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La verdadera Iglesia de Dios...

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lunes, 3 de octubre de 2016

Guion: Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario





Formulario de Misa: aquí.


Ciclo C

Introducción

La liturgia de este domingo XXVIII del Tiempo Ordinario propone a nuestra meditación la compasión de Dios para con los enfermos, la cual se traduce en su amorosa intervención en favor de ellos, a menudo a través de la mediación de hombres elegidos. Esa intervención es un acto salvífico de la Divina Providencia.

En realidad, la historia de los hombres manifiesta la universalidad de la salvación, que "pasa a través de una mediación determinada, histórica: la mediación del pueblo de Israel, que se convierte luego en la de Jesucristo y de la Iglesia". (Cf. S.S. Benedicto XVI, Homilía, 10/10/10).

Que en cada instante de nuestra vida estemos dispuestos a acoger el don de la salvación que nuestro Creador nos ofrece. Lo hace siempre, pero nunca más que cuando participamos en el Sacrificio de la Misa.

Primera lectura: II Rey. 5, 14-17

Naamán, jefe del ejército arameo, enfermo de lepra, recibe la curación de Dios gracias a la mediación de Eliseo, el santo profeta del Señor.

Segunda lectura: II Tim. 2, 8-13

Cristo Jesús es la Salvación en persona que el Amor de Dios ofrece a la humanidad.

Evangelio: Lc. 17, 11-19

El Evangelio de hoy nos instruye acerca de la importancia de nuestra correspondencia a los actos salvíficos que el Señor nos dirige en cada instante de la vida.


Oración de los fieles
 
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Ceremonia de Apertura de la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud, presidida por el Papa Francisco en Panamá el 24 de enero de 2019:


Queridos hermanos y amigos, con la misma ternura de la Virgen María, Madre del Señor y Madre nuestra, presentemos al Padre las necesidades de la Iglesia y del mundo

R. Dios, escúchanos.

-Oh, Padre, infunde tu Espíritu Santo sobre el Papa N y sobre todos los obispos, para que siempre anuncien con gozo y valentía a Jesús, único Salvador del hombre y fuente de la verdadera libertad. R.

-Oh, Padre, prepara nuestros corazones para escuchar con docilidad y obediencia la voz de tu Hijo Jesús, y concédenos tu gracia para ser capaces de "hacer lo que Él nos diga". R.

-Padre, manifiéstate a todos los jóvenes que no te conocen, para que puedan ser auténticos y amosoros testigos de Jesús. R.

-Padre, inclínate sobre el hombre sufriente y prisionero del mal; cura con el poder transformador de tu misericordia, las llagas provocadas por el pecado y las heridas ocasionadas por el odio y la indiferencia. R.

-Padre, desarma con la fuerza invencible de tu amor, los proyectos de violencia y guerra, para que todos los pueblos puedan experimentar nuevos tiempos de justicia, paz y solidaridad fraterna. R.

-Padre, consuela con tu amor a nuestros hermanos perseguidos por el Nombre de Jesús; que su Sacrificio se eleve a Ti como himno de alabanza y sea un llamado a la conversión para todos los pecadores. R.

-Padre, consérvanos en la gracia del bautismo; con la fuerza del perdón y de la Eucaristía, reaviva en nosotros la alegría y el orgullo de ser tus hijos, y haznos semejantes a Jesús en el amor y en la santidad. R.

(Adaptación de una plegaria de la liturgia caldea):

"Oh, Señor, acoge benévolo estas súplicas, para que, del gran tesoro de tu misericordia, obtengamos la respuesta a nuestras necesidades, en todo tiempo y lugar, oh, Padre de todos". Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

O bien:
 
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa con el rito de canonización de John Henry Newman, Josefina Vannini, María Teresa Chiramel Mankidiyan, Dulce Lopes Montes y Margarita Bays, presidida por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, el 13 de octubre de 2019:


Hermanos e hijos queridos, el Señor nunca se cansa de llevar a buen término en nosotros sus maravillas, como las que resplandecen en la vida de los santos. A Él presentemos las necesidades de la Iglesia y del mundo:

R. Te rogamos, óyenos

-Oremos por la Iglesia Santa de Dios.

+El Espíritu Santo conceda a la Iglesia un vivo conocimiento de Jesucristo y la haga crecer hasta alcanzar la perfecta semejanza con Él. R.

-Oremos por los gobernantes, legisladores y jueces.

+Que el Espíritu Santo, que todo lo orienta hacia la verdad y el bien, guíe a los gobernantes, haga sabios a los legisladores e ilumine a los jueces. R.

-Oremos por las personas consagradas.

+Que el Espíritu Santo y Santificador habite en el corazón de los consagrados y los sostenga en el camino de santidad. R.

-Oremos por los que no tienen fe.

+Que el Espíritu Santo, que disipa cualquier duda, revele a los incrédulos el Rostro de Jesús y nos conduzca a todos a la amistad con Él. R.

-Oremos por todos los bautizados.

+El Espíritu Santo, Fuente de vida divina, custodie a los bautizados en la fe y en la esperanza, y los guíe en el ejercicio de la caridad heroica. R.

Oración conclusiva

"Padre, que por el poder del Espíritu Santo nos has hecho hijos en el Hijo, escucha nuestra oración y manifiesta en nosotros tu santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


O bien:

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa con el rito de canonización de Juan Bautista Scalabrini y Artémides Zatti, presidida por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, el 9 de octubre de 2022:

Queridos hermanos, la escucha de la Palabra de Dios suscita en nuestros corazones la oración común.
Atentos a las necesidades de la Iglesia y a las inquietudes del mundo, presentemos nuestras súplicas al Padre que está en el Cielo y es Fuente de toda santidad:

R. Te rogamos, óyenos.

-Oremos por nuestro Sumo Pontífice Francisco.

+El Padre del Señor Jesucristo conceda al Papa sabiduría y salud para desempeñar con amor apostólico el Ministerio que le ha confiado en favor de la Iglesia, extendida por toda la Tierra. R.

-Oremos por todos los que han sido bautizados en Cristo.

+El Autor de la vida conceda a los que han renacido del agua y del Espíritu caminar en la santidad, fortalecidos por el ejemplo de los santos que hoy veneramos resplandecientes de gloria inmortal. R.

-Oremos por los Jefes de las Naciones.

+El Señor, que revela a los pueblos su justicia, inspire a nuestros gobernantes, pensamientos de paz, no de enfrentamiento, palabras de amistad, no de hostilidad, y acciones de concordia, no de violencia. R.

-Oremos por aquellos que se ven obligados a abandonar su propia patria.

+El Custodio de migrantes y refugiados dirija su mirada acogedora hacia todos y enseñe a nuestras comunidades a cancelar la cultura de la indiferencia y del descarte. R.

-Oremos por los que sufren en el cuerpo y en el alma.

+El Señor misericordioso y piadoso nos impulse a poner en práctica el Evangelio mediante obras de caridad cristiana hacia los enfermos, desesperados, indefensos e infelices. R.

Oración conclusiva

"Oh, Dios, que nos llamas a la comunión contigo, por intercesión de los santos, escucha nuestras súplicas y danos también a nosotros recorrer con empeño el camino de la santidad que, desde la fuente bautismal, conduce a la Jerusalén del Cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

O bien:


Roguemos a Dios Todopoderoso que manifieste, una vez más, su generosidad para con nosotros:
 
R. Señor, que seamos agradecidos y que correspondamos a tu amor.

-Por el don de la Iglesia Católica, que principalmente en los sacramentos, nos ofrece tu salvación. R.

-Por el don del Pontificado Romano, y en especial del Papa N, que nos asegura la pureza de la fe. R.

-Por el don de la Santísima Virgen y de los bienaventurados del Cielo, gracias a cuya mediación experimentamos tu generosidad. R.
 
-Por el don de las familias, que son "comunidad de personas" y "primera sociedad humana". R (Cf. San Juan Pablo II, Carta a las familias, n. 7,  del 02/02/94).

-Por el don de los misioneros, que hacen presente a Cristo hasta en las regiones más remotas del planeta. R.

-Por el don de los sacramentales, en particular del santo Rosario, al que está dedicado este mes. R.

-Por el don del Purgatorio, que es una "puerta" hacia la salvación que nos ofreces. R.

A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Dios, fuente de la vida temporal y eterna, haz que ninguno de nosotros acuda a Ti únicamente por la salud del cuerpo; en este día dedicado a Ti, que todo hermano Te glorifique por el don de la fe, y la Iglesia entera sea testigo de la salvación que obras continuamente en Cristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".


Ofertorio

"Eucaristía" significa "acción de gracias".

Llegue, por tanto, hasta el Altar, junto a los dones eucarísticos, la ofrenda sincera de nuestra gratitud al Señor por todos los beneficios que de Él inmerecidamente recibimos en cada instante de la existencia.


Comunión

Jesús Eucaristía, Dios de Misericordia, fuente de salud y de vida. Tú, sentado a la derecha del Padre, quieres morar en el corazón de nosotros, pecadores.
Que sepamos corresponder, en la medida de nuestra pequeñez, a tus permanentes muestras de amor.


Despedida

Hemos recibido los dones del Señor. Que nuestra gratitud se manifieste, como la del leproso del Evangelio, no olvidando el amor divino y traduciéndolo en amor al hermano necesitado.


3 de octubre de 2016, lunes de la semana XXVII del Tiempo Ordinario.
(Última actualización de la entrada: 8/10/22).

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