La siguiente, es la traducción al español de la versión en latín de los himnos de la Liturgia de las Horas correspondientes al "Común de santos Pastores":
I y II Vísperas: Vir celse
Oh, varón egregio, modelo luminoso de las virtudes,
acoge este himno,
que, mientras procura alabarte como mereces,
pregona las maravillas de
Dios.
Cristo, Sumo y Eterno Pontífice,
reconcilió a los hombres con Dios, y nos devolvió la paz,
a través de una nueva Alianza.
Él te hizo, en su bondad, ministro de la misericordia
para que glorificaras al Padre y dieses la Vida a los fieles.
(Para un Papa:)
Con el poder de las Llaves regías el rebaño de Pedro
y velabas de la grey con tu palabra y tu ejemplo sobrenaturales.
(Para un Obispo:)
Enriquecido por la virtud y la
consagración del Espíritu,
condujiste, como buen pastor, a tu grey hacia
los pastos ubérrimos de la Vida.
(Para un Presbítero:)
En la cima de la dignidad sacerdotal, tu palabra y tu ejemplo
te constituyeron en maestro, sacerdote y víctima.
Desde tu morada del Cielo, acuérdate de la Iglesia santa
para que todas las ovejas alcancen la Pascua de Cristo.
Glorifiquemos a la Trinidad Beatísima que corona tu Sacerdocio
con los gozos merecidos por tu servicio fiel. Amén.
I y II Vísperas: Sacrata nobis (para muchos pastores)
Este día nos trae, como cada año, el gozo santo
en el que ensalzamos a los que fueron Pastores de su rebaño.
No admitieron la holganza en la custodia de su grey
y para ella procuraron el alimento más saludable.
Ahuyentaron de los confines tanto a lobos como a ladrones
y proporcionaron pasto abundante a las ovejas, sin abandonarlas jamás.
Oh, custodios santos del aprisco, ahora que disfrutáis de un gozo tan hondo,
presentaos ante el tribunal del Juez, implorando para nosotros la gracia.
Gloria a Cristo, Pontífice Eterno, y gloria también al Padre
y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Oficio de lectura: Christe, pastorum caput
Oh, Cristo, Cabeza y Príncipe de los Pastores:
los fieles, gozosos de
celebrar la fiesta de este Santo,
entonan con fervor el canto de gloria
que Tú mereces.
(Para un Papa:)
Él fue elegido, por designio tuyo, como
Pontífice supremo,
a fin de pastorear a las ovejas que habías confiado a
Pedro,
de modo que el mundo entero llegase a ser su rebaño sagrado.
(Para un Obispo:)
Tu Espíritu ungió su alma con la plenitud
del Crisma sagrado
y, robusteciéndole para el combate, le puso al
frente
para regir al Pueblo santo de Dios.
(Para un Presbítero:)
Eligiéndole ministro tuyo, partícipe de
tu Sacerdocio,
quisiste que estuviese al frente de tu Pueblo,
como
pastor, y lo sirviera con fidelidad.
Guía y modelo para la grey, luz para el ciego,
consuelo para el indigente, paternal y benévolo,
se hizo todo para todos.
Oh, Cristo, que coronas en el Cielo los
méritos de tus Santos,
haz que, ajustando nuestra vida a sus enseñanzas,
gocemos, al final, del mismo Premio.
Celebremos al Padre Omnipontente y, con
el mismo honor incesante,
a Ti, Salvador nuestro, Rey clementísimo; que
el mundo entero resuene
con la gloria del Espíritu Santo. Amén.
Oficio de lectura: Dum sacerdotum (para muchos pastores)
Cuando los fieles celebran con culto solemne la fiesta de sus
pastores,
esas mismas alabanzas redundan en tu honor, oh, Cristo Sumo y Eterno Sacerdote.
Mediante el don de tu gracia, estos
pastores pudieron enseñar a los fieles de tu grey,
los senderos de la
Luz, guiarles en su conducta santa
y apacentarles en los pastos de la
Vida.
Ninguna adversidad fue capaz de
apartarlos de su firmeza en la fe,
pues nunca dejó de animarles la
esperanza inconmovible en el Premio futuro.
Por eso, las penalidades de esta vida tan
frágil, una vez superadas,
los condujeron a las sedes de su Patria
definitiva, donde gozan,
con los Bienaventurados, de una paz, que ya es
inquebrantable.
Oh, Cristo, Dios eterno y Señor de los que
dominan:
resuene para Ti un himno de honor, de gloria y de alabanza,
y
que todos los seres de la creación la proclamen, desde un principio,
ahora y por todas las edades. Amén.
Laudes: Inclitus rector
Este insigne Confesor, padre prudente e ilustre consejero,
cuyo triunfo insigne celebramos, reina, ahora, jubiloso, con Cristo.
(Para un Papa:)
Desde la Cátedra excelsa de Pedro, rige y
enseña a una grey innumerable
y recibe del Señor la potestad de las
Llaves con las que abre las puertas del Reino de los Cielos.
(Para un Obispo:)
Se entregó a su oficio sagrado de ser
para los fieles maestros, sacerdote y guía
y, como pastor lleno de
sabiduría, les distribuyó los dones celestiales.
(Para un Presbítero:)
Él fue guía y maestro, que sin, ocultar
el ejemplo de su vida santa,
procuró agradar siempre a Dios, con toda
pureza de intención.
Pidámosle ahora, con fervor, que se digne
conseguirnos
el perdón de nuestros pecados para que, por su
intercesión,
podamos alcanzar las cimas más altas del Cielo.
Sólo para Dios todo el honor, el poder y
la gloria eterna en las alturas,
que dirige y gobierna el mundo entero
con sus leyes. Amén.
Laudes: Hi sacerdotes Domini (para muchos pastores)
Estos Ministros del Señor, que consagraban fidelísimamente su mismo
Cuerpo,
se entregaron al pastoreo de su grey con un amor que nada sabía
de perezas.
Porque conservando los dones recibidos en
la Ordenación, se esmeraron,
bien ceñida la carne, para llevar siempre
en sus manos las lámparas encendidas.
Por eso, cuando el Señor se acerca para
pulsar la puerta,
los encuentra despiertos y en vela, presurosos
en
salir a su encuentro, para prestarle calurosa acogida.
Oh, Cristo, Dios Eterno y Señor de los que
dominan:
resuene para Ti un himno de honor, de gloria y de alabanza,
y
que todos los seres de la creación lo proclaman,
desde un principio,
ahora y por todas las edades. Amén.
22 de octubre de 2020, memoria litúrgica de san Juan Pablo II, Papa.
Entrada dedicada a él, en el año del Centenario de su nacimiento (1920-18/5-2020).
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