Buscar este blog



miércoles, 22 de octubre de 2014

San Juan Pablo II: oración oficial






Celebramos el 22 de octubre la memoria litúrgica de San Juan Pablo II, luego de que el Papa Francisco lo canonizara el 27 de abril de 2014 (junto al Papa Juan XXIII), y de que aprobara su inscripción para este día (aniversario de la inauguración de su Ministerio como Sucesor de Pedro) en el Calendario Romano perpetuo y universal, y la de San Juan XXIII para el 11 de este mismo mes, aniversario de la Apertura del Concilio Vaticano II.
Por eso, este blog "Liturgia Católica, Divino Tesoro", dedicado a San Juan Pablo, le rinde un humilde homenaje, publicando la oración oficial que la Santa Sede difundió con motivo de la canonización:

"¡Oh, San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, danos tu bendición! 
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo, para llevar a Jesús a todos, y a todos a Jesús. 
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar y volver a mirar hacia lo alto, para encontrar la luz que ilumina los caminos de la vida en la Tierra.

Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la Tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.

Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.

¡Oh, San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios! Amén. "


Angelo, Cardenal Comastri
Vicario General de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano.


22 de octubre de 2014, memoria litúrgica de San Juan Pablo II, Papa, fundador y patrono de las Jornadas Mundiales de la Juventud. (Entrada especialmente dedicada a él, como este blog).


Guion: San Juan Pablo II




El siguiente guion puede emplearse en la Misa de la memoria facultativa de san Juan Pablo II (22/10), inscripta en el Calendario General, o en alguna votiva que se celebre otro día en su nombre, como por ejemplo, en los días de su novena, (en especial el 16/10, aniversario de su elección como Vicario de Cristo). Debe recordarse que las Misas votivas solamente están permitidas en los días de feria del Tiempo Ordinario o en aquellos en los que ocurra alguna memoria facultativa. No obstante, si una verdadera necesidad o utilidad pastoral lo exige, "a juicio del rector de la iglesia o del mismo sacerdote", en las celebraciones con el pueblo, también podrán emplearse las Misas votivas en días en que ocurra una memoria obligatoria, en las ferias de Navidad, a partir del 2 de enero, y en las del tiempo pascual, a partir del lunes que sigue inmediatamente a la Octava de Pascua. (Cf. Instrucción General del Misal Romano, 376).

La mencionada memoria litúrgica de san Juan Pablo II (22/10), en cualquier región, iglesia o comunidad que tenga como titular al Santo Papa, se celebra con el rango de "solemnidad". En este caso, debe cantarse o recitarse el himno Gloria in excelsis; se proclaman dos lecturas antes del Evangelio, y se reza o canta la Profesión de fe. Donde se conserven las reliquias del bienaventurado Pontífice, su celebración tiene el rango litúrgico de "memoria obligatoria".  


La celebración de la Misa

Puede organizarse una procesión de entrada al son de un canto adecuado, por ejemplo, el himno a san Juan Pablo II o las letanías dedicadas a él. Si hubiere una imagen suya, no debe ingresar en la procesión de entrada (no lo permiten las rúbricas), sino que puede ser llevada al lugar sagrado antes de ella, o estar ubicada en un sector adecuado del templo, con flores y luces. En todo caso, de existir esta imagen, se inciensa con dos golpes dobles de turíbulo, luego de la Cruz, del Altar (y de una imagen de la Virgen, si la hubiere), de acuerdo con las normas vigentes. Sería oportuno, si la hay, exponer a la veneración de los fieles en esta celebración una imagen de la Virgen de Czestochowa, patrona de Polonia, o de la Salus Populi Romani, patrona de la Urbe (y de este humilde blog), o de la Virgen de Guadalupe de México, tan amada y visitada por Juan Pablo II, haciendo mención en la homilía de la gran devoción mariana del santo.


Introducción

Queridos hermanos:
Hoy celebramos la festividad (conmemoración) del gran Papa san Juan Pablo II, pastor fiel y misericordioso, a quien Dios le encomendó la ardua tarea de preparar al rebaño de la humanidad para que atravesara el umbral del Tercer Milenio, en el inolvidable Jubileo del Año 2000. Quedarán para siempre en la historia las imágenes del Papa deportista y peregrino, alegre y vivaz, dolorido y enfermo, paciente y siempre  servidor de la Iglesia y la humanidad.

En esta Eucaristía, demos gracias por el inolvidable Pontífice polaco, tan humano y a la vez espiritual, tan humilde y a la vez grandioso, tan nuestro y a la vez de Dios y María.

Que nuestra participación en el Sacrificio de la Misa, al que Juan Pablo II vivió íntimamente unido, y que ofreció hasta en los puntos más remotos del Planeta, nos alcance de Dios la gracia de imitar la piedad y la entrega del amado Papa santo.


La Oración colecta se toma de los textos aprobados por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.


Liturgia de la Palabra


La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos propone las siguientes lecturas para la memoria litúrgica de san Juan Pablo II:

Primera lectura: Is. 52, 7-10.
Salmo: 96 (95), 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10. Antífona: v. 3.

(No se sugiere una segunda lectura por tratarse de una memoria; allí donde se celebre con el grado de "solemnidad", puede tomarse la segunda lectura del "Común de Pastores").
Aleluya.
Versículo del Evangelio: Jn. 10, 14.
Evangelio: Jn. 21, 15-17.

 
Monición general para la Liturgia de la Palabra

Pidamos tener, como san Juan Pablo II, un corazón humilde y dócil al Espíritu, para acoger el tesoro de la Palabra de Dios y vivirla en plenitud.

Latín: clic aquí.


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Misa presidida por el cardenal Pietro Parolin en la Basílica de San Pedro, el 2 de abril del Año Jubilar 2025, en ocasión de las dos décadas de la muerte terrenal de san Juan Pablo II:

A Dios, nuestro Padre, que en Jesucristo nos da la vida, elevemos las plegarias que el Espíritu Santo suscita en nuestros corazones:

R. Te rogamus, audi nos

-Por la Iglesia, para que no se canse de anunciar la belleza de la fe, frente a la indiferencia del mundo. R.

-Por nuestro Papa N, para que gozando de salud y de fuerzas renovadas, guíe al pueblo de Dios a las fuentes de Vida nueva en Cristo. R.

-Por los pecadores y los de duro corazón, para que reconozcan el tiempo de la benevolencia y el día de la salvación en que Dios responde y ayuda. R.

-Por los catecúmenos, para que se preparen a recibir la gracia de los sacramentos pascuales; y por todos los bautizados, para que descubran a Dios que habla en lo profundo del corazón. R.

-Por los pueblos y por sus gobernantes, para que abandonen el espiral del odio y la violencia, y toda persona respete la dignidad del prójimo. R.

-Por los que estamos aquí reunidos, para que, incondicionalmente y sin temor, abramos a Cristo las puertas de nuestra vida. R.

Oración conclusiva

"Escucha, Padre misericordioso, nuestras súplicas, y a ejemplo de san Juan Pablo II, haznos valientes para dar testimonio del Evangelio en el mundo. Por Cristo, nuestro Señor".


O bien:

Que nuestras plegarias asciendan al Trono de Dios por la intercesión del santo Papa polaco, que como tal, con el corazón abrasado por el Espíritu Santo, presidió este mismo Sacrificio de la Misa por más de un cuarto de siglo, y en los cinco continentes:

R. Por san Juan Pablo II, te rogamos, óyenos

-Pidamos por la Santa Iglesia Católica.

+Para que por intercesión de san Juan Pablo Magno, que la amó con ternura de hijo y se entregó a ella desde que tuvo uso de razón y hasta su último aliento, pueda repetir a todos los hombres las palabras de este bienaventurado Pontífice: "¡No tengan miedo!". R.

-Pidamos por el Papa N, Sucesor de San Pedro.

+Para que, a ejemplo de san Juan Pablo II, defienda la verdadera fe de toda tergiversación, sincretismo, negación o relativismo. R.

-Pidamos por los cardenales de la Santa Iglesia Romana, colaboradores del Santo Padre.

+Para que, iluminados por san Juan Pablo II, hagan llegar a todo el mundo el mensaje de paz y unidad de Cristo Jesús. R.

-Pidamos por los jóvenes, a los que tanto amó Juan Pablo II, que les legó el tesoro precioso de las Jornadas Mundiales de la Juventud, de las que el Papa Francisco lo nombró patrono.

+Para que, escuchando la invitación siempre renovada de san Juan Pablo II, sean fieles heraldos del Evangelio, acudan cada vez en mayor número a las Jornadas Mundiales de la Juventud, e inviten a las nuevas generaciones, a fin de que ningún joven se prive de este singular evento de gracia. R.

-Pidamos por las familias de todo el mundo.

+Para que con el auxilio celestial de san Juan Pablo II, llamado "Papa de la familia", sean reconocidas socialmente y protegidas legalmente como institución insustituible para la acogida y la formación de las próximas generaciones. R.

-Pidamos por los que nos han hecho daño.

+Para que como san Juan Pablo II, que perdonó incluso a quien atentó contra su vida, sepamos acoger y perdonar de corazón al hermano que nos ha ofendido. R.


Oración conclusiva 

"Oye, Padre, las súplicas que te dirigimos por medio de tu servidor Juan Pablo II, cuya vida orante fue de tu complacencia, mientras era peregrino como nosotros. Ahora, que está junto a Ti, acepta con agrado su intercesión en nuestro favor. Por Jesucristo, nuestro Señor".


Liturgia de la Eucaristía

Ofertorio

Imitando la entrega incondicional y permanente de san Juan Pablo II a la causa de Cristo, llevamos los dones al Altar de la oblación del Cordero. Evocamos las Misas celebradas a lo largo y a lo ancho del Planeta: Todas ellas son el mismo y único Sacrificio: el del Calvario, el de todos los tiempos y el que ahora estamos por ofrecer.

Pueden usarse el Prefacio, las oraciones de ofrendas y de después de la Comunión, del "Común de Pastores: Para un santo Papa". De celebrarse a Juan Pablo II con el grado litúrgico de fiesta o solemnidad, deben usarse.
En la Plegaria Eucarística III (que permite añadir nombres de santos), después del de María, José y los Apóstoles, se añade el nombre de san Juan Pablo II.


Comunión

En el regazo de María, a la que san Juan Pablo II profesó un profundo y auténtico amor, y a la que quiso llamar "Mujer eucarística", aprendemos a recibir con devoción a Jesús, Pan de Vida, a adorarlo con humildad de corazón, y a hacerlo presente en todo tiempo y lugar. 
Con estos piadosos sentimientos, nos acercamos a comulgar.


Oración a san Juan Pablo II

Luego de la "Oración después de la Comunión", puede rezarse la oración oficial a san Juan Pablo II, difundida por la Santa Sede.

Puede impartirse la Bendición solemne "para la fiesta de un santo".


Despedida

Totus tuus, Maria!

Al concluir esta celebración, hacemos nuestras las palabras con las que san Juan Pablo II dedicó su vida a la Santísima Virgen. Que ambos nos hagan permanecer en el Camino del Amor, de la Verdad y de la Vida, que es el mismo Señor Jesucristo, Pastor Eterno del rebaño de Dios.


22 de octubre de 2014, memoria litúrgica de san Juan Pablo II, "El Magno", Papa. Entrada dedicada a él.
(Última actualización de la entrada: 3/4/25).



Himno a San Juan Pablo II

 


 Letra del Himno
(traducción al castellano)

Estribillo:
"¡Abrid las puertas a Cristo! No tengáis miedo.
Abrid de par en par vuestro corazón a Dios".

Testigo de esperanza 
para quien espera la salvación,
Peregrino por amor
en los caminos del mundo. Est.

Verdadero padre para los jóvenes
a quienes enviaste al mundo,
centinelas de la mañana,
signo vivo de esperanza. Est.

Testigo de la fe
que anunciaste con la vida;
firme y fuerte en la prueba 
confirmaste a tus hermanos. Est.

Enseñaste a cada hombre 
la belleza de la vida,
indicando a la familia
como signo del amor. Est.

Portador de la paz
y heraldo de justicia,
te hiciste entre los pueblos
nuncio de misericordia. Est.

En el dolor revelaste
el poder de la Cruz.
Guía siempre a tus hermanos
en el camino del amor. Est.

En la Madre del Señor
nos indicaste una guía;
en su intercesión,
el poder de la gracia. Est.

Padre de misericordia,
Hijo nuestro, Redentor,
Santo Espíritu de Amor,
            a Ti, Trinidad, la gloria. Amén. Est.



22 de octubre, memoria litúrgica de San Juan Pablo II, Papa.

domingo, 19 de octubre de 2014

Himno a san Pablo VI




El siguiente himno litúrgico, llamado In nomine Domine, en honor de san Pablo VI, se ejecutó al comienzo de la ceremonia de beatificación del inolvidable Papa Montini, presidida por el Sumo Pontífice Francisco, con la presencia de Su Santidad Benedicto XVI, el 19 de octubre de 2014 durante la Misa de Clausura del Sínodo Extraordinario de los Obispos sobre la Familia. Cuatro años después, el 14 del mismo mes, sería canonizado también por Francisco.

De alto lirismo y noble sencillez, la Santa Sede ha querido explicar el significado de sus tres estrofas. Los interesados en el tema, pueden hacer clic aquí.

Al publicar esta entrada evoco mi viaje a Brescia, en la Lombardía, en los días del 8 al 15 de agosto, previos a la XV Jornada Mundial de la Juventud del Año del Jubileo 2000. En aquella tierra, que considera a Pablo VI como suyo, pues nació en la región de Concesio, muy cerca de allí, se podía apreciar el amor, la veneración y la gratitud que los habitantes profesaban a este inolvidable Sucesor de Pedro.

Beso espiritualmente aquel lugar, al que vuelvo con el corazón, y venero al inolvidable Pontífice, haciendo propias las palabras del himno:


In nomine Domine

Del amor del Padre
dado a tu tierra,
crecido en la fe,
agudo en el ingenio,
gentil, delicado.

Serás pastor sapiente,
custodio de santas memorias,
- in nomine Domini,

la vida por Cristo Señor,
la mirada sobre todas las gentes,
- in nomine Domini,

y nosotros contigo proclamamos:

Christus, lumen gentium!
Christus in Ecclesia!
Mittat nos ad gentes!

Con la gracia del Hijo
has esparcido su Evangelio,
fiel a la llamada,
hermano entre los hermanos,
paciente, generoso.

Reúnes las grandes asambleas,
un corazón, un alma sola,
- in nomine Domini,

nutrido con el Pan y el Vino,
eres todo en los santos Misterios,
- in nomine Domini,

y nosotros contigo proclamamos:

Christus, lumen gentium!
Christus in Ecclesia!
Mittat nos ad gentes!

En el ardor del Espíritu
a nosotros tú nos hablas aún,
heridos de toda guerra,
divididos, sin alegría,
inciertos y sin luz.

Recoge a quien busca la paz,
anuncia la tierra prometida,
- in nomine Domini,

seremos un pueblo nuevo
la Iglesia en el mundo de Dios,
- in nomine Domini,

y nosotros contigo proclamamos:

Christus, lumen gentium!
Christus in Ecclesia!
Mittat nos ad gentes!




19 de octubre de 2014, domingo XXX del Tiempo Ordinario. Beatificación de Pablo VI.
Entrada dedicada al Santo Padre Pablo VI.
(Última actualización de la entrada: 14/10/18, en el día de la canonización del mismo Pontífice).

Letanías a los Santos y Beatos Pontífices Romanos




El 19 de octubre de 2003, el Papa polaco Juan Pablo II (Karol Wojtila) beatificaba a la Madre Teresa de Calcuta. Seguramente no se imaginaba que once años después, en el mismo día, el argentino Jorge Mario Bergoglio, creado cardenal por el mismo Pontífice polaco, y elegido Papa con el nombre de Francisco, beatificaría al Papa italiano Pablo VI (Giovanni Battista Montini), en una multitudinaria Misa,  en la que participaría nada menos que el gran Papa Emérito Benedicto XVI (el alemán Joseph Ratzinger), quien había beatificado al Papa Wojtila, inmediato Predecesor suyo, el 1° de mayo de 2011. 

La Misa en la que el Sumo Pontífice Francisco, ante el Papa Emérito, beatificó a un Predecesor de ambos, traía a la memoria la que se celebrara en el mismo año 2014 casi cuatro meses antes (27/04), en la que Francisco, también en presencia de Benedicto XVI, había canonizado a dos Predecesores de ambos, Juan XXIII (Angelo Roncalli), "el Papa Bueno", y Juan Pablo II, "el Papa Peregrino", acontecimiento que pasó a la historia como la "Misa de los cuatro Pontífices", a la que dediqué una entrada. (Dos años después, Francisco canonizaria a la madre Teresa, el 4 de septiembre de 2016).

En 2018, el 14 de octubre, este mismo Pontífice presidiría la canonización de Pablo VI, añadiendo otra perla refulgente a la diadema de los Pontífices Romanos. Casi cuatro años después, dicha diadema habría de emitir nuevos fulgores pues otro Vicario de Cristo, sería beatificado por el Papa argentino: el también italiano Juan Pablo I (Albino Luciani), "el Papa de la sonrisa". Era el 4 de septiembre de 2022, el mismo día que, como ya se dijo, había sido canonizada la madre Teresa cuatro años antes.

He aquí otra muestra evidente de por qué el siglo XX puede ser llamado "Siglo de Oro de los Papas", como dije en esa misma entrada. En efecto, todos los Papas de ese período han sido modelo de fidelidad a Cristo y a la Iglesia, y de amor y entrega al rebaño que se les encomendó. No dudo de que, con el tiempo, se irán reconociendo las virtudes heroicas de cada uno.

No podemos ignorar la realidad de los "Papas no ejemplares" en la historia. Es cierto que los hubo. En ellos pudo más la debilidad humana que la gracia de Dios, a la que en muchos casos se resistieron.

Pero en esta entrada, quiero rendir homenaje a los Santos y Beatos Papas de todos los siglos, es decir, a aquellos que sí se dejaron modelar por el Amor del Divino Hacedor y fueron iconos auténticos de Jesús, el Buen Pastor que da su vida por las ovejas.

Por eso, y en honor de todos ellos, comparto con el lector las siguientes letanías, extraídas de una versión de las Laudes regiæ, famosa y extensa súplica litánica de invocación a los santos por la Iglesia, por su jerarquía y fieles.

La respuesta a las invocaciones marianas y de los Papas es "ruega por nosotros", como es tradicional en la liturgia.  En las Laudes regiæ es "Tu/Vos illum/illos/illo adiuva/adiuvate".

En rojo se hallan los datos del origen del Papa y de la duración de su Pontíficado:



"Letanías a los Santos y Beatos Pontífices Romanos"

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad,
Señor, ten piedad,

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
Santa María, Madre de la Iglesia,
Santa María, Salus Populi Romani,

San Pedro (Galilea, 33-67), ruega por nosotros

San Lino (Tuscany, 67-76),

San Anacleto (Cleto), (Roma, 76-88),

San Clemente I (Roma, 88-97),

San Evaristo (Grecia, 97-105),

San Alejandro I (Roma, 105-115),

San Sixto I (Roma, 115-125),

San Telésforo (Grecia, 125-136),

San Higinio (Grecia, 136-140),

San Pío I (Aquileia, 140-155),

San Aniceto (Siria, 155-166),

San Sotero (Campania,166-175),

San Eleuterio (Grecia, 175-189),

San Víctor I (África, 189-199),

San Ceferino (Roma, 199-217),

San Calixto I (Roma, 217-222),

San Urbano I (Roma, 222-230),

San Ponciano (Roma, 230-235),

San Antero (Grecia, 235-236),

San Fabián (Roma, 236-250),

San Cornelio (Roma, 251-253),

San Lucio I (Roma, 253-254),

San Esteban I (Roma, 254-257),

San Sixto II (Grecia, 257-258),

San Dionisio (Turio, 259-268),

San Félix I (Roma, 269-274),

San Eutiquiano (Luni, 275-283),

San Cayo (Dalmacia, 283-296),

San Marcelino (Roma, 296-304),

San Marcelo I (Roma, 308-309),

San Eusebio (Grecia, 309-309),

San Melquíades (África, 311-314),

San Silvestre I (Roma, 314-335),

San Marcos (Roma, 336-336),

San Julio I (Roma, 337-352),

San Liberio (Roma, 352-366),

San Dámaso I (España, 366-384),

San Siricio (Roma, 384-399),

San Anastasio I (Roma, 399-401),

San Inocencio I (Albano, 401-417),

San Zósimo (Grecia, 417-418),

San Bonifacio I (Roma, 418-422),

San Celestino I (Roma, 422-432),

San Sixto III (Roma, 432-440),

San León I -Magno- (Toscana, 440-461),

San Hilarión (Caller, 461-468),

San Simplicio (Tívoli, 468-483),

San Félix III (Roma, 483-492),

San Gelasio I (África, 492-496),

San Anastasio II (Roma, 496-498),

San Símaco (Cerdeña, 498-514),

San Hormisdas (Frosinone, 514-523),

San Juan I (Populonia, 523-526),

San Félix IV (Benevento,526-530),

San Agapito I (Roma, 535-536),

San Silverio (Roma, 536-537),

San Gregorio I -Magno- (Roma, 590-604),

San Bonifacio IV (Abruzo, 608-615),

San Adeodato I (Roma, 615-618),

San Martín I (Roma, 649-655),

San Eugenio I (Roma, 654-657),

San Vitaliano (Segni, 657-672),

San Agatón (Palermo, 678-681),

San León II (Sicilia, 682-683),

San Benedicto II (Roma, 684-685),

San Sergio I (Siria, 687-701),

San Gregorio II (Roma, 715-731),

San Gregorio III (Siria, 731-741),

San Zacarías (Grecia, 741-752),

San Pablo I (Roma, 757-767),

San León III (Roma, 795-816),

San Pascual I (Roma, 817-824),

San León IV (Roma, 847-855),

San Nicolás I -Magno- (Roma, 858-867),

San Adrián III (Roma, 884-885),

San Gregorio VII (Toscana, 1073-1085),

Beato Víctor III (Montecassino, 1086-1087),

Beato Urbano II (Francia, 1088-1099),

Beato Eugenio III (Pisa, 1145-1153),

Beato Gregorio X (Plasencia, España, 1271-1276),

Beato Inocencio V (Francia, 1276),

San Celestino V (Isernia, 1294, [renunció] +1296),

Beato Benedicto XI (Treviso, 1303-1304),

Beato Urbano V (Francia, 1362-1370),

San Pío V (Bosco, 1566-1572),

Beato Inocencio XI (Como, 1676-1689),

Beato Pío IX  (Marca de Ancona, 1846-1878),

San Pío X (Riese, 1903-1914),

San Juan XXIII (Bérgamo, 1959-1963),

San Pablo VI (Concesio, 1963-1978),

Beato Juan Pablo I (Canale D'Agordo, 26/8/1978-28/091978),

San Juan Pablo II (Polonia, 1978-2005),

Todos los Santos y Beatos Pontífices Romanos,  rueguen por nosotros.

(Las letanías pueden concluirse con la tradicional invocación al Cordero de Dios).


19 de octubre de 2014, domingo XXIX del Tiempo Ordinario.
(Última actualización de la entrada: 03/09/22).



sábado, 18 de octubre de 2014

Misas de la Virgen XVIII (Tiempo de Pascua IV): "La Virgen María, Reina de los Apóstoles"





Misal: Textos bíblicos y eucológicos (en negro); rúbricas: rojo.
Guion: marrón.
Comentario del blog: azul.

MISA COMPLETA, GUION Y COMENTARIO
 
Bastantes Institutos religiosos y Sociedades de vida apostólica tienen como patrona a la Santísima Virgen orando con los apóstoles en el Cenáculo y la veneran litúrgicamente con el título de «Reina de los apóstoles»; entre ellos destacan la Compañía del Apostolado Católico, fundada por san Vicente Pallotti (+ 1850), el Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (P.I.M.E.), creado por el obispo Angel Ramazzotti (+ 1861), la Pía Sociedad de San Pablo Apóstol y otros Institutos creados por el beato Santiago Alberione (+ 1971).
En efecto, algunos hombres y mujeres, llenos de fervor apostólico y misionero, repararon en el lugar eminente y «regio» que tenía la Madre de Jesús en la comunidad primitiva y se dieron cuenta de la importancia de su presencia en el evento pentecostal, en lo que atañe a la propagación del mensaje evangélico. (Ese adjetivo "regio" debe entenderse en el sentido etimológico del término, que significa "real", es decir, "perteneciente a la realeza" o "relativo a los reyes").
Esta Misa, a excepción del Prefacio, está tomada del Proprium missarum Societatis Apostolatus Catholici, Tipografía Políglota Vaticana 1972, pp. 3-6.
Este formulario posee una gran fuerza misional. La asamblea de los fieles pide a Dios ser capaz de «proclamar la gloria de (su) nombre con testimonio de palabra y de vida» (Oración colecta), pide también «el aumento de la Iglesia por el número de (sus) fieles» (Oración sobre las ofrendas) y que el «pueblo obtenga... la salvación» (Oración después de la comunión).
El Prefacio celebra el designio de salvación según el cual la Santísima Virgen, «conducida por el Espíritu Santo», acudió presurosa a casa de Isabel para llevarle el anuncio de la salvación, y «Pedro y los demás apóstoles», fortalecidos por la Venida del Espíritu, salieron del Cenáculo, llenos de valentía, para proclamar a todo el mundo el Evangelio de Cristo. 


Introducción

María, Reina de los Apóstoles y Reina de todos los que, entre fidelidades e infidelidades, intentamos cada día vivir la fe, nos ha convocado en esta iglesia.
Ella, como Madre de la Iglesia y Señora de la Pascua, nos invita a participar del Banquete de la Vida, que es la Santa Misa. 
Como Templo vivo del Espíritu, y garantía de un perenne Pentecostés, nos exhorta a perseverar unánimes en la oración y solícitos en el servicio al prójimo.


Antífona de entrada

Los discípulos se dedicaban a la oración en común, junto con María, la madre de Jesús. Aleluya.

Oración colecta

Dios todopoderoso, que derramaste el Espíritu Santo sobre los apóstoles, reunidos en oración con María, concédenos, por intercesión de la Virgen, entregarnos fielmente a tu servicio y proclamar la gloria de tu nombre con testimonio de palabra y de vida. Por nuestro Señor Jesucristo. 

Liturgia de la Palabra

Primera lectura

La siguiente perícopa ha sido tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles: se trata de la primera parte de la primera lectura de la solemnidad de Pentecostés, capítulo 2: ("Al llegar el día de Pentecostés..."), a la que se han antepuesto dos versículos del capítulo precedente ("Después de subir..."), por el hecho de que hacen mención explicita de cada uno de los Once apóstoles, y de la Santísima Virgen.

Los Apóstoles del Cordero son las columnas imbatibles de la Iglesia de todos los tiempos, que se precia de tener a Cristo como Esposo y Piedra Angular, y a María como Madre y modelo.

Se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 1, 12-14; 2, 1-4

Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa, subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas, el de Santiago.
Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 86, 1-2. 3 y 5. 6-7 (R.: 3)

R. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob. R.

¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
Se dirá de Sión: "uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado". R.

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
"Este ha nacido allí".
Y cantarán mientras danzan:
"todas mis fuerzas están en ti". R.

Aleluya

Estaba santa María, Reina del cielo y Señora del mundo, sufriendo junto a la cruz del Señor.

Evangelio

La Virgen fiel que estuvo junto a la Cruz de su amado Hijo Jesucristo, es la misma que, como Madre de la humanidad redimida, permanece junto a los que sufren, los socorre y los conserva en la esperanza.

Dijo Jesús al discípulo: Ahí tienes a tu madre

+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 19, 25-27.

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María la Magdalena. Jesús, al ver a su madre, y cerca al discípulo que tanto quería,
dijo a su madre:
— Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo:
— Ahí tienes a tu madre.
Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. 

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Las siguientes preces, unas pocas más que las habituales, son a la vez súplica y homenaje a María y a todos los Apóstoles del Señor:

R. Óyenos, Padre, en nombre de María, Reina de los Apóstoles

-Por la Iglesia, y en particular por el Vicario de Cristo, nuestro Santo Padre N, pidamos junto a San Pedro, de quien es Sucesor, y a San Pablo, Apóstol de los gentiles... R.

-Por el Colegio de los Cardenales, "senado" ilustre del Papa, pidamos junto al apóstol Santiago el Mayor, protomártir del Colegio Apostólico, y a su hermano Juan, el discípulo amado... R.

-Por los misioneros que están cerca y por los que se encuentran lejos, pidamos junto al apóstol San Andrés, hermano del primer Papa... R.

-Por los que trabajan en el mundo de la economía y las finanzas, pidamos junto al apóstol San Mateo, que de cobrador de impuestos pasó a ser fiel seguidor del Señor... R.

-Por aquellos hermanos cuya fe parece naufragar, zarandeados por la prueba y asaltados por la duda, pidamos junto al apóstol Santo Tomás, gracias a cuya incredulidad, Cristo se le manifestó como su Dios y su Señor ... R.

-Por  los que son discriminados a causa de su aspecto físico, de su estado psicológico, de su condición social o de sus creencias, pidamos con el apóstol San Bartolomé, "un verdadero israelita, sin doblez", como lo calificó el Señor... R.
  
-Por los cristianos que en la actualidad son ferozmente perseguidos, salvajemente maltratados y abiertamente irrespetados en sus derechos, pidamos junto a los apóstoles Felipe, que supo ver en Cristo el Rostro amoroso del Padre que vela por sus hijos, y a Santiago el Menor, arrojado con crueldad desde el pináculo del Templo... R.

-Por los sacerdotes y religiosos que han abandonado su ministerio, seducidos por placeres mundanos, pidamos junto a los apóstoles, Matías, que ocupó el lugar de Judas, el traidor, y Bernabé, fiel colaborador de San Pablo... R.

-Por nosotros,  sencillos tripulantes de la barca de la Iglesia comandada por Pedro, pidamos junto a los apóstoles Simón, el zelote, y Tadeo, primo del Señor... R.
  

Ofertorio

Van a ser presentados a continuación el pan, el vino y el agua. Son los simples dones elegidos por Jesús para la actualización del único Sacrificio perfecto, el de su inmolación en la Cruz por amor al hombre pecador.

Oración sobre las ofrendas

Por tu benignidad, Señor, y por la intercesión de santa María, siempre Virgen, nuestra ofrenda alcance a tu Iglesia el aumento del número de fieles, y el resplandor constante por la abundancia de las virtudes. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


Prefacio

Alabemos a Dios que ha hecho de María la primera misionera. Ella precede incluso a los apóstoles en el  infatigable anuncio de Cristo.

La Bienaventurada Virgen es invocada "Reina de los Apóstoles"

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
en esta conmemoración de santa María Virgen,
que precedió a los apóstoles en el anuncio de Cristo.

Porque ella, conducida por el Espíritu Santo,
llevó presurosa a Cristo al Precursor,
para que fuera causa de santificación y alegría para él;
del mismo modo Pedro y los demás apóstoles,
movidos por el mismo Espíritu,
anunciaron animosos, a todos los pueblos, el Evangelio
que había de ser para ellos causa de salvación y de vida.

Ahora también la santísima Virgen
precede con su ejemplo a los heraldos del Evangelio,
los estimula con su amor
y los sostiene con su intercesión incesante,
para que anuncien a Cristo Salvador por todo el mundo.

Por eso,
con todos los ángeles y los santos
cantamos tu gloria diciendo:

Santo, Santo, Santo.

Comunión

Pidamos a Cristo glorificado, cuyo Cuerpo y Sangre estamos por comulgar, que cumpla cada día en nosotros la promesa que nos hizo de no dejarnos huérfanos y de enviarnos su Espíritu Santo, Don de la Pascua.

Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27

Dichoso el vientre de María, la Virgen, que llevó al Hijo del Eterno Padre. Aleluya. 

Oración después de la comunión 

Después de recibir tu ayuda, Señor, en este sacramento, al celebrar la memoria de la Virgen María, Reina de los apóstoles, te pedimos perseverar siempre en tu amor y en el servicio a los hombres, para que tu pueblo obtenga de ti la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Despedida

La Virgen Madre, Esposa del Espíritu Santo y Reina de los apóstoles, guíe nuestros pasos, nos conserve en la comunión de la Iglesia, y haga de nosotros auténticos testigos del Señor Resucitado.


18 de octubre de 2014, fiesta de san Lucas, evangelista.
Festividad de Nuestra Señora de Schöenstatt, Mater ter mirabilis. Entrada dedicada a ella y al evangelista médico y pintor.
En el Centenario de la fundación del Movimiento Apostólico de Schöenstatt, por el Siervo de Dios José Kentenich.

domingo, 12 de octubre de 2014

Misas de la Virgen XVII (Tiempo de Pascua III): "La Virgen María del Cenáculo"




Misal: Textos bíblicos y eucológicos (en negro); rúbricas: rojo.
Guion: marrón.
Comentario del blog: azul.

MISA COMPLETA, GUION Y COMENTARIO

La Virgen María del Cenáculo se celebra con memoria litúrgica en muchas diócesis y familias religiosas, entre las cuales destaca la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora del Cenáculo, fundada por santa Teresa Couderc (+ 1885).
En la Santísima Virgen, que estuvo presente en el primer grupo de los discípulos de Cristo (Antífona de entrada, cf. Hch 1, 14), la Iglesia ha ido descubriendo progresivamente a la Madre que alentaba con su amor los comienzos de aquella primitiva comunidad y al modelo destacado de la oración unánime.
En este formulario, en el que la Iglesia glorifica al Padre celestial por el don del Espíritu Santo, la Madre de Jesús aparece como:
- la Virgen llena del Espíritu Santo. Dios, en efecto, colmó a la Santísima Virgen «de los dones del Espíritu Santo» (Oración colecta), y ella, que «en la Encarnación de la Palabra / fue cubierta con la sombra del Espíritu, / de nuevo es colmada de gracia por el Don divino / en el nacimiento (del) nuevo pueblo» (Prefacio);
- modelo de la Iglesia. En primer lugar, modelo de oración, ya que Dios, en la Santísima Virgen, nos ha dado «en la Iglesia primitiva / un ejemplo de oración» admirable (Prefacio): «la Madre de Jesús, orando con los apóstoles» (Prefacio, cf. Antífona de entrada [Hch 1, 14], Oración colecta), y «la que esperó en oración la venida de Cristo, / invoca al Defensor prometido con ruegos ardientes» (Prefacio); ejemplo también de concordia, de comunión y de paz (cf. Prefacio, Oración después de la comunión); de obediencia a la voz del Espíritu Santo (cf. Oración sobre las ofrendas); de vigilancia en la expectación de la segunda venida de Cristo (cf. Prefacio); de observancia fiel (cf. Aleluya, Lc 2, 19) y de activa propagación de la Palabra de Dios.

Conviene usar este formulario, cuando lo permitan las normas litúrgicas, en los sábados del Tiempo de Pascua, a excepción del de la Octava, en que se prohíbe toda otra celebración; también en alguno de los días que siguen a la solemnidad de la Ascensión del Señor, y en especial en la Misa matutina del sábado que precede a la solemnidad de Pentecostés.

Introducción

Reunidos en este santo lugar para celebrar el sacificio de Jesús, nos sentimos miembros de la misma primitiva comunidad cristiana que, animada por María, la Madre de Jesús, y presidida por Pedro, vivía de la escucha de la Palabra, de la Fracción del Pan y de la práctica de la caridad.

Antífona de entrada Cf. Hch 1, 14

Los discípulos se dedicaban a la oración en común, junto con María, la madre de Jesús. Aleluya. 

Oración colecta

Señor, Dios nuestro, que colmaste de los dones del Espíritu Santo a la Virgen María en oración con los apóstoles, concédenos, por su intercesión, perseverar en la oración en común, llenos del mismo Espíritu, y llevar a nuestros hermanos el Evangelio de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.


Liturgia de la Palabra

Primera lectura

La "oración común", la escucha de la Palabra, la comunión del Pan eucarístico y la presencia amorosa de la Madre de Jesús, eran los pilares de la comunidad cistiana naciente. Así es también hoy, y lo será hasta el final de los tiempos.

Lo vieron levantarse

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11

Después de la resurrección de Jesús, los apóstoles lo rodearon preguntándole:
– «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»
Jesús contestó:
– «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.»
Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
– «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.»
Entonces los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa, subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.
Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 86, 1-2. 3 y 5. 6-7 (R.: 3)

R. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob. R.

¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
Se dirá de Sión: "uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado". R.

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
"Este ha nacido allí".
Y cantarán mientras danzan:
"todas mis fuerzas están en ti". R.

Aleluya Cf Lc 2, 19

Dichosa es la Virgen María que conservaba la palabra de Dios, meditándola en su corazón. 

Evangelio

"Escuchar la Palabra de Dios y vivirla" es el rasgo característico del auténtico discípulo de Cristo. Nadie lo hizo ni lo hará con mayor enrega y fidelidad que María, la Madre del Señor.

Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra

 + Lectura del santo Evangelio según San Lucas 8, 19-21

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.
Entonces le avisaron:
–Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.
El les contestó:
–Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Los atributos marianos propuestos como introducción a cada una de las preces de esta Oratio fidelium hacen alusión explícita o implícita a las prerrogativas de la Santísima Virgen en tanto Esposa del Espíritu Santo y Cenáculo viviente Suyo:


R. Te rogamos con María, Templo vivo del Espíritu..

-María es Sponsa Spiritus Sancti ("Esposa del Espíritu Santo").
+Por una Iglesia más dócil al Espíritu, más eucarística y más mariana. Oremos.

-María es Regina Apostolorum ("Reina de los Apóstoles").
+Por la salud e intenciones del Sucesor de Pedro. Oremos.

-María es Virgo orans ("Virgen orante").
+Por el reflorecimiento de las vocaciones sacerdotales, religiosas y contemplativas. Oremos.

-María es Mater unitatis ("Madre de unidad").
+Por la congregación de todas las Iglesias cristianas en torno al único Altar de Cristo, "para que el mundo crea". Oremos.

-María es Spes credentibus ("Esperanza para los creyentes").
+Por la liberación de las benditas Ánimas del Purgatorio. Oremos.

Ofertorio

En el Cenáculo de la Nueva Alianza, que es la Iglesia Católica, representada en este templo, llevemos al Altar los dones eucarísticos, y con María, invoquemos al Espíritu, para que por el ministerio del sacerdote, el Dios hecho Pan se haga presente en medio de nosotros.

Oración sobre las ofrendas

Acepta, Padre santo, los dones que te presentamos con alegría, y haz que, imitando a la santísima Virgen, estemos atentos a la voz del Espíritu y en todo busquemos la alabanza de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Prefacio

La Bienaventurada Virgen, orando co los apóstoles, espera la Venida del Defensor

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Porque nos has dado en la Iglesia primitiva
un ejemplo de oración y de unidad admirables:
la Madre de Jesús, orando con los apóstoles.

La que esperó en oración la venida de Cristo
invoca al Defensor prometido con ruegos ardientes;
y quien en la encarnación de la Palabra
fue cubierta con la sombra del Espíritu,
de nuevo es colmada de gracia por el Don divino
en el nacimiento de tu nuevo pueblo.

Por eso la Santísima Virgen María,
vigilante en la oración y fervorosa en la caridad,
es figura de la Iglesia
que, enriquecida con los dones del Espíritu,
aguarda expectante la segunda venida de Cristo.

Por él,
los ángeles y los arcángeles
te adoran eternamente,
gozosos en tu presencia.
Permítenos unimos a sus voces
cantando tu alabanza:

Santo, Santo, Santo.


Comunión

Se encuentra ante nosotros Aquel que se hizo Pan para estar en nosotros: Jesucristo, el Verbo encarnado. Desde los primeros tiempos del cristianismo, hasta hoy y para siempre, el Señor Sacramentado cumple su promesa de permanecer junto a su rebaño.  Recibámoslo, como María, con un corazón agradecido.

Antífona de comunión Hch 2, 42

Los discípulos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Aleluya. 

Oración después de la comunión 

Renueva interiormente, Señor, con el don del Espíritu Santo a quienes alimentas con el único pan de la salvación, y concédenos, bajo el amparo de la Virgen María, trabajar por la concordia y la paz de los hermanos, por quienes Cristo, tu Hijo, se ofreció como víctima de redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Despedida

Con la santa intrepidez de los discípulos del Señor, siguiendo las huellas y el ejemplo de la Virgen del Cenáculo, orante y misionera, vayamos al mundo a testimoniar la buena nueva de la Pascua.


12 de octubre de 2014, domingo XXVIII "durante el año".
Recuerdo de la Aparición de Nuestra Señora del Pilar al Apóstol Santiago.
Entrada dedicada a la Virgen y al protomártir entre los apóstoles.

martes, 7 de octubre de 2014

Misas de la Virgen XVI (Tiempo de Pascua II): "Santa María, fuente de luz y de vida"




Misal: Textos bíblicos y eucológicos (en negro); rúbricas: rojo.
Guion: marrón.
Comentario del blog: azul.

MISA COMPLETA, GUION Y COMENTARIO

Los sacramentos de la iniciación cristiana, que adecuadamente se confieren en la Vigilia pascual, configuran a los catecúmenos a imagen de Cristo: en el baño bautismal los convierten en hijos de Dios, por la santa unción (con el Crisma) y la imposición de manos los llenan del Espíritu Santo y por la recepción del Pan celestial y del Vino, los incorporan a Cristo.
Los santos Padres enseñan con frecuencia que los misterios de Cristo que la Virgen y Madre Iglesia celebra en los sacramentos de la iniciación cristiana se habían «cumplido» en la Virgen Madre María (Prefacio); en efecto, el Espíritu que santifica el seno de la Iglesia -es decir, la fuente bautismal-, para que engendre a los hijos de Dios, santificó el seno de María para que engendrara al Primogénito entre muchos hermanos (cf. Hb 2, 11-15); Y el mismo Espíritu que el día de Pentecostés descendió sobre la Santísima Virgen con abundancia, baja desde el cielo sobre los neófitos en la celebración del sacramento de la confirmación; y la Carne y Sangre que Cristo ofreció por la vida del mundo en el ara de la Cruz y que diariamente ofrece la Iglesia en el Sacrificio eucarístico, son los mismos que la Santísima Virgen dio a luz por nuestra salvación.
En esta Misa se conmemora la función maternal que ejercen en los fieles tanto la Iglesia como la Santísima Virgen. La Maternidad de María precede a la maternidad de la Iglesia, de la que es tipo y modelo (cf. LG 63).
Los textos de la Misa celebran a María como:
- Virgen fecunda (Oración colecta), que «por obra del Espíritu Santo» (Antífona de comunión), engendró a Cristo, Pan de la Vida (cf. Jn 6, 35), con el que los fieles se alimentan en la Iglesia;
- Madre de la luz (Antífona de entrada), porque engendró a Cristo, Luz del mundo (cf. Jn 12, 46; Evangelio 1, Jn 12,44-50);
- modelo de la Iglesia (Antífona de entrada), porque la Iglesia es también virgen y «regenera a los pueblos creyentes por el agua virginal del bautismo» (Antífona de entrada) e, «imitando a la Madre de Cristo» (Oración sobre las ofrendas), ofrece la Oblación eucarística, ya que lo que «en los sacramentos de la Iglesia» se realiza «místicamente... se había cumplido en la Virgen María» (Prefacio);
- santuario de los divinos sacramentos (Antífona de comunión), ya que en su «seno virginal» llevó a Cristo, que es el «Sacramento del Padre», puesto que en Él están escondidos todos los tesoros de salvación y de gracia, y por Él se nos revela el Rostro del Padre (cf. Lc 10, 22; Jn 14, 9).
Este formulario, en cuyos textos resuena la liturgia de la Vigilia pascual, se emplea adecuadamente en los sábados del tiempo pascual, cuando, por causa justa, observando lo que prescribe el derecho, se celebra Misa de Santa María Virgen. 

Los textos bíblicos y eucológicos de la siguiente Misa son una admirable ponencia teológica sobre la relación profunda entre María y la Iglesia, ambas vírgenes y madres a la vez.

Introducción

El gozo pascual propio de estos días resplandece de modo especial en María, "fuente de luz y de vida". Ella, Reina del Cielo, nos remite a su Hijo, Luz del mundo y Vida que no tiene fin. 
¡Cristo, Luz y Vida! Es el misterio que celebramos cada vez que como ahora, actualizamos el Sacrificio del Cordero pascual.

Antífona de entrada

Salve, Madre de la luz, tú engendraste a Cristo permaneciendo virgen y te has convertido en modelo de la Madre Iglesia, que regenera a los pueblos creyentes por el agua virginal del bautismo. Aleluya.

Tan densa como exquisitamente profunda en contenido, la siguiente colecta pide por la misión de la Madre Iglesia, y alude a la fecundidad de María, prototipo de la de la misma Iglesia:

Oración colecta

Señor, concede a la Madre Iglesia que dio a luz a hombres terrenos por naturaleza, pero celestiales por la vida surgida de la fuente virgen del bautismo, poder conducirlos, mediante el Evangelio de la vida y los sacramentos de la gracia, a la plena identificación con Jesucristo, su autor, que nació de la Virgen fecunda y es primogénito entre muchos hermanos y Salvador universal. Que vive y reina contigo. 

Liturgia de la Palabra

Primera lectura

Los sacramentos de la iniciación cristiana, perenne testamento de Cristo, sientan las bases de la Iglesia naciente.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 14a. 36-40a. 41-42

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra:
– «Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías.»
Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
– «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»
Pedro les contestó:
– «Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos.»
Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba.
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres mil.
Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 6-7. 8-9. (R.: 6a)

R. Contempladlo al Señor, y quedaréis radiantes.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

Aleluya

Dichosa eres, santa Virgen María, y digna de alabanza: de ti salió el sol de justicia, Cristo, nuestro Señor. 

Las dos perícopas evangélicas propuestas ad libitum para esta Misa tienen como tópico a Jesucristo, presentado como Luz y Vida en tanto Autor de los sacramentos:

Evangelio

Cristo, Enviado del Padre y nacido de la Virgen María, es la Luz verdadera que disipa las tinieblas del pecado que se ciernen sobre el mundo.
 
Yo he venido al mundo como luz

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 12, 44-50

En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando:
– «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas.
Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, ésa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre.»

Palabra del Señor.

O bien:

Evangelio

El bautismo, al que en esta páina del Evangelio hace mención su mismo Autor, Jesucristo, es la puerta de todos los demás sacramentos. Por él, adquirimos la filiación divina y pasamos a ser coherederos del Reino eterno de Dios.
Lo que nace del Espíritu es espíritu

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 1-6

Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo:
– «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.»
Jesús le contestó:
– «Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.»
Nicodemo le pregunta:
–«¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer? »
Jesús le contestó:
– «Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu.»

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

R. Te lo pedimos por María, fuente de luz y de vida

-Para que Jesucristo, el Sol que nace de lo alto, preserve de toda división a la Iglesia, su mística Esposa. R.

-Para que Jesucristo, Esplendor de la gloria del Padre, proteja de todo peligro al Sumo Pontífice N, su Vicario. R.

-Para que Jesucristo, Evangelio Vivo del Padre, se digne hacer fructífera la labor de los misioneros en el mundo. R.
-Para que Jesucristo, Luz radiante de la Pascua, ilumine los corazones de los que han perdido la fe, ovejas alejadas del rebaño. R.

-Para que Jesucristo, Día sin ocaso, consuele y reconforte a los que son aquejados por enfermedades largas y penosas. R.

-Para que Jesucristo, el Viviente, tenga misericordia de nuestros hermanos difuntos. R.

Ofertorio

El Altar, signo de Cristo, es fuente inagotable de luz y de vida. Hacia él llevemos los dones eucarísticos. Que María, Madre de Aquel que es la Luz Eterna, nos haga comprender la grandeza de los misterios que celebramos.


Oración sobre las ofrendas

Recibe, Padre santo, la ofrenda que te presenta la virgen Iglesia imitando a la Madre de Cristo, para que, congregada en la unidad en todo pueblo y nación, forme un solo cuerpo vivificado por el mismo Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Prefacio

La función de la Virgen María en los sacramentos de la iniciación cristiana

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Porque estableciste, por un don de tu amor,
que en los sacramentos de la Iglesia
se realizara místicamente
lo que se había cumplido en la Virgen María:
la Iglesia da a luz en la fuente del Bautismo
a nuevos hijos concebidos virginalmente por la fe y el Espíritu;
una vez nacidos, los unge con el aceite precioso del Crisma,
para que el Espíritu Santo, que colmó de gracia a la Virgen,
descienda con sus dones sobre ellos;
y además prepara cada día la Mesa a sus hijos,
para alimentarlos con el Pan bajado del cielo,
que la Virgen María dio a luz para vida del mundo,
Jesucristo, Señor nuestro.

Por él,
los ángeles y los arcángeles
te adoran eternamente,
gozosos en tu presencia.
Permítenos unimos a sus voces
cantando tu alabanza:

Santo, Santo, Santo.


Comunión

En María se formó humanamente el Hijo de Dios Vivo. En la Iglesia, por la virtud del Espíritu, se confecciona el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre. Ambas, María y la Iglesia, son, en ese sentido, "fuente de luz y de vida". Recibamos pues, de ellas, el Sacramento de Vida eterna.

Antífona de comunión

Dichosa eres, Virgen María, que, por obra del Espíritu Santo, llevaste en tu seno virginal al Hijo del eterno Padre, y fuiste santuario de los divinos sacramentos. Aleluya. 

Oración después de la comunión

Señor, llena del Espíritu de Cristo a los que has saciado en el banquete de su Cuerpo, para que dirija nuestros actos el que ilumina las sendas de la Iglesia, como un día santificó la vida entera de la Virgen. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Despedida

Como María, hemos bebido de las fuentes del amor y de la vida. Con ella, Virgen misionera, anunciemos a nuestros hermanos que este Banquete es para todos. 


7 de octubre de 2014, memoria litúrgica de Nuestra Señora del Rosario.
Entrada dedicada a ella.