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viernes, 6 de octubre de 2017

Nuestra Señora del Rosario: himnos litúrgicos





La Iglesia Universal celebra cada 7 de octubre la "memoria obligatoria" de Nuestra Señora del Rosario. Por su parte, el mismo día, la Orden de Predicadores la celebra como su principal fiesta mariana con el título de "Nuestra Señora, la Virgen del Rosario". A continuación, se transcriben los himnos propios de la Liturgia de las Horas de la Orden. (El de las II Vísperas -Te gestientem- es el de Laudes y Vísperas de la versión latina de la Liturgia de las Horas):




I Vísperas

El mensajero del Cielo
los secretos de Dios dice:
"Llena de gracia" saluda
a la Virgen, de Dios Madre.

María a Isabel visita,
que lleva a Juan en su seno,
y con saltos de alegría,
a Cristo anunciaba el niño.

El Verbo que ante los siglos
dice la mente del Padre,
nace como débil Niño
del seno de Madre y Virgen.

Legislador, la Ley cumple,
y en el Templo es presentado.
Redimido en pobre precio,
ya cual Redentor se ofrece.

Alegre la Madre encuentra
en el Templo a su Hijo,
enseñando a mentes rudas
los secretos de su Padre.

A la Trinidad sea gloria,
y a los que rezan a Dios
meditando sus Misterios,
Él los premie con el Cielo. Amén.


Oficio de lectura

Ora el Redentor postrado
entre olivos en el Huerto.
Se entristece, teme, ansía,
gotas de Sangre sudando.

Lo entrega traidor apóstol;
a sufrir Dios es llevado.
Lo atan con duros cordeles,
es cruelmente flagelado.

Lo tratan cual Rey de burla,
es de espinas coronado;
de vil púrpura lo visten,
con cetro de caña en mano.

Tres veces la Cruz pesada,
por tierra desploma a Cristo;
la llevará jadeante
hasta la cima del monte.

Lo sujetan al Madero,
inocente entre ladrones;
orando por sus verdugos,
el Espíritu da al Padre.

A la Trinidad sea gloria,
y a los que rezan a Dios
meditando sus Misterios,
Él los premie con el Cielo. Amén.







Laudes

Victorioso de la muerte,
del infierno, vuelve Cristo;
roto el lazo del pecado,
abre la puerta del Cielo.

Visto ya por los mortales,
sube a la mansión del Cielo,
y a la derecha del Padre,
recibe su misma gloria.

Cumple luego su promesa,
y al Consolador envía.
Los discípulos se alegran
llenos de su amor y fuego.

María es subida al Cielo,
libre del peso del cuerpo,
entre cánticos jubilosos
de los angélicos coros.

La Madre en el Cielo luce
corona de doce estrellas;
en trono junto a su Hijo,
es Reina del universo.

A la Trinidad sea gloria,
y a los que rezan a Dios
meditando sus Misterios,
Él los premie con el Cielo. Amén.


II Vísperas

Te cantamos, Madre y Virgen
cuando con gozo te alegras,
cuando en el dolor te afliges,
cuando te vistes de gloria.

Salve, rebozas de gozo
cuando a tu Hijo concibes,
llevas, pares, das y hallas,
Madre y Virgen tan dichosa.

Salve, en tu Corazón sufre:
de tu Hijo la agonía,
azotes, espinas y Cruz:
de mártires eres Reina.

Salve, de los triunfos del Hijo,
del Paráclito en el fuego,
brillas de luz y de gloria
como Reina de los Cielos.

Vengan las gentes y arranquen
las rosas de estos misterios.
Haced guirnalda a María,
Madre del Amor hermoso.

A la Trinidad sea gloria,
y a los que rezan a Dios
meditando sus Misterios,
Él los premie con el Cielo. Amén.



6 de octubre de 2017, memoria litúrgica de san Bruno, presbítero.
Para los dominicos, I vísperas de la solemnidad de Nuestra Señora del Rosario.
Entrada dedicada a ella y a san Bruno.

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