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lunes, 21 de abril de 2014

Liturgia y piedad: Misa de Canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II




Debido a la importancia histórica y universal de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, gloriosos Sucesores de Pedro, que tiene lugar el Domingo de la Divina Misericordia, 27 de abril de 2014, en este artículo quiero explicar brevemente cada una de las partes de un evento de tal magnitud.

La celebración se estructura en dos partes, cuyo preludio es precedido por la "noche blanca", como se le ha dado en llamar a la exposición y adoración del Santísimo Sacramento en algunas iglesias romanas, al anochecer del día anterior a la canonización. Esta experiencia se vivió también el 30 de abril de 2011, en la la Vigilia de la beatificación de este Papa, celebrada en el Circo Máximo. 

Primera parte: Preparación

Segunda parte: Rito de Canonización y Santa Misa de Octava de Pascua, Domingo de la Divina Misericordia.

Primera parte: Preparación

Es habitual que las grandes celebraciones papales sean precedidas por una "preparación", que permite a los fieles predisponerse para vivir fructuosamente la acción litúrgica. La piedad popular, las letras, la música y el color son característicos de toda "preparación". Y en ésta de la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, gigantes de la fe, no podría ser de otra manera.
El evento se abre con el canto en italiano del himno al Papa Juan XXIII, "Pastor bueno de la grey de Cristo".
Luego, en un "primer momento", se lee en polaco un fragmento de la homilía de Juan Pablo II durante la canonización de María Faustina Kowalska, el 30 de abril del Año Santo 2000.
Le sigue el comienzo del rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia, justamente en el domingo que lleva ese nombre. Esta piadosa devoción no puede hallar día ni acontecimiento más oportuno que éste para practicarse. Comienza con el rezo del Padrenuestro, del Avemaría y del Credo. Se usan las cuentas del Rosario mariano. Siguen las aclamaciones propias de la Coronilla, cantadas por la schola y la asamblea, correspondientes a la primera decena.

El "segundo momento" se inicia con la lectura y la meditación en italiano del "Radiomensaje" del Papa Juan XXIII, con motivo del Sábado Santo del 28 de marzo de 1959. Se reza la segunda decena de la Coronilla.

El "tercer momento" empieza con otro fragmento de la misma homilía de Juan Pablo II que se leyó en el "primer momento". Se lee en inglés. Le sigue la tercera decena de la Coronilla.

El "cuarto momento" comienza con unas palabras de Juan XXIII pronunciadas en la Audiencia General del miércoles 28 de octubre de 1959. Se lee en italiano. Se reza la cuarta decena de la Coronilla.

El "quinto momento" se abre con otro fragmento de la misma homilía de Juan Pablo II aludida anteriormente. Se lee en francés. Se reza la quinta decena de la Coronilla.

Después se canta en italiano el himno a Juan Pablo II: "Abrid las puertas a Cristo", con que se concluye esta primera parte de la "preparación".

Segunda parte

Ritus initiales

Se trata del Rito de canonización antepuesto a la Misa y adaptado durante el Pontificado fecundo de Benedicto XVI. en dicho rito se recuperaron algunos elementos del antiguo. Para una mayor profundización sobre este tema, se puede consultar aquí.

Los ritos iniciales comienzan con el canto en latín de las litaniae sanctorum, con la particularidad litúrgica de la invocación de cada uno de los apóstoles. Esto es propio de las celebraciones que dicen relación con los legítimos sucesores de los Doce, como la de la Inauguración del Ministerio Petrino del Papa, las Exequias de Sumos Pontífices, las ordenaciones episcopales y las canonizaciones de Papas (como en este caso).
A las letanías sigue el canto de la antiphona ad introitum de este Domingo de la Misericordia: Quasimodo (I Ped. 2, 2).
El Santo Padre, luego de venerar el Altar y la Cruz, se santigua.

Sigue el Ritus canonizationis tal y como lo hemos descripto con más detalle en una entrada anterior. Se realizan las tres petitiones. Entre la segunda y la tercera petitio, la schola canta el himno Veni Creator en latín.
Luego de la tercera petitio, el Papa, ejerciendo su infalibilidad, pronuncia solemnemente la Canonizationis formula. Ésta se concluye con el Amén cantado por la schola y la asamblea.
Mientras la multitud aclama a los nuevos santos, se descubren los tapices con sus rostros en la fachada de la basílica y se llevan sus reliquias entre cirios y flores hacia el lugar preparado de antemano, cerca del altar. El diácono las inciensa. Mientras tanto, la asamblea canta la antífona Iubilate Deo, cantate Domino, alternando con algunos versículos del Salmo 32, cantados por la schola.
Luego el cardenal prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, da gracias al Santo Padre, le pide que ordene redactar la Carta Apostólica de canonización, y se acerca a saludarlo.
Después todos cantan el Gloria in excelsis de la Misa de Angelis, terminado el cual, el Sumo Pontífice reza la Oración Collecta propia de este Domingo II de Pascua.

Liturgia Verbi

Se proclaman las lecturas correspondientes a esta Octava Pascual, que son invariables: Hech. 2, 42-47 (italiano); Sal. 117 (italiano); I Ped. 1, 3-9 (polaco); Secuencia (latín); Evangelio: Jn. 20, 19-31 (latín y griego). Con la procesión y la lectura del Evangelio, llevada a cabo por diáconos de estas dos tradiciones, se ponen de manifiesto la unidad y la universalidad de la única Iglesia de Dios, que "respira con los dos pulmones" de Occidente y Oriente, para tomar la metáfora de Juan Pablo II.
Luego de la proclamación del Evangelio en las dos lenguas mencionadas, éste es llevado procesionalemente  hasta el Santo Padre, quien bendice con él a la asamblea congregada en la histórica Plaza.
Luego la schola canta el Credo niceno-constantinopolitano.
Sigue la Oratio fidelium, de carácter verdaderamente universal. La introduce en italiano el Vicario de Cristo. Las intenciones están redactadas pidiendo la intercesión general de las diferentes categorías de santos, comenzando por la Santísima Virgen y San José (español). Les siguen los apóstoles y evangelistas (árabe); los mártires y confesores de la fe (inglés). Las dos últimas intenciones, en chino y francés respectivamente, se elevan por intercesión de Juan XXIII, la primera, y de Juan Pablo II, la segunda.
Cada intención se concluye con la mención a Jesucristo, "resucitado y vivo".
El Santo Padre cierra la Oratio fidelium con una breve plegaria en italiano.

Liturgia eucharistica

La Liturgia de la Eucaristía comienza con los ritos del ofertorio, que se abren con la presentación procesional de ofrendas, mientras se cantan en latín unos versículos del capítulo 28 de Mateo, alusivos a la Resurrección del Señor.
El Santo Padre reza la Oratio super oblata propia de la liturgia de este Domingo.
Luego, en latín, recita el Prefacio pascual I, De mysterio paschali, propio de esta Octava de Pascua.
A continuación, la schola canta el Sanctus de la Misa de Angelis, y da comienzo a la Plegaria Eucarística III. En ella, luego de los apóstoles y de los mártires, se mencionan los nombres de los nuevos santos de la siguiente manera: Juan y Juan Pablo. Toda la Plegaria Eucarística se recita en latín.
Después, con el canto del Paternoster, comienza el ritus communionis. Se realiza el rito de la paz, y durante la fractio, el canto del Agnus Dei, también de la Misa de Angelis.
Después, la schola  y la asamblea cantan la antiphona ad communionem, tomada del versículo 27 del capítulo 20 del Evangelio de San Juan, que se alterna con versículos del salmo pascual 117, cantados por la schola solamente.
Como canto propio de Comunión, se entona el tradicional Ubi caritas.
El rito de comunión se concluye con la Oratio post Communionem, rezada por el Santo Padre, también propia de de la Misa de este Domingo de la Divina Misericordia.

Ritus conclusionis

Los ritos finales tienen como obertura una allocutio del Santo Padre, en la que da gracias a los fieles por su presencia, especialmente a las delegaciones oficiales de los diferentes países.

Luego, la schola canta en latín el Regina caeli, que se concluye con la oración propia de esta antífona, pronunciada por el Papa, y la tradicional jaculatoria pro defunctos.

La Santa Misa se concluye con la Bendición solemne en latín, impartida por Su Santidad, tras la que el diácono, como de costumbre, despide a la asamblea congregada (dimissio).


21 de abril, "Lunes del Ángel", en la infraoctava de Pascua.


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