Ciclo A
Introducción
Queridos hermanos:
"Al participar en la celebración eucarística, experimentamos siempre el íntimo vínculo que existe entre el anuncio de la Palabra de Dios y el Sacrificio de la Eucaristía: es el mismo Misterio que se ofrece a nuestra contemplación. Por eso, "la Iglesia —como puso de relieve el Concilio Vaticano II— siempre ha venerado la Sagrada Escritura, como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo, sobre todo en la santa liturgia, y nunca ha cesado de tomar y repartir a sus fieles el Pan de Vida que ofrece la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo" (Dei Verbum, 21). (S.S. Benedicto XVI, homilía, 05/10/08, Basílica de San Pablo extramuros).
Demos gracias a Dios por su exquisita paternidad que se manifiesta en ofrecernos tan grandes dones.
Introducción general: (Primera lectura: Is. 5, 1-7; Segunda lectura: Flp. 4, 6-9; Evangelio: Mt. 21, 33-43).
"La primera lectura, tomada del libro del profeta Isaías, así como la página del Evangelio según san Mateo, proponen a nuestra asamblea litúrgica una sugestiva imagen alegórica de la Sagrada Escritura: la imagen de la viña, de la que ya hemos oído hablar los domingos precedentes". (Ídem, supra).
En la segunda lectura, san Pablo nos invita a confiar en el Señor, dejando de lado toda preocupación, para que reine siempre en nuestro corazón la paz de Dios.
Oración de los fieles
R. Oye nuestros ruegos, Padre Bueno.
O bien:
R. Padre, que brille tu Rostro sobre nosotros.
-Por la unidad de la Iglesia en torno al Santo Padre N. R.
-Por la paz y la concordia entre los pueblos. R.
-Por el diálogo fructífero entre las diferentes religiones y culturas. R.
-Por la honestidad de los políticos. R.
-Por la salud de los enfermos. R.
-Por la tutela de los derechos de las familias. R.
-Por la pureza de los jóvenes. R.
-Por el respeto a los ancianos. R.
-Por la perseverancia de los agonizantes. R.
-Por la eterna salvación de los difuntos. R.
R. Oye nuestros ruegos, Padre Bueno.
O bien:
R. Padre, que brille tu Rostro sobre nosotros.
-Por la unidad de la Iglesia en torno al Santo Padre N. R.
-Por la paz y la concordia entre los pueblos. R.
-Por el diálogo fructífero entre las diferentes religiones y culturas. R.
-Por la honestidad de los políticos. R.
-Por la salud de los enfermos. R.
-Por la tutela de los derechos de las familias. R.
-Por la pureza de los jóvenes. R.
-Por el respeto a los ancianos. R.
-Por la perseverancia de los agonizantes. R.
-Por la eterna salvación de los difuntos. R.
A continuación, se propone como otra
oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este
domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al
castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda
colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:
"Padre justo y misericordioso, que velas incesantemente por tu Iglesia, no abandones la viña que tu diestra plantó; sigue cultivándola y enriqueciéndola con brotes selectos, para que injertada en Cristo, Vid verdadera, produzca frutos abundantes de vida eterna. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén".
O bien:
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, se emplearon en la Santa Misa conclusiva de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, presidida por el Papa Francisco el 29 de octubre de 2023, en la Basílica de San Pedro:
Queridos hermanos, hemos sido llamados a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Roguemos que la Iglesia, fundada en la caridad de Cristo, florezca como Templo santo de su gloria:
R. Te rogamos, óyenos
-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.
+Que el Padre providente oriente sus pasos hacia el encuentro de la humanidad sedienta del Evangelio y que guíe a todos para procurar siempre la alabanza de su Nombre. R.
-Oremos por los moderadores de la cosa pública.
+El Señor de la historia suscite en el corazón de los gobernantes la pasión por el bien común, sugiera nuevos caminos para promover la dignidad de los pobres y excluidos y sostenga a los que se empeñan en el surgimiento de una nueva civilización del amor. R.
-Oremos por la paz.
-Dios, Fuente de vida, suscite en todos los hombres la sed de paz, fortalezca a cuantos trabajan por un mundo más justo y nos conceda tiempos de alegría por la concordia entre hermanos. R.
-Oremos por los migrantes.
+El Dios de todo consuelo fortalezca a quienes han sido privados de su tierra, custodie su camino en la búsqueda de un lugar seguro donde vivir y les conceda la gracia de poder volver a ver a sus seres queridos. R.
-Oremos por los científicos.
+El Dador de toda sabiduría ilumine la mente de los hombres de ciencia, les inspire nuevos caminos para defender la salud del cuerpo y de todo lo creado y oriente sus obras al bien de todo viviente. R.
Oración conclusiva
"Padre, que en el Mandamiento del amor nos has indicado el fundamento de toda ley, haz de la Iglesia un signo concreto de tu solicitud por todo hombre que anhela la alegría perfecta. Por Jesucristo, nuestro Señor".
Ofertorio
Pan, vino y agua. Sencillas ofrendas de toda asamblea eucarística.
"El pan representa en la Sagrada Escritura todo lo que el hombre necesita para su vida cotidiana. El agua da a la tierra la fertilidad y es el don fundamental, que hace posible la vida. El vino, por el contrario, expresa la exquisitez de la creación y nos da la fiesta en la que sobrepasamos los límites de la vida cotidiana". (Cf. S.S. Benedicto XVI, homilía, 02/10/05).
Comunión
"En la santa Eucaristía, el Señor Jesús, desde el misterio de la Cruz nos atrae a todos hacia Sí y nos convierte en sarmientos de la vid, que es Él mismo. (Cf. ídem). Que nada quiebre jamás este vínculo amoroso.
Despedida
"Si permanecemos unidos a Cristo (...) ya no daremos el vinagre de la autosuficiencia, del descontento de Dios y de su creación, sino el buen vino de la alegría en Dios y del amor por el prójimo". (Cf. ídem).
O bien:
Queridos hermanos, hemos sido llamados a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Roguemos que la Iglesia, fundada en la caridad de Cristo, florezca como Templo santo de su gloria:
R. Te rogamos, óyenos
-Oremos por la Santa Iglesia de Dios.
+Que el Padre providente oriente sus pasos hacia el encuentro de la humanidad sedienta del Evangelio y que guíe a todos para procurar siempre la alabanza de su Nombre. R.
-Oremos por los moderadores de la cosa pública.
+El Señor de la historia suscite en el corazón de los gobernantes la pasión por el bien común, sugiera nuevos caminos para promover la dignidad de los pobres y excluidos y sostenga a los que se empeñan en el surgimiento de una nueva civilización del amor. R.
-Oremos por la paz.
-Dios, Fuente de vida, suscite en todos los hombres la sed de paz, fortalezca a cuantos trabajan por un mundo más justo y nos conceda tiempos de alegría por la concordia entre hermanos. R.
-Oremos por los migrantes.
+El Dios de todo consuelo fortalezca a quienes han sido privados de su tierra, custodie su camino en la búsqueda de un lugar seguro donde vivir y les conceda la gracia de poder volver a ver a sus seres queridos. R.
-Oremos por los científicos.
+El Dador de toda sabiduría ilumine la mente de los hombres de ciencia, les inspire nuevos caminos para defender la salud del cuerpo y de todo lo creado y oriente sus obras al bien de todo viviente. R.
Oración conclusiva
"Padre, que en el Mandamiento del amor nos has indicado el fundamento de toda ley, haz de la Iglesia un signo concreto de tu solicitud por todo hombre que anhela la alegría perfecta. Por Jesucristo, nuestro Señor".
Ofertorio
Pan, vino y agua. Sencillas ofrendas de toda asamblea eucarística.
"El pan representa en la Sagrada Escritura todo lo que el hombre necesita para su vida cotidiana. El agua da a la tierra la fertilidad y es el don fundamental, que hace posible la vida. El vino, por el contrario, expresa la exquisitez de la creación y nos da la fiesta en la que sobrepasamos los límites de la vida cotidiana". (Cf. S.S. Benedicto XVI, homilía, 02/10/05).
Comunión
"En la santa Eucaristía, el Señor Jesús, desde el misterio de la Cruz nos atrae a todos hacia Sí y nos convierte en sarmientos de la vid, que es Él mismo. (Cf. ídem). Que nada quiebre jamás este vínculo amoroso.
Despedida
"Si permanecemos unidos a Cristo (...) ya no daremos el vinagre de la autosuficiencia, del descontento de Dios y de su creación, sino el buen vino de la alegría en Dios y del amor por el prójimo". (Cf. ídem).
O bien:
Que la Virgen haga de cada uno un testigo auténtico del Evangelio, dispuesto a dar en todo lugar una generosa contribución a la construcción del Reino de
Cristo. (San Juan Pablo II, homilía en la canonización de san Josemaría Escrivá de Balaguer, 06/10/02).
4 de octubre de 2017, memoria litúrgica de san Francisco de Asís.
Entrada dedicada a él.
(Última actualización de la entrada: 28/10/23).
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