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martes, 8 de diciembre de 2020

Tributo al Señor san José


 
 
 
La gran Sor Juana Inés de la Cruz compuso las siguientes piezas líricas (a, b, c, d) en honor del Patriarca san José. El texto ha sido adoptado para la Liturgia de las Horas por varias Conferencias Episcopales hispanohablantes. Y el sacerdote José de Valdivieso,* en una reconocida obra, hizo público en honor del mismo santo, un sugestivo romance (e):

 
(a) Romance

Escuchen qué cosa y cosa
tan maravillosa aquesta:
un marido sin mujer,
y una casada, doncella.

Un padre que no ha engendrado
a un Hijo a quien otro engendra;
un Hijo mayor que el padre,
y un casado con pureza.

Un hombre que da alimentos
al mismo que lo alimenta,
cría al que lo creó, y al mismo
que lo sustenta, sustenta.

Manda a su proprio Señor,
y a su Hijo-Dios respeta;
tiene por ama una esclava,
y por esposa una reina.

Celos tuvo y confianza,
seguridad y sospechas,
riesgos y seguridades,
necesidad y riquezas.

Tuvo, en fin, todas las cosas
que pueden pensarse buenas;
y es, en fin, de María, Esposo,
y de Dios, padre en la tierra.
 
 
(b) Glosa

¿Cuán grande, José, seréis,
cuando vivís en el cielo,
si cuando estáis en el suelo
a Dios por menor tenéis?

¿Quién habrá, José, que mida
la santidad que hay en vos,
si el llamaros 'padre', Dios,
ha de ser vuestra medida?

¿Qué pluma tan atrevida
en vuestro elogio hallaréis?
Pues si lo que merecéis,
el que os quiere definir,
por Dios os ha de medir,
¿cuán grande, José, seréis?

Fue tanta la dignidad
que en este mundo tuvisteis,
que vos mismo no supisteis
toda vuestra santidad;
porque, acá, vuestra humildad
puso a vuestra virtud velo,
porque con tanto recelo
vuestra virtud ignoréis,
y solo la conocéis,
cuando vivís en el cielo.

El Señor os quiso honrar
por tan eminente modo,
que aquel que lo manda todo,
de vos se dejó mandar.

Si favor tan singular
mereció acá vuestro celo,
no hay por qué tener recelo
de que por padre os tendrá
cuando estáis glorioso allá,
si cuando estáis en el suelo
vos os queréis humillar;
mas Dios, con obedecer,
nos quiso dar a entender,
lo que vos queréis negar.

Sois, en perfección, sin par,
y cuanto ocultar queréis
lo mucho que merecéis,
porque la naturaleza
conozca vuestra grandeza,
a Dios por menor tenéis.

 
(c) Soneto

Nace de la escarcha fresca rosa,
dulce abeja, y apenas aparece,
cuando a su regio natalicio ofrece
tutela verde, palma victoriosa.

Así Rosa, María, más hermosa,
concibe a Dios, y el vientre apenas crece,
cuando es, de la sospecha que padece,
el Espíritu Santo, Palma umbrosa.

Pero cuando el tirano, por prenderlo,
tanta inocente turba herir pretende,
solo vos, ¡oh, José!, vais a esconderlo:

para que en vos admire, quien lo entiende,
que vos bastáis del mundo a defenderlo,
y que de vos, Dios solo le defiende.
 
 
(d) Villancico

¡Ay, qué prodigio!
¡Ay, qué portento!
¡Vengan a verlo todos,
vengan a verlo!

Que si, a todos, los celos
quitan el sueño,
a mi José el sueño
quita los celos.
Celos con sueño,
sueño con celos,
en José solamente
no son opuestos
¡Vengan a verlo!

¡Cuán contrario que anda Dios
del orden natural nuestro,
pues hace incierta la vista
haciendo verdad el sueño!
 
Despierto, José ignora
y dormido, sabe: luego
duerme cuando está velando,
vela cuando está durmiendo.

Si considera, dormido,
y alcanza tales misterios,
si a esto le llaman dormir,
¿a cuál llaman desvelo?
 
Mas ¡ay!, que duerme celoso,
y el cuidado de los celos
solo admite de dormido
la semejanza de muerto.

Si Dios le ha de asegurar
de la Encarnación del Verbo,
¿por qué no llega el aviso
antes de temer el riesgo?
 
¿Es, acaso, por probarlo
con el dolor más acerbo,
porque más tormentos pase
quien ha de gozar más premio?

No es sino quererle hacer
su dechado verdadero,
participándole Dios
de sus mismos sentimientos.
 
El sentimiento de Dios
eran celos de su pueblo;
y cuando los tiene Dios,
no está José bien sin ellos.
 
Pues sienta él entre los santos
solamente este momento;
que es padre de Cristo
y debe parecerse al Padre Eterno.

 
  (e) Romance

*José de Valdivieso, sacerdote, autor de la grandiosa obra Vida, excelencias y muerte del gloriosísimo patriarca San José (Toledo, 1604), en su entonces también muy difundido Romancero espiritual del Santísimo Sacramento, de 1612, hace público el siguiente romance:


Romance de san José

Descubierto el Santísimo Sacramento,
serafines abrasados, decidme, si lo sabéis,
¿qué tanto puede en la corte 
con sus altezas, José?

Si a la que es mujer mejor: 
da Dios el que mejor es, 
y vivieron trasformados
él en ella y ella en él;

Si vosotros sois vasallos 
que besáis sus blancos pies, 
por vuestra Reina (venerando)
la que él tiene por mujer;

Si Dios lo que no es Dios cría 
y él crió lo que Dios es, 
 fue criador del Creador, 
serafines, ¿qué diréis?

Que es el mayor santo 
menor que José; 
pues sirvieron todos 
al que mandó él.

Si cuando al Niño-Dios hiere 
el cuchillo de la ley, 
le hieren el corazón, 
porque su corazón es;

Si huyendo con Él a Egipto, 
mártir en el alma fue, 
padeciendo en el camino 
el dolor de todos tres;

Si cuando se perdió el Niño
(que no se pudo perder), 
perdió a Dios, que aunque sin culpa, 
fue un infierno para él;

Si tuvo por hijo a Dios, 
ya que Dios no pudo ser,
Deste Vicediós, decid, 
el concepto que tenéis.

Que es el mayor Santo 
menor que José; 
pues sirvieron todos 
al que mandó él.

Si saben Dios y su Madre 
que si no fuera por él,
más de alguna vez los dos
se quedaran sin comer;

Si encerró el Pan que la Iglesia 
cubre, y descubre la fe, 
para remedio del mundo,
mejor que el otro José;

Si fue el primero de todos, 
que en la mesa de Belén, 
después de su Esposa Virgen, 
se desayunó con Él;

Si fue Dios su Pan casero, 
pues pan de su casa fue,
¿qué tan gran Santo os parece?
Serafines, responded.

Que es el mayor Santo
menor que José;  
pues sirvieron todos 
al que mandó él.

Si gozó alegre y dichoso
de su boca de clavel 
besos que aún al mismo Dios 
hacen de amores arder;

Si el bocado de la boca 
se quitó más de una vez, 
y porque Dios le comiese 
él lo dejó de comer;

Si dicen que va seguro
Quien tiene el hijo juez, 
cuando Dios venga a juzgar,
¿qué tanto lo irá José?

Decid, Serafines bellos,
Si es dueño y padre del Rey 
y le guardó para todos, 
pudiendo alzarse con él;

Que es el mayor santo
Menor que José; 
pues sirvieron todos
al que mandó él.


8 de diciembre de 2020, solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
150º aniversario de la proclamación de san José, su Esposo, como Patrono universal de la Iglesia, por el Papa Pío IX, en la Carta Encíclica Quemadmodum Deus. (Acta Pii IX, P. M., t. 5, Roma 1873, p. 282).

Inicio del "Año Josefino", convocado por S.S. Francisco.
Entrada dedicada a María Purísima, al castísimo José y al beato Pontífice.

 

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