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miércoles, 29 de junio de 2022

No hemos entendido el valor infinito de la Misa...


Torre de Babel

Torre de Babel 


...ni el de la sacralidad de nuestros templos...



Cuando los católicos que nos declaramos asiduos "practicantes" de la fe supeditamos la Misa dominical a que en ese día del Señor no tengamos otro compromiso*...

Cuando nos preocupamos más por vestir de manera adecuada en un acto civil o en una fiesta social que para acudir a la Iglesia...

Cuando ponemos más empeño en no llegar tarde al trabajo que a la Misa...

Cuando no nos preocupamos por silenciar o apagar un celular que sí procuramos inhabilitar en una reunión de trabajo, en un banco o en un encuentro con alguien importante...

Cuando nos fastidia que la celebración eucarística exceda la hora pero hemos participado a gusto de reuniones civiles, torneos deportivos, espectáculos o festejos de mucha mayor duración...

Cuando ingresamos al templo como a una tienda comercial, con prisa y sin hacer ningún tipo de reverencia o ensayando realizar una de manera mecánica...

Cuando en lugar del mantel blanco correspondiente se ha colocado sobre el Altar otro del color litúrgico del día, en contra de lo establecido por la Iglesia*...

Cuando se depositan sobre el Altar elementos (religiosos o no) que no son propios de él: el Cirio Pascual, imágenes sagradas -solo el Crucifijo se admite-, relicarios, objetos religiosos para ser bendecidos, vasos de agua, fósforos, anteojos*...

Cuando los adornos florales del Altar son más vistosos que él mismo y distraen la atención del Misterio que allí acontece...

Cuando en la eventual procesión de entrada, quienes acolitan portan elementos que la liturgia no prescribe, como imágenes de la Santísima Virgen o de los santos, la Bíblia, el Leccionario o el Misal, el Ritual Romano, el Pontifical, el Ceremonial, el Libro de las Horas o el Bendicional*...

Cuando, una vez iniciada la Misa, al comienzo o al final, somos saludados por el sacerdote con una fórmula de cortesía semejante a aquella que habitualmente nos intercambiamos fuera del templo, y no con el correspondiente saludo litúrgico inicial*...

Cuando el mismo sacerdote opta por no usar los ornamentos sagrados exigidos para el celebrante principal en la Misa, a saber, al menos, el alba, la estola y la casulla*...

Cuando en una Misa no escuchamos canciones distintas de aquellas que se ejecutaron para recaudar fondos en las peñas del salón parroquial*...


Cuando advertimos que el grupo de música ha ensayado muy bien los cantos de entrada, ofrendas, comunión, meditación y salida, pero apenas ha considerado preparar los más propios de la Misa (Kyrie, Gloria, Salmo, Aleluya, Credo, Sanctus, Agnus Dei...


Cuando la parte central del "Acto penitencial" es "suplida" o "acompañada" por una canción que alude al arrepentimiento o al perdón*...


Cuando el himno "Gloria a Dios" es reemplazado por otra composición que se limita a mencionar a las Tres Personas de la Trinidad con uno que otro atributo de Ellas*...


Cuando se proclaman las lecturas desde un folleto o una fotocopia, nunca antes preparadas sino súbitamente asignadas sobre la hora...


Cuando se reemplaza la proclamación de la Palabra de Dios por otros textos no bíblicos*...


Cuando la homilía que escuchamos no difiere mucho, o bien, de una conferencia para teólogos, o bien, -peor aún- del discurso de tal o cual político, o del intercambio de opiniones de la última reunión de grupos parroquiales, o del anecdotario humorístico de los encuentros entre amigos...


Cuando se invita a los presentes a que, de manera espontánea, desde su lugar, se unan con peticiones a la Oración de los fieles*...


Cuando en la procesión que suele dar inicio al Ofertorio se "presentan" simbólicamente bienes que no son una verdadera donación...


Cuando en la Plegaria Eucarística y en las demás oraciones establecidas por la liturgia, se alteran, suplen u omiten partes sin que el Misal lo autorice claramente*...


Cuando se invita a los laicos a proclamar el Evangelio, a dirigirse a la asamblea en la homilía o a unirse en la recitación de toda la Plegaria Eucarística o de algunas partes de ella, lo cual corresponde únicamente al sacerdote*...


Cuando en el santísimo momento de la Consagración escuchamos voces distintas de la de los sacerdotes o sonidos de instrumentos musicales*...


Cuando el sacerdote anticipa la Fracción del Pan, que debe realizarse en el momento de la invocación al Cordero, llevándola a cabo en el momento de la Consagración*...


Cuando se omite la mención del Papa o del Obispo en la Plegaria Eucarística*...


Cuando el saludo de la paz, que es optativo, se convierte en una oportunidad para saludar solamente a amigos o conocidos, presentes en cualquier sector del templo...


Cuando se invita a todos lo fieles a que, indiscriminadamente, se acerquen a comulgar, bajo el compromiso de confesarse después*...


Cuando se niega la comunión a un fiel por el simple hecho de que quiera recibirla en la boca y de rodillas*...


Cuando se permite a los laicos, aunque sean ministros extraordinarios de la sagrada comunión, que retiren por sí mismos, de la patena o copón, el Cuerpo de Cristo o a que ellos tomen el cáliz y beban la preciosa Sangre de él pasándosela entre unos y otros*...


Cuando en el momento de acción de gracias, que antecede a la "Oración después de la comunión", se realizan los "avisos parroquiales"*...


Cuando el lugar en que rendimos culto a Dios pretende exaltar a hombres y mujeres por medio de aplausos o discursos laudatorios...



ES QUE NO HEMOS ENTENDIDO EL VALOR DE LA MISA NI DE LA SACRALIDAD DEL TEMPLO.


Para profundizar sobre la normativa de la Iglesia, que declara "abusos litúrgicos" y/o actos contrarios a la fe y Tradición católicas a algunos* de los precedentes, consultar aquí:





29 de junio de 2022, solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo.
Entrada dedicada a ellos.

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