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miércoles, 18 de enero de 2012

El concepto litúrgico de "inclinación"






Primero, la normativa:

El número 275 de la Instrucción general del Misal Romano (IGMR) dice lo siguiente:
Con la inclinación se significa la reverencia y el honor que se tributa a las personas mismas o a sus signos. Hay dos clases de inclinaciones, es decir, de cabeza y de cuerpo:
a) La inclinación de cabeza se hace cuando se nombran al mismo tiempo las tres Divinas Personas, y al nombre de Jesús, de la bienaventurada Virgen María y del Santo en cuyo honor se celebra la Misa.
b) La inclinación de cuerpo, o inclinación profunda, se hace: al altar, en las oraciones Purifica mi corazón y Acepta, Señor, nuestro corazón contrito; en el Símbolo, a las palabras y por obra del Espíritu Santo o que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; en el Canon Romano, a las palabras Te pedimos humildemente. El diácono hace la misma inclinación cuando pide la bendición antes de la proclamación el Evangelio. El sacerdote, además, se inclina un poco cuando, en la consagración, pronuncia las palabras del Señor.

Ahora, la especificación:

En primer lugar, aclaremos que la normativa precedente se refiere propiamente al contexto de la celebración de la Santa Misa. De hecho, este número 275, corresponde a la cuarta parte del Capítulo IV de la IGMR, subtitulada así: "Algunas normas generales para todas las formas de Misa". Por eso, cuando me refiera a las inclinaciones que se realicen "fuera de la Misa", lo explicitaré.

Pasemos ahora a lo propio:

La inclinación de cabeza, según la Instrucción, debe realizarse:

 -"cuando se nombran al mismo tiempo las tres Divinas Personas": Es decir, por ejemplo, en la conclusión larga propia de la Colecta: "Por nuestro Señor Jesucristo...".

-"al nombre de Jesús": Párrafo aparte merece este punto. Desde los primeros tiempos del cristianismo se ha honrado el Nombre Santísimo del Señor (1).  Es de particular expresividad la inclinación de cabeza cuando dicho Nombre se pronuncia dentro del Acto más sagrado, que es el Memorial de la Ofrenda que Jesús hace de Sí mismo al Padre en el Espíritu Santo. Tal vez se haya observado atentamente cómo siempre el Papa emérito Benedicto XVI, como verdadero maestro de liturgia, cuando se cantaba el himno Gloria in excelsis en las Misas que presidía,  sea en el idioma que fuere, inclinaba la cabeza (junto con el Maestro de Ceremonias litúrgicas y los ceremonieros), en los dos momentos en que se nombra a Jesucristo: "...Señor, Hijo Único Jesucristo.."; "...sólo Tú, Altísimo Jesucristo...".

-al nombre de la bienaventurada Virgen María y del Santo en cuyo honor se celebra la Misa": Es un modo de rendir homenaje a la Madre del Señor y  a los santos que reinan junto a Cristo. El momento en que se nombra a la Santísima Virgen, siempre junto a los apóstoles (y es obligatorio hacerlo en todas las plegarias eucarísticas), es el de las "intercesiones" (Cf. IGMR, 79, g). Luego de los apóstoles, suele nombrarse al santo del día, ante el que debe realizarse la inclinación de cabeza. Si se trata de los ángeles, de San José o de San Juan Bautista, son mencionados antes que los apóstoles.

El Caeremoniale Episcoporum (CE) dice que, fuera de la Misa, en la Liturgia de las Horas, también se realiza la misma inclinación indicada más arriba en el ítem a). A este respecto, cabe recordar la inclinación que se efectúa cuando se dice "Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo...", al concluir los salmos y demás textos bíblicos que constituyen la Salmodia, como así también, al término de cualquiera de los tres Cánticos evangélicos (De María, de Zacarías y de Simeón).


En los ritos finales de la Misa, cuando se imparte la bendición solemne o se emplea la "oración sobre el pueblo", el diácono dice lo siguiente: "Inclínense para recibir la bendición" (Cf. IGMR, 185). Y todos realizan la inclinación de cabeza, mientras reciben la bendición.

Es digna de mencionar, además, dentro y fuera de la Misa, la piadosa costumbre de realizar una inclinación ante las sagradas imágenes, y ante las reliquias de los santos, en señal de veneración:





La inclinación de cuerpo se llama también "profunda", y debe realizarse:

-"al altar": Efectivamente, la Tradición católica siempre ha visto en el altar un símbolo del mismo Cristo, "revestido" (de ahí el mantel blanco que se quita solamente para la Celebración litúrgica del Viernes Santo) para celebrar el memorial perpetuo de su Muerte y Resurrección. (Cf. IGMR, 298). El beso al altar, realizado por los ministros sagrados es otro signo de veneración.

-en la oración  "Purifica, Señor, mi corazón y mis labios para que pueda anunciar dignamente tu Evangelio". El sacerdote pide al Señor Jesús el don de un corazón puro para anunciar su Evangelio (el de Jesús) con la debida disposición interior. Esta inclinación profunda se realiza "ante el altar" y antes de dirigirse al ambón (Cf. IGMR, 132).

-en la oración : "Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro". El ministro sagrado se dispone a dar comienzo a la plegaria eucarística, y pide a Dios que acepte, junto al Cordero inocente, la ofrenda de nosotros mismos, humildes y penitentes.
 
-en el Símbolo de la fe o Credo, en cualquiera de sus dos formas, a las palabras "y por obra del Espíritu Santo se encarnó", hasta "se hizo hombre"; o "que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo", hasta "Santa María Virgen".  

Téngase en cuenta la particularidad litúrgica excepcional de que en la solemnidad de la Anunciación del Señor y, en las cuatro Misas de Navidad (Vigilia, Noche, Aurora y Día), al pronunciar esas mismas palabras del Credo, todos deben arrodillarse, con una sola rodilla si se reza, y con las dos si se canta.

-En el Canon Romano o Plegaria Eucarística I, cuando se pronuncian las palabras "Te pedimos humildemente...". El sacerdote pide a Dios que, en el Altar del Cielo, acepte la Ofrenda de la Iglesia, por medio de su Ángel, y que por ella los oferentes recibamos numerosas gracias. La inclinación prescrita rubrica la humildad del pedido.

-cuando el diácono pide y recibe la bendición del sacerdote o del obispo para la proclamación del Evangelio, lo cual expresa el respeto hacia éste y la obediencia que se debe al ungido de orden superior. Por esto mismo, ante el obispo, todos los ministros que se acercan para servirlo hacen siempre inclinación profunda. (Cf. CE 76).

-cuando el que preside pronuncia las palabras del Señor en la Consagración, esto es, cuando se cambia de la tercera a la primera persona gramatical, al actuar aquél in persona Christi Capitis. Nótese que esta inclinación no llega a ser profunda, aunque tampoco es de cabeza. Sería casi un punto intermedio entre una y otra, más cercano a la profunda. De ahí la expresión: "...se inclina un poco".

El número 277 de la IGMR añade otro momento en que se realiza la inclinación profunda:
-antes y después de la persona u objeto que se inciensa. Se exceptúan el altar y las ofrendas.

Por otra parte, no deben realizar inclinación profunda ni genuflexión quienes portan objetos litúrgicos en la celebración (Cf. CE 70), sino solamente inclinación de cabeza (Cf. IGMR, 274).


(1) En el año 2002 la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos restituyó al Calendario universal la festividad del Santísimo Nombre de Jesús, asignándole como fecha propia el 3 de enero (antes se celebraba el 2, hoy dedicado a la memoria obligatoria de los santos Basilio Magno y Gregorio de Nacianzo, obispos y doctores de la Iglesia). Precisamente la Liturgia de las Horas del 3 de enero, feria de Navidad, en las intercesiones de laudes, recoge algunos títulos de las conocidas Letanías del Santísimo Nombre de Jesús.
Célebre es, también,  el himno Iesu dulcis memoria, en honor del Nombre de Jesús. Se ha atribuido a San Bernardo, y también, con más probabilidad, a San Elredo de Rieval (siglo XII).

S. S. Benedicto XVI se inclina y besa el Altar



18 de enero de 2012, miércoles de la semana II del Tiempo Ordinario.
Entrada dedicada a Jesucristo, Palabra creadora.

16 comentarios:

  1. Hermano querido : Dios todopoderoso bendiga esta pagina y cada acto que realices en ella pido a la Santisima Virgen Maria que cubra con su manto y proteja siendo tu guia para hacer que nosotros los hombres amemos mas a nuestra Santa Iglesia conociendo las riquezas de nuestra fe que nos ayudan a salvar nuestras almas.

    http://signosdeestostiempos.blogspot.com/

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    1. Agradezco de corazón tus palabras, y me alegra que seas el primero en comentar en el blog "recién nacido". En este sentido, y sobre todo por lo mucho que me consta que hacés día a día por Cristo y su Iglesia, me siento realmente honrado.

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  2. ¿Sólo el que preside la celebración se debe inclinar, o por el contrario todos los,que celebran? ¿Y los fieles que siguen la liturgia? No deberían también acompañar en los gestos al sacerdote?

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  3. Casi todas las inclinaciones mencionadas, corresponden tanto al sacerdote como a los fieles. Cuando son exclusivas del ministro sagrado, hago explícita mención de ello.

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  4. Fundamento: cuando el celebrante dice, Este es el cordero de Dios dichosos los invitados a la cena del Señor... Señor no soy digno de que entres en mi casa pero.... Pregunto ahora: siempre me arrodillo en este acto.. es correcto o incorrecto? figurense que nada mas ni nada menos me presentan al Señor delante mio

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  5. La liturgia sugiere que luego de la consagración, los fieles se pongan de pie. Sin embargo, sostiene que aquellos fieles que prefieran permanecer de rodillas hasta concluida la Plegaria Eucarística, pueden hacerlo. La parte que tú mencionas, es posterior a la conclusión de dicha Plegaria, en cuyo caso, habría que permanecer de pie.
    De todas maneras, no contrarías ninguna norma litúrgica si prefieres arrodillarte. En estos momentos de la Misa, la razón por la que se sugiere tal o cual postura, se debe a la necesidad de que todos los fieles se manifiesten uniformemente como el único Cuerpo de Cristo, congregado en torno al mismo altar.

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  6. Oh, gracias por su clara explicacion, ojala que siga esta pagina adelante tendre mucho para aprender de ustedes y eso se agradece infinitamente, que Jesus El Señor les bendiga grandemente, no respondi antes por problemas con mail.. un abrazo,

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  7. hace tiempo no puedo arrodillarme ni siquiera hacer una leve inclinación al pasar por delante del sagrario, solo puedo inclinar la cabeza.
    ¿siento como una falta de reverencia?

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  8. ¡La Paz del Niño de Belén!

    No se trata de ninguna irreverencia de tu parte. Más que los gestos y posturas vale la actitud interior.
    Tu corazón sigue y seguirá arrodillándose ante el Señor en adoración. Eso es muy valioso para Él.

    La santa Navidad acreciente más tu amor al Mesías de Dios, nuestro Señor Jesucristo.

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  9. Cuando los fieles se acercan para hacer las lecturas o las preces, se debe hacer una inclinación profunda? Sólo antes o también al volver del ambón ?

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    1. Surrexit Dominus vere. Alleluia!

      Cuando los fieles se acercan al ambón, deben hacer inclinación profunda al Altar antes y después, si pasan delante de él. Basta con que sea una vez (antes), cuando pasan por la parte lateral.

      Jesús de la Divina Misericordia, cuya festividad se celebra hoy, en la Octava de Pascua, te haga sentir su amor que todo lo sana y te conceda el don pascual de su paz.

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  10. Al pasar fieles y sacerdotes frente al sagrario se prescribe alguna Inclinación? La de Cabeza? o La Profunda?

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    1. ¡Alabado sea Jesucristo!

      Si el Santísimo se halla repuesto en el sagrario, todos los que pasan por adelante, hacen genuflexión. En una celebración litúrgica, los ministros han de hacerlo una sola vez para evitar el entorpecimiento de las funciones que están desempeñando.

      San Pedro Crisólogo, en este día de su festividad, te alcance de Dios numerosas gracias espirituales.

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  11. Soy monaguillo y tengo varias dudas en este tema. Luego de la Consagración, los monaguillos, ministros y el pueblo, al pasar delante del altar ¿tendrían que hacer genuflexión o solo la reverencia al altar?

    En el oratorio donde sirvo nadie (monaguillos, pueblo, sacerdotes) excepto yo, hace inclinación profunda al mencionar los Santos Nombres ¿tendríamos que hacerlo?

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    1. ¡Paz para ti!
      Durante la Misa, luego de la Consagración, hay que evitar en lo posible pasar delante del Altar. En caso de que sea absolutamente necesario, los ministros sagrados y los monaguillos, han de hacer genuflexión. También los demás. Si tuviesen que pasar varias veces seguidas por razones de fuerza mayor, basta con que hagan genuflexión una sola vez.

      Si tienes más dudas y necesitas de una respuesta más inmediata o de material litúrgico, puedes dejar aquí tu número de WhatsApp, que no publicaré, para que te envíe por ese medio lo que solicites.

      San Juan de Capistrano ilumine tu labor, en este día en que la liturgia lo celebra.

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    2. La inclinación que corresponde en determinados casos bien específicos a los santos nombres es de cabeza, no profunda.

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