Según una antigua tradición de la Iglesia, la liturgia del Día santísimo de Navidad, y en particular, la tercera Misa, celebra el Misterio del Verbo de Dios, engendrado como Hijo del Padre en la eternidad.
Tanto el Padre, como su Hijo y como el Amor entre Ellos, que es el Espíritu Santo, son el solo y único Dios verdadero, que es Trinidad de Personas.
Las siguientes letanías constituyen una súplica fervorosa al Verbo Eterno, desde siempre, Hijo de Dios, desde la Encarnación, Hijo de Santa María Virgen, y para siempre, nuestro Señor y Redentor:
LETANÍAS
Verbo Omnipotente, que desde el principio estás junto a Dios y eres Dios, apiádate de nosotros. (En adelante, se repite esta súplica)
Verbo Divino, engendrado por el Padre entre esplendores sagrados desde la eternidad,
Verbo rutilante, engendrado como el rocío antes que el alba,
Verbo amado del Padre, en Quien Él se complace,
Verbo Creador, por el que todo fue hecho,
Verbo anhelado, prometido por Dios como nuevo Adán y prefigurado en los patriarcas,
Verbo Redentor, anunciado por los profetas,
Verbo Salvador, esperado por todas las generaciones,
Verbo encarnado, formado por el Espíritu Santo en Santa María, la Virgen predestinada,
Verbo de Vida, que creaste y sostienes el universo, pero moraste en el seno de una Mujer,
Verbo, nacido de nuestra raza, en el corazón de una Noche radiante,
Verbo Arquitecto del universo, que adoptaste a un carpintero como padre en la Tierra,
Verbo revestido de nuestra debilidad, riqueza de los pobres pastores de Belén,
Verbo soberano, diadema de los Magos de Oriente,
Verbo hecho Cordero, señalado por Juan Bautista,
Verbo compasivo, que hoy, como en las Bodas de Caná, aceptas la intercesión de tu Madre en favor nuestro,
Verbo luminoso, que resplandeciste en el Tabor,
Verbo humildísimo, que escondes tu grandeza en una hostia y en unas gotas de vino,
Verbo amoroso, que aceptaste una Cruz como trono, los clavos como cetro, y hoy, nuestra alma como morada,
Verbo victorioso, que en la sacrosanta Noche de tu imponente Resurrección derrotaste al Maligno y sus obras,
Verbo glorioso, que habiendo subido al Cielo, estás sentado a la derecha del Padre e intercedes por la humanidad,
Verbo generoso, que derramas sobre nosotros el Don de tu Espíritu portentoso,
Verbo justísimo, que vendrás al final de los tiempos a juzgar a vivos y muertos,
Oración conclusiva
"Padre prodigioso, que desde toda la eternidad, vives en plena comunión de amor con tu amado Hijo, y con el Espíritu Santo, concédenos la gracia de reconocer en Jesucristo al Verbo encarnado que quiso habitar entre nosotros,, el único Salvador, que vive y reina por los siglos de los siglos".
25 de diciembre de 2023, solemnidad de la Natividad del Señor.
Entrada dedicada a Él, que es el Verbo hecho hombre, que vino a los suyos y a Quien éstos no recibieron.
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