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La verdadera Iglesia de Dios...

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Nos iluminaste con la Luz de Cristo...

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domingo, 16 de agosto de 2015

Guion: Domingo XXI del Tiempo Ordinario





Formulario de Misa: aquí.


Ciclo B

Introducción

Si tuviésemos que referirnos con pocas palabras al Santo Sacrificio del Altar, Acto supremo de culto a Dios y manantial de todo lo que recibimos de Él, nos bastarían solamente tres vocablos: palabra, pan y vino. Sin ellos, -hay que decirlo categóricamente-, no podría existir la Misa.
La Palabra de Dios, que inspirada por el Espíritu Santo, se proclama en la asamblea y representa la paternal iniciativa de Dios que sale al encuentro del hombre que ha creado y redimido. También la palabra humana, que responde a la iniciativa divina.

El pan y el vino, que representativos del sustento vital del ser humano, son "transubstanciados" -así lo enseña nuestra fe- y se convierten en el Cuerpo y la Sangre del mismo Jesús que vivió más de tres décadas como uno de nosotros, que verdaderamente murió y resucitó, y que ahora reina glorioso en el Cielo.
En este sagrado contexto, hemos constituido la asamblea, y estamos dispuestos para celebrar el Misterio de nuestra fe tal y como la Iglesia nos lo ha transmitido desde tiempo inmemorial.


Primera lectura: Jos. 24, 1-2a. 15-17. 18b

"Elijan hoy a quién quieren seguir".

Estas palabras del Libro de Josué, resuenan para los cristianos en cada decisión de nuestra vida. Ante nosotros están, de un lado, el Dios verdadero, y del otro, los ídolos en infinidad de manifestaciones.

Segunda lectura:  Ef. 5, 21-33

En la segunda lectura, san Pablo se refiere a la unión entre el hombre y la mujer, elevada a la dignidad de sacramento por el mismo Jesucristo. Según el Apóstol, este "gran misterio" se refiere al místico desposorio entre Cristo y la Iglesia.

Evangelio: Jn. 6, 60-69

La opción radical por Jesús implica conversión y renuncia. Muchas ofertas nos presenta el mundo, pero, como Pedro, los cristianos sabemos que solo nuestro Señor tiene palabras de vida eterna. 


Oración de los fieles

I 

Las siguientes preces, con las debidas adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa de este mismo Domingo XXI del Tiempo Ordinario del Ciclo B, presidida el 26 de agosto de 2018 por el Papa Francisco en Dublín, con motivo de la Clausura del IX Encuentro Mundial de las Familias: 

El Señor habita entre nosotros en las familias, en medio de las alegrías diarias, esperanzas y desafíos. Juntos, acerquémosle nuestras necesidades y los de toda la familia humana:

R. Te rogamos, óyenos.

-Oremos por nuestro Santo Padre, el Papa N, y todos los pastores de almas. Que ellos nos ayuden a mirar a nuestros seres queridos como Dios lo hace y reconocer en ellos la imagen de Cristo, nuestro hermano.

-Oremos por las autoridades civiles. Que busquen incansablemente el bien común y defiendan a los miembros más vulnerables de la familia humana. R.

-Oremos por nuestras familias. Que el Señor las ayude a crecer en el amor, en la gratitud por el don de la vida y por sus bendiciones, y en el cuidado de la Tierra, nuestra casa común. R. 

-Oremos por nuestros hermanos y hermanas enfermos y por aquellos que soportan graves dificultades. Que puedan encontrar en nuestro amor compasivo un reflejo de los consuelos divinos y de la gracia que cura. R.

-Oremos por los esposos. Que al inicio de cada día puedan reafirmar ante Dios su decisión de ser fieles y leales. R.

-Oremos también por quienes viven en medio de fracasos y sufrimientos. Que puedan encontrar en nuestras familias un lugar de acogida y consuelo. R.

-Oremos por nuestros queridos difuntos. Que por la misericordia divina puedan encontrar el eterno descanso y la paz en la Casa del Padre, con María, nuestra Madre, con san José y con todos los santos. R. 

Oración conclusiva

"Señor Dios, fuente de toda compasión, en tu bondad amorosa escucha nuestras oraciones y que tu Espíritu de ternura habite y obre en nosotros, para que, socorridos en nuestras necesidades, podamos ser ante el mundo testigos de la alegría del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

O bien:

II 

R. Tú tienes palabras de vida eterna.

-Concede la paz y la unidad a la Iglesia; bendice al Sucesor de Pedro. R.

-Inspira sentimientos de generosidad en los poderosos de la Tierra; acalla el clamor de las armas. R.

-Detén las inundaciones; apaga los incendios; haz cesar los terremotos y maremotos. R.

-Haz de las nuevas tecnologías un espacio privilegiado de evangelización; depúralas de la pornografía y la prostitución, de la violencia y la discriminación. R.

-Consuela a los agonizantes; llama a la vida eterna a los difuntos. R.

A continuación, se propone como oración conclusiva de las preces una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Dios, nuestra salvación, que en Cristo, la Eterna Palabra, nos revelas la plenitud de tu amor, guía con la luz del Espíritu Santo a esta santa asamblea de tu pueblo, para que ninguna palabra humana nos aleje de Ti, única fuente de Verdad y de Vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


Ofertorio

Porque hemos decidido optar por el verdadero Dios tal y como Él se nos ha manifestado, y no por ídolos de barro hechos a nuestra medida, es que presentamos los dones de pan y vino, especies bajo cuyas apariencias se hará presente el mismo Jesucristo, nuestro Dios y Señor.


Comunión

Señor, hemos escuchado tus palabras de vida eterna y ahora nos disponemos a alimentarnos de tu Carne y de tu Sangre. Por esta santa Comunión, haznos más semejantes a Ti, que has pasado por la Tierra haciendo el bien.


Despedida

"Seguir a Jesús llena el corazón de alegría y da pleno sentido a nuestra existencia, pero implica dificultades y renuncias porque con mucha frecuencia se debe ir a contracorriente". (S.S. Benedicto XVI, Ángelus, 23/08/09).

Por otro lado, están los halagos del mundo, siempre fugaces y nocivos.  No seamos engañados por esos espejismos. Elijamos a Aquel que no abandona jamás y que para ello, se hizo Pan de los peregrinos.

O bien:

Anunciemos al mundo que la Divina Presencia no es la mera página de un pasado ficticio y remoto, sino la realidad cierta de algo que acontece aquí y ahora para todos aquellos que vuelven humildemente su corazón a Dios.


16 de agosto de 2015, domingo XX del Tiempo Ordinario.
Bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco, presbítero, patrono de la juventud. Entrada dedicada a él.
(Última actualización de la entrada: 25/08/18).


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