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domingo, 21 de julio de 2013

Piedad y liturgia en las Jornadas Mundiales de la Juventud


Jóvenes polacos con los signos de la JMJ (Cruz e icono mariano)


El incomparable fenómeno de las Jornadas Mundiales de la Juventud es uno de los acontecimientos de carácter universal que más matices ofrece a la hora de analizarlo.

Quiero focalizar ahora los tópicos de la piedad y la liturgia -razón de ser de este blog- que lo han ido configurando desde sus orígenes. 

Entendemos por "piedad" todas aquellas manifestaciones de devoción y culto que no se integran necesariamente en una celebración que deba ser presidida por un ministro ordenado, pero que, entendidas a la luz de la Tradición y del Magisterio de la Iglesia, alimentan la fe del pueblo fiel. Pueden realizarse en un lugar sagrado o fuera de él, siempre que sea un sitio digno.

Entendemos por "liturgia" a todos los actos de culto que, presididos por un ministro ordenado, se realizan de acuerdo con los libros oficiales aprobados por la Santa Sede para tal fin, y que, salvo justificadas excepciones, se llevan a cabo en un lugar sagrado, dedicado exclusivamente al culto divino. 

Podría decirse que las Jornadas Mundiales de la Juventud, surgidas como un encuentro festivo entre el Sucesor de Pedro y los jóvenes, fueron acogidas de buena gana por la liturgia.

En sus versiones internacionales, se llevan a cabo cada dos o tres años. La excepción fue la de Portugal en 2023, cuatro años después de la de Panamá, originalmente prevista para 2022 pero postergada un año a causa de la pandemia del COVID-19. Las ediciones diocesanas/eparquiales tuvieron lugar (hasta 2020) el día Domingo de Ramos. A partir de entonces, por decisión del Papa Francisco, se han fijado en el último domingo del Año litúrgico, en que se celebra la solemnidad de nuestro Señor, Jesucristo, Rey del universo o, de acuerdo con lo dispuesto por los pastores de las distintas diócesis, en una fecha muy cercana a ese día. El cambio de la fecha litúrgica del evento, trasladándolo desde el Domingo de Ramos al de la solemnidad de Cristo Rey, lo anunció el Papa Francisco en esta misma solemnidad del año 2020 (22/11), en que se realizó el paso de la Cruz de las Jornadas Mundiales del la Juventud y el icono de la Virgen Salus Populi Romani, de la Delegación panameña (que había acogido en 2019 el gran Encuentro), a la portuguesa, que sería la próxima anfitriona (2023). Este pase de los los símbolos sagrados se solía efectuar en Roma y ante el Papa, el Domingo de Ramos siguiente a una edición internacional, pero, con motivo de la pandemia, en 2020 se postergó hasta la solemnidad de Cristo Rey, quedando para el futuro definitivamente fijados para dicha solemnidad, tanto el pase como la versión diocesana de cada Jornada Mundial de la Juventud.
 
La Realeza de Jesús, por los inescrutables designios divinos, sigue iluminando las Jornadas Mundiales de la Juventud. Tal misterio, manifestado por la sabia pedagogía de la Iglesia en la primera parte de la liturgia del Domingo de Ramos, se expresa con todo su esplendor en la solemnidad de Cristo Rey, ya sin los límites impuestos por el inicio de la Semana Santa

Piedad en las Jornadas Mundiales de la Juventud

Dos son los principales objetos sagrados representativos de las Jornadas Mundiales de la Juventud:

La Cruz

Fue entregada a los jóvenes por el mismo Papa san Juan Pablo II, en 1984, al concluir el Año Santo de la Redención. El Santo Padre les pidió en esa ocasión que la llevaran por todos los puntos del Planeta, testimoniando ante el mundo que sólo en Cristo, Crucificado y Resucitado, están la salvación y la redención. Desde entonces, podría decirse que esta célebre Cruz ha realizado una doble peregrinación: ordinaria y extraordinaria.
En la peregrinación "ordinaria" la Cruz ha viajado por muchos países en los que se realizaban encuentros nacionales juveniles u otros eventos religiosos con nutrida participación de jóvenes.
También en momentos de dificultad la Cruz se ha hecho presente, como símbolo del amor y de la esperanza. Por ejemplo, estuvo en USA. en la Zona Cero, luego de la catástrofe de la caída de las Torres Gemelas.

La peregrinación "extraordinaria" es la realizada por la Cruz en todas las Jornadas Mundiales de la Juventud, desde la primera edición internacional, en Buenos Aires, Argentina (1987).
Desde hace más de una década se introdujo al final de la Misa de Ramos que el Papa celebra en la Plaza de San Pedro el año siguiente a una Jornada Internacional, la piadosa entrega de la Cruz de los jóvenes del país anfitrión de dicha Jornada, a los de aquella nación que acogerá la siguiente. Como se dijo más arriba, desde 2020, esto se hace en la solemnidad de Cristo Rey.

Son ya tradicionales los actos piadosos de los jóvenes en relación con la célebre Cruz: la llevan en procesión entre varios, pero "acostada". Cuando llegan al lugar de su entronización, la exaltan y la fijan en una base, venerándola con una inclinación profunda.
Millones de jóvenes se han arrodillado a rezar ante ella, confiando al Cristo Viviente sus necesidades, pidiéndole el don de la perseverancia y dándole gracias por los bienes recibidos. Numerosas vocaciones han surgido bajo la mística luz de esta Cruz. Miles y miles de jóvenes -y no tan jóvenes- la han tocado con devoción, santiguándose, y recibiendo numerosas gracias de Dios, que la eligió como símbolo e intrumento de la redención de la humanidad.

El icono de María

Como don del Año Mariano del Rosario (2002-2003), convocado por el Santo Padre Juan Pablo II con motivo de las Bodas de Plata de su luminoso Pontificado, él quiso donar a los jóvenes un icono de la Santísima Virgen María en su advocación de Salus Populi Romani, patrona de la Ciudad Eterna. Desde entonces, ese icono acompañaría siempre a la Cruz peregrina, como signo de la íntima participación de tan dulce Madre en la Pasión redentora de Cristo. El haber elegido, de entre tantas otras, esta advocación, expresa la importancia de la Ciudad de Roma, Sede de Pedro, para la fe católica y para su transmisión a las futuras generaciones. Me es grato volver a recordar aquí que la Virgen María, Salus Populi Romani, es también patrona de este blog.

Cruz e icono están presentes en los cinco eventos centrales de toda JMJ (Cf. infra).

Actos piadosos multitudinarios:

Son cinco los eventos multitudinarios que constituyen el núcleo de toda Jornada Mundial de la Juventud, pues en ellos participan todos los peregrinos, jóvenes y no tan jóvenes.
De esos eventos, el segundo, el tercero y el cuarto, no son litúrgicos.

Más abajo, al referirme a los actos litúrgicos, aludiré al primero y al último. Ahora, como actos de piedad, me detengo en el segundo, el tercero y el cuarto.

Segundo evento: Acogida de los jóvenes al Santo Padre

Es un encuentro caracterizado por la alegría de los jóvenes, quienes se presentan ante el Santo Padre con los vestidos típicos de su países. Es un espectáculo de música, baile, luz y color, en el que las banderas de los países participantes ocupan un lugar primordial. El mismo Papa dirige sus primeras palabras a los jóvenes explicándoles el sentido de las Jornadas Mundiales de la Juventud y el espíritu con que deben vivirlas.

Tercer evento: Vía Crucis Viviente

La representación del Vía Crucis Viviente, desde la JMJ de París en 1997, se ha hecho tradicional en el viernes de cada Jornada Mundial de la Juventud, debido al carácter penitencial de este día. Los textos ayudan a los jóvenes a reflexionar sobre el misterio del dolor, fuente de purificación y redención.

Cuarto evento: Vigilia

Es una fiesta de luz, que en algunos aspectos emula a la Solemne Vigilia Pascual. En medio de la oscuridad de la noche, la Palabra de Dios, llevada procesionalmente entre cirios e incienso, constituye el marco para la reflexión del Papa y el testimonio de los jóvenes provenientes de los puntos más remotos del Planeta. A veces, el mismo Papa administra sacramentos como el del bautismo y la confirmación (como ocurrió en la Vigilia de la duodécima Jornada Mundial de la Juventud en París, el 23 de agosto 1997, en el imponente Hipódromo de Longchamps). Por otra parte, el sacramento de la Confesión se imparte ininterrumpidamente durante toda la Vigilia y también en los actos litúrgicos.
Un espectáculo de fuegos de artificio suele cerrar la velada, luego de la cual los jóvenes pueden acercarse durante toda la noche, a miles de tiendas para adorar al Santísimo que en ellas está expuesto, o compartir experiencias y cánticos propios de sus países de origen.
Los jóvenes suelen pernoctar a la intemperie, hasta el amanecer, en espera de la Misa conclusiva.

Otros signos de la piedad popular

Patronos e intercesores

El Santo Padre elige algunos santos y beatos como patronos, y otros como intercesores de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Si no los elige, aprueba los que le sugieren. Se trata ante todo de la Santísima Virgen María en la advocación de la ciudad o del país anfitrión. A ella se suman santos y beatos oriundos de dicho país y otros, por lo general jóvenes, de los diferentes países del mundo. San Juan Pablo II, fundador de las Jornadas Mundiales de la Juventud es, por declaración oficial del Papa Francisco, el patrono de ellas a perpetuidad.

Las catequesis

Es tradicional ya que, en las mañanas de todas las Jornadas Mundiales de la Juventud, los obispos del mundo impartan catequesis por lenguas en las diferentes iglesias de la ciudad sede (catequesis que culminan siempre con la Misa del día). Así, los peregrinos acuden al lugar sagrado en que, según se les ha anunciado con anticipación, participarán de la catequesis en su propio idioma.
Las temáticas abordadas por los obispos son previamente establecidas.

El himno oficial

 El Comité organizador convoca a un concurso abierto para elegir el himno oficial, inspirado en el lema y con alusiones a diversos elementos del país anfitrión. El idioma es el de este mismo país. Suele haber una versión internacional que canta las estrofas en las lenguas principales de los participantes. Algunos países suelen realizar la traducción íntegra del himno oficial a su propia lengua. 
(Para más información, pueden consultar las entradas de este blog que transcriben y comentan sendos himnos, correspondientes a todas las Jornadas Internacionales).

El logo

El Comité organizador también convoca a un concurso abierto para elegir el logo oficial de cada Jornada. Éste aúna signos religiosos con otros típicos del país anfitrión.

El lema

El Papa siempre elige uno o dos versículos bíblicos que serán el lema de cada Jornada. Éste inspira el himno oficial, las reflexiones preparatorias durante los meses precedentes y las catequesis.

Itinerarios religiosos

A menudo los jóvenes suelen participar de itinerarios religiosos sugeridos por las diócesis anfitrionas (que la semana anterior al inicio de la JMJ son todas las del país, menos la de la ciudad sede -lo que se ha dado en llamar "prejornada", aunque desde la edición de la JMJ en Río de Janeiro se llamará "Semana misionera"-); y por la ciudad sede, en la semana de la Jornada propiamente dicha.
Durante las dos semanas se realiza un sinnúmero de circuitos turísticos y de espectáculos de las más variadas artes, religiosos y no religiosos. 


Liturgia en las Jornadas Mundiales de la Juventud

El primero y el último evento multitudinario de la Jornada Mundial de la Juventud es el Acto litúrgico por excelencia: la Santa Misa.

Primer evento: Misa de Apertura de la JMJ

Esta primera Misa multitudinaria no cuenta con la presencia del Papa. Es la solemne Eucaristía de Apertura, presidida por el obispo de la ciudad sede, en la que se da la bienvenida a todos los participantes.

Quinto evento: Misa de Envío

Es la Eucaristía principal de la JMJ, la más solemne de todas. La preside el mismo Papa. Es Misa de Envío, pues en ella el Vicario de Cristo encomienda a los jóvenes que den testimonio de lo que han vivido. En los Ritos iniciales de esta Misa, el obispo del lugar dirige unas palabras de gratitud al Pontífice. 
Si se trata de una solemnidad,  se celebra la Misa propia (como ocurrió en Denver, en 1993, en que la Misa de Clausura, el 15 de agosto, fue la de la solemnidad de la Asunción de María). Si se trata de un domingo del Tiempo Ordinario, los textos pueden variar. Por lo general se eligen las lecturas bíblicas de las que se ha tomado el lema de la Jornada.
En los Ritos finales el que se dirige al Santo Padre es el Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, ente vaticano que tiene a su cargo la organización de toda JMJ.
Al concluir, antes de la Bendición final y el rezo del Ángelus (acto piadoso acogido por las liturgias dominicales presididas por el Papa), el Santo Padre anuncia solemnemente cuál será la ciudad sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud.
Por la participación en esta Misa, y a menudo en los demás actos centrales, el Sumo Pontífice concede una indulgencia plenaria, siempre aplicable a los difuntos.


21 de julio de 2013, domingo XVI "durante el año".
A dos días del inicio de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, Brasil, la primera que preside el Papa Francisco.
(Última actualización de la entrada: 19/05/21).

1 comentario:

  1. Como siempre tu delicadeza para dar a conocer las riquezas de nuestra iglesia fueron el fruto para que respondieramos a este llamado a la JMJ Dios te Bendiga!
    FAMILIA MISIONERA TOTUS TUUS
    http://familiamisioneratotustuus.blogspot.com.ar/

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