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La verdadera Iglesia de Dios...

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Nos iluminaste con la Luz de Cristo...

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lunes, 20 de junio de 2016

Guion: Domingo XIII del Tiempo Ordinario






Ciclo C
 
Introducción

Hermanos, así como en la Antigua Alianza el sábado era el día santo, en la Nueva lo es el domingo, día de la Resurrección de Cristo. Así lo han vivido los cristianos desde los primeros tiempos. No se trata de anular o menoscabar la antigua ley; lo explica muy bien San Juan Pablo II, que dice:

"Dado que el tercer mandamiento depende esencialmente del recuerdo de las obras salvíficas de Dios, los cristianos, percibiendo la originalidad del tiempo nuevo y definitivo inaugurado por Cristo, han asumido como festivo el primer día después del sábado, porque en él tuvo lugar la Resurrección del Señor. (...) A la luz de este misterio, el sentido del precepto del Antiguo Testamento sobre el día del Señor, es recuperado, integrado y revelado plenamente en la gloria que brilla en el Rostro de Cristo resucitado (cf. 2 Co 4,6)." (Carta Apostólica Dies Domini, 18).

Haciendo memoria de la Resurrección del Salvador, santifiquemos pues, este día del Señor.


Liturgia de la Palabra
 
Primera lectura: I Rey. 19, 16b. 19-21

La sucesión profética, anticipo de la apostólica, manifiesta la amorosa providencia de Dios que guía, ilumina y acompaña a sus hijos a lo largo de las generaciones.

Segunda lectura: Gál. 5, 1. 13-18

"Dejarse conducir por Dios". Es la única garantía de la verdadera libertad. Nos lo asegura Pablo, el Apóstol que sacrificó el prestigio mundano a cambio de la Verdad. Y solo así, fue plenamente libre.

Evangelio: Lc. 9, 51-62

"No anteponer nada al Evangelio de Jesucristo". Es lo que nos quiere enseñar la página bíblica que escucharemos a continuación.


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, son las de la Santa Misa por los Migrantes, presidida por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, el 8 de julio de 2019:


Hermanos, cada día de nuestra vida es una ocasión para dar gracias y poner en manos de Dios todo el bien para construir su Reino. Invoquemos al Señor Jesús a fin de que hoy conceda a cada uno de nosotros poder caminar en su sendero:

R. Escúchanos, Señor.

-Señor Jesús, bendice a tu Iglesia y envíale tu Espíritu, para que sea para todos y en todo lugar, un puerto seguro y abierto. R.

-Señor Jesús, bendice a tu siervo el Papa N, para que tenga siempre la fuerza y la alegría de ser pastor y profeta en favor de las víctimas de la "cultura del descarte". R.

-Señor Jesús, bendice a los rescatados en tragedias marítimas, y haz que el coraje de la verdad y el respeto por cada vida humana crezca en nosotros. R.

-Señor Jesús, bendice a las personas que han sufrido accidentes de cualquier naturaleza, y guíalas para que puedan alcanzar nuestro amor como un don que hemos recibido de Ti. R.
 
Oración conclusiva

"La Palabra que hemos escuchado dé frutos en nuestra vida y purifique nuestro corazón para que podamos glorificarte, Señor Jesús, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén".
 

O bien:

Las siguientes preces están tomadas de la "Vigilia de Oración para secar las lágrimas", presidida por el Sumo Pontífice Francisco en el marco del Jubileo de la Misericordia, el 5 de mayo de 2016 en la Basílica de San Pedro. Adviértase que, en estructura y en número -aunque no en contenido-  son idénticas a la Solemne Oración Universal del Viernes Santo. Un diácono, otro ministro idóneo o el mismo sacerdote realiza cada invitación: "Oremos...". Un laico proclama la petición, y el que preside reza la oración propia de cada petición (oración que, por razones de brevedad, puede omitirse).
Como las preces son numerosas, puede optarse solamente por algunas:

R. Te lo pedimos, Señor.

-Oremos por aquellos que son perseguidos a causa de su fe en Jesucristo.

+El Espíritu Santo Consolador los haga perseverantes en la hora de la prueba y ponga en sus labios la Palabra de verdad para anunciar con franqueza el Evangelio. R.

Dios Omnipotente y eterno, asiste a tus fieles que completan en su carne lo que falta a la Pasión de Cristo, consuélalos en sus penas, y acoge su dolor como un sacrificio a Ti agradable para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

-Oremos por aquellos que están en inminente peligro de muerte, por los que son sometidos a la tortura, a experimentos médicos en contra de su voluntad o a varias formas de esclavitud.

+En medio de la injusticia humana, sean consolados en la certeza de que ninguna lágrima será perdida ante la mirada de Dios. R.

Dios Omnipotente y eterno, que has enviado a tu Hijo al mundo para proclamar la libertad a los esclavos y la excarcelación de los prisioneros,  sostén a las personas que son víctimas de los poderes del mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

-Oremos por aquellos que son víctimas de la guerra, del terrorismo y de las diversas formas de violencia.

+El Señor, que les ha ofrecido el don pascual de la paz, se acerque con ternura a cada uno de ellos, y reabra el corazón de todos a la esperanza. R.

Dios Omnipotente y eterno, Tú actúas en lo íntimo de los corazones; detén las guerras, convierte los corazones de los momentos, y concede al mundo entero el don de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

-Oremos por los niños y los jóvenes no amados, abusados y violados en su dignidad.

+El Señor, que siempre ha sentido predilección por los más pequeños, cure sus llagas y transforme las heridas en nueva alegría de vida. R.

Dios Omnipotente y eterno, que consuelas a los afligidos y conviertes los corazones; que las lágrimas de los inocentes atraigan la dulce caricia del Padre y el arrepentimiento sincero de cuantos han generado escándalo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

-Oremos por aquellos que padecen en su cuerpo las limitaciones de la enfermedad y la fragilidad.

+El Señor Jesús acoja estos sufrimientos y los una a los suyos, infundiendo en todos la certeza de que en el misterio de la Cruz, todo dolor coopera para la redención del mundo. R.

Dios Omnipotente y eterno, Tú eres el Médico de los cuerpos y de las almas, alivia a los fieles afligidos por el sufrimiento, sostenlos en el camino de la cruz y hazlos partícipes del Misterio Pascual. Por Jesucristo, nuestro Señor.

-Oremos por aquellos que sufren a causa de la injusticia humana. 

+El Señor Jesús, Cordero inocente, que bien conoce de sufrimiento, ilumine las tinieblas que los envuelven y los consuele con su presencia. R.

Dios Omnipotente y eterno, Tú eres defensor del justo; vence las tinieblas del engaño y de la falsedad que tienen prisioneros a los hombres, y concede a todos vivir en la luz de la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

-Oremos por aquellos que viven en el abandono y la soledad, en la desolación y en la desesperanza, en la desconfianza y en la angustia.

+La fraternidad y la comunión que caracterizan la relación con el Señor Jesús, les haga experimentar el consuelo de pertenecer a la Iglesia. R.

Dios Omnipotente y eterno, tu Hijo en la Cruz ha experimentado la amargura del abandono para expresar la comunión de amor Contigo; haz que la Iglesia sea cada vez más auténticamente el cenáculo en el cual se experimente la alegría de la fraternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

-Oremos por aquellos que sufren a causa de varias dependencias y adicciones.

+La liberación del hombre, que el Señor Jesús ha obtenido al precio de su Sangre, mueva su corazón y su mente a elegir los caminos del bien y refuerce su voluntad de proseguir por senderos de liberación. R.

Dios Omnipotente y eterno, Tú nos has creado libres para que te buscáramos con corazón sincero; líbranos de caer en la esclavitud y rescata de la miseria a cuantos son víctimas de las nuevas prisiones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

-Oremos por aquellos que lloran la muerte de un ser querido.

+El Señor Jesús, que ha llorado la muerte de su amigo Lázaro y siempre se conmueve del dolor humano, enjugue sus lágrimas y reafirme su fe en la resurrección final. R.

Dios Omnipotente y eterno, fuente de toda consolación y de segura esperanza, abre tu Reino a nuestros hermanos difuntos y dales la certeza de que solo en Ti, la vida no es eliminada sino transformada, y que ningún lazo de amor se destruye. Por Jesucristo, nuestro Señor.

-Oremos por aquellos que viven la experiencia de la separación forzada de sus seres queridos, de sus bienes y de su patria. 

+El Espíritu Santo, fuente de comunión y de unidad, reavive en ellos los vínculos de la fraternidad, y sostenga el deseo y la búsqueda de un pronto reencuentro. R.

Dios Omnipotente y eterno, Jesús, tu Hijo, ha experimentado el exilio y la separación a causa del odio humano; reúne a las familias, reconcilia a los pueblos, y suscita en todos los hombres propósitos de acogida y solidaridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

Las siguientes preces, con las necesarias  adaptaciones, fueron extraídas del formulario de la Santa Misa de Envío del X Encuentro Mundial de las Familias, presidida por el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, en presencia del Papa Francisco, el sábado 25 de junio de 2022:

Hermanos y hermanas, el Señor nos invita a seguirlo con decisión y firmeza, y a testimoniar con valentía nuestra identidad de discípulos. Dóciles a la acción del Espíritu Santo, elevemos al Padre oraciones y súplicas para que nuestro camino sea siempre sostenido por su gracia:

R. Te rogamos, óyenos

-Padre Santo, que invitas a tu Iglesia a avanzar en el camino de la perfección evangélica, concede a cada comunidad mostrar el rostro de una verdadera familia, que sepa amar, dar y perdonar. R.

-Padre de la reconciliación, que nos invitas a la paz y al perdón recíprocos, ilumina la mente de los gobernantes para que guíen a los pueblos con sabiduría por los caminos de la justicia, alejándose de todo conflicto que genere destrucción, sufrimiento y hambre. R.

-Padre de los pobres, que eres el único Bien de quienes te invocan en la aflicción, abre nuestros corazones para que en el rostro de los que extienden su mano, sepamos reconocer con alegría a Cristo que por nosotros se ha hecho pobre. R.

-Padre amoroso, que desde el alba de la creación has bendecido a la familia, primera comunidad humana, sostén a los esposos con tu Espíritu, para que irradien la alegría industriosa y fecunda del Evangelio. R.

-Padre de toda gracia, que infundes tus dones con generosidad, acompaña a los novios y sostén el camino de los nuevos esposos, para que crezcan en el amor mutuo, sean generosos en el don de la vida, dispuestos a contribuir en la vida de la Iglesia y de la sociedad. R.

Oración conclusiva

"Padre fiel, que sales al encuentro de aquellos que te buscan con sinceridad, escucha nuestras súplicas y danos la sabiduría de tu Espíritu, para que viviendo cada día el Evangelio de la Cruz, podamos ser fieles discípulos de tu Hijo. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".

A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Dios, que nos llamas a celebrar tus Santos Misterios, sostén nuestra libertad con la fuerza y la dulzura de tu amor, para que nuestra fidelidad a Cristo se manifieste ante todo en el generoso servicio de los hermanos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor".


Ofertorio


Junto al pan y al vino, ofrezcamos a Dios todas las formas de esclavitud que nos impiden vivir la libertad que Él quiso para nosotros.


Comunión

Cristo Eucaristía es el Pan de la Vida y la libertad, el Alimento que nos fortalece en el caminar y la Prenda que nos asegura la inmortalidad.


Despedida

Agradecidos por la libertad que se nos ha dado por ser hijos de Dios, sigamos proclamando todo lo bueno que el Señor hace por nosotros.


20 de junio de 2016, conmemoración de Nuestra Señora de la Consolata. Entrada dedicada a ella.
(Última actualización de la entrada: 25/6/22).

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