva manifestación de la Misericordia del Padre, elevemos confiados nuestra plegaria:

R. Te rogamos, óyenos

-Oremos por la santa Iglesia de Dios.

+Mira, Señor, a la Esposa nacida de tu Costado abierto: consérvala íntegra en la fe y libre de toda mundanidad. R.

-Oremos por los gobernantes, legisladores y magistrados.

+Inspira, Señor, en cuantos rigen la suerte de los pueblos, sentimientos de justicia y paz, y dales la libertad de servir al verdadero bien. R.

-Oremos por todos los jóvenes.

+Mantén unidos, Señor, por tu Misericordia, los corazones de los jóvenes: que libres del pecado y transformados por tu gracia, vivan alegres en la búsqueda de tu Rostro, a ejemplo de san Juan Pablo II, fundador y patrono de las Jornadas Mundiales de la Juventud. R

-Oremos por los cristianos que padecen persecución.

+Ayuda, Señor, a los cristianos que sufren a causa de tu Nombre, a vivir tu mismo abandono en las manos del Padre, y sostenlos con tu fortaleza. R.

-Oremos por los pobres y por las personas abandonadas.

+Acuérdate, Señor, de cuantos viven en la aflixión y en la prueba: apresúrate a socorrerlos y hazlos gustar el consuelo de tu amistad. R.

Oración conclusiva

"Te contemplamos, Señor, en el acto de tu ofrenda generosa y total al Padre, y reconociendo con corazón contrito nuestros pecados, invocamos sobre nosotros tu Misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor".


O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa papal de S.S. Francisco, el 9 de abril de 2017, Domingo de Ramos:

Hermanos e hijos, unamos nuestra voz a la de Jesús, el Cordero inmolado por nuestra salvación:

R. Te rogamus, audi nos

O bien:

R. Te rogamos, óyenos

-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.

+La gracia de la Eucaristía la una íntimamente a su Esposo y le conceda la alegría de engendrar nuevos hijos para la vida eterna. R.

-Oremos por los legisladores, gobernantes y jueces.

+La donación total de Jesús en la Cruz los conduzca a servir a la dignidad de toda persona, sin abandonar jamás la búsqueda de la verdad. R.
 
-Oremos por los cristianos que sufren persecución.

+El supremo Sacrificio del Señor Jesús les dé una dulce fortaleza en la hora de la prueba y convierta el corazón de los persecutores. R.

-Oremos por los jóvenes.

+La adhesión total de Jesús al Padre los persuada de que nada extraño a la voluntad de Dios puede hacer la vida más bella y plena. R.

-Oremos por los pobres y por las personas solas.

+Las Llagas del Cuerpo glorioso del Señor sean, para todos, fuente de consolación y esperanza, y muevan a los cristianos a la misericordia. R.

Oración conclusiva

"Acoge, Padre, la oración de la Iglesia, e infunde en la humanidad la abundancia de los dones que brotan del Corazón abierto de Jesús, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".



O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa papal de S.S. Francisco, el 25 de marzo de 2018, Domingo de Ramos:

Como discípulos de Cristo, Cordero inmolado que quita el pecado del mundo, imploremos del Padre salvación y perdón:

R. Te rogamos, óyenos.

-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.

+Dios, Padre Santo, la custodie íntegra en la fe, la colme con su caridad y la sostenga en la esperanza de la Vida eterna. R.

-Oremos por los públicos moderadores, legisladores y jueces.

+Dios todopoderoso los haga sabios, los guíe por el camino del verdadero bien y los libre de toda forma de egoísmo. R.

-Oremos por los cristianos que padecen persecución.

+Dios, Padre de consuelo, alivie su sufrimiento, reavive su adhesión a Jesús Crucificado y los haga fuertes en la hora de la prueba. R.

--Oremos por los jóvenes.

+Dios, Padre de misericordia, los abrace con su amor, les haga dóciles el corazón a su voluntad, y cumpla en ellos sus maravillas. R. 

-Oremos por los pobres y solos.

+Dios, Padre providente, los consuele en su aflixión, les dé el pan de cada día y les conceda la alegría de una verdadera fraternidad. R.

Orración conclusiva

"Oh, Padre, escucha nuestras súplicas y renuévanos con la gracia de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa papal de S.S. Francisco, el 14 de abril de 2019, Domingo de Ramos: 

Los que con ramos de olivo y palmas hemos aclamado a Cristo, Rey y Siervo humilde, suplicamos ahora a su Padre, justo y misericordioso:
 
R. Te rogamus, audi nos

O bien:

R. Te rogamos, óyenos

-Oremos por el Sumo Pontífice y por todos los obispos.

+El Espíritu Santo, infundido desde la Cruz, los haga intrépidos en anunciar a todos a Jesús, único Señor y Salvador del hombre. R.

-Oremos por los gobernantes y por todos los pueblos.

+Que la sabia locura de la Cruz los eduque en la grandeza del servicio y los impulse a rechazar la violencia. R.

-Oremos por los cristianos que sufren persecución.

+El Cordero, inmolado sobre el Altar de la Cruz, los una a su Pasión y los haga partícipes de su victoria. R.

-Oremos por los pecadores y los incrédulos.

+La Sangre de Jesús, derramada desde la Cruz, los purifique de todo mal y los conduzca a la plena comunión con la Trinidad. R.

-Oremos por los jóvenes.

+El Verbo de Dios, silencioso en la Cruz, plasme sus corazones y haga elocuentes sus labios en cánticos de alabanza. R.
 
Oración conclusiva

"Padre, a Quien ha sido agradable la Ofrenda sacrificial de Jesús por nuestra salvación, en su Nombre te pedimos que escuches nuestra voz y que te inclines sobre nuestra miseria. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén".



O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa papal de S.S. Francisco, el 5 de abril de 2020, Domingo de Ramos:


Hermanos e hijos queridísimos, con la mirada fija en Jesús, Señor glorioso y Siervo sufriente, elevemos nuestra súplica confiada a Dios, Padre bueno y providente:

R. Te rogamus, audi nos

-Padre, infunde sobre el Papa y los obispos, la sabia locura de la Cruz: que en medio de las preocupaciones del mundo, anuncien a Jesús, Cordero inmolado que libera del pecado y de la muerte. R.

-Padre, guarda con benevolencia a los gobernantes y a todos los pueblos de la Tierra: que en la hora de prueba experimenten la fuerza de tu amor, que al hombre libera del mal y de toda adversidad. R.

-Padre, toca con tu gracia el corazón de los pecadores y de los incrédulos: que descubran en la Sangre de Cristo, derramada desde la Cruz, la verdadera purificación que abre a la vida y a la esperanza. R.

-Padre, haz resonar tu consoladora invitación en el corazón de los jóvenes: que encuentren la fuerza para ponerse de pie y vivir en la gozosa obediencia a tu voluntad. R.

-Padre, colma de tu Espíritu de fortaleza a los cristianos humillados y perseguidos: que no renuncien al seguimiento del Cordero, que se da por amor. R.

Oración conclusiva

"Escucha, Padre, nuestra pobre oración, y reconoce en ella la voz de Jesús, que se ofrece como Víctima de amor por nuestra salvación. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".



O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa papal de S.S. Francisco, el 28 de marzo de 2021, Domingo de Ramos:

Como verdaderos discípulos, sigamos a Cristo, humilde Rey de la gloria, que entra en Jerusalén para llevar a cabo su misión redentora en la Cruz. Unidos a nuestro Salvador, invoquemos a Dios Padre misericordioso, principio y fuente de toda bendición:
 
R. Escúchanos, Señor.
 
-Por la Santa Iglesia: que celebrando con viva fe el gran misterio de la Pasión y Muerte de Cristo, mire con amor materno la cruz de todos sus hijos que sufren, y les dé consuelo y alivio. R.
 
-Por todos los bautizados: que la celebración de la Semana Santa haga más radical su seguimiento de Cristo y que con filial abandono marchen junto a Él hacia la Cruz. R.

-Por aquellos que sufren: que unidos a la Pasión de Cristo y consolados por el amor fraterno, redescubran la fuerza vivificante de la fe. R.

-Por los jóvenes: que sostenidos por el testimonio y la intercesión de los santos, sean auténticos discípulos de Cristo, asumiendo sin temor generosos desafíos. R.

-Por nosotros, aquí reunidos: que recibamos de la Eucaristía la fuerza para ser instrumentos de paz en las familias y en la sociedad. R.


Oración conclusiva

"Escucha, Padre, la oración de este pueblo tuyo, que se encamina, junto a tu Hijo, hacia el Calvario: haz que después de haber aclamado al Señor en el momento de júbilo, lo siga con amor en la hora oscura pero vivificante de la Cruz. Por el mismo Cristo, nuestro Señor. Amén".

O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa papal de S.S. Francisco, el 10 de abril de 2022, Domingo de Ramos:

Como discípulos de Cristo, que en la Hora suprema de la Pasión, se ha encomendado en oración a la voluntad del Padre, elevemos confiadamente nuestras súplicas por la Iglesia y por el mundo entero:

R. Te rogamus, audi nos

-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.

+El Padre de infinita bondad y misericordia la sostenga en la tribulación, le dé fuerza en la prueba, vigor en el testimonio evangélico y humildad en la acogida del querer divino. R.

-Oremos por las autoridades civiles.

+El Padre, fuente de infinita sabiduría, asista con su gracia a aquellos que guían las naciones, los haga sinceros y desinteresados en la búsqueda del bien común, valientes en promover la concordia y la paz, y celosos custodios de la creación. R.

-Oremos por los prófugos y exiliados.

+El Padre, refugio de los pobres, convierta nuestra vida y abra nuestras manos a la caridad para que los pequeños puedan encontrar protección, los exiliados, un hogar acogedor, y aquellos que huyen de la guerra y el hambre, el calor de un corazón sensible y generoso. R.

-Oremos por aquellos que nos hacen sufrir.

+El Padre, consuelo de los que están tristes, nos haga verdaderos discípulos de su Hijo Jesús en el camino del perdón y del amor, nos conceda la fortaleza para orar por aquellos que nos odian y la desarmante capacidad de responder con el bien al mal recibido. R 

-Oremos por nosotros mismos y por nuestras comunidades.

+El Padre, asilo y fortaleza de los que confían en Él, nos enseñe a dejarnos guiar siempre por su Palabra y transformar por el Pan de Vida eterna, y que todas nuestras decisiones hallen inspiración y fuerza en la Pasión de Cristo, que se ha hecho obediente hasta la muerte en cruz. R.

Oración conclusiva

"Escucha, Padre, la oración de este pueblo tuyo que se encamina junto a tu Hijo hacia el Calvario, y haz que después de haberlo aclamado festivamente en su Entrada triunfal en Jerusalén, lo siga también en la Hora oscura y vivificante de la Cruz. A Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".

O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa papal de S.S. Francisco, el 2 de abril de 2023, Domingo de Ramos:

Hermanos, siguiendo a Cristo en el camino de la Cruz, dirijamos con confianza nuestras súplicas al Padre, para que nos haga capaces de afrontar las pruebas de la vida con la certeza de la victoria pascual sobre la muerte y el mal:

R. Te rogamus, audi nos

-Por la Iglesia, nacida del costado abierto de Cristo en la Cruz, para que, participando con fe de las celebraciones de Semana Santa, obtenga la gracia y la fuerza para seguir a su Señor. R.

-Por los gobernantes de las naciones, para que procurando siempre y sin desfallecer el bien común, favorezcan la concordia y la paz, y sostengan a las víctimas de la violencia, el odio y la guerra. R.

-Por los que sufren a causa de las enfermedades o de las propias condiciones sociales o económicas, para que por nuestra cercanía y solidaridad, les sean restituidas su dignidad y seguridad de vida. R.

-Por los catecúmenos, que se preparan para recibir los sacramentos de la Iniciación cristiana, para que vivan este tiempo de gracia en el seguimiento de Cristo Crucificado y Resucitado, y lleguen a ser mensajeros de su amor y misericordia. R.

-Por quienes nos hemos reunido en torno a la Mesa del Señor, para que se refuerce en nosotros la certeza de que el sufrimiento y la muerte no son la última palabra pero sí un camino necesario para alcanzar la plenitud de la vida. R.

Oración conclusiva

"Padre, acoge la plegaria de tu pueblo en camino tras las huellas de tu Hijo Jesucristo, y haz que aprendamos de Él a cumplir tu voluntad. Que vive y reina por los siglos de los siglos".

O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa papal de S.S. Francisco, el 24 de marzo de 2024, Domingo de Ramos:

Hermanos, contemplando el misterio de la Pasión del Señor, pongamos bajo la mirada del Padre misericordioso a la humanidad entera, con su fragilidad, sufrimiento y pobreza:

R. Te rogamos, óyenos.

-Por la Santa Iglesia de Dios, que sigue al Señor en el Misterio Pascual, para que junto a la Cruz de su Señor encuentre siempre la unidad, la reconciliación y la comunión. R.

-Por los gobernantes, llamados a cultivar la paz y el bien de los pueblos, para que sepan afrontar y superar todo conflicto, con el arte del diálogo y del respeto recíproco. R.

-Por quienes sufren la soledad y el abandono, para que sientan alivio en la presencia del Siervo del Señor que da consuelo y esperanza en todo dolor. R.

-Por los cristianos perseguidos, unidos particularmente al Hijo de Dios, para que en el Sacrificio de amor de Cristo, obtengan fortaleza, paciencia y esperanza. R.

-Por toda comunidad cristiana en camino con Cristo hacia la Pascua, para que en la escuela del Evangelio, en la oración y la caridad, pueda dar testimonio de fe. R.

Oración conclusiva

"Padre, escucha y responde nuestra plegaria, y en tu misericordia, haznos discípulos de tu Hijo, signos viviente de su amor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos".


O bien, puede emplearse el siguiente formulario adaptado, correspondiente a la Misa presidida en la Plaza de San Pedro, en nombre del Papa, por el cardenal Leonardo Sandri, el 13 de abril del Año Santo 2025, Domingo de Ramos:

Hermanos, dirijamos nuestras súplicas Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que con el sufrimiento de la Pasión, nos ha abierto la puerta santa del Reino de los Cielos, donde encuentra cumplimiento todo toda nuestra esperanza:

R.
Te rogamos, óyenos

-Por la Iglesia, extendida por toda la Tierra, para que la gracia de Cristo Redentor, confirme en los bautizados el compromiso de vida cristiana. R.

-Por el Papa, los obispos y los ministros del Evangelio, para que el ejemplo del Hijo de David, los inflame de caridad para el servicio del prójimo. R.

-Por los perseguidos a causa de la fe, para que la fortaleza del Cordero crucificado infunda valor en sus corazones y esperanza en las pruebas. R.

-Por los pobres, marginados y excluidos, para que la compañía del Varón de dolores traiga consuelo a sus penas y alivio a sus fatigas. R.

-Por los que van tras signos de poder y violencia,  para que la mansedumbre del Rey de la paz habite en sus corazones y haga caer las armas de sus manos. R.

Oración conclusiva

"Oh, Dios misericordioso y compasivo, que en la humillación de tu Hijo, levantaste a la humanidad caída, escucha nuestras súplicas, confirma en nosotros el deseo de servir al Evangelio del amor, para ser verdaderamente hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor ".


Ofertorio

Presentemos los dones del pan y el vino, elegidos por el mismo Jesús para perpetuar el memorial de su Pasión hasta el final de los tiempos.

Se usa el Prefacio propio De dominica Passione


Comunión

Aquellos que vayan a  recibir solo espiritualmente al Señor, pueden unirse a la siguiente oración, que es a la vez una invitación a la comunión sacramental de los otros hermanos:

Jesús, ¡cuán grande es tu amor! Eres diariamente maltratado por nuestros pecados, y sin embargo, te nos entregas como Comida que alimenta nuestra alma. Haz que siempre sintamos hambre de Ti, único Salvador de la humanidad.


Según la editio typica tertia del Missale Romanum, se reza la Oración sobre el pueblo, que concluye con la bendición simple. Siguiendo la práctica de la liturgia romana, el diácono, o en su defecto, el mismo sacerdote, invita a los fieles a disponerse para recibir la Bendición diciendo:

"Inclínense para recibir la bendición".

La Bendición solemne de Cuaresma puede emplearse en las Misas de las ferias cuaresmales en que es optativa la Oración sobre el pueblo o en otras celebraciones litúrgicas.

La Bendición solemne de Pasión, por su parte, puede emplearse en las ferias de la semana V de Cuaresma y en las de Semana Santa en las cuales la Oración sobre el pueblo sea optativa.


Despedida

Hermanos, que la Semana Santa que hoy empieza, marque para nosotros el inicio de una vida de mayor fidelidad a Cristo, muerto y resucitado.


Notas

1. Liturgia de las Horas. Himno de Laudes del Domingo de Ramos o de la Pasión del Señor.
2. Se trata de célebres antífonas de aclamación a la Soberanía de Dios.
3. Se considera autor de este himno a Teodulfo, obispo de Orleáns, quien lo habría compuesto estando en la cárcel, para recitarlo durante la procesión de Ramos, que había de pasar por la puerta de la prisión.
4. Sal. 22 (21), 1.
5. Flp. 2, 9.
6. Ib.
7. Cf. Jn. 19, 23.
8. Cf. Lc. 22, 54-62.
9. Flp. 2, 7.


Fuente principal: Jesucristo y el Don de Sí mismo. Guiones para las celebraciones litúrgicas. Editorial Guadalupe. Adaptación.
17 de marzo de 2013, Domingo V de Cuaresma.
(Última actualización de la entrada: 13/4/25).

jueves, 14 de marzo de 2013

Benedictus qui venit in nomine Domini...





S. S. FRANCISCUS

Annuntio vobis gaudium magnum;
habemus Papam:
Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum,
Dominum Georgium Marium
Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Bergoglio
qui sibi nomen imposuit Franciscum



Bendición Urbi et Orbi: 
Hermanos y hermanas, buenas tardes.
Sabéis que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo..., pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro Obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja.
(Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre).
Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la Bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el Obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la Bendición para su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí....
Ahora daré la Bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
(Bendición).

Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis.

13 de marzo de 2013, día de la elección del Santísimo Padre Francisco, como Sumo Pontífice de la Iglesia.
 

Ad multissimos annos, Beatissime Pater!


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Escudo del Papa Francisco



domingo, 10 de marzo de 2013

Guion: Solemnidad de san José



 

Formulario de Misa: aquí.
 
Cuando la solemnidad de san José ocurre en viernes de Cuaresma, este pierde su carácter penitencial. 
 
Cuando coincide con un Domingo de Cuaresma, la solemnidad se traslada al lunes 20, y no se adelanta, como antes, al sábado 18. Se trata de una disposición litúrgica que modifica el n. 5 de las "Normas universales sobre el Año litúrgico y sobre el Calendario". (Cf. Decreto del 22 de abril de 1990, al pie de la entrada a la que remito). En ningún caso es lícito, salvo explícita concesión de la Santa Sede, suplir la celebración de la Misa de un Domingo de Adviento, Cuaresma o Pascua, por la de solemnidad alguna). 
 
Ahora bien, si la solemnidad de san José cayera en Semana Santa, sí se adelantaría al sábado que precede inmediatamente al Domingo de Ramos (como ocurrió en 2008, en que el 19 de marzo cayó en Miércoles santo y se adelantó al sábado 15). Otra opción sería trasladarla al martes después de la Octava de Pascua, porque el lunes se reservaría para la solemnidad de la Anunciación (25/3), también trasladada, por haber coincidido con uno de los días de la Octava de Pascua. En cualquier caso, la decisión compete a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Para profundizar sobre este tema, ver aquí.

Cuando la solemnidad de san José (19/3) ocurre un sábado:

Los devotos del santo deben saber que allí donde se respeten las normas litúrgicas (ojalá ocurriera siempre y en todas partes), solamente podrán participar de la Misa propia de la solemnidad del glorioso Patriarca hasta las 15 (hora canónica de Nona) del mismo sábado 19. Luego de esa hora, es obligatorio celebrar la Misa del correspondiente Domingo  de Cuaresma, que no cede ante ninguna celebración, salvo concesión explícita de la Santa Sede.

Por otra parte, la Misa vespertina de un lunes, martes, miércoles, jueves o viernes 18 de marzo (celebrada antes de las I Vísperas de la solemnidad) debe ser la propia de la feria correspondiente de Cuaresma y no la de la solemnidad, por carecer esta de Vigilia y donde no sea de precepto. (Cf. Institutio Generalis Liturgiæ Horarum, n. 96).

En efecto, cualquier Misa con el formulario del día siguiente solamente puede celebrarse en la tarde de un sábado o en la del día anterior a una solemnidad de precepto "...vespere sabbati aut vespere pridie festotum de præcepto -o que no lo sea pero que tenga una Misa propia de Vigilia-. (Cf. Decreto de la Sagrada Congregación de Ritos, año 1965, en Enchiridion Documentorum Instaurationis Liturgicæ, V. I, n. 35").

Hoy puede adornarse con flores el Altar, lo que normalmente se prohíbe en Tiempo de Cuaresma, a excepción del IV Domingo, de las fiestas y solemnidades.

Las letanías de San José, en la versión oficial aprobada por la Iglesia, pueden cantarse, si se realiza una procesión de entrada, o rezarse como preparación a la Misa.


Introducción

¡Una gran fiesta hay hoy en el Cielo y en la Tierra! (1).
 
Celebramos la solemnidad del más grande de todos los santos: san José, Esposo de la Virgen María, padre adoptivo de Jesús y Patrono universal de la Iglesia.
 
El Eterno Padre, que había dispuesto la venida a la Tierra de su Hijo en carne mortal, y que quiso que naciera de la más perfecta de las criaturas, la Virgen María, debía velar por el Hombre Dios y por la Madre Virgen. En un mundo hostil, nuestro Redentor, desde su cuna, y también  su Madre,  se verían asechados por numerosos peligros. ¿A quién encomendar estos dos tesoros, los más preciosos del universo? (¿Quizás a un hombre poderoso, lleno de riquezas y posesiones? No.) Dios, que se complace en los humildes, quiso elegir a un simple Carpintero de Nazaret, “llamado José” (2). (A los ojos del mundo no era más que un sencillo trabajador que se ganaba el pan con sus propias manos). A los ojos de Dios, José era, después de Jesús, el más Justo, el más humilde de todos los hombres. Sólo él entonces, y nadie más que él, mereció ser Jefe de la Familia humana del Señor.
 
Grande entre los grandes, a la sombra de Jesús y María, y amándolos como nadie los amó, fue su vida como un cirio, que se consumía lentamente, ofreciendo la vida al Señor.
 
Ahora, Dios ha glorificado a su siervo junto a María, por encima de todos los santos, y lo ha constituido Protector de la gran Familia de la Iglesia, que se complace en invocarlo con confianza y en honrarlo con toda solemnidad.

¡Oh, José, “Varón justo” (3)! Con María, condúcenos a Jesús, y haznos reconocerlo vivo y presente en cada Eucaristía.
 
 
Saludo litúrgico.
 
Acto penitencial.


Gloria in excelsis

Los santos ángeles saludan hoy a quien el mismo Redentor quiso llamar “padre” y obedecer con amor filial. Unámonos a sus cánticos y alabemos a Dios, que ha elegido a san José, como signo de su solicitud paternal para con los hombres.


Primera lectura: II Sam. 7, 4-5a. 12. 14a. 16

San José, Ilustre descendiente de David (4), es destinatario de las promesas hechas por Dios a nuestros padres. (Él introduce legalmente al Mesías en la familia humana).

Segunda lectura: Rom. 4, 13. 16-18. 22

José de Nazaret, por su fe incomparable, es el hijo más esclarecido de Abraham, y por ello, el único digno de ejercer la paternidad legal y espiritual sobre el Mesías.

Evangelio: Mt. 1, 16. 18-21. 24a

El Evangelio de Mateo exalta la figura de José, elegido por el mismo Dios para ser padre adoptivo del Salvador, (y como tal, para imponerle el santísimo Nombre de Jesús, “Dios que salva”).

O bien: Lc. 2, 41-51a

En el Evangelio de Lucas, el Señor Jesucristo se presenta como celoso Defensor de los asuntos de su Padre del Cielo, pero sin desconocer la paternidad espiritual de san José.

 
Se dice el Credo.

 
Oración de los fieles

R. Te lo pedimos por nuestro Padre y Señor San José (5)

-En 1870, el Sumo Pontífice Pío IX declaró a san José como “Patrono de la Iglesia Católica” (6)

+Para que, con el auxilio celestial de tan poderoso protector, la Iglesia resplandezca con ardiente caridad y auténtica humilda en el servicio a Cristo y a los redimidos por su Sangre. R.

-Dice el Papa san Juan Pablo II en su Exhortación Apostólica sobre el glorioso Patriarca: “José (...), siguiendo la luz del Espíritu Santo, descubría ciertamente cada vez más, el don inefable de su paternidad” (7).

+Para que por intercesión de san José, la paternidad espiritual del Papa N sea reconocida por los miembros de la Iglesia y por todos los hombres y mujeres de buena voluntad. R.

-Canta un himno litúrgico del siglo XVII: “Que te ensalce la multitud de los bienaventurados, oh, José, y cante para ti el coro unánime de los cristianos (...). Esclarecido por tus méritos, te uniste en santo matrimonio a la Virgen gloriosa” (8).

+Para que los matrimonios cristianos, bajo el amparo de san José, puedan superar toda dificultad, vivan en la fidelidad y crezcan cada día en el amor. R.

-El deber de impartir justicia es una tarea delicada que tiene que inspirarse en el mismo  Dios, justísimo y amabilísimo.


+Para que los diferentes organismos de justicia, guiados por José, varón justo, actúen siempre con misericordia y en fidelidad a la verdad. R.

-San José es Patrono de la buena muerte. (En el trance de la muerte contó con la dulce compañía de María y Jesús).

+Para que los que nos han precedido en el último viaje terrenal, cuenten con la paternal intercesión del Esposo de la Virgen María, para alcanzar la Vida verdadera. R.

-San José es modelo para todos los trabajadores.

+Para que aquellos que ganan el pan con el sudor de su frente, se sientan iluminados en sus labores diarias por el santo artesano de Nazaret . R.


Ofertorio

Pidamos al padre adoptivo de Jesús (y adoptado por Jesús) que nuestra vida sea sencilla como la suya, y como los dones que vamos a llevar al Altar. Que con ellos se convierta en ofrenda, y llegue al Padre con la Víctima de reconciliación.

 
El sacerdote canta o recita el Prefacio propio de san José: De missione sancti Ioseph.

 
El nombre de san José, por disposición del Santo Padre Francisco, debe ser obligatoriamente mencionado -después del de la Santísima Virgen- en las cuatro Plegarias Eucarísticas principales, y no solo en la primera, como hasta 2013. Consultar aquí.


Comunión

Jesús quiere ser “portado” por nosotros, como lo quiso con José, su padre en la Tierra. Que al recibirlo en el corazón lo adoremos con el amor con que el santo Carpintero lo nutrió, y cuidó de Él con paternal ternura.


Oración a San José (San Juan XXIII)

José, sé siempre para nosotros un protector.
Tu espíritu interior de paz, de silencio, de trabajo
honrado y de oración al servicio de la Iglesia,
nos vivifique y nos alegre,
en unión con tu Esposa bendita,
nuestra Madre dulce e inmaculada,
en el amor fuerte y suave de Jesús, Rey glorioso
e inmortal de los siglos y de los pueblos.
                                                                       Amén.

 
 
Despedida

Al despedirnos, pidamos a Dios que nos ayude a comprender  el don grandioso del patrocinio de san José de Nazaret.


Notas

El guion está tomado, con varias adaptaciones, de la obra Jesucristo y el Don de Sí mismo. Guiones para las celebraciones litúrgicas. Editorial Guadalupe.

1. Expresión que repetía el ya fallecido padre Mario Flores, de la arquidiócesis de Córdoba, en Argentina, refiriéndose a la solemnidad de san José. Homenaje a un sacerdote fiel.
2. Lc. 1, 27.
3. Mt. 1, 19.
4. Letanías de san José.
5. Título con que san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, invocaba al Patriarca de Nazaret. Cf. Camino, nn. 559, 560.
6. Sagrada Congregación de Ritos. Decreto Quemadmodum Deus, del 8 de diciembre de 1870.
7. Exhortación Apostólica Redemptoris Custos, “Sobre la figura y la misión de san José en la vida de Cristo y de la Iglesia”, del 15 de agosto de 1989.
8. Himno Te Joseph, de las vísperas de la solemnidad, compuesto por el carmelita Juan Blanch Mur (1642-1718).


10 de marzo de 2013, Domingo Laetare, IV de Cuaresma.
Sede Apostólica Vacante 2013.
Primer día de la novena a nuestro Padre y Señor san José.
(Última actualización de la entrada: 18/03/22).