El Patriarca San José, cuya solemnidad ocurre siempre en Tiempo cuaresmal, nos "orienta", por así decirlo, hacia la Semana más importante de todas, en la que Dios desplegó plenamente el manto infinito de su Misericordia sobre la humanidad pecadora.
El Mesías, que el Domingo de Ramos fue aclamado como Rey
por los habitantes de Israel, -muchos de los cuales pedirían su
Crucifixión cinco días después- es Aquel a Quien José honró como Rey
toda su vida, y de cuya Realeza participa ahora para siempre en la
gloria.
El mismo que se hizo Pan de Vida y Sangre de Reconciliación en la Santísima Cena de aquel memorable Jueves, fue alimentado por el trabajo humilde y honesto del Esposo de María.
Las Manos que fueron perforadas por nuestra iniquidad en el primer Viernes Santo de la historia, habían aprendido de San José el oficio de carpintero.
Los Pies que fueron traspasados por nuestros pecados, dieron sus primeros pasos sobre este mundo bajo "la fiel custodia" de José de Nazaret.
El Cuerpo muerto del Redentor, que yació en el seno de la tierra, fue el mismo que acunaba paternalmente en sus brazos el santo Carpintero.
La gloria con la que resplandeció Jesús, en la Noche sagrada y en el Día anhelado de la Resurrección, fue aquella para la que el gran Patriarca vivió piadosamente, murió santamente, y por la que ahora goza eternamente.
Jesús, contemplando física y espiritualmente presente a su
Madre en esta Hora de la Redención, la exalta y la asocia al Misterio
Pascual, ofreciendo al Padre en Sacrificio, la Carne y la Sangre que de
ella había recibido.
También el Salvador une a Sí y enaltece a su humilde Padre
nutricio, porque ofrece al Eterno, en el santo Madero de la Cruz, los
rasgos benditos de su Humanidad, modelada con amor por el mismo que le
había enseñado a tallar la madera.
Que María y José, que prepararon la Víctima para el Supremo
Sacrificio de la salvación del género humano, y consideraron como su
mayor gloria unirse a esta sagrada Oblación, nos enseñen a celebrar con fervor y a vivir
en plenitud el inefable Misterio de nuestra Redención.
18 de marzo de 2016, primeras vísperas de la solemnidad de San José. (Entrada dedicada a San José de Nazaret, patrono de este blog).
(Última actualización de la entrada: 18/03/17).
(Última actualización de la entrada: 18/03/17).
Tránsito de San José |
Gracias Señor por darnos la dicha de compartir con nosotros a tan gran y santo varón como protector y modelo de santidad. Felicitaciones por la inspiración !!!
ResponderEliminarGracias por compartir tan bella reflexión y te digo q somos hijos de tan Justo Varón !!!
ResponderEliminarHermoso, se me llenaron los ojos de lágrimas.
ResponderEliminarHija de Maria y José, siempre.