Ciclo C
Introducción
Hermanos, dichosos somos los que nos hemos encontrado hoy en este lugar para celebrar los Sagrados Misterios. La Misa dominical, desde los orígenes del cristianismo, hace a nuestra identidad de seguidores de Cristo, hijos de Dios y de la Iglesia.
Dice santa Teresa de Calcuta:
"La Misa es el alimento espiritual que nos sustenta y sin el cual no podríamos vivir..."
A la luz de estas palabras, deberíamos preguntarnos si siempre, como hoy, esta cita festiva es lo más importante que hacemos en el día del Señor o si nuestra participación está supeditada a otras cuestiones de menor importancia.
Ciertamente, el que tiene algún impedimento serio de salud o de otro orden -por ejemplo, quien debe cuidar de un enfermo o de un anciano-, no está obligado por el precepto dominical.
Pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine para comprender que no existe acto mayor en el universo que este de la Misa en que ofrecemos al Padre el Sacrificio pascual de su Hijo y así acogemos la salvación en el aquí y ahora de nuestra historia personal.
Primera lectura: Sab. 9, 13-18
A la luz de la lectura que vamos a escuchar, pidamos al Señor la virtud de "la humildad, es decir,
el sentido auténtico de los propios límites, unido al deseo intenso de un don de
lo alto, que nos enriquezca desde dentro". (San Juan Pablo II, Homilía, 07/09/80).
Segunda lectura: Flm. 9b-10. 12-17
Mediante el bautismo, Jesús mismo se ha hecho nuestra sabiduría. De ahí la importancia de ser verdaderos discípulos suyos. (Cf. Ídem).
Evangelio: Lc. 14, 25-33
Jesucristo es el centro de nuestra existencia. Solo en Él, Dios y Hombre, encuentran respuesta los más profundos interrogantes que el hombre hace a Dios.
Oración de los fieles
El siguiente formulario, traducido de diferentes lenguas al español, se corresponde con el de la "Santa Misa con el Rito de canonización de la Madre Teresa de Calcuta", presidida por el Sumo Pontífice Francisco en la Plaza de San Pedro el 4 de setiembre de 2016:
Hermanos e hijos queridos, agradecidos por el luminoso testimonio de fe de los santos, elevemos al Señor nuestra plegaria:
R. Te rogamos, óyenos.
-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.
+Cólmala de tu Espíritu, oh, Señor: que pastores y fieles alienten en su corazón el deseo de saciar en sus hermanos la sed de Jesús. R.
-Oremos por los consagrados.
+Dales, oh, Señor, libertad de corazón: que desligados de los bienes materiales, vivan siempre orientados hacia las realidades del Cielo. R.
-Oremos por los gobernantes y por las asambleas legislativas.
+Impúlsalos, oh, Señor, a escoger el verdadero bien del hombre: que defiendan la vida y la dignidad de toda persona humana, y que promuevan la justicia y la paz. R.
-Oremos por los pobres y por los últimos de la Tierra.
+Escucha, oh, Señor, su clamor, que se eleva a Ti: que a ejemplo de santa Teresa de Calcuta, se enciendan los corazones de los cristianos en una caridad ardiente en favor de los últimos. R.
-Oremos pro los cristianos que padecen persecución.
+Confórtalos, oh, Señor, con tu Presencia: guíalos en la noche oscura y haz resplandecer para ellos el Sol de justicia. R.
Oración conclusiva
"Tú solo, Señor, conoces nuestro verdadero bien. Escucha nuestras súplicas y cumple en nosotros tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
O bien:
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa presidida por el Papa Francisco en Antananarivo, Madagascar, el 10 de septiembre de 2019:
El Dios que nos llama a seguir a su Hijo nos invita a responder a sus llamadas y a rezar a Cristo con todos los hermanos. Hagamos de nuestra oración un acto universal, pidiendo fuerza y sabiduría:
R. Cristo, escúchanos
-Todos los días, los acontecimientos del mundo invitan al Papa, a los obispos, a los sacerdotes, a los diáconos y a los agentes pastorales laicos a llevar la cruz; para que el Espíritu les dé fuerza y sabiduría. R.
-Todos los días, quienes gobiernan a los pueblos de nuestro país se enfrentan a elecciones cruciales y problemas sociopolíticos y económicos que a menudo no tienen salida; para que el Espíritu les dé fuerza y sabiduría. R.
-Todos los días, quienes gobiernan a los pueblos de nuestro país se enfrentan a elecciones cruciales y problemas sociopolíticos y económicos que a menudo no tienen salida; para que el Espíritu les dé fuerza y sabiduría. R.
-Todos los días, la Iglesia en N (se menciona la nación propia o territorio) continúa extendiendo su testimonio de amor y justicia cristiana; para que el Espíritu le dé fuerza y sabiduría. R.
-Todos los días, nuestra sociedad actual tiene cruces pesadas que cargar: desempleo, luchas domésticas, falta de respeto ambiental, incendios forestales, corrupción en todas las áreas, epidemias, inseguridad y otras dificultades; para que el Espíritu les dé fuerza y sabiduría. R.
-Todos los días, quienes gobiernan a los pueblos de nuestro país se enfrentan a elecciones cruciales y problemas sociopolíticos y económicos que a menudo no tienen salida; para que el Espíritu les dé fuerza y sabiduría. R.
-Todos los días, quienes gobiernan a los pueblos de nuestro país se enfrentan a elecciones cruciales y problemas sociopolíticos y económicos que a menudo no tienen salida; para que el Espíritu les dé fuerza y sabiduría. R.
-Todos los días, la Iglesia en N (se menciona la nación propia o territorio) continúa extendiendo su testimonio de amor y justicia cristiana; para que el Espíritu le dé fuerza y sabiduría. R.
-Todos los días, nuestra sociedad actual tiene cruces pesadas que cargar: desempleo, luchas domésticas, falta de respeto ambiental, incendios forestales, corrupción en todas las áreas, epidemias, inseguridad y otras dificultades; para que el Espíritu les dé fuerza y sabiduría. R.
-Todos los días, muchos jóvenes sufren por la falta del sentido de responsabilidad, obnubilados por la tecnología moderna y sin saber cómo aprovecharse correctamente de ella; para que el Espíritu les dé fuerza y sabiduría. R.
Oración conclusiva
"Señor, concede a todos los hombres que te buscan, la alegría de descubrir tu amor. Que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos. Amén."
"Señor, concede a todos los hombres que te buscan, la alegría de descubrir tu amor. Que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos. Amén."
O bien:
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, corresponden a la Santa Misa con el Rito de beatificación del Sumo Pontífice Juan Pablo I, presidida por el Papa Francisco el 4 de septiembre de 2022 en la Plaza de San Pedro:
Hermanos queridos, dirijamos nuestra oración al Padre que, en Cristo, su Hijo, ha indicado la aceptación de la propia cruz como único camino para ser sus discípulos:
R. Te rogamos, óyenos
-Por la Santa Iglesia de Dios, para que acogiendo con alegría y custodiando con fidelidad la Palabra del Señor, siga mostrando al mundo la sabiduría de la Cruz, para alcanzar un pleno conocimiento de la Voluntad del Padre. R.
-Por los responsables de los pueblos y de las naciones, para que, impulsados por la solicitud maternal de la Iglesia por el bien común, perseveren en el camino del diálogo y la concordia. R.
-Por cuantos son oprimidos por la pobreza, la enfermedad, la guerra y la persecución, a fin de que puedan experimentar en el sufrimiento, la cercanía y la solidaridad de los hermanos a través de palabras y gestos concretos de caridad. R.
-Por nuestra asamblea eucarística, reunida en gozosa alabanza por el don del beato Juan Pablo I, para que acoja como ejemplo de vida la humildad, la simplicidad evangélica y la caridad que él testimonió con su ministerio pastoral. R.
Oración conclusiva
"Dios omnipotente y misericordioso, que concedes a tus fieles la gracia de poder ser discípulos de Cristo, concédenos caminar confiadamente hacia una más profunda configuración con tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".
Hermanos queridos, dirijamos nuestra oración al Padre que, en Cristo, su Hijo, ha indicado la aceptación de la propia cruz como único camino para ser sus discípulos:
R. Te rogamos, óyenos
-Por la Santa Iglesia de Dios, para que acogiendo con alegría y custodiando con fidelidad la Palabra del Señor, siga mostrando al mundo la sabiduría de la Cruz, para alcanzar un pleno conocimiento de la Voluntad del Padre. R.
-Por el Papa N y por todos los pastores de la Iglesia, para que, por intercesión del beato Juan Pablo I, contribuyan, según el Evangelio de
Cristo, al crecimiento integral del rebaño que les ha sido confiado, sintiendo siempre el auxilio del Espíritu Santo. R.
-Por los responsables de los pueblos y de las naciones, para que, impulsados por la solicitud maternal de la Iglesia por el bien común, perseveren en el camino del diálogo y la concordia. R.
-Por cuantos son oprimidos por la pobreza, la enfermedad, la guerra y la persecución, a fin de que puedan experimentar en el sufrimiento, la cercanía y la solidaridad de los hermanos a través de palabras y gestos concretos de caridad. R.
-Por nuestra asamblea eucarística, reunida en gozosa alabanza por el don del beato Juan Pablo I, para que acoja como ejemplo de vida la humildad, la simplicidad evangélica y la caridad que él testimonió con su ministerio pastoral. R.
Oración conclusiva
"Dios omnipotente y misericordioso, que concedes a tus fieles la gracia de poder ser discípulos de Cristo, concédenos caminar confiadamente hacia una más profunda configuración con tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".
A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:
"Señor, Tú que sabes con cuánto esfuerzo adquirimos las cosas terrestres y con cuánta mayor dificultad podemos alcanzar las del Cielo, danos la sabiduría de tu Espíritu para que, como verdaderos discípulos, portemos cada día nuestra cruz, tras las huellas de Cristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".
Ofertorio
Que el Señor nos conceda la sabiduría necesaria para ser conscientes del gran Misterio que estamos por celebrar con la ofrenda de este pan y este vino que acercamos al Altar.
Comunión
Jesucristo es la Sabiduría increada que ha querido hacerse Pan para que, alimentados de Él, seamos sabios para no caer en los engaños del "padre de la mentira". Recibamos pues, este Antídoto de inmortalidad, y meditemos estas palabras de santa Teresa de Calcuta:
"Esta unión eucarística constituye nuestra fuerza, nuestra alegría y nuestro amor".
Despedida
Confiados en la Sabiduría divina que vela sobre nosotros con paterna solicitud, nos retiramos a vivir de acuerdo con lo que acabamos de celebrar.
29 de agosto de 2016, memoria litúrgica del Martirio de San Juan Bautista. Entrada dedicada al santo Precursor.
(Última actualización de la entrada: 02/09/22).
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