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miércoles, 27 de julio de 2016

Bendición de un nuevo hospital


 


Texto comentado

Bendicional:
en negro; (oración de bendición: negrita cursiva).

 
(Se conservan los números de secciones y parágrafos tal y como se hallan en el Bendicional: negrita. También en negrita me permito realzar algunas cuestiones litúrgicas del texto del Bendicional, incisos que, a mi criterio, merecen especial consideración).
Comentarios del blog: azul.

El capítulo XV del Bendicional, en el elenco de las "bendiciones de construcciones y actividades", ofrece la siguiente "bendición de un nuevo hospital o centro para enfermos":

BENDICIÓN DE UN NUEVO HOSPITAL O DE CUALQUIER CENTRO DESTINADO AL CUIDADO DE LOS ENFERMOS

647. Todas las casas destinadas al cuidado de los enfermos pueden con razón ser consideradas como un signo de la fidelidad con que los discípulos de Cristo observan el mandato evangélico de atender a los enfermos. En la inauguración de estos establecimientos, se ofrece la oportunidad pastoral de reunir a la comunidad cristiana y hacer que los fieles comprendan mejor el significado de la enfermedad y la importancia que reviste la medicina en los designios de la providencia divina.

648. Esta bendición no se refiere directamente a los enfermos, sino más bien a los que de algún modo los atienden y los sirven. Por lo mismo, la bendición del hospital no debe hacerse sin la participación de los médicos y demás personas que tienen a su cargo el cuidado de los pacientes.

649. Este rito pueden utilizarlo el presbítero o el diácono, los cuales, respetando su estructura y elementos principales, podrán adaptar cada una de sus partes para que la celebración se acomode mejor a las circunstancias del lugar y de las personas.

A diferencia de otras bendiciones del Bendicional, esta solo la puede presidir un ministro ordenado, como lo especifica el punto anterior.

650. En aquellos lugares donde se celebra cada año, durante el tiempo pascual o en otro tiempo determinado, la bendición en los hospitales o casas de salud, se preparará una celebración que tenga en cuenta a los enfermos, a los médicos y a los enfermeros, utilizando para ello los principales elementos de este Rito y el de la bendición de los enfermos, capítulo II, núms. 297-320 (son las páginas de la edición española del Bendicional, que contienen la bendición de los enfermos, a la que he dedicado otra entrada). 

Pueden ser fechas oportunas para bendecir estos lugares: 

-La Jornada Mundial de los enfermos, que se celebra en la memoria litúrgica de "Nuestra Señora de Lourdes", el 11 de febrero o en la fecha en que la hubieren estipulado las diferentes Conferencias Episcopales, con la autorización de la Santa Sede. 

-La festividad de diferentes santos relacionados con la medicina y con los enfermos: san Rafael arcángel (29/9 y 24/10), el evangelista san Lucas (18/10), san Juan de Dios (08/03), san Camilo de Lelis 14/07), santos Cosme y Damián (26/09), san Pantaleón (27/07), san José Moscati (12/04), santa Juana Beretta Molla (28/04), y tantos otros.

RITO DE LA BENDICIÓN

RITOS INICIALES

651. Reunida la comunidad en el lugar adecuado, después de un canto conveniente el celebrante dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Todos se santiguan y responden:

Amén.

652. Luego el celebrante saluda a los presentes diciendo:

Jesús, el Señor, que recomendó a sus discípulos que atendieran a los enfermos y les proporcionaran alivio, esté con todos vosotros.

U otras palabras adecuadas, tomadas preferentemente de la sagrada Escritura.

Todos responden:

Y con tu espíritu.

O de otro modo adecuado.

653. El celebrante dispone a los presentes para recibir la bendición, con estas palabras u otras semejantes:

El Padre de misericordia y Dios del consuelo, que por medio de su Hijo nos alienta en el Espíritu Santo, ama y bendice de un modo especial a los que se encuentran atribulados, a los enfermos y a todos los que atienden y sirven a los enfermos.
Los enfermos, en efecto, no sólo completan en su carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo, que es la Iglesia, sino que además representan en cierto modo al mismo Cristo, que afirmó que está presente en los enfermos y considera como dirigida a Sí mismo cualquier atención que se tenga con ellos. Es justo, por tanto, que imploremos la bendición divina sobre los enfermos que (viven) vivirán en esta casa y sobre las personas que en ella se (dedican) dedicarán generosamente a atenderlos, y, por tanto, también sobre esta casa, destinada al cuidado de los enfermos.

Sugestivo es el uso del futuro gramatical ("vivirán") en la monición precedente, da cuenta de que la bendición del lugar, incluye a los que lo habitan o lo habitarán.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

654. Luego el lector, uno de los presentes o el mismo celebrante, lee un texto de la Sagrada Escritura.

Mt 4, 23-25: Traían a Jesús los enfermos, y él los curaba 

Escuchad ahora, hermanos, las palabras del santo Evangelio según san Mateo:

Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba. Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.

Palabra del Señor.

655. Pueden también leerse: Si 38, 1-14; 2 Co 1, 3-7; Mt 25, 31-46; Lc 10, 30-37.

656. Según las circunstancias, se puede decir o cantar un salmo responsorial u otro canto adecuado.

Salmo responsorial

Is 38, 10. 11. 12abcd. 16b-17 (R.: cf. 17a)

R. Tú, Señor, detuviste mi alma ante la tumba vacía.

Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años.» R.

Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo. R.

Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor, devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.» R.

Me has curado, me has hecho revivir,
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis pecados. R.

657. O bien:

Sal 101 (102), 2-3. 24-25

R. (2) Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

658. El celebrante, según las circunstancias, exhorta brevemente a los presentes, explicándoles la lectura bíblica, para que perciban por la fe el significado de la celebración.

PRECES

659. Sigue la plegaria común. Entre las invocaciones que aquí se proponen, el celebrante puede seleccionar las que le parezcan más adecuadas o añadir otras más directamente relacionadas con las circunstancias del momento o de las personas. (Las "preces" son la parte que más adaptaciones permite en cada rito de bendición. En efecto, nunca falta esta aclaración en las bendiciones propuestas por el Bendicional).

Supliquemos con humildad a Cristo, el Señor, que vino al mundo para curar a los enfermos y consolar a los afligidos:

R. Bendice, Señor, a los que en ti confían.

Tú que viniste a curar a los enfermos y sanar los corazones afligidos,
—toma posesión de esta casa destinada al cuidado de los enfermos. R.

Tú que, proclamando el Evangelio del reino, curabas las enfermedades y dolencias del pueblo,
muestra a todos tu misericordia y tu bondad. R.

Tú que tocabas a los enfermos y quedaban curados,
—presta el auxilio de tu gracia a los enfermos que aquí serán (son) atendidos. R.

Tú que encomendaste a los, apóstoles que curaran a los enfermos,
—escucha las súplicas de tu Iglesia, que pide la salud para ellos. R.

Tú que prometiste el premio celestial a los que en tu Nombre visiten y consuelen a los enfermos,
—infunde en nosotros sentimientos de compasión, para que sepamos descubrirte y amarte en los hermanos enfermos. R.

ORACIÓN DE BENDICIÓN

660. El celebrante, con las manos extendidas, dice la oración de bendición:

Señor, Dios nuestro, cuyo Hijo, movido por la fuerza del Espíritu Santo, curó nuestras enfermedades y dolencias y, al enviar a los discípulos a proclamar el Evangelio, les mandó que visitaran y curaran a los enfermos, concédenos, por tu bondad, que todos los que vivan (viven) en este lugar encuentren un trato humano y unas atenciones llenas de solicitud por parte de los médicos y sus ayudantes y que, al salir de aquí, recuperada la salud del cuerpo y del espíritu, alaben para siempre tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

661. O bien:

Bendito seas, Dios y Padre nuestro, que, por medio de tu Hijo, encomendaste al pueblo que anda en una vida nueva el cuidado y la solicitud por los enfermos; atiende nuestras súplicas: que este lugar sea, por la gracia del Espíritu Santo, una casa de bendición y una escuela de caridad; que los médicos ejerzan sabiamente su profesión, que los que cuidan de los enfermos practiquen este servicio con solicitud, que los fieles vengan aquí para visitar a Cristo en la persona de los hermanos, y, los enfermos, confortados por el amor de todos, recuperen pronto la salud y te den gracias por este gran beneficio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

662. Después de la oración de bendición, el celebrante rocía con agua bendita a los presentes y la casa, mientras se interpreta un canto adecuado.

CONCLUSIÓN DEL RITO

663. El celebrante concluye el rito, diciendo, con las manos extendidas sobre los presentes:

Dios, consuelo de los afligidos y fuerza de los débiles, que os ha reunido para la inauguración y bendición de esta casa, destinada al cuidado de los enfermos, os fortalezca con su gracia, para que, prestando a los enfermos una asistencia llena de amor y solicitud, sirváis fielmente en ellos al mismo Cristo, el Señor. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

R. Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo  y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.

R. Amén.

664. Es aconsejable terminar el rito con un canto adecuado.


27 de julio de 2016, conmemoración de San Pantaleón, mártir. Entrada dedicada a él.

lunes, 25 de julio de 2016

Guion: Domingo XVIII del Tiempo Ordinario






Formulario de Misa: aquí.

 
Ciclo C

Introducción

Aunque a veces estemos demasiado atados a los bienes terrenales, nuestra incontenible sed de Dios nos ha atraído hacia este recinto sagrado, en donde se nos ofrecen gratuitamente los bienes celestiales por excelencia: la Palabra de Verdad y el Pan de Vida.
Acojámoslos con reverencia y gratitud, para que aprendamos a vivir en esta Tierra con la mirada fija en el Cielo.



Primera lectura: Ecl. 1, 2; 2, 21-23

Elegir a Dios es poseer todo lo necesario, pregustando, desde la vida terrena, la eternidad". (S.S. Benedicto XVI, Ángelus, 1°/08/10).

Segunda lectura: Col. 3, 1-5. 9-11

San Pablo nos enseña que "el hombre no puede encerrar el horizonte de su vida en la temporalidad" (Cf. San Juan Pablo II, Homilía, 03/08/80), sino que debe aspirar a "los bienes del Cielo".

Evangelio: Lc. 12, 13-21

"El hombre que confía en el Señor (...) no teme las adversidades de la vida, ni siquiera la realidad ineludible de la muerte". Este "es el hombre que ha adquirido un corazón sabio". (S.S. Benedicto XVI, Ángelus, 1°/08/10).


Oración de los fieles

Las siguientes preces -traducidas al español de los diferentes idiomas en que fueron pronunciadas y con algunas adaptaciones- están tomadas del formulario del Misal del Viaje Apostólico de Su Santidad Francisco a Cracovia (Polonia), entre el 27 y el 31 de julio de 2016, con motivo de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud. Corresponden a la Misa de este mismo Domingo XVIII del Tiempo Ordinario, Jubileo de los jóvenes, en el Año Santo de la Misericordia:

A Dios, rico en misericordia, elevemos nuestra oración confiada.

R. Escúchanos, Padre de misericordia.

 -Oremos por la Santa Iglesia de Dios.

+Dios Misericordioso, fortalece a tu Iglesia, para que en las obras y en las enseñanzas sea capaz de mostrar el valor de la dignidad humana y del amor desinteresado. R.

-Oremos por los legisladores y gobernantes.

+Dios misericordioso, da a los responsables de las naciones un verdadero amor por todo hombre y la voluntad de trabajar generosamente al servicio de los ciudadanos. R.

-Oremos por los jóvenes.

+Dios misericordioso, dirige tu mirada llena de amor hacia los jóvenes de los cinco continentes; dales un corazón puro y generoso, para que sean capaces de construir un mundo mejor. R.

-Oremos por los pobres y por los más humildes.

+Dios misericordioso, que conoces las necesidades y anhelos de todo hombre, haznos generosos y solícitos frente a las necesidades de los hermanos. R.

-Oremos por aquellos que padecen persecución.

+Dios misericordioso, muchos de nuestros hermanos son perseguidos a causa de su fe; hazlos sentir tu cercanía e inspíranos el modo de sostenerlos en el camino de la vida. R.

-Oremos por la familia de Dios congregada hoy aquí.

+Dios misericordioso, bendice a todos los que estamos participando de esta celebración; que en la luz de la Divina Misericordia se refuercen los vínculos de la comunión Contigo y con nuestros hermanos. R.

Oración conclusiva

"Dios, rico en misericordia, no apartes de nosotros tu mirada llena de amor, aumenta la fe que confesamos, y por la intercesión de san Juan Pablo II y de santa Faustina Kowalska, heraldos de tu infinita Misericordia, haz de nosotros verdaderos testigos del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

O bien:

Las intercesiones que siguen, con las necesarias adaptaciones, se extrajeron de la Liturgia de la Palabra presidida por el Papa Francisco en Lac Ste. Anne, el 26 de julio de 2022, en el marco de su Viaje Apostólico a Canadá:

Pidamos a Dios, Creador y Padre nuestro, que escuche las oraciones que le dirigimos con espíritu filial:

R. Señor, escucha nuestras plegarias.

-Por el Santo Padre, los obispos, los presbíteros y por cuantos nos transmiten la fe que recibieron de nuestros padres, para que con su ayuda y ejemplo, podamos perseverar en el testimonio alegre y coherente del Evangelio. R.

-Por las autoridades gubernamentales y por todos los que tienen responsabilidades en el orden nacional o en otros estratos, para que nos guíen por los senderos del bien y la solidaridad. R.

-Por las personas ancianas y, en particular, por los abuelos, para que su vida sea una bendición para todos, con los dones de la sabiduría, la experiencia y la custodia de nuestras raíces. R.

-Por todos nosotros reunidos aquí, para que seamos renovados por una nueva efusión del Espíritu Santo, podamos recibir el don de la plenitud de vida y caminar en la justicia y la paz. R.

Oración conclusiva

"Padre, oye el clamor de tu pueblo en oración y muéstranos, una vez más, tu bondad infinita. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

O bien:

A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Dios, Principio y Fin de todas las cosas, que en Cristo, tu Hijo, nos has llamado a poseer el Reino, haz que trabajando con nuestra fuerza para someter la Tierra, nos nos dejemos dominar por la codicia y el egoísmo, sino que seamos siempre conscientes de qué es lo verdaderamente valioso para Ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


Ofertorio

"La caridad es amor recibido y ofrecido" (S. S. Benedicto XVI, Carta Encíclica Caritas in veritate, 5).  

En efecto, el amor de Dios nos ha entregado los dones que ahora a Él mismo Le presentamos,  para que haga de ellos el Sacramento del Amor por excelencia.


Comunión

"Salve, verdadero Cuerpo, nacido de María Virgen". (Cf. Himno Ave verum Corpus).

Con esta venerable aclamación eucarística, santo Tomás de Aquino, confiesa que el mismísimo Cuerpo que fue concebido en el seno de la Virgen Madre, es el que en la comunión eucarística recibimos sacramentalmente como Pan de Vida. 

En el silencio de nuestro corazón, adoremos a Aquel que, por rescatar a quienes creó del barro, se hizo para ellos Pan y Vino.


Despedida

Habiendo saboreado los bienes celestiales, apartémonos de todo lo que sea vano y marchemos libres tras las huellas del Divino Maestro.


25 de julio de 2016, fiesta del Apóstol Santiago.
Entrada dedicada a él.
(Última actualización de la entrada: 28/07/22).

miércoles, 20 de julio de 2016

Bendición e imposición de un Escapulario






Texto comentado
 
Bendicional:
en negro; (oración de bendición: negrita cursiva).
 
(Se conservan los números de secciones y parágrafos tal y como se hallan en el Bendicional: negrita. También en negrita me permito realzar algunas cuestiones litúrgicas del texto del Bendicional, incisos que, a mi criterio, merecen especial consideración).
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El capítulo XLV del Bendicional, en el repertorio de bendiciones que atañen a los objetos de devoción, incluye el subsiguiente rito de "bendición e imposición del Escapulario":

(Para la bendición e imposición del Escapulario de la Santísima Virgen del Carmen, hacer clic aquí: Escapulario del Carmen).

BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DEL ESCAPULARIO

1394. La bendición e imposición del escapulario debe hacerse, siempre que sea posible, dentro de una celebración comunitaria. Cuando se trata de una imposición del escapulario por la que los fieles son admitidos a la cofradía de algún Instituto religioso, tal admisión debe hacerla un miembro o un ministro debidamente delegado por la autoridad competente del mismo Instituto.

Se quiere destacar en el punto anterior que el rito en cuestión no es un mero hecho individual y aislado sino un acontecimiento de gracia en el orden comunitario.

1395. Para la bendición e imposición, hay que emplear un escapulario de la forma y materia determinadas por la cofradía o asociación de que se trata; posteriormente, puede substituirse por una medalla bendita.

El adverbio "posteriormente" deja en claro que durante el rito de la bendición ha de usarse el escapulario del material tradicional, el cual en adelante puede ser sustituido por una medalla bendita. Es tradición que si se trata de un escapulario mariano, la medalla que lo sustituya, posea de un lado, una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, y del otro, la de cualquier advocación de María. El más conocido de los escapularios es el de la Orden de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo. La concesión del voluntario reemplazo por una medalla tuvo su origen en las zonas tórridas en que las altas temperaturas provocaban la rápida desintegración de los escapularios de tela.

1396. Para el ingreso en una cofradía en la cual uno se hace partícipe espiritualmente de algún Instituto religioso, hay que tener en cuenta las normas peculiares determinadas por cada Instituto y observarlas íntegramente. (Así de respetuosa es la Iglesia de las autoridades por ella reconocidas como tales en los diversos institutos y congregaciones).

RITO DE LA BENDICIÓN

RITOS INICIALES

1397. Reunido el pueblo, o por lo menos los miembros de la cofradía, el celebrante se dirige hacia ellos, mientras se canta oportunamente algún himno relacionado con la celebración. Terminado el canto, el celebrante dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Todos se santiguan y responden:

Amén.

1398. Luego el celebrante saluda a los presentes, diciendo:

La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, de Quien, por el Hijo nacido de la Virgen, procede todo bien, estén con todos vosotros.

U otras palabras adecuadas, tomadas preferentemente de la Sagrada Escritura.

Todos responden:

Y con tu espíritu.

O de otro modo adecuado.

1399. El celebrante dispone a los presentes para la celebración del rito, con estas palabras u otras semejantes:

Dios se vale de unos signos humildes para manifestar su gran misericordia para con nosotros. También el hombre adopta estos signos tan humildes para expresar sus sentimientos de gratitud,  para mostrar su voluntad de servir a Dios y su propósito de ser siempre fiel a su consagración bautismal. Este escapulario, que es considerado como un signo de ingreso en la confraternidad con la Orden religiosa de N., aprobada por la Iglesia, expresa una voluntad definida de participar del espíritu de dicha Orden. Esto equivale a renovar el propósito bautismal de revestirnos de Cristo, con la ayuda de la Virgen María, que desea en gran manera que seamos imitadores de Cristo, para alabanza de la Santísima Trinidad, hasta que, vestidos con el traje de bodas, seamos introducidos en la patria celestial.

La monición anterior puntualiza las finalidades (las remarqué en negrita) del uso devoto de los objetos de devoción, a los que llama "signos humildes" (en este caso, el Escapulario). He destacado también con el subrayado la expresión "aprobada por la Iglesia", para hacer patente que se da por hecho que cuando se solicita la "bendición de un Escapulario", este pertenece a una congregación o instituto que cuenta con la autorización canónica de la Iglesia.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

1400.
Luego, el lector, uno de los presentes o el mismo celebrante, lee un texto de la Sagrada Escritura, seleccionado principalmente entre los que en el Leccionario tratan de la Santísima Trinidad, de los Misterios del Señor o de Santa María Virgen. Puede escogerse algún texto que tenga relación con el espíritu del Instituto religioso al que está adherida la cofradía.

1401. O bien:

(En comparación con la mayoría de las lecturas bíblicas propuestas por el Bendicional para las diversas bendiciones, la siguiente es excepcionalmente extensa. Es que la Iglesia encuentra aquí claramente expuesto el misterio de la morada terrena del cuerpo y la celestial, del desnudamiento y el revestimiento espirituales, a los que dice relación el Escapulario. De hecho, originalmente este era un hábito, que fue reduciéndose de tamaño, y que hace alusión al "revestimiento de Cristo" que implica la adopción del hábito de la Orden o del objeto piadoso que lo representa). El tópico de la "vestidura" será oportunamente retomado en las Preces del rito (Cf. Infra).

2 Co 4, 13—5, 10: No querríamos desnudarnos del cuerpo, sino ponernos encima el otro

Escuchad ahora, hermanos, las palabras del apóstol san Pablo a los Corintios:

Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito:
«Creí; por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios. Por eso, no nos desanimamos. Aunque nuestro hombre exterior se vaya deshaciendo, nuestro interior se renueva día a día. Y una tribulación pasajera y liviana produce un inmenso e incalculable tesoro de gloria. No nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve. Lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno.
Es cosa que ya sabemos: Si se destruye este nuestro tabernáculo terreno, tenemos un sólido edificio construido por Dios, una casa que no ha sido levantada por mano de hombre y que tiene una duración eterna en los cielos; y, de hecho, por eso suspiramos, por el anhelo de vestirnos encima la morada que viene del cielo, suponiendo que nos encuentre aún vestidos, no desnudos. Los que vivimos en tiendas suspiramos bajo ese peso, porque no querríamos desnudarnos del cuerpo, sino ponernos encima el otro, y que lo mortal quedara absorbido por la vida. Dios mismo nos creó para eso y como garantía nos dio el Espíritu. En consecuencia, siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe. Y es tal nuestra confianza, que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor. Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarle. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir premio o castigo por lo que hayamos hecho mientras teníamos este cuerpo.

1402. El celebrante hace la homilía, en la cual explica a los presentes el significado de la celebración.

PRECES

1403. Sigue la plegaria común. Entre las intercesiones que aquí se proponen, el celebrante puede seleccionar las que le parezcan más adecuadas o añadir otras más directamente relacionadas con las peculiaridades de los fieles o las circunstancias del momento.

Teológicamente exquisita y densa la siguiente monición introductoria de las Preces:

Apoyados en la intercesión de María, que entretejió la vestidura de nuestra condición mortal para el Verbo, encarnado por nosotros en ella por obra del Espíritu Santo, para que nosotros pudiéramos participar de la gracia del que es nuestro Hermano primogénito y vivir la alabanza de Dios, invoquemos al Padre, diciendo:

R. Concédenos, Señor, que nos vistamos de Cristo.

Tú que dispusiste que tu Hijo amado se vistiera de nuestra carne, para que, por medio de él, los hombres participaran en Cristo de tu vida,
—haz que nos llamemos y seamos siempre hijos tuyos. R.

Tú que quisiste que Cristo fuera en todo como nosotros, menos en el pecado, para que, siguiéndolo, seamos imagen de tu Hijo,
—concédenos imitar de tal manera a Cristo que te agrademos en todo. R.

Tú que llamas a los hombres al banquete de la gracia, cubiertos con la vestidura nupcial de tu reino, con el fin de revelarles tu gloria,
—enséñanos a servirte con fidelidad. R.

Tú que por boca del Apóstol nos exhortas a ser en el mundo la fragancia de Cristo,
—haz que reconozcamos en los hermanos el signo de la presencia de Cristo. R.

Tú que nos embelleces con la vestidura de la santidad y la justicia, para que vivamos para ti en el Espíritu Santo, mostrando así la santidad de la Iglesia,
—haz que nuestra santidad vaya siempre en aumento, para que cooperemos generosamente en la salvación de nuestros hermanos. R.

Tú que en la persona de Cristo no dejas de bendecirnos con toda clase de bienes espirituales, hasta el momento en que, vestidos con el ropaje nupcial, salgamos a su encuentro,
—haz que, por la intercesión de la Virgen María, pasemos felizmente de la muerte a la vida.R.

El rito distingue a continuación la oración de bendición y la de imposición:

ORACIÓN DE BENDICIÓN

1404. El celebrante, con las manos extendidas, añade:

Oh, Dios, inicio y complemento de nuestra santidad, que llamas a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad a los que han renacido del agua y del Espíritu Santo, mira con bondad a estos servidores tuyos, que reciben con devoción este escapulario para alabanza de la Santísima Trinidad (en honor de la Pasión de Cristo/en honor de Santa María Virgen), y haz que sean imagen de Cristo, tu Hijo, y así, terminado felizmente su paso por esta vida, con la ayuda de la Virgen Madre de Dios, sean admitidos al gozo de tu mansión. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

IMPOSICIÓN DEL ESCAPULARIO

1405. Luego, el celebrante impone el escapulario a los candidatos, diciendo las siguientes palabras u otras semejantes del Ritual propio (entiéndase "de la Orden"):

a) Para el escapulario en honor de la Santísima Trinidad o de los Misterios de Jesucristo

Recibe este hábito, por el cual quedas admitido en la cofradía de la Familia religiosa de N.; dedicada a la Santísima Trinidad (a la Pasión de Jesucristo /al Misterio de... de Jesucristo), y compórtate de tal manera que, con la ayuda de la Santísima Virgen, para gloria de la Santísima Trinidad y para el bien de la Iglesia y de los hombres, te esfuerces cada día más en vestirte de Cristo, que nos redimió con su Sangre.

R. Amén.

b) Para el escapulario en honor de Santa María Virgen

Recibe este hábito, por el cual quedas admitido en la cofradía de la Familia religiosa de N./ dedicada a Santa María Virgen, y compórtate de tal manera que, con la ayuda de la Santísima Virgen, para gloria de la Santísima Trinidad y para el bien de la Iglesia y de los hombres, te esfuerces cada día más en vestirte de Cristo y hacer que su vida se manifieste en la tuya.

R. Amén.

1406. Según las circunstancias, el celebrante pronuncia en voz alta la fórmula de imposición una sola vez para todos.

Todos a la vez responden: Amén, y se acercan al celebrante para recibir el escapulario.

1407. El celebrante, vuelto hacia los nuevos cofrades, les dice:

Por la bendición de este escapulario, habéis sido admitidos en la Familia religiosa de N, para que podáis servir con mayor dedicación a Cristo y a su Iglesia, dentro del espíritu de la misma Orden. Para que lo consigáis con más perfección, yo, con la potestad que se me ha concedido, os admito a la participación de todos los bienes espirituales de esta Familia religiosa.

"Servir con mayor dedicación a Cristo y a su Iglesia". El rito pretende destacar con esta expresión el hecho de que cada cofradía, pertenece a una Orden, Congregación o Asociación que no es un grupo sectario y aislado de fieles que viven y anuncian la idea que ellos mismos se han forjado de lo que es Cristo, sino a la fe bimilenaria de la Iglesia, único intérprete autorizado de la fe del Redentor.

1408. El celebrante, después de haberlos instruido sobre los deberes y obligaciones de la cofradía, los rocía a todos con agua bendita, sin decir nada.

CONCLUSIÓN DEL RITO

1409. El celebrante concluye el rito, diciendo:

El Dios todopoderoso os bendiga con su misericordia y os llene de la sabiduría eterna.

R. Amén.

Él aumente en vosotros la fe y os dé la perseverancia en el bien obrar.

R. Amén.

Atraiga hacia sí vuestros pasos y os muestre el camino del amor y de la paz.

R. Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso,

Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.

R. Amén.

U otra fórmula de bendición, relacionada con el título del escapulario.  

(Por ejemplo, si se trata del Escapulario de la Virgen del Carmen, se puede impartir la "Bendición solemne de la Santísima Virgen María", tal y como figura en el Misal, u optarse por alguna de las que están en la Collectio Missarum de Beata Maria Virgine).

1410. Es aconsejable terminar el rito con un canto adecuado.


20 de julio de 2016, memoria litúrgica de san Apolinar, obispo y mártir.
Entrada dedicada a él.

lunes, 18 de julio de 2016

Guion: Domingo XVII del Tiempo Ordinario


Santos Joaquín y Ana



Ciclo C


En el cuarto domingo de julio, por decisión del Sumo Pontífice Francisco, desde 2021 se celebra a perpetuidad la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores. Es una fecha cercana o coincidente con la memoria litúrgica de los santos Joaquín y Ana, padres de la Santísima Virgen y Abuelos del Señor (imagen). En la Misa, se ha de tener una particular intención por las personas de la tercera edad.
 
 
Introducción

Hermanos, nos dice el Nuevo Catecismo de la Iglesia (n. 1356):

"Si los cristianos celebran la Eucaristía desde los orígenes, y de forma que, en su sustancia no ha cambiado a través de la gran variedad de épocas y de liturgias, sucede porque sabemos que estamos sujetos al mandato del Señor, dado la víspera de su Pasión: 'Haced esto en memoria mía´ (I Cor. 11, 24-25).

Sumémonos entonces, a la muchedumbre de cristianos que nos precedieron y cumplamos con gozo el mandato del Señor, seguros de que Él no nos hará faltar jamás su compañía y su auxilio.

 
Primera lectura: Gén. 18, 20-21. 23-32

"Aprender a rezar quiere decir aprender quién es el Padre y adquirir una confianza absoluta en Aquel que nos ofrece este don cada vez más grande", el de la oración. (San Juan Pablo II, Homilía en Castengaldolfo, 27/07/80).

Segunda lectura: Col. 2, 12-14

Por el Misterio de su Cruz, el Señor nos purifica de nuestros pecados. Que Él mismo nos ilumine para no cerrar el corazón a su gracia salvadora.

Evangelio: Lc. 11, 1-13

El Padrenuestro es llamado "oración dominical", es decir, la plegaria que del Señor. En efecto, brota del mismo Corazón de Jesús, que se dirige a su Padre haciendo suyas nuestras propias voces.


Oración de los fieles


Las siguientes preces, adaptadas, corresponden al Misal del Viaje Apostólico del Papa Francisco a Armenia, que tuvo lugar entre el 24 y el 26 de junio de 2016. Se trata del formulario empleado en la Santa Misa votiva "de la Miseridordia de Dios", que el Pontífice presidió el 25 de junio en Gyumri:

Queridos hermanos, animados por el Espíritu Santo, fuente de verdad, amor y unidad, dirijamos al Señor nuestras invocaciones:

R. Escucha, Señor, y ten piedad.

-Guarda a la Iglesia, tu Esposa, Señor: confírmala en la verdadera fe, custódiala en la caridad, e ilumina su misión con la esperanza. R.

-Bendice, Señor, al Santo Padre N, a los cardenales y patriarcas, a los obispos y sacerdotes: dales tu paz y haz que todos sean uno. R.

-Ilumina la mente de los gobernantes y de cuantos se dedican al servicio del bien común: que nuestros pueblos tengan justicia, serenidad y paz. R.

-Convierte los corazones de los pecadores, de los incrédulos y de los sembradores de odio: cólmalos de tu Misericordia y de tu amistad. R.

-Suscita numerosas vocaciones al sacerdocio: que por todas partes tu Evangelio sea anunciado, el Sacrificio del Amor celebrado y tu perdón dispensado. R.

-Inclínate una vez más con ternura hacia los pobres, los enfermos y las personas que viven en soledad: que todos experimenten tu presencia consoladora. R.

-Muestra tu Rostro a todos los bautizados: que nada los distraiga de tu voluntad y que se acreciente su deseo de la santidad. R.

-Consuela y fortalece, Padre, a los ancianos: que la intercesión de los santos Joaquín y Ana, padres de María Virgen, abuelos de Jesús y patronos de la tercera edad, los haga sabios en el testimonio y generosos en la ofrenda de sus debilidades por la salvación del mundo. R.

Oración conclusiva

"Acoge, Señor, nuestra plegaria, y haz descender con abundancia sobre nosotros tu Misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor".

O bien:

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, corresponden al formulario empleado por el Papa Francisco, en la "fiesta" de los santos Joaquín y Ana, padres de la Santísima Virgen, el 26 de julio de 2022, en Edmonton, en el marco de su Viaje Apostólico a Canadá:

Con la confianza puesta en el Señor, que nos libra de todo peligro, presentémosle nuestras peticiones:

R. Señor, escucha nuestra plegaria

-Por la Santa Iglesia de Dios, para que viva fielmente su misión de ir y hacer discípulos a todos los pueblos, anunciando el Evangelio de Cristo. Roguemos al Señor. R.

-Por los gobernantes de las naciones, para que sirvan al bien común, buscando el auténtico progreso de todos los hombres y mujeres. Roguemos al Señor. R.

-Por todos los ancianos y abuelos, para que sean apreciados y tratados con especial cuidado, y ofrezcan a los niños, su compañía; a los jóvenes, el consejo; y a los adultos, la sabiduría de los años. Roguemos al Señor. R.

-Por la reconciliación de los que están enemistados y por los que estamos aquí presentes, para que, en torno a la Mesa de la Eucaristía, nos reconozcamos como hijos de un único Padre y hermanos entre nosotros. Roguemos al Señor. R.

Oración conclusiva

"Recibe nuestras oraciones, Señor, y concédenos lo que necesitamos, pues te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, que es nuestro Señor, por los siglos de los siglos. Amén".

A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:
 
"Revélanos, Padre, el misterio de la oración filial de Cristo, nuestro Hermano y Salvador, y danos tu Espíritu, para que invocándote confiadamente y con perseverancia, como Él nos ha enseñado, crezcamos en la experiencia de tu amor. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén".



Ofertorio

"Desde la Encarnación en el seno de la Virgen hasta el último aliento sobre la Cruz, la Vida de Jesús es un holocausto incesante, una entrega perseverante a los designios del Padre"(Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Año de la Eucaristía: Sugerencias y propuestas, n. 24. 15/10/2004).

Aprendamos del Señor a vivir en actitud de ofrenda al Padre. Con estos sentimientos, presentemos los dones eucarísticos de esta Misa.

 

Comunión

Así como no podemos subsistir sin el pan del sustento diario, los cristianos también necesitamos de este Pan espiritual que es el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. No dejemos de pedir al Padre que nos dé el "pan de cada día", tanto el material como el celestial.

 

Despedida

Al concluir la celebración, reflexionemos con las palabras de san Juan Pablo II:

"La despedida, al finalizar la Misa, (...) impulsa al cristiano a comprometerse en la propagación del Evangelio y en la animación cristiana de la sociedad" (Mane nobiscum, Domine, 24). 


18 de julio de 2016, lunes de la semana XVI del Tiempo Ordinario.
Entrada dedicada al Padre Eterno.
(Última actualización de la entrada: 21/07/22).

sábado, 16 de julio de 2016

Bendición e Imposición del Escapulario del Carmen

                                               


Texto comentado

Texto oficial: negro. Resaltado del blog: negrita.
Comentarios del blog: azul.
  
En una entrada anterior, he compartido con ustedes el rito de bendición e imposición de cualquier escapulario, tal y como consta en el Bendicional. Ahora bien, el 16 de enero de 1996, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, por mandato de Su Santidad Juan Pablo II, aprobó un nuevo y específico "Rito de bendición e imposición del Escapulario de Nuestra Señora del Carmen", el cual, glosado con comentarios, comparto con los lectores a continuación:


I. INTRODUCCIÓN

1. La bendición e imposición del Escapulario de la B. V. María del Monte Carmelo se hará preferentemente durante una celebración comunitaria.

2. La imposición del Escapulario comporta la agregación a la Familia carmelita. Tienen facultad de bendecir el Escapulario los sacerdotes y diáconos; pueden también imponerlo otras personas autorizadas. Es decir, cualquier sacerdote, siempre que no esté impedido por alguna norma canónica, puede bendecir e imponer el Escapulario.

3. Para la bendición e imposición debe usarse el Escapulario del Carmen en su forma tradicional. Después puede sustituirse por la medalla.

4. La bendición e imposición del Escapulario se realiza según los ritos y las oraciones que siguen. La celebración comprende los ritos iniciales, la lectura de la Palabra de Dios y las preces, la oración de bendición e imposición del Escapulario y los ritos conclusivos. Así se expresa de manera completa el sentido que tiene el Escapulario en la vida de los fieles que lo reciben. (Como puede advertirse, se respeta el esquema general de las bendiciones que contiene el Bendicional).

5. Es necesario que en la celebración quede bien expresado el sentido espiritual de las gracias unidas al Escapulario de la Virgen del Carmen y los compromisos asumidos con este signo de devoción a la Santísima Virgen. La sabia pedagogía de la Madre Iglesia pretende siempre alejar de sus hijos todo dejo de superstición o malsana interpretación de los sacramentales.

II. RITO DE LA BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DEL ESCAPULARIO

Ritos iniciales

6. Reunidos los fieles ante el altar o ante una imagen de la Virgen, el celebrante acoge a los fieles. Se canta oportunamente un canto apropiado o se guarda un momento de silencio. (Dos opciones igualmente válidas).

Terminado el canto o el silencio, el ministro dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos se santiguan y responden: Amén.

Luego, el celebrante saluda a los presentes, diciendo:

El Señor esté con vosotros.

Y todos responden:

Y con tu espíritu.

O bien:

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, nacido de la Virgen María, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros. (Saludo litúrgico del Misal Romano).

Todos responden: Y con tu espíritu.

7. El celebrante exhorta a los presentes a participar en el rito, explicando la naturaleza de la celebración con estas o parecidas palabras:

Durante la vida terrena de Jesús, aquel que tocaba, aunque sólo fuese los flecos de su manto, quedaba curado. Alabamos al Señor porque en su Iglesia continúa usando los medios más humildes para mostrarnos su inmensa misericordia. También nosotros podemos utilizarlos para glorificar al Señor, para expresar nuestro deseo de servirlo y para renovar nuestro compromiso de fidelidad, contraído por la consagración bautismal para toda nuestra vida.

En el parágrafo precedente, se alude a la importancia bíblica de los objetos ("flecos"), no porque ellos poseean algún poder, sino porque el mismo Dios algunas veces se digna valerse de ellos como canales para transmitirnos sus dones celestiales. El ejemplo dado es uno de los numerosos que podrían citarse de las Sagradas Escrituras (Cf. infra, Liturgia de la Palabra). Se puntualizan también las tres finalidades que dichos objetos han de tener cuando son correctamente empleados.

El Escapulario del Carmen es un signo del amor maternal de la Virgen María, que recuerda su iniciativa en favor de los miembros de la Familia carmelita, particularmente en los momentos de mayor necesidad. Es un amor que pide una respuesta también de amor.
Este Escapulario es signo de comunión con la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, dedicada al servicio de la Virgen para el bien de toda la Iglesia. Con él expresáis el deseo de participar del espíritu y de la vida de la Orden.
El Escapulario es un espejo de la humildad y de la castidad de María; por su sencillez nos invita a vivir modestamente y con pureza. Llevándolo día y noche es signo de nuestra oración continua y de nuestra particular dedicación al amor y al servicio de la Virgen María.
Llevando el Escapulario renováis vuestro compromiso bautismal de revestiros de nuestro Señor Jesucristo. En María será salvaguardada vuestra esperanza de salvación, porque el Dios de la Vida ha fijado su morada en Ella.

La monición precedente es algo más extensa que las que comúnmente podemos encontrar en el Bendicional. Es que la Madre Iglesia quiere que sus hijos entiendan bien qué es el escapulario y cuál es la razón de ser y las finalidades de que sea bendecido e impuesto.


Proclamación de la Palabra de Dios

8. Luego uno de los presentes, o el mismo celebrante, proclama un texto de la Sagrada Escritura, seleccionado principalmente entre los que en Leccionario hacen referencia al misterio de la salvación o a Santa María Virgen. Se indican a continuación algunos textos considerados los más apropiados:

a) Del Antiguo Testamento:

Pr 8, 17-21: Yo amo a quienes me aman.

Is 61, 10-11: Me ha revestido de un manto de justicia.

2 Re 2, 7-13: El manto de Elías cae sobre Eliseo.

Bar 5, 1-5: Revestíos de la belleza de Dios.

Ez 16, 8-14: Tu belleza era perfecta.

b) Del Nuevo Testamento:

Mc 5, 25-34: La mujer tocó el vestido de Jesús y quedó curada.

Lc 2, 4-8: María envolvió en pañales a su Primogénito.

Rm 12, 1-2: Este es vuestro culto espiritual.

Gal 4, 4-7: Dios ha enviado a su Hijo nacido de una mujer.

Ef 4, 17.20-24: Revestíos del hombre nuevo.

Ef 6, 10-17: Tomad fuerza del Señor.

9. Terminada la lectura, el ministro exhorta a los presentes explicando el sentido de la celebración, las gracias y los compromisos que se derivan del Escapulario, a la luz de la Palabra de Dios. Luego, es conveniente meditar unos instantes en silencio.

Preces

10. Sigue la oración común. Se proponen algunas intenciones, de las que se pueden elegir las más adecuadas o añadir otras relacionadas con las peculiaridades de los fieles o de las circunstancias. (Si comparamos el siguiente formulario con el rito de "Bendición e imposición del Escapulario" en general, veremos que el que estamos analizando es más extenso y posee más alusiones marianas; ambos se estructuran a partir de la metáfora del "revestimiento", idea subyacente en el uso de cualquier escapulario). 

El celebrante empieza diciendo:

Pidamos ahora al Padre, por intercesión de la Virgen María, en cuyo seno se encarnó el Hijo de Dios para habitar entre nosotros, que testimoniemos con nuestras obras el Evangelio, y digamos:

R/. Concédenos, Señor, revestirnos de Jesucristo.

Padre santo, que has querido que tu Hijo asumiera nuestra carne para hacernos partícipes de tu vida divina,
-por intercesión de María, su perfecta discípula, haz que nos revistamos interiormente de tu gracia. R/.

Padre Santo, que has querido que tu Hijo se hiciera semejante a nosotros, excepto en el pecado, para que, siguiendo sus huellas, nos configuremos con él,
-por intercesión de la Virgen, haz que imitemos a Cristo y que seamos por nuestras obras, una ofrenda agradable a ti. R/.

Padre Santo, que para revelarnos tu amor nos invitas al banquete de la gracia y nos pides revestirnos con el hábito nupcial,
-por intercesión de la Madre de tu Hijo, haz que nos revistamos de su caridad operante y de su amoroso servicio. R/.

Padre Santo, que has querido que la Virgen María aplastara la cabeza de la serpiente,
-por su intercesión, haz que seamos capaces de vencer las insidias del maligno en nuestro vivir en medio del mundo. R/.

Padre Santo, que has elegido a la Virgen María como Arca de la Nueva Alianza,
-por su intercesión, purifica nuestros corazones y fortalece nuestra fe. R/.

Padre Santo, que has mirado la humillación de tu esclava para que proclamara tu grandeza,
-por su intercesión, haz que anunciemos tu reino y proclamemos tu misericordia de generación en generación. R/.

Padre Santo, que has dado a tu Hijo una Madre, que lo cuidara amorosamente,
-por su intercesión, haz que amemos a los pobres y marginados, y con ellos construyamos un mundo más justo y fraterno. R/.

Padre Santo, que nos has revestido con el manto de la justicia y de la santidad,
-por la intercesión de la Virgen María, santifícanos en Cristo y haznos cooperadores generosos en la obra de salvación del mundo. R/.

Padre Santo, que nos has bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales,
-por la intercesión de la Virgen María, haz que pasemos felizmente de la muerte a la vida que no se acaba. R/.

Oración de bendición

11. El celebrante, con las manos extendidas, añade:

Oh, Dios, origen y cumplimiento de nuestra santidad, que llamas a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad a los que han renacido del agua y del Espíritu Santo, mira con bondad a estos siervos tuyos que reciben con devoción este Escapulario del Carmen que llevarán diligentemente como un signo de su consagración a la Virgen María del Monte Carmelo. Haz que sean imagen de Cristo, tu Hijo, y así, terminado felizmente su paso por esta vida, con la ayuda de la Virgen Madre de Dios, sean admitidos en el gozo de tu morada. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.


A continuación, el celebrante hace la aspersión con agua bendita.

Imposición del Escapulario

12. Luego, el celebrante impone el Escapulario a los candidatos, diciendo:

Recibe este Escapulario, por el cual quedas admitido en la cofradía de la Familia de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, y confía en el amor de tan gran Madre. Compórtate de tal manera que, con la ayuda de la Santísima Virgen, te esfuerces cada día más en vestirte de Cristo y hacer que su vida se manifieste en la tuya para gloria de la Santísima Trinidad y para el bien de la Iglesia y de los hombres.

R/. Amén.

13. Según las circunstancias, el celebrante pronuncia la fórmula de imposición en voz alta una sola vez para todos. Todos a la vez responden "Amén" y se acercan al celebrante, o a la persona autorizada, para recibir el Escapulario.

14. Terminada la imposición, el celebrante, vuelto hacia los que han recibido el Escapulario, dice:

Por la bendición e imposición de este Escapulario habéis sido admitidos en la Familia del Carmelo, dedicada a la imitación y al servicio de la Virgen, Madre de Dios, para que podáis servir con mayor dedicación a Cristo y a su Iglesia, con el mismo espíritu contemplativo y apostólico de la Orden del Carmen. Para que lo consigáis con más perfección, yo, con la potestad que se me ha concedido, os admito a participar de todos los bienes espirituales de la misma Orden.

15. El celebrante instruye a los fieles sobre los compromisos y obligaciones que comporta la admisión en la Familia del Carmelo.

Conclusión del rito

16. El celebrante concluye el rito con la bendición solemne. 

Dios Padre os llene de su amor misericordioso, que nos ha dado en Cristo Jesús, hijo de la Virgen María.

R/. Amén.

Nuestro Señor Jesucristo os haga partícipes del amor del Padre y de la ternura materna de la Virgen del Carmen, para que podáis obrar todo bien.

R/. Amén.

El Espíritu Santo, que os ha inspirado ponernos bajo el manto de María, os haga apóstoles para recorrer los caminos de la paz y de la justicia.

R/. Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo descienda sobre vosotros.

R/. Amén.

O bien: (Cf. Liturgia Horarum).

El Señor nos bendiga, nos libre de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R/. Amén.

17. Es aconsejable terminar el rito con un canto mariano adecuado, por ejemplo: Flos Carmeli (Secuencia de la solemnidad de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, en el Misal propio de la Orden), Salve Regina, o Sub tuum praesidium.

RITO BREVE DE LA BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DEL ESCAPULARIO DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA DEL MONTE CARMELO

Rito inicial

18. El celebrante, delante de una imagen de la Virgen, exhorta a los que van a recibir el Escapulario, invitándoles a participar dignamente en la celebración. Luego, dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

R/. Amén.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, nacido de Santa María Virgen, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros.

R/. Y con tu espíritu.

19. El celebrante expone brevemente el significado de la bendición e imposición del Escapulario.
Lectura de la Palabra de Dios

20. Uno de los presentes, o el mismo celebrante, proclama un texto de la Sagrada Escritura, por ejemplo:

a) Del Antiguo Testamento:

Pr 8, 17-21: Yo amo a quienes me aman.

Is 61, 10-11: Me ha revestido de un manto de justicia.

2 Re 2, 7-13: El manto de Elías cae sobre Eliseo.

Bar 5, 1-5: Revestíos de la belleza de Dios.

Ez 16, 8-14: Tu belleza era perfecta.

b) Del Nuevo Testamento:

Mc 5, 25-34: La mujer tocó el vestido de Jesús y quedó curada.

Lc 2, 4-8: María envolvió en pañales a su Primogénito.

Rm 12, 1-2: Este es vuestro culto espiritual.

Gal 4, 4-7: Dios ha enviado a su Hijo nacido de una mujer.

Ef 4, 17.20-24: Revestíos del hombre nuevo.

Ef 6, 10-17: Tomad fuerza del Señor.

Preces

21. Sigue la oración común. Se proponen algunas intenciones, de las que se pueden elegir las más adecuadas o añadir otras relacionadas con las peculiaridades de los fieles o de las circunstancias. (Nótese que en el siguiente formulario, a partir del inicio común de cada súplica -"Para que quienes visten el Escapulario..."-, se mencionan las finalidades del uso correcto de este sacramental y las gracias que por medio de él se pretenden alcanzar de parte del Señor). El celebrante empieza diciendo:

Roguemos a Dios, nuestro Padre, por intercesión de la Virgen María, diciendo:

R/. Te rogamos, óyenos.

Para que quienes visten el Escapulario sean revestidos de Cristo con la gracia del Espíritu Santo, roguemos, al Señor:

R/.Te rogamos, óyenos.

Para que quienes visten el Escapulario vivan su compromiso bautismal de revestirse de Cristo, roguemos al Señor:

Te rogamos, óyenos.

Para que quienes visten el Escapulario sean fortalecidos en la fe, la esperanza y la caridad, roguemos al Señor:

Te rogamos, óyenos.

Para que quienes visten el Escapulario sean siempre miembros vivos de la Familia del Carmelo con sus oraciones, sacrificios y buenas obras, roguemos al Señor:

Te rogamos, óyenos.

Para que quienes visten el Escapulario sean una continuación del amor que Jesús profesaba a su Madre, roguemos al Señor:

Te rogamos, óyenos.

Para que quienes visten el Escapulario se revistan de las virtudes de la Virgen purísima, sepan escuchar la Palabra de Dios y vivirla cada día, roguemos al Señor:

Te rogamos, óyenos.

Para que quienes visten el Escapulario, por la intercesión de María, sean iluminados en la contemplación, gozosos en la fraternidad y celosos en el servicio a los demás, roguemos al Señor:

Te rogamos, óyenos.

Para que quienes visten el Escapulario vivan de modo que entren a formar parte de la asamblea de los santos, con María Santísima, revestidos del vestido nupcial, roguemos al Señor:

Te rogamos, óyenos.

Oración de bendición

22. El celebrante, con las manos extendidas, dice:

Padre santo, que te complaces en la caridad y la acrecientas, tú has querido que tu Unigénito Jesucristo se encarnara en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo; concede a este hijo tuyo (esta hija tuya), que recibe con devoción el Escapulario de la Familia de la bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, la gracia de revestirse del Señor Jesús en todas las circunstancias de esta vida y alcance así la gloria eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.

El celebrante hace la aspersión con agua bendita.

Imposición del Escapulario

23. El celebrante impone el Escapulario diciendo:

Recibe este Escapulario por el cual quedas admitido en la Familia de la bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, llévalo como signo de su protección maternal y de tu compromiso de imitarla y servirla. Que ella te ayude a revestirte de Cristo, para gloria de la Santísima Trinidad y para cooperar en la Iglesia al bien de los hermanos.

R/. Amén.

24. Terminada la imposición, el celebrante anuncia la admisión a la Familia Carmelitana con estas o parecidas palabras:

Por la facultad que me ha sido concedida, te admito a la participación de todos los bienes espirituales del Orden del Carmen.
El celebrante explica los compromisos y las obligaciones que comporta el vestir dignamente el Escapulario.

Conclusión del rito

25. El celebrante concluye el rito con la bendición, diciendo:

La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros.

R/. Amén.

O bien:

El Señor nos bendiga, nos libre de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R/. Amén.


16 de julio de 2016, memoria litúrgica (para los carmelitas, solemnidad) de Nuestra Señora del Carmen. Entrada dedicada a ella y a san Simón Stock.

miércoles, 13 de julio de 2016

"Santa María Magdalena", fiesta litúrgica




Según un Decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, firmado por Robert Sarah, el cardenal prefecto de ese Dicasterio, a partir del 3 de junio de 2016, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, la "memoria obligatoria" de santa María Magdalena, por "expreso deseo" del Sumo Pontífice Francisco, es elevada a la categoría de "fiesta". La especificación del Decreto, publicada en la revista Notitae, dice textualmente: "Mutatur Memoria in Festum".

La elevación del rango litúrgico de una celebración con el grado de "memoria obligatoria" al de "fiesta" en el Calendario de la Iglesia universal es algo inédito. No es de extrañar que esto haya ocurrido con santa María Magdalena, que en el culto de la Iglesia, siempre ha gozado de un lugar privilegiado. En efecto, su nombre nunca faltó de los formularios oficiales de letanías de santos. Más aun, siempre fue invocada inmediatamente después de los santos apóstoles. En las diversas categorías de santos, la Magdalena integra el grupo de los "Discípulos del Señor", que sigue en importancia litúrgica a los apóstoles, y precede a los mártires.



Implicancias litúrgicas de la elevación de rango

La elevación de rango de la hasta ahora memoria obligatoria de santa María Magdalena al grado de fiesta, trae aparejadas diversas implicancias litúrgicas -algunas, obligatorias; otras, aconsejables- que mencionamos a continuación:

En la Misa

Ritos iniciales:

-Debe cantarse o recitarse el himno Gloria in excelsis, a diferencia de hasta ahora.


Liturgia de la Palabra:

-Permanecen las mismas lecturas.

-Conviene que haya homilía.

-Conviene que haya Oración de los fieles en la que se mencione a la santa, preferentemente a partir de una alusión explícita o implícita al dato bíblico.

Liturgia de la Eucaristía:

-Se incluye el Prefacio propio Apostolorum apostola (a cuyo texto latino seguido de la traducción de la Conferencia Episcopal Española puede accederse haciendo clic aquí), lo cual es, sin duda, uno de los datos más significativos del cambio litúrgico en cuestión. De hecho, es importante destacar que, en el Calendario Romano universal, ninguna de las celebraciones marianas ni de los santos con el rango litúrgico de fiesta, posee Prefacio propio (1). Ni siquiera las de los apóstoles y evangelistas, para los que se emplean respectivamente los Prefacios I y II del Común de Apóstoles. (La festividad de Pedro y Pablo lo tiene porque es una solemnidad).
De esta manera, santa María Magdalena, y por un singular privilegio, se convierte en la primera fiesta de los santos que posee Prefacio propio en el Misal Romano universal.


-En la Plegaria Eucarística III, puesto que lo permite, es oportuno mencionar a la santa a continuación de los apóstoles.

Ritos finales:

-Puede impartirse la "Bendición solemne de un santo" o la del Tiempo Ordinario.

En la Liturgia de las Horas

El Decreto afirma claramente que los textos permanecen iguales (Cf. infra). Puntualicemos algunas consideraciones al respecto:

Oficio de lecturas:

-En el original latino de la Liturgia de las Horas existe un himno llamado Magdalae sidus. De no emplearse, se usa el del "Común de Santas Mujeres".


-Se elige como lectio prior, del "Común de santos", el texto de Rom. 12, 1-21, con su Responsorio propio.

-Antes de la oración conclusiva, y a diferencia de cuando se trataba de una memoria obligatoria, se debe cantar o recitar el himno Te Deum, propio de las fiestas y solemnidades.

Elementos comunes de Laudes y Vísperas:

Ambas horas litúrgicas poseen antífonas propias para la Salmodia y para los Cánticos evangélicos Benedictus y Magnificat, respectivamente. La lectio brevis y las Preces deben tomarse del "Común de Santas Mujeres". Cuando se trataba de una "memoria obligatoria", era facultativo elegir entre las Preces del "Común de Santas Mujeres" y las de la feria correspondiente.
  
Particularidades de estas horas:

Laudes:

-En el original latino, como mejor alternativa al del "Común de Santas Mujeres", figura el himno propio Aurora surgit.

-Siempre se empleó y se sigue empleando la salmodia festiva (la correspondiente al Domingo I del Salterio) con las antífonas propias de la festividad de María Magdalena.

Vísperas:

-Al igual que en el Oficio de las lecturas, en el original latino de la Liturgia de las Horas se recurre al himno Magdalae sidus. De no emplearse, se usa el del "Común de Santas Mujeres".


-Siempre se empleó y se sigue empleando la salmodia del "Común de Santas Mujeres" con las antífonas propias de la festividad.


Decreto
 
A continuación, ofrezco el texto latino del Decreto, seguido de la mentada traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.


Congregatio de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum - Decretum

Resurrectionis dominicae primam testem et evangelistam, Sanctam Mariam Magdalenam, semper Ecclesia sive Occidentalis sive Orientalis, summa cum reverentia consideravit, etsi diversimode coluit.
Nostris vero temporibus cum Ecclesia vocata sit ad impensius consulendum de mulieris dignitate, de nova Evangelizatione ac de amplitudine mysterii divinae misericordiae bonum visum est ut etiam exemplum Sanctae Mariae Magdalenae aptius fidelibus proponatur. Haec enim mulier agnita ut dilectrix Christi et a Christo plurimum dilecta, “testis divinae misericordiae” a Sancto Gregorio Magno, et “apostolorum apostola” a Sancto Thoma de Aquino appellata, a christifidelibus huius temporis deprehendi potest ut paradigma ministerii mulierum in Ecclesia.
Ideo Summus Pontifex Franciscus statuit celebrationem Sanctae Mariae Magdalenae Calendario Romano generali posthac inscribendam esse gradu festi loco memoriae, sicut nunc habetur.
Novus celebrationis gradus nullam secumfert variationem circa diem, quo ipsa celebratio peragenda est, quoad textus sive Missalis sive Liturgiae Horarum adhibendos, videlicet:

a) dies celebrationis Sanctae Mariae Magdalenae dicatus idem manet, prout in Calendario Romano invenitur, nempe 22 Iulii; 

b) textus in Missa et Officio Divino adhibendi, iidem manent, qui in Missali et in Liturgia Horarum statuto die inveniuntur, addita tamen in Missali Praefatione propria, huic decreto adnexa. Curae autem erit Coetuum Episcoporum textum Praefationis vertere in linguam vernaculam, ita ut, praevia Apostolicae Sedis recognitione adhiberi valeat, quae tempore dato in proximam reimpressionem proprii Missalis Romani inseretur.

Ubi Sancta Maria Magdalena, ad normam iuris particularis, die vel gradu diverso rite celebratur, et in posterum eodem die ac gradu quo antea celebrabitur.
Contrariis quibuslibet minime obstantibus.

Ex aedibus Congregationis de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum, die 3 mensis Iunii, in sollemnitate Sacratissimi Cordis Iesu.

Robert Card. Sarah
Praefectus

+ Arturus Roche
Archiepiscopus a Secretis


Prot. N. 257/16

DECRETO

La Iglesia, tanto en Occidente como en Oriente, ha tenido siempre en gran consideración a santa María Magdalena, la primera testigo y evangelista de la Resurrección del Señor, y la ha celebrado de diversos modos.
En la actualidad, cuando la Iglesia es llamada a reflexionar más profundamente sobre la dignidad de la mujer, la nueva evangelización y la grandeza del misterio de la misericordia divina, ha parecido bien que el ejemplo de santa María Magdalena fuera propuesto también a los fieles de un modo más adecuado. En efecto, esta mujer, conocida como aquella que ha amado a Cristo y que fue muy amada por Cristo; llamada por san Gregorio Magno “testigo de la divina misericordia” y por santo Tomás de Aquino “la apóstol de los apóstoles”, puede ser hoy propuesta a los fieles como paradigma del servicio de las mujeres en la Iglesia.
Por eso, el Sumo Pontífice Francisco ha establecido que la celebración de santa María Magdalena, de ahora en adelante, sea inscrita en el Calendario Romano General con el grado de fiesta en vez de memoria, como hasta ahora.
El nuevo grado celebrativo no conlleva ninguna variación sobre el día, en el que se realiza dicha celebración, y sobre los textos del Misal y de la Liturgia de las Horas, es decir:

a) permanece el mismo día dedicado a la celebración de santa María Magdalena, tal como aparece en el Calendario Romano, es decir, el 22 de julio;

b) los textos a usar en la Misa y en el Oficio Divino son los mismos que aparecen en el Misal y en la Liturgia de las Horas del día indicado, con la incorporación en el Misal del prefacio propio, anexo a este decreto. La Conferencia de los Obispos se encargará de traducir el texto del prefacio en la lengua vernácula, de modo que, previa aprobación de la Sede Apostólica, pueda ser usado y, a su debido tiempo, incorporado en la próxima impresión del propio Misal Romano.

Donde santa María Magdalena, según el derecho particular, es legítimamente celebrada en un día y con un grado diverso, también en el futuro se celebrará en el mismo día y con el mismo grado.

Sin que obste nada en contrario.

En la Sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, día 3 de junio de 2016, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.

Robert Card. Sarah
Prefetto

Arthur Roche
Arcivescovo Segretario


Notas

1. Son las Conferencias Episcopales o las Congregaciones religiosas las que en muchos casos, han redactado un Prefacio y han obtenido la aprobación de la Santa Sede, para cuando celebran en su propio calendario como solemnidad, una fiesta del Calendario universal. Es, entre otros muchos, el caso de España, por ejemplo, que celebra como solemnidad al Apóstol Santiago, su patrono, inscripto como fiesta en el Calendario general, y que ha incluido en su Misal un Prefacio propio para el santo.



13 de julio de 2016, inicio de la novena de la fiesta de santa María Magdalena. Entrada dedicada a la santa.

lunes, 11 de julio de 2016

Guion: Domingo XVI del Tiempo Ordinario


Santas Marta y María de Betania con Jesús


Formulario de Misa: aquí.



Ciclo C

Introducción


"Sacramento de la caridad, la Santísima Eucaristía es el Don que Jesucristo hace de Sí mismo, revelándonos el amor infinito de Dios por el hombre. En este admirable Sacramento se manifiesta el   `amor más grande´, aquel que impulsa a dar la vida por los propios amigos" (Cf. Jn. 15, 13). (S.S. Benedicto XVI, Exhortación Apostólica postsinodal Sacramentum caritatis, 1).

Hermanos:
Estamos aquí justamente porque sabemos que Jesús, como nos lo dará a entender el Evangelio de hoy, es lo mejor que alguien pueda elegir para sí mismo y para los demás. Y nunca estamos más cerca de Él que cuando participamos de su Sacrificio y nos nutrimos con su Carne y su Sangre.


Liturgia de la Palabra

Primera lectura: Gén. 18, 1-10a

La Presencia del Dios de la Vida, Uno y Trino, al que nos remiten los tres extraños personajes de esta lectura del Génesis, es promesa y garantía de fecundidad para la descendencia de Abraham, de la que nacerá el Mesías.

Segunda lectura: Col. 1, 24-28

Jesucristo es "Emmanuel", el Dios con nosotros. Este es el "Misterio que estuvo oculto por toda la eternidad", y que se nos ha revelado en la plenitud de los tiempos.

Evangelio: Lc. 10, 38-42

En santa María de Betania, contemplamos el modelo del "verdadero discípulo, que no piensa en sí mismo, sino que enseguida y ante todo se vuelve a su Maestro y se siente como transportado hacia Él" (San Juan Pablo II, homilía en la Misa a los empleados de las Villas Pontificias en Castelgandolfo, 17/07/83).

O bien:

Única monición para la Liturgia de la Palabra

Escuchemos la Palabra de Dios, fuente de luz, vida y esperanza en nuestro peregrinar hacia la Patria celestial. "Que ninguna otra palabra, venga de donde viniere, nos distraiga de nuestra adhesión de fe y de amor al Señor Jesús". (Cf. Ídem).


Oración de los fieles


Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas del formulario de la Santa Misa del Domingo XI del Tiempo Ordinario, presidida por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, el 12 de junio de 2016, con motivo del "Jubileo de los enfermos y de las personas con capacidades diferentes", en el marco del Año Santo de la Misericordia:

Hermanos, estrechamente unidos al Misterio de la Cruz de Jesús, acudamos a la Misericordia del Padre:

R. Óyenos, Padre nuestro.

-Infunde tu Espíritu, oh, Padre, sobre el Papa, los obispos y los sacerdotes. Que sean fieles imitadores del Señor Jesús. R.

-Ilumina la mente de los gobernantes y de los administradores, llamados a decidir la suerte de los pueblos. Que sean servidores atentos de la dignidad de cada persona. R.

-Anima con tu caridad a cuantos se inclinan sobre la fragilidad de sus hermanos. Que reconozcan siempre en Ti la fuente del verdadero amor. R.

-Consuela con tu presencia a las personas marcadas con el sufrimiento o la tribulación. Que descubran el poder salvífico de la Cruz. R.

-Reúne con tu providencia a todos los pobres y excluidos. Que experimenten la proximidad de los cristianos. R.

Oración conclusiva

"Escucha, oh, Padre, nuestra oración y cólmanos de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén". 


O bien:
  
A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

 
"Padre sabio y misericordioso, danos un corazón humilde y dulce, para escuchar la Palabra de tu Hijo que aún resuena en la Iglesia reunida en su nombre, y para acogerlo y servirlo como huésped en la persona de nuestros hermanos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


Ofertorio

"En el pan y el vino que llevamos al Altar, toda la creación es asumida por Cristo Redentor, para ser transformada y presentada al Padre". (S.S. Benedicto XVI, Exhortación Apostólica postsinodal Sacramentum caritatis, 47).



Comunión

Nos decía Su Santidad Benedicto XVI, que en el Sacramento de la Eucaristía, "el Señor se hace Comida para el hombre hambriento de verdad y de libertad". (Cf. Ídem, 2).

Recibámoslo, pues, y pidamos esos dones que caracterizan a los auténticos discípulos de Jesús.

O bien:

(Extracto adaptado de una oración de san Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia).

"Haz que nuestra alma tenga hambre de Ti, Pan de los Ángeles, alimento de las almas santas, Pan nuestro de cada día, lleno de fuerza, de toda dulzura y sabor, y de todo suave deleite.
Oh, Jesús, en quien se desean mirar los Ángeles: tenga siempre nuestro corazón hambre de Ti, y el interior de nuestra alma rebose con la dulzura de tu sabor; tenga siempre sed de Ti, fuente de vida, manantial de sabiduría y de ciencia, río de luz eterna, torrente de delicias, abundancia de la Casa de Dios...". Amén.


Despedida

La naturaleza misionera de la Iglesia se manifiesta de un modo particular al concluir la Misa, en que somos enviados a anunciar que el Señor está vivo entre nosotros y que no es ni será jamás ajeno a la historia de los hombres.


11 de julio de 2016, memoria litúrgica de san Benito, abad.
Entrada dedicada a él.
(Última actualización de la entrada: 15/07/22).