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jueves, 5 de mayo de 2022

Bendicional de san Peregrino Laziosi: "Bendición del óleo"





El "Bendicional de san Peregrino Laziosi", propio de la Orden de los Siervos de María, ofrece la siguiente bendición del óleo del santo, transcrita aquí tal y como se halla en el referido libro litúrgico:


Introducción

1. La Bendición del óleo para los enfermos en el ámbito del culto a san Peregrino Laziosi tiene su origen en el antiguo y múltiple uso del fruto del olivo: planta fuerte en un lugar árido (cf. Sir 24, 19), planta verde y bella en una tierra desnuda (cf. Sal 52 [51], 10; Ger 11, 16; Os 14, 7), planta simbólica de Pasión (palmas y ramos de olivo de la Semana Santa; cf. Mt 21, 1. 8 e par.), de restablecimiento y de paz (cf. Gen 8, 11); planta cuyo fruto –la oliva- machacado da un óleo dulce, de agradable olor y fácilmente absorbible (cf. Sal 109 [108], 18). Si el óleo de oliva sirve en la preparación de alimentos, para encender la luces, para hacer el ungüento aromático, para suavizar, y para ungir y preparar el cuerpo en la actividad física; sirve también para curar las heridas (cf. 2 Crón 28, 15; Is 1, 6; Lc 10, 34), a aliviar el dolor y –sobre todo en el pasado- a restablecer el cuerpo para sostener y superar una enfermedad.
En este uso se une e invoca la figura de san Peregrino, como fraile gravemente enfermo  milagrosamente sanado y  comúnmente invocado por enfermos (ancianos y afligidos) en el curso de los siglos.


I. OCASIÓN Y USO

2. El rito de la bendición del óleo halla su momento más apto durante el triduo en preparación a la fiesta del Santo (4 de mayo o en Forlí, 1º de mayo), o en un día próximo a ella, o en un día en el cual se desarrollan peregrinaciones, (por ejemplo, en un santuario o lugar dedicado al Santo) o en una celebración en su honor (por ejemplo el 4 de cada mes) o durante la "novena perpetua‟ de oración en honor del Santo.

3. El óleo de san Peregrino, que puede ser bendito y usado por los laicos, no tiene nada de mágico que obre independientemente de la fe, ya que la curación no viene del óleo, sino del Señor que escucha la oración del creyente.

Aquel que preside el rito tenga cuidado de advertir a los fieles que el óleo de san Peregrino no tiene que ser confundido con el óleo de uso litúrgico: el óleo de los catecúmenos, el Crisma y el óleo para la unción de los enfermos, bendecidos por el obispo local el Jueves santo. Donde sea necesario, no se olvide ilustrar a los enfermos sobre el valor y la eficacia de la Unción de los enfermos y de invitarlos a pedirlo y recibirlo.

4. En el caso de que en algún lugar, por ejemplo, un santuario dedicado a san Peregrino, los fieles desean hacer una ofrenda recibiendo dicho óleo, se evite que tal acto asuma el aspecto de un intercambio comercial.


II. MINISTRO

5. La bendición puede ser impartida sea por un ministro ordenado como por un ministro no ordenado, sobre todo por un miembro de la Familia Servita, que conozca el origen de dicha devoción.


III. ADAPTACIÓN

6. Conservados los elementos esenciales del rito (la lectura de la Palabra de Dios y la oración de bendición), las varias secuencias pueden ser adaptadas a las circunstancias particulares en donde se desarrolla el rito.


IV. PREPARACIÓN

7. Para que la celebración logre una fructuosa participación de los presentes, es oportuno predisponer con el uso de medios idóneos, el ambiente en el cual se desarrolla el rito. Por ejemplo: un crucifijo o una cruz, una imagen (y/o una reliquia) de san Peregrino y el óleo para cuantos pidan la bendición.

8. El óleo para bendecir por intercesión de san Peregrino Laziosi está compuesto esencialmente de aceite natural al cual se pueden añadir –según los usos locales- otras esencias naturales perfumadas como el nardo, bergamoto, verbena,
azahar, etc.


RITO DE BENDICIÓN

SALUDO INICIAL Y MONICIÓN

8. El rito de bendición, según la costumbre de los Siervos de Santa María, inicia con el Ave María, seguida, según las circunstancias, por un canto a san Peregrino o por otro canto adecuado, terminado el cual, todos se hacen la señal de la cruz mientras aquel que preside dice:

P. En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo

A. Amén.

P. El Señor, médico de los cuerpos y de las almas, por cuyas Llagas hemos sido curados, esté con nosotros.

A. Bendito seas por siempre, Señor.

9. Después del saludo, aquel que preside, con estas palabras u otras semejantes, dispone a los presentes a celebrar el rito de la bendición del óleo:

P. En este encuentro de oración y de bendición recordamos la fe de san Peregrino Laziosi, el cual, dirigiéndose a Cristo crucificado,
encontró fuerza, valentía, esperanza, alivio y reposo en su enfermedad y sufrimiento.

El óleo, en sus múltiples usos como la nutrición, la curación, el masaje, la fuente de luz, sirve para indicar y transmitir los valores espirituales vividos intensamente por san Peregrino: confianza en la oración, paciencia, humildad, perdón, esperanza, gratitud.


LECTURA BÍBLICA

10. Después, uno de los presentes lee uno de los dos textos siguientes u otro pasaje bíblico adapto (por ejemplo: Ex 27, 20-21; Dt 7, 11-13a; Mt 25, 1-4; Mc 6, 13).

L. Escuchen la palabra de Dios del Libro del Eclesiástico (38, 2. 4. 6-9. 14)

El Señor hace salir de la tierra los remedios.

Del Altísimo depende el recobrar la salud, y del rey se reciben los beneficios. El Señor hace salir de la tierra los remedios, y el hombre prudente no los desprecia. El también da a los hombres la ciencia
para que lo alaben por sus maravillas. Con los remedios el médico sana o alivia el dolor, con ellos el boticario hace sus mezclas. Y así las obras del Señor no tienen fin, y de él procede la salud sobre la tierra. Hijo, en tu enfermedad no pierdas la paciencia, reza al Señor, y él te curará. Pero también ellos deben orar al Señor, para que les permita aliviar al enfermo y encontrar remedio para salvar una vida.

O bien:

L. Escuchen la Palabra de Dios del libro del Sirácide (39, 16a. 21. 26-27. 31. 33)

Las obras del Señor son todas buenas

«¡Qué maravillosas son las obras del Señor! 
Sus disposiciones se cumplen a su tiempo». No es posible decir: «¿Qué es esto? ¿Para qué sirve? » Todo ha sido creado para un fin. Indispensables para la vida del hombre son agua, fuego, hierro y sal, harina de trigo, leche y miel, vino nuevo, aceite y vestido. Todas esas cosas son buenas para los piadosos, pero para los pecadores se vuelven perjudiciales. Todos se gozan en cumplir sus órdenes, están listos en la tierra para lo que disponga, y llegado el momento no desobedeceré su mandato. «Las obras del Señor son todas buenas, y
cumplen oportunamente su finalidad».


MEDITACIÓN

11. Después de la lectura, se puede observar un momento de silencio meditativo o bien, si se considera oportuno, aquel que preside puede ofrecer algunas reflexiones sobre la lectura y la memoria de san Peregrino.

SALMO 119 [118], 107. 109. 105.

12. Después de la meditación se recitan o se cantan los versículos sálmicos siguientes de manera responsorial.


R. Lámpara es tu palabra para mis pasos.
¡Estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa. R.

Mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad; R.

Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. R.


ORACIÓN DE BENDICIÓN

13. Aquel que preside invita:

P. Oremos.

Y todos se recogen en silenciosa oración. Después, con los brazos alargados si es sacerdote o diácono, con las manos juntas si es laico, aquel que preside pronuncia la oración de bendición:

Dios Altísimo, tú has creado medicamentos de la tierra, que el hombre sensato no desprecia, y siempre son ayuda, en tu bondad y con los recursos de tu creación, a los enfermos y los que sufren, a los cansados y oprimidos.
Tu Hijo en la tierra ha dicho palabras de vida y se sirvió de un elemento de la naturaleza, para volver a dar la vista al ciego. Por intercesión de san Peregrino, que ha cargado con valentía el peso y la dureza de su enfermedad, bendice este óleo.
Concede a cuanto lo usarán, energía al cuerpo, serenidad al espíritu, en el camino de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

A. Amén.


DISTRIBUCIÓN DEL ÓLEO

14. Las botellitas de óleo son distribuidas a cuantos lo soliciten, según el uso local.


ACTO DE VENERACIÓN A SAN PEREGRINO


15. Después de la distribución del óleo, sigue el ofrecimiento de una lámpara –preferentemente alimentada con óleo- frente a la imagen de san Peregrino, como signo de nuestra fe en Jesús y recuerdo de la esperanza que brilló en la noche de dolor de san Peregrino. Aquel que preside introduce dicho gesto con esta palabras o con otras semejantes.

P. En la noche, probado por la enfermedad, Peregrino se dirigió frente al Crucifijo en el cual encontró sostén y curación.
Confiamos al Señor, por cuyas llagas hemos sido salvados y sanados, y encendemos ahora una lámpara, signo de nuestra fe y de la gran esperanza, la misma que fue guía de san Peregrino.

16. Después, uno de los presentes se dirige hacia la imagen de san Peregrino y enciende la lámpara.


DESPEDIDA

17. Si aquel que preside es un laico, invoca sobre todos los presentes la bendición de Dios y haciéndose la señal de la cruz dice:

P. El Señor, rico de gracia y misericordia, nos consuele en la hora de la prueba y nos guía en sus caminos.

A. Amén.

18. Si aquel que preside es sacerdote o diácono, él extiende las manos sobre los presentes y dice:

P. El Señor, rico de gracia y misericordia, nos consuele en la hora de la prueba y nos guía en sus caminos.

A. Amén.

Después bendice a todos los presentes diciendo:

P. Y, por intercesión de san Peregrino, sobre todos ustedes aquí presentes, descienda la bendición de Dios omnipotente, Padre, Hijo + y Espíritu Santo.

A. Amén.

19. Según la tradición de la Orden la celebración se concluye con un canto de alabanza a la Virgen, por ejemplo, la antífona “Bajo tu amparo” (Sub tuum praesidium), o la Salve, Regina.


ENTREGA Y USO DEL ÓLEO DE SAN PEREGRINO LAZIOSI

20. Cuando el óleo de san Peregrino Laziosi es entregado es oportuno recordar el origen y el significado de su uso.

El origen de su uso

21. Quien entrega el óleo oportunamente recuerde el acontecimiento de la curación milagrosa de la pierna de san Peregrino. El santo fraile de sesenta años, afectado por una muy molesta y grave enfermedad (que le había provocado una úlcera gangrenosa en una pierna), dirigía su mirada con fe a Cristo Crucificado, causa de vida y salvación. Y la noche que precedía al día destinado para la amputación de la pierna, se arrastró con mucha fatiga hasta la sala del capítulo donde se encontraba un fresco de Jesucristo Crucificado para implorarle. Se adormeció rápido y, en el sueño, como él mismo cuenta, vio a Jesús Crucificado bajar de la Cruz y tocarle la pierna enferma (liberándolo de todo mal). La mañana siguiente, él se encontró completamente sano. El óleo de san Peregrino recuerda este milagro.

El significado

22. El óleo de san Peregrino no tiene nada mágico que obre independientemente de la fe en Cristo, médico de los cuerpos y de las almas. Con su significado antiguo de usarse para curar las heridas, atenuar el dolor y fortalecer el cuerpo, es sobre todo un signo o símbolo unido a la figura de san Peregrino, patrón de los enfermos, invocado particularmente por quienes sufren enfermedades en las piernas o de una enfermedad incurable.

La entrega

23. El enfermo (o alguien en su nombre) que lo pide para ungir con fe el cuerpo, recordando el gesto de Cristo Crucificado aparecido a Peregrino, puede orar con las misma palabras dirigidas por el santo a Jesús en aquella noche:

"Oh, Redentor de los hombres,
para borrar nuestros pecados
has querido doblarte bajo el suplicio de la Cruz en una muerte muy amarga.
Mientras estabas en la tierra entre los hombres, a muchos has sanado, que estaban sujetos a muchas enfermedades; purificaste al leproso, iluminaste al ciego cuando dijo «Jesús, hijo de David, ten piedad de mí». Dígnate igualmente, oh, Señor mi Dios, liberarme de este mal. Tú, Señor, conoces mi necesidad, ves mi angustia, por eso te digo con fe: muéstrame tu misericordia, ahora y siempre.

Amén.


5 de mayo de 2022, jueves de la semana III de Pascua.
Entrada dedicada a Jesucristo Resucitado, a nuestra Señora de las Gracias y a san Peregrino Laziosi.


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