La Congregación de la Pasión posee el tesoro espiritual de un conjunto de Misas votivas sobre el Misterio del que recibe su nombre. Transcribo a continuación, el formulario completo de la Misa votiva III: "Jesús es condenado a muerte", precedido por una nota histórica, tal y como se halla en el Misal propio de los padres pasionistas:
Santa Misa: "Jesús es condenado a muerte"
El Oficio votivo “Jesús es condenado a muerte”, se introdujo con la reforma de nuestro "Propio" en 1976, como el primero de los Oficios votivos. Se quería subrayar, sobre todo, el juicio y la condena a muerte de Jesús por parte del tribunal religioso. Actualmente se coloca como tercer Oficio votivo, tras la Flagelación y la Coronación de espinas, para recordar la condena a muerte de Jesús por parte del tribunal político y la aceptación de la muerte por parte de Jesús, por nuestra salvación. Recordemos el pensamiento de Pablo VI: “Contemplamos a Jesús en estado de máxima debilidad, derrotado. Entonces vienen a nuestra memoria las célebres palabras de san Agustín: Fortitudo Christi te creavit, infirmitas Christi te recreavit (Tr. in lo. 15, 6): el Señor que te ha creado con su poder, te ha recreado con su debilidad, con su Pasión. Lección importante para nosotros, si queremos salvarnos a nosotros mismos, si queremos salvar a los demás, al mundo”. (Paolo VI, Insegnamenti, vol. VII, p. 193, 4 abril 1969).
Antífona de entrada Jn 3, 17
Dios no mandó a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
Oración colecta
Padre, que por nosotros quisiste que tu único Hijo fuera ultrajado y condenado a muerte: en virtud de las injurias y tormentos que él soportara, ayúdanos a no juzgar a nuestros hermanos, y merecer tu juicio favorable el día de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Liturgia de la Palabra: Sabiduría 2, 1a. 12-22 o bien: Hech. 13. 26-33; Sal. 68, 8-10. 15-18. 20. 30-31. (R. Ayúdame, Señor, por tu fidelidad); Aleluya: (R. Jn 3, 16: Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único; todos los que creen en él tienen vida eterna); Mc. 14, 55-65 o bien, Jn. 19, 1-6.
Oración de los fieles
Oremos a Dios Padre, que en su amor creó al hombre y con su misericordia lo ha redimido por la Sangre de su Hijo, y pidámosle que escuche nuestras oraciones:
1. Para que Jesús, el Señor, purifique con su Sangre la suciedad de nuestras culpas, que han manchado a la Iglesia, su Esposa amada, roguemos al Señor.
2. Para que el Señor, que con su Cruz ha rescatado al hombre del dominio de la muerte, muestre a todos los pueblos el camino del Evangelio, roguemos al Señor.
3. Para que Cristo, que despertó a Lázaro del sueño de la muerte, haga que los que están muertos por el pecado recobren la vida por la penitencia, roguemos al Señor.
4. Para que las naciones necesitadas reciban ayuda en su indigencia y se consoliden en todo el mundo la justicia, el bienestar y la paz, roguemos al Señor.
5. Para que quienes estamos aquí reunidos nos amemos los unos a los otros como Cristo nos amó y se entregó por nosotros, roguemos al Señor.
Dios misericordioso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo para que, con su Muerte, destruyese el pecado y la muerte, y, con su Resurrección, nos devolviese la vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz que podamos gozar de los frutos de la Cruz gloriosa de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos delos siglos.
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, los dones y plegarias que te presentamos, y haz que meditando el misterio de tu Hijo, condenado por los hombres, merezcamos recibir de sus manos la corona de la justicia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
Para que te sean agradables estos dones, purifícanos, Señor, del contagio del mal, y concédenos caminar siempre según tu justicia. Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio
La fuerza de la Cruz
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Porque en la pasión salvadora de tu Hijo,
el universo aprende a proclamar tu grandeza
y, por la fuerza de la cruz, el mundo es juzgado como reo
y el Crucificado exaltado como juez poderoso.
Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría,
te aclamamos con los ángeles y los santos, diciendo:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión Mc 14, 62
Y veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo.
Oración después de la comunión
Oh, Dios, fuente de justicia y santidad, que nos has alimentado con el cuerpo y sangre de tu Hijo, haz que hallemos misericordia ante Ti el día del juicio, para vernos acogidos en el Reino de los elegidos. Por Jesucristo nuestro Señor.
30 de marzo de 2021, martes santo.
Entrada dedicada a Jesucristo, Divino Juez, condenado a muerte por un inicuo tribunal humano.
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