La siguiente Misa se celebra allí donde la solemnidad de la Ascensión del Señor no se ha trasladado a este domingo, conservando su día propio el jueves precedente.
Ciclo A
Introducción
Queridos hermanos:
Cuando falta una semana para la solemnidad de Pentecostés, en comunión con María, la Madre de Jesús, a imitación de los apóstoles, nos hemos reunido en esta iglesia (capilla/oratorio) para pedir y aguardar al Espíritu Santo, Don por excelencia de la Pascua de Jesús.
Unamos nuestra voz a la plegaria incesante de la Madre Iglesia que, recibe con tanto más entusiasmo la gracia de un nuevo Pentecostés cuanto más cerca está de la Jerusalén Celestial.
Liturgia de la Palabra
Primera lectura: Hech. 1, 12-14
La comunión de oración entre María y los apóstoles, con Pedro a la cabeza, es modelo para la Iglesia de todos los tiempos y condición esencial para la infusión del Espíritu Santo prometido por Jesús.
Segunda lectura: I Ped. 4, 13-16
Desde el Domingo II de Pascua hasta este, que es el VII, el apóstol Pedro nos ha dirigido su palabra en la segunda lectura. Hoy nos enseña la diferencia entre el sufrimiento que es consecuencia de nuestro propio pecado y el que se padece por el nombre de Cristo, sufrimiento redentor, que es la llave de la gloria.
Desde el Domingo II de Pascua hasta este, que es el VII, el apóstol Pedro nos ha dirigido su palabra en la segunda lectura. Hoy nos enseña la diferencia entre el sufrimiento que es consecuencia de nuestro propio pecado y el que se padece por el nombre de Cristo, sufrimiento redentor, que es la llave de la gloria.
Evangelio: Jn. 17, 1-11a
También hoy la página evangélica nos propone una parte del "Discurso sacerdotal" de Jesús en su Última Cena.
El Señor, en el momento de su glorificación, en una solemne Plegaria, ruega por aquellos que el Padre le ha encomendado, entre los que estamos nosotros.
También hoy la página evangélica nos propone una parte del "Discurso sacerdotal" de Jesús en su Última Cena.
El Señor, en el momento de su glorificación, en una solemne Plegaria, ruega por aquellos que el Padre le ha encomendado, entre los que estamos nosotros.
Oración de los fieles
R. Danos tu Espíritu Santo, Señor.
-Para que la jerarquía y los laicos de la Iglesia, vivan en la docilidad a las inspiraciones del Espíritu Paráclito, en comunión con el Sucesor de Pedro. R.
-Para que los dirigentes de las naciones, guiados por ese mismo Espíritu, velen siempre preferencialmente por los más necesitados. R.
-Para que los cristianos de las diferentes confesiones, por medio de un diálogo respetuoso de la propia identidad y de las diferencias, avancen hacia la plena comunión en Cristo, que oró para que todos fuéramos uno. R.
-Para que las personas abandonadas u olvidadas en los geriátricos, hospitales u orfanatos, reciban de parte de quienes cuidan de ellos, el afecto y el respeto que la sociedad les niega. R.
-Para que los que estamos aquí reunidos, profundicemos nuestra relación con el Espíritu Santo, que para muchos creyentes sigue siendo "el Dios desconocido". R.
A continuación, se propone como otra
oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este
domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al
castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda
colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:
"Padre misericordioso, que con el poder del Espíritu Santo has glorificado a tu Hijo, entregado a la muerte por nosotros, guarda a tu Iglesia, reunida como los discípulos con María en el Cenáculo: haz que en la alegría del mismo Espíritu gustemos la beatitud de aquellos que participan en los sufrimientos de Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".
Ofertorio
Con los dones eucarísticos, ofrecemos al Padre generoso los últimos frutos de este Tiempo pascual, que concluirá el próximo domingo, en Pentecostés, y le agradecemos por los dones recibidos cada día.
Comunión
Solo Tú, Jesús, Dios nuestro, puedes venir como Pan a nuestra alma sin dejar la gloria del Trono celestial junto a tu Padre. Solo Tú, puedes darnos el Espíritu que te resucitó de entre los muertos. Purifícanos, Señor, para que podamos recibirte a Ti y a ese Espíritu. Así, el Padre, que es también Uno Contigo, morará en nosotros.
Hermanos, comulguemos de tal manera que la Trinidad reine en nuestro corazón.
Despedida
En la semana que empieza, permanezcamos en oración con María, Reina de los Apóstoles, y tengamos la certeza de que el Espíritu Santo descenderá sobre nosotros para renovar nuestra vida y fortalecer nuestra fe.
24 de mayo de 2017, festividad de María, Auxilio de los cristianos. Entrada dedicada a ella.
Ofertorio
Con los dones eucarísticos, ofrecemos al Padre generoso los últimos frutos de este Tiempo pascual, que concluirá el próximo domingo, en Pentecostés, y le agradecemos por los dones recibidos cada día.
Comunión
Solo Tú, Jesús, Dios nuestro, puedes venir como Pan a nuestra alma sin dejar la gloria del Trono celestial junto a tu Padre. Solo Tú, puedes darnos el Espíritu que te resucitó de entre los muertos. Purifícanos, Señor, para que podamos recibirte a Ti y a ese Espíritu. Así, el Padre, que es también Uno Contigo, morará en nosotros.
Hermanos, comulguemos de tal manera que la Trinidad reine en nuestro corazón.
Despedida
En la semana que empieza, permanezcamos en oración con María, Reina de los Apóstoles, y tengamos la certeza de que el Espíritu Santo descenderá sobre nosotros para renovar nuestra vida y fortalecer nuestra fe.
24 de mayo de 2017, festividad de María, Auxilio de los cristianos. Entrada dedicada a ella.
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