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miércoles, 4 de octubre de 2017

San Francisco de Asís: Secuencia







Tanto los franciscanos como los dominicos celebran a san Francisco de Asís, llamándolo "nuestro padre". Los primeros lo honran con dos festividades: la del 17 de septiembre, que recuerda su "estigmatización", con el grado liturgico de "memoria obligatoria", y la del 4 de octubre, su "Tránsito", con el rango de "solemnidad", día en que también lo celebran los dominicos pero con el grado de "fiesta". El Calendario universal celebra a este glorioso santo el mismo 4 de octubre pero como "memoria obligatoria". Esta es la Secuencia de la Misa propia de la Orden de San Francisco:


SECUENCIA

Se dejaron ver nuevas señales de santidad,
dignas de alabanzas, muy admirables y
misericordiosas, otorgadas a Francisco.

Él da estatutos de una nueva ley
a los Regulares de una nueva grey,
y les entrega, renovados,
los Mandamientos del Rey.

Surgen en el mundo nueva Orden
y nueva vida nunca oídas.
La ley sancionada restauró
el estado evangélico.

De igual modo, se reforma el derecho;
conforme a la Ley de Cristo, la Silla
Apostólica aprueba los ritos
de la Regla dada.

Ciñe y viste descuidadamente
una vasta cuerda y un áspero vestido;
el pan se da con medida
y el calzado se desecha.

Tan solo busca la pobreza;
de las cosas terrenales, nada se cuida.
Francisco todo lo abandona
y desprecia los caudales.

Busca lugares donde llorar;
su corazón conpungido da voces
y tristes gemidos al precioso tiempo
perdido en el siglo.

Retirado a una caverna del monte,
llora y ora tendido en el suelo; por fin,
serenada su alma, se esconde
en aquella cárcel.

Allí descansa cubierto por la roca,
recto juez; elevado a las cosas divinas,
desprecia las de aquí abajo, y escoge
las celestiales.

Refrena la carne a fuerza de cercenarla,
transformándola en mera apariencia.
Se nutre de la Escritura
y aleja de sí las cosas de la Tierra.

Entonces, viene del Cielo el Monarca Rey
en forma de jerarca angélico; se sobrecoge
este Patriarca, asombrado por la visión.

Trae aquel las señales de Cristo y confiere a este
las cicatrices, mientras admira en silencio
en el corazón triste, su Pasión.

Su sagrado cuerpo queda herido de pies y manos,
perforado su costado derecho
y todo ensangrentado.

Cambian palabras y esclarecen muchos
de los arcanos del futuro, y el santo comprende
su significado por mística inspiración.

Aparecen en el momento maravillosos clavos,
negros por fuera y por dentro rojos. Púnzale el dolor
con sufrimiento agudo a la vez que las puntas
lo atormentan.

No interfiere artificial herramienta
en la perforación de sus miembros,
ni se hundieron por sí solos los clavos
ni por golpe de martillo.

Con las señales de la Cruz que llevaste
y por tu triunfo sobre el mundo, reportaste
admirable victoria contra la carne enemiga.

¡Defiéndenos, oh, Francisco! Protégenos
de las adversidades, para que gocemos
del premio en la gloria celestial.

¡Oh, padre bueno, padre santo!,
haz que el pueblo devoto, 
junto a ti merezca, en compañía
de tus numerosos hermanos,
el premio eterno.

Haz compañeros de los bienaventurados
a los que diste Regla de vida, y que la grey
de los Menores consiga los gozos eternos.
Amén. Aleluya.



4 de octubre de 2017, memoria litúrgica (para los franciscanos, solemnidad) de san Francisco de Asís. Entrada dedicada a él.

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